Encuentro casual [Eliah y Angeline]

Era una noche despejada. Fresca pero despejada y tranquila. Caminaba por las calles de la vieja Eliria con tranquilidad, sin la aparatosa Masamune encima, puesto que llamarñia demasiado la atención.

Pero me sentía frustrada, molesta. Lo que había ocurrido hace poco me tenía de los nervios. Quería poder contárselo a alguien. Pero ¿A quién? Hacía tiempo que no tenía en quién confiar... Aunque... Tal vez... No, no creía que eso pudiera ser posible. ¿Eliah podía ser candidata a ello? Pero no sabía dónde podría estar ahora, ni sabía si era renegada o no, así que ir al Infierno no sería del toda buena idea.

Entré en una posada, y me senté en una mesa al fondo, desde donde se podía divisar la puerta, cruzndo una pierna sobre la otra, y de brazos cruzados bajo el pecho, realzándolo para llamar la atención. Pedí al tabernero una copa de vino, y éste, sorprendido de que una mujer bebiera, se marchó, volviendo con una botella de vino y una copa, y me las dejó en la mesa, marchándose igual que como había vuelto: de piedra.

La joven de cabellos plateados estaba sentada en el regazo de un atractivo y apuesto hombre en la taberna. Este estaba encantado mientras la demonio tonteaba con él, ella ya había cumplido un pequeño trato con él así que le había corrompido de tal forma para que pecara. Había sido tan fácil como robar un dulce a un bebe demonio.

El joven se levantó y la demonio hizo lo mismo mientras se acercaban a la puerta pues el chico iba a cumplir su cometido. Pero mientras se acercaba a la puerta la demonio notó la presencia de alguien familiar. Ella tenía el aura suprimida por lo que Angeline no la notó cuando entró allí. Se despidió del hombre dándole una cachetada en el trasero y este se fue feliz de la vida.

Seguramente Angy estaría allí para buscar una victima a la que beber la sangre pero la verdad es que se la veía preocupada por algo. Algo iría mal en su reino ya que iba a ser suyo o algo. Se acercó hasta ella con su elegancia y seduccón de siempre mientras los hombres la miraban. Puso el respaldo de la silla mirando a la mesa para sentarse y apoyar los brazos en el final del respaldo de la silla.

-¿A que viene esa cara tan larga? tienes un montón de victimas con las que alimentarte-comentó mientras la miraba divertida.

Oí pasos por el lugar, pero estaba tan acostumbrada a ello que no presté atención. Mirando hacia la puerta, pude ver a una mujer dándole un cachete a un hombre que se marchaba de la taberna, sonriente como una rosa. Entonces, la mujer se acercó hacia mi mesa, y arrastró una silla frente a mí. Me volví hacia ella, y pude ver a una muchacha de cabellos plateados, capa roja, y ropajes negros. Se me dibujó una media sonrisa en cuanto vi que se sentó frente a mí, mientras que yo apoyaba mis brazos sobre la mesa, y le miraba con parsimonía, cansada, eso sí.

Anda, Eliah. ¿Cómo tú por aquí? Verás, hoy no tengo ganas de chupar mucha sngre

Repuse mirando hacia otro lado, soltando un suspiro. Tras eso, me volví hacia ella, y le miré con más seriedad.

PRecisamente, te andaba buscando, pero no sabía cómo podría encontrarte. Ahora que te veo, casi parece qeu me haya llovido oro, jejeje Repuse con una sonrisa algo apagada, volviéndome a relajar en la mesa, con cansancio

off: no es una capa roja, seria mas tipo gabardina.

on:

La demonio seguía en la pose inicial en la que había llegado. Sus ojos azules se clavaron en Angeline mientras fruncía el ceño. Parecía que no la había afectado mucho lo que hizo la Halrinach el otro día, pero sinceramente hoy ya había jugado bastante como para seguir jugando otra vez ahora.

Lo que mas la extrañaba esque no la apetecería chupar sangre, había buenos ejemplares en esa ciudad y para captar almas también, por lo menos ella se había llevado varias almas en Eliria. La pregunta de que hacía por allí no la gustaba mucho pues no la gustaba que se metieran en sus asuntos.

-Nada, haciendo lo que hacen los demonios-comentó sin más.

-Suelo pasarme mucho por aquí, hay muchas criaturas curiosas y sobre todo humanos fácil de corromper...¿pero que te pasa a ti que no estas despedazando cuellos?-dijo algo irónicamente.

OFF Ah, vale, jejeje

ON

La verdad es que la pregunta que le hice fue más bien por sorpresa, puesto que no me esperaba para nada encontrarme a Eliah en este lugar, tan "inhóspito" para las "damas" como nosotras.

Cosas de demonios... Suena interesante.

Repuse hundiendo mi rostro entre mis brazos. Luego me erguí en la silla, para mirarle de forma un poco más educada, y me quedé con la mirada perdida, como si mirara sin ver.

Apoyé mi barbilla en mis manos, cuyos codos quedaron apoyados en la mesa, como si sostuvieran un peos muerto.

Ahh... Suspiré suavemente mientras le miraba, tras lo cual proseguí, mirándole más centrada. Me siento apagada... Derrotada... Sufrida... Bajé la mirada a mi copa de vino, que meneé suavemente para que el vino se meciera por el vidrio, como si fuera algo delicado.

Me siento a la deriva, como este vino que estoy mirando ahora mismo

Frunció el ceño al ver el estado de la vampira, no era normal que estuviera así, es más debería estar provocandola e intentar seducir a la demonio como lo había intentado en otras ocasiones. Y tras escuchar sus palabras supo perfectamente lo que estaba pasando, no la gustaba andar con rodeos por lo que sería más directa.

-¿que pasa Angeline? y no des rodeos para contarmelo-dijo seria la demonio mirándola.

Tenía que volver al infierno en poco tiempo y la quedaba poco tiempo para que supiera que se había ido pues ahora estaba algo más vigilada tras haber conocido al rey demonio. Y la tarea que la había propuesto la debía de cumplir.

La muchacha sin miramientos me preguntó sobre qué me pasaba, sin ningún tipo de rodeo. Alcé mi mirada, y le dediqué una mirada atenta, tras lo cual, apoyé mi barbilla en mis puños, que as su vez estaban apoyados en los codos en la mesa. Mis cabellos caían a los lados de mi rostro cual cortina negra, y mis ojos rojos le miraban directamente a los suyos. Mis labios rojizos empezaron a moveerse despacio al tratar de responder.

Veo que no te has enterado de las últimas noticias... ME han arrebatado el Reino Vampírico de las manos. Tuve que huir al territorio Renegado, con mi honor por los suelos...

Después de eso, cerré los ojos, y le di otro trago al vino, y me mantuve así, acariciándome las mejillas con los dedos suavemente.

Recientemente se había detectado una cantidad considerable de energía áurica. Se mandó a hacer una investigación, parecía que la gran energía venía de una taberna local. Se tenía que desalojar a toda la gente que había, fuimos rápidos y veloces, sacamos silenciosamente a toda la gente, como si hubiera desaparecido.

Solo quedaron las dos mujeres, pero la mujer de cabello plateado la dejaremos en paz ya que de ella no habíamos detectado nada raro. La mujer de cabello negro era nuestra presa, era nuestro objetivo de esta noche.

El que parecía el líder comenzó a caminar lentamente hacia ellas y dirigió su mirada hacia la mujer de cabello plateado –Señorita, le pediré que se retire de aquí, por favor. No queremos que salga dañada -decía el hombre que llevaba un ropaje de color blanco.

OFF: Angeline, has olvidado ocultar tu aura y al nivel de un Maestro resulta demasiado llamativa. En las ciudades hay que llevar el aura suprimida para evitar que aparezca la Inquisición. El teletransporte no os servirá para escapar.

Al darme cuenta de lo que se me podía venir encima, salté a un lado de la mesa, y la copa que tenía en la mano, llena de vino parcialmente, la lancé a la cara del Líder, y partí la botella de vino en trozos afilados de cristal, que a su vez lancé hacia los inquisidores.

Reduje mi aura del todo, no sea que se acercaran más, y me escabullí por la puerta de la trastienda, cerrándola de un portazo. Allí busqué un lugar donde ir. Había ventanas, pero no me interesaba de momento irme por allí, y una escalera al piso de arriba. Decidí que subir era mi mejor opción, así que subí las escaleras lo más veloz que pude. En el piso de arriba, cogí un candil y lo lancé al piso de abajo, dejando una zona impregnada de aceite ardiente frente a las escaleras de mármol impidiendo el paso por ellas. Ya una vez asegurado el lugar, cogí una sábana vieja, y cubrí mi brazo con una triple capa, y rompí la ventana con un revés de mi brazo, tras ol cual, salté al tejado de la casa de al lado, y empecé a correr por ellos, alejándome lo más rápido posible

Escuchó la noticia de Angeline sobre lo que había ocurrido en el reino vampirico. No lo veía para nada bien y menos sabiendo que ella era la sucesora del reino en esos momentos y había llegado otro vampiro a por el trono. Se mordió el labio inferior mientras asimilaba lo sucedido sobre ese tema y como le sentaría a Aspicious lo que había sucedido allí.

Iba a contestarla cuando de repente entraron unos hombres que pertenecían a la inquisición por lo que la Halrinach suspiró al escucharles hablar. Odiaba a esos humanos y más siendo ella o los de su especie las primeras criaturas en habitar aquel mundo. Se levantó mientras escuchaba la voz del inquisidor que la invitaba para salir y no ser dañada. Ella sin más asintió dirigiéndose a la puerta alejándose del lugar, quizás sería bueno volver a casa.