El gran despertar (Walter, Angeline y Luccie)

*No sabía cuanto tiempo había pasado, apenas podía mover cada uno de los musculos aun intuia que eran mios. Recordaba uno a uno cada momento de mi vida, eran como solo retazos desordenados, guiados por un tren que nunca paraba. Apenas oía nada, era como un murmuro apagado en mis oidos, mientras que la humedad se filtraba por mi piel.

El murmuro se intensificó, hasta que de pronto inaudible algo oprimió mi pecho, tanta fue la opresión que juraría que de un momento a otro se quebraría, se oiría el chasquido de mi piel y mis musculos. Pronto cesó hasta que el peso se apoderí tambien de mis piernas y brazos, mi cabeza empezó a retumbar, hasta que un silencio y una calma sepultral llenó la estancia. Una tenue melodía se podía escuchar al fondo de mi cabeza ¿que era? era una melodía hermosa, sin duda la melodía con la que todo había comenzado ¿que había comenzado? no encontraba respuesta a tal pregunta. ¿o si?.

Otra vez aquella presión sobre mis miembros que poco a poco se fue estendiendo por mi cuerpo, hasta que terminó en mi corazón, por un momento pude sentirlo latir antes de que se apagase por completo. Recordaba esa sensación, pero... ¿cuando? ¿donde? no lo recordaba, o mas bien mi mente no me dejaba recordarlo. Poco a poco aquella oscuridad empezó a tornarse luz, una luz de dia, hermosa y resplandeciente como ninguna otra. Abrí los ojos, mi cuerpo era pequeño, mis reflejos lentos y... necesitaba respirar. Miré a mi alrededor cuando una mano de una señora me alzó. Su cabello rojo como el mismo fuego y sus ojos verdes como esmeraldas.

"hija te encuentras bien?"

Te equivocas, mis recuerdos estan rotos, ella no era mi madre, todo era una gran equivocación. Otra vez aquella melodía al cerrarse mis parpados, fue entonces cuando los abrí de nuevo. Una cabaña pequeña y acogedora de paja cubría toda mi visión. Entonces ella vino de nuevo a por mi ¿pero ella? no ella no era la pelirroja. Su cabello oscuro con toques rojizos, y sus ojos azules como el cielo, su piel pálida y frágil. "Madre.." quería susurrarlo pero no podía ella si, ese si era mi recuerdo. A su lado un hombre de cabello rojo y desordenado y ojos tremendamente hermosos al igual que azules se clavaron en mi presencia con cariño. Tendí mi pequeña mano hacia ellos cuando todo se rompió al instante.

De nuevo aquella hermosa e inquietante cancion, de nuevo aquella opresión en mi pecho latente. Abrí los ojos con angustia mientras sentía mi cuerpo convulsionar en una cueva... no, en un santuario enorme. Una niña ¿yo la había seguido? si. Ella estaba perdida, o yo había creido haberla perdido en algun momento. Un enorme bosque se extendió sobre mis ojos. La figura reluciente de aquella muchacha, de aquella niña tan palida y hermosa corría delante de mi, incitando a mi movimiento. volví a sentir el respirar aire fresco y disfrutarlo, el latir del corazón, el cansancio de mis piernas. Otra vez todo se a roto. Abrí los ojos.

Aquella muchacha reía al verme en el suelo.

"pronto pasará hija mia"

Ella se equivocaba, yo no era su hija ¿o si? había tantas incognitas que terminar de aclarar, mi mente se nublaba con una rapidez sorprendente. Su mano, su delicada mano rozó mi rostro antes de que mis ojos se cerrasen de nuevo durante largo tiempo. "NO!" quise gritar en ese momento. ¿quien era ella? ¿porque estaba en el suelo? ¿que era ese lugar?.

7 figuras bailando ¿bailando? ¿que hacían bailando? Una se quitó la mascara ¿Walter? ¿y lucía? su acompañante se la quitó de nuevo. Pero eso no había ocurrido. Mis recuerdos, estaban corruptos. ¿Y mis recuerdos? Lucía sin apenas pestañear un solo momento desapareció, incluso su aura, su vida había desaparecido ¿su vida? ¿y mi hija? Grité en mi inconsciencia, ¿donde estaba? Walter desapareció poco a poco con un dedo en los labios y todo se rompió.

Abrí los ojos de nuevo. 7 figuras alzadas a mi alrededor.
"no lo conseguirá"
"es debil"
"es una niña!"
Una figura mas se adentró en mi borroso campo de visión, no la veía. Sin embargo era algo mas profundo lo que sentía con ella, era una conexión. Con ella sentía como si mi vida tuviese sentido en tan solo un instante, como si mi cuerpo me pidiese estar a su lado. Sentía que podía encontrarla en cualquier lugar, en cualquier momento. Entonces me acarició, era ella.

"Es mi niña" me susurró antes de hacerme caer en un profundo sopor.

Otra vez, solo un pestañeo y 6 figuras frente a mi cuerpo somnoliento. ¿Faltaba una? no... estaba lejos. Su cabello plateado era inconfundible al menos para mi. ¿Katerina? ¿que hacía ahí? ¿mis recuerdos volvían a romperse? ... No, no estaban rotos, esos eran mios, solo mios ¿entonces?

"nuestra hermana esta despertando!" ¿Hermana? ¿mis hermanos?. Pronto la sed de sangre se hizo patente, retorcí mi cuerpo entre convulsiones. ¿Y mi respiración? No necesitaba respirar, no necesitaba comer, no necesitaba que mi corazón latiese. ¿ya me habían convertido? mi madre. Mi madre lo había echo. ¿Pero quien era ella? Una sombra. Una sombra con forma de mujer apareció frente a mi, Kahlia. ¿Mi diosa?

Había oido hablar de la primera vampiresa. Sus 7 hijos habían comenzado el gran reino, el gran reino que sería nuestro propio pueblo algun dia. Pero.. ¿7? no... 8 ¿y yo?. Mi madre me había dejado. Mi madre me había abandonado a mi suerte... no. Yo era neonata, yo no había sido como mis hermanos, aquello me afectó pero entonces ¿que fue de mi?

Volví a abrir los ojos, cuando una cabaña de piedra cubrió mi vista.
"Hija te encuentras bien?"

Otra vez la mujer de rojo. Mi madre me había dejado allí. Me había borrado mis recuerdos, me había abandonado a la suerte en un pueblo. Mi madre se había olvidado de mi completamente ella y... mis hermanos. Katarina ¿donde estas? Walter, Lucía... Mis hermanos.

Yo... yo era una de sus hijas. Yo era....*

Mis verdes ojos se abrieron por fin, mientras inspiraba aun que sin necesitarlo el aire que allí se dejaba conocer. Alcé los brazos con fuerza y fascinación mientras que mis musculos se quejaban por haber sido abandonados durante tiempo. Alcé la cabeza observando aquella cueva con fascinacion. Aquella había sido mi casa durante este tiempo, durante mi letargo que tampoco sabía cuanto había durado.

Mi mirada se fijó entonces en mis manos, antes de recordarlo todo por completo -Yo era... la octava vampiresa primigenia- susurré encandilada por el suave y dulce tono de mi voz.

OFF: He utilizado una banda sonora para inspirarme, os la dejo por... si se os hace menos pesado leer esto.. xDDD Siento que sea tan largo xD

Spoiler:

El viaje fue duro, la inactividad había dejado mis músculos prácticamente inservibles y me costó varias horas recuperar un ritmo normal. Durante la travesía me juré a mi mismo no volver a entrar en letargo nunca más. El tiempo pasaba despacio y parecía que nunca llegaríamos, distancias que hace tiempo habría recorrido sin esfuerzo ahora parecían pequeños infiernos personales de dolor y cansancio. Lo único que me mantenía a flote era la determinación, una determinación fría y clara. Tenía que contarle a Luccie lo que había ocurrido.

Una vez nos acercamos a nuestro destino me concentré en encontrar su aura y así pude llegar a aquella cueva, no era de extrañar que nadie la hubiese encontrado hasta ahora, no había manera de verla si no la estabas buscando activamente. Era un lugar recondito oculto entre un grupo de escarpadas montañas. Busqué un sitio para aterrizar y me posé con todo el cuidado que pude. "Ahora solo queda esperar."

Al parecer íbamos un poco despacio, pero por él. ¿LE habría sentado mal dormir tanto tiempo?¿Habrían perdido sus músculos las fuerzas?

Pude ver que el viaje para él fue doloroso, ya que su expresión facial lo decía todo por él. En cierto modo, me preocupaba, pero lo que conocía, o creía conocer a Walter, em decía que era mejor no preguntarle al respecto. Se podía sentir mal por ello.

Después de un vuelo largo y cansino, Walter empezó a descender sobre una superficie escarpada, donde se podía apreciar la entrada a una cueva oscura.

Le seguí en el descenso, y me planté junto a él a la entrada de la cueva, plegando las alas tras mi espalda y cruzándome de brazos. Así que aquí es donde se encuentra Luccie dormitando. Me pregunto... ¿POr qué rayos fue a su letargo? Era importante que se quedara allí, en el plano de los vivos, y en lugar de eso, se marchó al semiplano de entre los vivos y los muertos.

Me quedé en silencio, dejando a Walter sumirse en sus pensamientos. No creía que fueran necesarias las palabras en este momento

Desvié rápidamente la mirada hacia lo que sería o deducía que era la salida de la cueva, sentía su presencia, el aura de mi amado esperando por mi. La sonrisa se me ensanchó hasta limites insospechados aun que sabía que tendría que disculparme, seguramente si le decía lo que había pasado el lo entendería.

Entonces puse notar otra aura a su lado, era una que ya conocía desde hace un tiempo, la fiel Angeline, siempre dispuesta a todo. Bajé la mirada hasta lo que fue mi maldición allá antaño y que ahora se había convertido en la marca que me había dejado mi madre. Su forma había disminuido y no era para menos, parte de esa oscuridad era mía por derecho y como mía la había adoptado mi aura, que ahora era bastante mas oscura.

Tomé la bolsa que llevaba siempre conmigo en la cadera y de apenas un trago terminé todas las botellas que había dentro de sangre, mi sed era lo primero que debía calmar. Entonces comencé a andar.

El cuero de mis botas chirriaba a cada paso que daba, estaban sucias y polvorientas al igual que el resto de mi ropa que ahora se encontraba echa añicos. La larga falda se había rajado por completo, dejando ver parte de mis piernas, de las que colgaban mis dos tonfas y el corsé había perdido algo de color, quedándose marrón. Poco a poco sentía que me iba acercando a las dos presencias que me aguardaban al final del pasillo, hasta que después de un breve parpadeo las pude distinguir a pocos metros de distancia.

Dejé mi hacha descansando a mi espalda mientras mi mirada se encontraba fija ante ellos- bueno, ya era hora de despertar- susurré para romper el hielo que de pronto se había apoderado de la situacion

Avanzaba poco a poco, pero indudablemente era ella, por mucho tiempo que pasase siempre reconocería su aura. Un montón de sensaciones comenzaron a atravesarme, todas ellas contradictorias. El amor que le profesaba, la tristeza por la perdida de una hija, la alegría de volver a verla, el odio hacía el culpable de nuestras penurias, la culpa por no haber estado allí... Cuando salió sonriente y supe que tendría que destruir su sonrisa el mundo se me vino encima, no pude sino avanzar hacía ella y abrazarla en busca de un consuelo que no podía proporcionar.

No había palabras que pudiese decir ni forma en que pudiese expresar todo el dolor que sentía y que no quería que Luccie sintiese, quería protegerla del peor de los sufrimientos, pero por otro lado sabía que eso no era posible. Aunque creía que hoy no podría derramar más lagrimas así lo hice. Y así, entre lagrima de dolor e ira permanecí abrazado al amor de mi vida.

Un aura se dejó notar con más fuerza en el interior de la cueva. La de Luccie, antaño mi Reina, y siempre una amiga. Sin embargo su aura había tenido algunos cambios.Seguramente para bien,jejeje Repuse sonriendo cruzándome de brazos, mientras veía alzarse una sombra en la cueva. La sombra salió de la cueva, de manera que se le podía ver. Era Luccie, sin duda, aunque su ropa había tenido tiempos mejores, pero su cuerpo estaba rebosante de vida. Y a pesar de la falta de glamour por su ropa, seguía teniendo su apariencia "atrayente". No podía dejar de sonreir mientras pensaba en todo eso, al verla salir.

Desde luego, te has echado una "buena siesta", jejeje Repuse con una sonrisa pícara, pero sin lugar a dudas, con camaradería y afabilidad.

Walter en un arrebato de romanticismo se fue hacia ella y le abrazó, pero... Me extrañó mucho ver que el hombro donde se apoyó empezaba a empaparse. Era la primera vez en toda mi vida que veía a Walter llorar. No quise interrumpir nada, así que solo me quedé al lado, acariciándome un brazo con la mano contraria, mirando la escena

Inspiré profundamente cuando Walter me abrazó, le había echado tanto de menos en aquel viaje a lo mas rotundo de mi mente. Mis brazos le apretaron suavemente contra mi, a pesar del cansancio de los mismos.

-Yo no diría siesta, cuando os cuente lo que e descubierto, os caeréis del asombro, estoy completamente segura- Susurré aun con los ojos cerrados, apoyando la cabeza en el hombro de aquel que me había robado el corazón, tanto tiempo atrás. Fue entonces cuando pegué un respingo, e incluso tuve la intención de mirar al cielo, hasta que noté un respingo de Walter.

Apreté mis brazos en torno a su torso, con preocupación girando levemente la mirada. Angeline le acariciaba como si supiese cual era el foco del dolor de Walter, le aparté un poco, lo suficiente como para poder mirarle a los ojos -¿Que ocurre?- Pregunté cuando mis ojos se encontraron con los orbes rojizos encharcados. Un escalofrío me recorrió completamente, antes de ponerme a pensar la causa de sus males.

Eché un vistazo a nuestro alrededor antes de volver a el -¿Y lucía?- susurré frunciendo el ceño. Por un momento, el corazón se me encogió al recordar aquel infinito sueño, había dejado de sentir su aura, había notado como si la arrancasen directamente de mi, mas directamente lo había tomado como una corrupción mas de mis propios recuerdos.

Mi mirada se movió a la de Angeline -¿Y...? ¿..Donde esta, mi hija donde esta?-

La verdad no se podía esconder, al menos no una verdad como aquella, era algo que debía salir a la luz, que no podía permanecer oculto. No obstante, esta verdad era algo imposible, una situación irreal que mi mente se negaba a aceptar aún ahora. Me aparté un poco de Luccie y la miré a los ojos tratando de controlar las lágrimas, un esfuerzo que amenazaba con llevarme a la demencia. Negué con la cabeza débilmente.

-Itachi tomó el reino. Lucía... -Incapaz de terminar la frase esta quedó en el aire colgada, pero lo suficientemente clara como para que cualquiera comprendiese su significado. Se imponía una explicación, así que sin mucha dilación comencé a explicar como mejor pude lo que había ocurrido desde que se fue. Mi espera, la desaparición de su aura, mi caída en el letargo, mi despertar y todos los detalles que había conseguido averiguar, entre ellos las causas de la muerte de Lucía. Las palabras acudieron raudas pero hablar me producía un gran dolor, todos estos acontecimientos me estaban destrozando.

-Juro que acabaré con ese miserable, aunque sea lo último que haga. -Y es que el dolor es, a menudo, la mayor de las motivaciones.

Cuando Walter se alejó de ella al apartarlo ella, preguntó acerca del destino de Lucía, y no pude mirarle a la cara en ese momento. Y en un acto reflejo, me mordí el labio, y me apreté el brazo, mirando hacia otro lado. No creía ser la correcta para contarlo, ya que no lo sabía yo de primera mano como Walter, así que cuando Luccie me miró pidiéndome una explicación, mantuve el silencio, aunque mi mirada se entristeció, y finalmente, le miré a los ojos. Pensaba que esa podría ser toda respuesta, hasta que Walter le explicó la ausencia de Lucía, sin palabras. No eran necesarias para contar lo que pasaba. Luego se dispuso a contarle a Luccie todo lo ocurrido, y me acerqué a ella después de que terminara su relato.

Siento profundamente lo que ha ocurrido, Luccie. De todas formas, ya sabeis que contais con mi apoyo contra Jace...

Mi mirada se volvió seria. Hablar de esa sabandija me ponía enferma.

Aún tengo cuentas pendientes que arreglar con él...

Angeline no dijo nada y su esquiva mirada me preocupaba mucho mas de lo que nadie se podía imaginar. Mi cara mostró un gran desconcierto por breves momentos-Jace?! que?!- hasta que mentó a Lucía y su rostro me mostró todo lo que sus palabras no podían decirme. Mi mano subió a la boca, mientras que la otra se quedaba retenida en mi pecho.

Apenas escuché todo lo demás que me estaba contando, las fuerzas recién recuperadas se comenzaban a marchitar como las rosas en invierno, mi respiración se paró antes de caer al suelo de bruces cabizbaja. No podía ser, mi pequeña, mi niña, mi hija... todo tenía que ser una cruel broma del destino. Las lagrimas empezaron a emanar de mis ojos como una cascada, bella y nostálgica.

El silencio hizo todo lo demás mientras sentía mi cuerpo consumirse poco a poco. Ninguna madre tenía que sobrevivir a su hija, ninguna madre tendría que soportar el dolor de que aquella a la que distes "vida" se disolviese como la espuma. Algunos dirían que por ser vampiros, nosotros estaríamos mas acostumbrados a la muerte, pero en realidad era todo lo contrario, nuestro origen caprichoso. Nosotros podíamos revertir el cambio cuando quisiésemos, podíamos volver inmortal al mortal y cuando uno de nosotros moría era la pena mas grande.

Abracé mi pequeña figura, mientras aun el llanto ocupaba mis sentidos ¿porque ella? no sabía la respuesta a aquella pregunta. Lo que si sabía era quien había sido. Levanté la cabeza con la cara contraída en una mueca, una mueca de odio y desesperanza, mientras mis ojos esmeralda no dejaban de profesar aquella tristeza infinita. -Le mataré- Susurré chirriando los dientes.

Mis ojos se volvieron completamente negros, alcé mi cabeza al aire y profesé un grito de angustia y dolor, un grito de amargura, un grito de venganza, un grito que no podía presagiar mas que una guerra que acababa de comenzar.- Le mataré, quemaré su cuerpo y clavaré su cabeza en una pica, para que se lo coman los cuervos día a día- Profesé mientras mis piernas, con una fuerza sobrehumana levantaban mi peso, esa fuerza no era mas ni menos que la fuerza de mi propia venganza.

Miré a Walter con los ojos negros como el carbón aun soltando lagrimas, dos largos y afilados colmillos sobresaliendo de la comisura de mi boca y unas enredaderas de espinas negras que se extendían por mi cuerpo. No tanto como la ultima vez que lo hicieron, porque aquello para mi, no sería mas una maldición.

-Lucía, no...-La voz se me quebró antes de comenzar- Madre nos perdonará por eso- Susurré.

Pude ver como la oscuridad se extendía por su cuerpo, la había visto muchas veces, pero no como ahora. Parecía que esa cueva habían ocurrido muchas cosas interesantes, sin embargo no había tiempo para preguntar, antes de nada teníamos que organizar una guerra y eso requería mucho trabajo, había que llamar a las tropas, hacer recuento... Por otra parte Luccie y yo tendríamos que recurrir a viejos aliados y tratar de recuperar la forma. No obstante la fuerza que otorga el odio es un monstruo dificil de detener.

-Entonces habrá guerra. -Comenté decidido, haría justicia de la única manera que estaba en mi mano. Me giré hacía Angeline. -¿Y bien? ¿Cual es el plan? -Algo me decía que no iba a ser fácil, pero no podía simplemente dejarlo pasar, esto no. Aquel traidor descubriría lo que era el dolor. No le mataría, por supuesto que no, le haría sufrir cada día de la eternidad hasta que suplicase clemencia, y después seguiría torturándole, no había castigo suficiente para el crimen que había cometido.

-Deberíamos hablar con Aspicious. Seguramente él pueda prestarnos apoyo, por lo que se sigue siendo el rey. -Dije dirigiéndome a Luccie, la cogí de la mano y apreté como si temiese que pudiese irse de nuevo. -La puerta más cercana está al sur de aquí. Hagamos que sufra, que sienta lo que es perderlo todo.

Parece que Luccie no reaccionó bien ante lo que le dijimos, pues su sorpresa se convirtió en su dolor. Sufría, lo podía ver en sus gestos, pero ese sufrimiento se tornó ira y su grito colérico lo demostraba. No estaba bien, eso estaba claro. Después de profesar aquella promesa de acabar con Jace, tenía una mirada de lo más siniestra. Nunca le había visto así.

Apoyé una mano en su hombro, tratando de calmarla un poco. Tenía que mantener la cabeza fría, para que también pensara con nosotros lo que teníamos que hacer.

Cuando Walter me preguntó, me giré hacia él, y me crucé de brazos, soltando el hombro de Luccie. Ya me había adelantado a lo que él pensaba acerca de ir a hablar con Aspicious.

Ya me he ocupado de eso. Envié una carta a Aspicious indicándole que pronto tendría que ir a hablar con él, aunque no incluí los detalles. Tendremos que tratar de convencerle para que nos ayude en esta encrucijada, y así aplastar a la rata de Jace. Por otra parte, andaba pensando... No quiero incluir demasiada gente en esto, pues a quien más nos concierne es a nosotros. Tal vez pruebe suerte con una amiga Uroba que conozco, o tal vez con cierto ángel... Pero de momento, a quien tenemos que ver es a Aspicious.

Walter tenía razón. El portal al infierno más cercano estaba al sur no demasiado lejos. Y estaba segura de que el mejor momento para ir era ahora que Walter y Luccie habían regresado. Sí, sin duda.

Nos dirigiremos hacia el Infierno en primer lugar. Y Walter, déjame que sea yo quien hable con Aspicious en primer lugar. LA ira no es la mejor consejera para dialogar, y ambos estais llenos de ella. Espero que me entendais

Tras eso, me di la vuelta, y desplegué mis alas de murciélago negras como el carbón, extendiéndolas hasta su límite. Di una fuerte batida con ellas y me elevé por el aire. Había que darse prisa. La hora llegará pronto
OFF
Nos vamos aquí https://creatureswars.forosactivos.net/t3146-visita-mas-urgente-de-lo-que-pensabaaspicious-luccie-walter-y-angeline#48897

OFF: Reniego de Luccie Hyuga y Walter Wingates (Deimos) desde Vampiros Comunes realizado con éxito.