La Aldea Hyuga

Observé la escena desde una distancia prudente. "Mierda, todavia no, no esta preparado." Herondale y Slither seguian colocando los barriles, no podria actuar con seguridad hasta que no estuviese listo. Me maldije a mi mismo por mi tardanza, era un plan sencillo, deberia haber tardado mucho menos en elaborarlo y los barriles no deberian haber sido tan dificiles de conseguir. "Demasiado retraso." Aún así decidí fiarme de mis siervos, sabian lo que tenian que hacer.

La tal Alicia estaba abrazando a Ana pero eso no era lo más llamativo, todo el pueblo se estaba movilizando hacia la plaza, casi mil vampiros sedientos de venganza. Evidentemente no cabrian todos en la plaza y quedarian bastante repartidos por el pueblo, contaba con eso.
En ese mismo instante Alicia se separó bruscamente de Ana, en la mano llevaba el walkie de Ana, asi no podria avisar a su primo. Alicia comenzó a reirse, era una risa maquiavelica.
-¡Lo tengo, lo tengo, ya son nuestros! No puedo creer que fueseis tan estupidos.
La plaza estaba completamente abarrotada de vampiros y las calles que salian de esta, todo el centro del pueblo, entorno a un kilometro cuadrado, estaba lleno de ellos. Estaba empezando a ponerme nervioso, todavia no habian terminado mis siervos y colocar los ultimos barriles les iba a ser más dificil debido a la multitud que habia al rededor. "Deprisa."
Un vampiro cuya aura era mayor que la de cualquier otro en el pueblo avanzó hacia Ana y Das, todos los vampiros le dejaban paso. En su mano derecha llevaba una pequeña daga de un material de color ambarino. "Mierda."

Cuando Alicia se separo de mi maldije mi devilidad, todo el mundo nos rodeaba e intentaba encontrar una posible salida, pero no habia ninguna, mis ojos se volvieron rojos y bufe como un gato en señal de amenaza. Pronto descubri lo que pasaba, en el circulo justo delante mia se alzaba una figura, era alto de tez bastante suave, llevaba una daga en la mano. No me detube mucho en mirar la daga y me quede observandole avanzar, el miedo me estaba invadiendo... mire a Dasfinguer,*no.. no, tengo que sacarle de aqui*. Intente ir a donde estaba Das, pero unos hombres me empezaron a acorralar y me cojieron por los brazos. Volvi a mirar la daga y empece a temblar, mi padre estaba a unos centimetros de mi y se agacho.
-Bien, como veo que no as perdido tus costumbres, are algo que te ara sentir mejor-Su sonrisa fue siniestra y sin poder quitarle de mi camino cojio la daga y me hizo tres cortes en cada moflete.
El dolor era inexplicable, grite como si de las peores torturas se tratase, la cara me ardia y el dolor se empezaba e meter por mi cuerpo, mis musculos se tensaban. No pudo hacerme nada mas, me zafe de ellos. El dolor me recorria de arriba a abajo y no podia parar de gritar y moverme de un lado a otro cojiendome de la cabeza.

Los gritos de Ana me ponían más furioso. Me tiré al suelo y empecé a arrastrarme en dirección a los gritos pero uno de ellos me agarró y se sentó encima para atarme las manos y los pies. Yo me retocía en el suelo e intentaba desenvainar la espada pero me pegó un golpe en la cabeza dejándome incosciente para que me pudiera atar y levantarme en volandas para q me ajusticiaran gritando: -¡¡¡QUEMEMOS A ESTE QUE ESTA INCOSCIENTE Y ATADO¡¡¡

Llevaba un rato oliendo las intenciones de los ciudadanos y a un vampiro de mucho poder. Ningún aldeano intentaba salir de la ciudad y eso era raro. En cuanto escuché los gritos gruñí interiormente para no levantar sospechas y estaba a punto de correr a socorrerles pero recordé lo que me dijo Walter y decidí quedarme a pesar de mi inquietud.

Observé con impaciencia como el vampiro que parecia el lider, y por tanto padre de Ana, cortaba su cara y como cogian a Das. "Joder..." Rastreé, solo quedaba un barril. En ese momento el padre de Ana blandió la daga con intención de cortar su cuello. No podia esperar más, me desvanecí en las sombras y volví a aparecer en el centro de la plaza interponiendo mi espada con la daga del lider. Mi cara reflejaba toda mi furia. Mi mosquete estaba en mi otra mano apuntando al vampiro que sostenia a Das. Disparé. La bala atravesó su corazón y cayó al suelo todavia con cara asombrada. Das cayo encima de él. De una patada lancé al padre de Ana varios metros hacia atrás.
Con la confusión que causó mi entrada bastó para que mis siervos colocasen el último barril. Me giré hacia Ana y me arrodillé delante suya.
-Soy vuestra guadaña, tan solo dadme la orden. -Esperé su respuesta sin separar mis ojos de ella.

No preste mucha atencion a lo que hacia Walter, mi curpo se combulsionaba, cai al suelo, me ardia el cuerpo, ya nada podria detenerme, mis ojos era rojos sangre un color que nunca pudieron llegar a adoptar y mis dientes afilados sobresalian de mi boca. Levante la cabeza y mire a Walter, las rajas no dejaban de sangrar su rojo era intenso, y por el borde del corte un tono azulado se dejaba ver.-Walter...acabemos con esta mierda de aldea, que se enteren...-dije sin terminar la frase devido a un gruñido entre dolor y furia. Mi mirada estaba enloquecida por el dolor. Rapidamente sin que nadie pudiera reaccionar, con mis garras desguace la cara de uno, segundos despues le habia partido el cuello a otro y segundos despues habia 10 muertos mas.

Pelea... Me convertí en lobo al instante y empecé a correr. No me moví ni 3 metros cuando me acordé de Walter, frené y volví a mi posición. Dios... no lo aguanto... como pase algo te mataré Walter... Solo podía culparle por no dejarme pelear pero me controlé todo lo que pude y seguí en la salida del pueblo preparado para atacar.

Una macabra sonrisa cruzó mi rostro.
-A sus ordenes, majestad. -Silvé. Herondale y Slither comenzaron su trabajo mientras yo me levantaba lentamente con mi espada en la mano y mi mosquete colgando de la espalda. Mis siervos comenzaron a prender los barriles, las explosiones se sucedieron una detrás de otra. Primero fue la mina, despues las calles. Cientos de vampiros corrian por las calles despavoridos, muchos de ellos en llamas, las calles quedaron bastante despejadas, incluso en la plaza se notó como menguaban los vampiros debido a las explosiones. Esta era la señal para Ian, entraria por la puerta principal y nos abriria asi una via de escape.
Me acerqué lentamente al lider, podia notar su sangre, acelerada, corriendo por sus venas. Rei mientras las llamas y explosiones trestrozaban a mis enemigos que huian despavoridos. Le quité la daga facilmente y la clavé en su hombre. Gritó de dolor.
-La proxima vez te lo pensarás dos veces antes hacer daño a quien no debes. -Me alejé de él haciendo una seña a Ana, era todo suyo. Yo continué limpiando la plaza de enemigos. Uno bastante grande se interpuso en mi camino, no tardé ni un segundo en despacharle y arrancarle de un mordisco medio cuello. Desaté a Dasfinguer.
-Vamonos de aqui, ya.

Madre del amor hermoso Empecé a ver llamas por todas partes y a muchos vampiros gritando de dolor. Entré en el pueblo y empecé a rasgar pechos y a morder gargantas y dejaba un rastro de muerte tras mis pasos. Los vampiros que estaban ardiendo todavía deseaban luchar contra mi. Tras un par de minutos en el que me había hecho un par de cortes encontré una plaza en la que estaban Ana, Das y Walter. ¿Qué ha pasado? -grité sorprendido.

Una sonrisa macabra se dibujo en mi rostro, habia perdido completamente la cordura, sentia dolo, mucho dolor y sed de sangre, venganza. Oia las explosiones, pero me daban igual, me acerque a esa persona que tanto odiaba. Y coji la daga clavada en su hombro, rei durante unos instantes, me encantaba su cara en ese momento, mi poder era superior al de él y estaba temblando del dolor y del miedo.-Sabes lo que se siente cuando, a parte de que te rajen con Adamantio... ¿pierdes un brazo?-dije, amputandole el brazo, gritó de dolor y le raje varias partes del cuerpo. Sus gritos me hacian sentirme viva. Decidi terminar con ese juego y le raje el cuello, la sangre me salpicó, su agonico grito de dolor dio paso a su muerte. De repente aparecio Ian gritando y me gire todabia con esa sonrisa sadica, mis heridas de los mofletes no cicatrizaban por mucho que bebiera sangre, el dolor permanecía, no pude controlar mi instinto y me tire hacia Ian como un gato hacia un raton.

Me mareé solo con oler el dolor que sentía Ana y de repente dejé de oler ese dolor y solo olía rabia e ira. Y sabía que era hacia mí. En cuanto la vi venir hacia mí me preparé para evitarla lo suficiente hasta que recuperase la cordura. Tampoco quería hacerla daño. La rugí profundamente a ver si por algún casual se paraba pero no hizo efecto alguno. Me parté de su camino y la di con la garra en la cara aver si reaccionaba pero parece ser que tampoco hizo efecto.

(OFF: si pues este gatito no se va a comer al raton ajajja)

Al oir el rugido de Ian me giré y pude contemplar la escena. Rapidamente me interpuse entre ambos clavando mis ojos carmesí en los de Ana. Tan llenos de ira, de rabia, de dolor. Y todo porque no habia sido suficientemente rapido. Envainé la espada y abrí los brazos, situado justo delante de Ian.

Vi como Ian desviaba mi ataque y me daba en la cara, Me volvi a levantar y volvi a mirarle sadicamente pero justo cuando me lanzé hacia el otra vez walter se puso en medio y cai encima de el, caimos al suelo y cuando me quise levantar una nueva sacudida recorrio mi cuerpo, la ira se desvanecio y volvi a gritar con agonia. Me cojia la cabeza, en un intento de apartar el dolor pero me seguia ardiendo todo el cuerpo.

Recuperé mi forma humana y bajé mi aura a mínimos para evitar que pudiese sucumbir al instinto nuevamente.

Ana saltó sobre mi y ambos caimos al suelo, en ese momento volvio a gritar de dolor. La abracé fuerte, acercandola hacia mi en un intento vano de paliar su dolor, no sabia que más hacer. Esto no deberia haber pasado. Los vampiros seguian corriendo despavoridos mientras las llams devoraban la aldea y sin embargo yo no me sentia bien. La abracé con más fuerza contra mi pecho.
-Ya pasó todo. Estas a salvo. -Susurré en su oido.

Sentía que debía apartarme de la escena así que me fui a donde había olido que dos vampiros no habían sufrido por las llamas. Degollé a uno con la espada y después la tiré y me comí literalmente al otro. Me fui a un lago que sabía que estaba cerca (porque allí jugábamos de pequeños) y me limpié la cara que la tenía llena de sangre. No quería volver para dejarles intimidad y que no volviese el instinto a Ana. Ahora mismo no me necesitaba.

Note como me abrazaba, aun asi no me dejaba de doler, pronto remitio un poco, iba por rachas y pude relajar los musculos un instante, intente zafarme pero no pude, casi no tenia fuerzas para nada.-Walter, acabemos con todos, con todo el mundo de esta aldea...-Balbucee todabia llena de ira.

Continué abrazandola.
-Ya está, se acabó. Herondale y Slither estan acabando con los últimos, las minas estan destruidas, ya nadie pordrá volver a hacerte esto nunca. -hice una pausa. -Lo siento... No llegué a tiempo. -Mis ojos dejaban ver mi tristeza recorrí las marcas de su cara sin llegar a tocarla.

Me quede sorprendida, volvi en mi y mire a mi alrededor, todo ardia y el mundo corria y corria. De repente lo recorde todo.. Dasfinguer.. Ian. Me levante muy deprsia y otro pinchazo me volvio a dar, pero me contube-Dasfinguer, Ian.. Walter ¿donde estan?- estaba desorientada, por una parte lo veia todo arder, por otra me dolia todo y las sacudidas eran fuertes y por otro... no les encontraba.

-Ian se ha ido para dejarnos intimidad, al parecer. Y Das sigue semi-inconsciente en el centro de la plaza. -Dije dejando de recorrer sus marcas y mirandola a los ojos levaantandome detrás de ella.

Escuche una explosion mas fuerte todabia, fui corriendo a donde se encontraba Das y empece a cargar con el.-Walter salgamos de aqui, avisemos a Ian.-Otra explosion muy fuerte resono cerca nuestra.-¡Vamonos!-grite alzando las alas y empezando a buscar a Ian. Mis alas ya no eran negras, tenian un tono grisaceo apagado, y es que estaba muy debil.

Cogí a Ana de la cintura y m eheché a Das al otro hombro.
-Lasgate de aqui Ian! -Estaba seguro de qu eme habria oido. Entonces susurré algo.
-Nunca he hecho esto con más gente, espero que funcione. -Me dispuse a transportarme al castillo, las sombrar nos tragaron a los tres y desaparecimos. Llegamos pero yo quedé muy debilitado.

Note como intentaba transportarnos, e intente darle un poco de mi poder, pero estaba demasiado debil, justo a tiempo desaparecimos de ahi pues unos segundos despues las llamas y explosiones, se lo tragaron todo a su paso, solo rezaba porque Ian hubiera podido salir de ahi.

(nos movemos aqui: https://creatureswars.forosactivos.net/castillo-vampirico-f13/el-salon-del-trono-t486.htm#9203 )

Escuché a Walter y después olí las explosiones y sabía que en un par de segundos el lugar en el que estaba iba a salir por los aires. Tenía el lago detrás y ninguna salida por la que huir. Cerré los ojos y recurrí a la supervelocidad, y corrí con todas mis ganas. Abrí los ojos y estaba corriendo encima del agua. Cuando me di cuenta de este suceso, pedrí la concentración y cai al agua. Me giré para ver la antigua aldea y solo se veía humo, fuego y contínuas explosiones. Hize un mapa olfativo y ubiqué a muchos animales y ningún vampiro vivo. Rezé porque ninguno de los muertos fuesen ni Das ni Walter, y en especial Ana. Salí del agua y me fui a mi reino.