-- Silencio -- murmuré mientras me levantaba y colocaba los materiales que me había dado antes Deimos dentro de los simbolos dibujados en el suelo. Fui al centro de la sala y con el puñal me corté la palma de la mano, dejé que la sangré manchara las piedras y pronuncié unas palabras en Runico y todos los simbolos comenzaron a brillar. Comenzaron a generarse algunas corrientes de aire, dejandome en el centro de un torbellino brillante. Era un espectaculo digno de ver y bastante bonito, pero a mi eso no me importaba, estaba más concentrada en repetir una y otra vez las palabras en rúnico. Poco a poco todo volvió a la normalidad y cuando los simbolos se apagaron, Sahira corrió a mi lado para ayudarme a incorporarme. Apoyandome en ella, me arreglé un poco el pelo despeinado y me acerqué a Deimos y Asp. Les tendí las piedras, que ahora parecían rebosantes de vida:
-- Ya estan listas -- les dije cansada -- si no os importa, yo me retiro a descansar...