bajo la lluvia veraniega

Al lamerla sentí un sabor espantoso, debía de ser por que era una vampira.

-Aggg, dios!-exclamé, sacando la lengua y lamiendome la ropa para quitar ese sabor de ella.

Cuando quise darme cuenta había juntado su frente con la mia. La miré fijamente, paralizado. Tanto su rostro como su olor no eran de otra cosa si no de cariño... cada vez me quedaba mas perplejo con esta mujer. Su apartó y se puso a secar el pelo, sin embargo yo no me morí, y seguí mirandola largo rato.

Sonreí al verle tan quieto y segui secandome el pelo con naturalidad, mientras tarareaba una cancioncilla que me habia enseñado Walter dias atras. Cuando termine con mi pelo mire a Andrew-Que agusto se esta aqui ¿verdad?-con una sonrisa de oreja a oreja.

La escuché tararear... la melodía penetró en mi... me era terriblemente familiar...

-Esa canción...?

Me sorprendi-¿Esta cancion?, me la enseño Walter el otro dia.-dije con alegria, me encantaba cantar, una de mis grandes pasiones cuando era humana es llegar a ser una cantante, volvi de mi ensoñacion-¿te gusta? tambien me enseño la letra- dije cerrando los ojos y al poco tiempo empezando a cantar.

Entonces recordé todo. Mi madre me venía cada noche, con su angelical voz, para acunar mis sueños de pequeño.

-Era la canción que me cantaba mi madre todas las noches en la infancia...-sige con voz apagada y mirando al suelo

Deje de cantar y me entristeci por Andrew.-Perdon.. no queria hacerlo con malas intenciones-dije mirandole largamente, en poco tiempo se habia combertido en algo importante para mi y no queria hacerle entristecer.

La miré y sonreí.

-No te preocupes, no pasa nada. Solo que... me trajo muchos recuerdos. Tienes una bonita voz... muy parecida a la de ella, también era muy guapa, como tu... almenos en mis borrosos recuerdos-sonreí

Me sonroje un poco ante el cumplido, no estaba acostumbrada a que me llamaran guapa ni a que me dijeran que mi voz es bonita-o.. gracias, me alegro de que ya no te de tanto asco, seguro que tu mama era muy buena persona-dije sonriendo calidamente.

-Me sigues dando asco, y tambien sigues siendo una maldita chupasangre para mi. Pero guapa eres, eso tengo que reconocerlo... aun que sigo prefiendo el fisico de mi difunta esposa.
Si... ella era muy buena persona, pero firme cuando había que serlo. Aun que no tengo demasiados recuerdos de ella... la mayoría son vagos. Eso mejor preguntaselo a Walter.

Me rei ante su comentario-Bueno se lo preguntare cuando su gran importante mision haya concluido-suspire, siempre se iba fuera por largo tiempo y aparecia cuando menos lo esperabas, pero asi era el y me encantaba. *Andrew es muy curioso*pense para mi misma sin dejar de mirarle, al poco rato me di cuenta y aparte mi mirada de el.

Se quedó mirandome largamente y al rato giró la cabeza rapido mirando n otra dirección. La miré extrañado.

-Que?

Le volvi a mirar, me habia pillado.-Nada, solo estaba pensando que eres muy mono.-dije sonriendo y mirando al horizonte.

La miré muy extrañado.

-Mono?? yo no tengo de eso..

-claro que si y gracioso-dije riendome de la cara de extrañado que puso.

Seguí mirandola con aun mas extrañanza y un poco con los ojos entrecerrados. Sin embargo acabé sonriendo levemente por su alegria natural y miré al horizonte.
El viento agitaba con suavidad mi melena alborotada. Alcé un poco la cabeza, cerrando los ojos, para poder disfrutar del viento y de paso oler lo que consigo traia.
"uhmmm, panceta... parece que a unos kilometros de aqui estan haciendo una barbacoa"

*Cuándo me agarró no hice nada, simplemente la miré desafiante. Sin embargo, cuándo me soltó no me corté ni un pelo y tras lanzar un hechizo no-verbal la zona que rodeaba a Ana se fue calentando y secando lentamente... al de un rato (OFF: Es decir, ahora, xd. ON: ) el suelo a su alrededor estaba sequísimo y comenzaba a hacer bastante calor mientras las plantas se iban marchitando. No se había notado nada, tan sólo una leve neblina, tan leve que se había camuflado perfectamente fusionada con la lluvia. Lancé otro hechizo que bloqueaba el acceso directo a su reino y que la mantenía atrapada en la zona de calor y sonreí, la zona de calor abarcaba 1 metro de radio desde Ana, que estaba en el centro. Era una especie de jaula invisible lo que la impedía salir de allí o huir hacia su reino, pero no me impedía a mí lanzarla hechizos, algo que hice lanzándola una bola de fuego. Sonreí con malicia, sabía que no podía abusar de ésta táctica por mi rango, pero ella no podía saber la energía que me costaba aquello. Solté una suave carcajada*

Me quedé saboreando ese olor... pero entonces noté como la temperatura iba subiendo.
"Uy... se les quema la carne..."
Abrí los ojos y cuando quise darme cuenta me estaba quemando parte del brazo.

-Ahhh!!-di un salto lateral hacia el lado contrario y empecé a rodar apagandolo.

"uff... por poco..." Miré que ana estaba en el centro de lo que parecía un circulo de fuego. Me levanté y busqué a la responsable con la mirada, tranquilo.

*ví como sin querer el brazo de Andrew había ardido, había cogido un radio demasiado grande.*

-Lamento el incidente Andrew, no deseaba dañarte.

*le dije con sinceridad, por suerte para él, la jaula sólo retenía a los vampiros, es decir, ningún vampiro podía salir de allí aunque contase con ayuda externa. Aquél hechizo sólo le podía poner final yo y miré burlonamente a Ana*

-¿Os gusta el fuego usurpadora?

-No importa.

Miré a ana. En esos momentos estaba teniendo un debate interno bestial. ¿Hacer algo o no hacer nada?
Era un vampiro, al fin y al cabo se merecia morir. Pero sin embargo era un alma muy pura para ser vampiro y tenía que reconocer sentir cierto cariño hacia ella por mi parte.
Mi cara debío de expresar mi frustracion.
"agggg, que hago?"

Lancé una canica rellena de polvora, de las que Asp habia encargado a mi nombre, que interceptó en su trayectoria la bola de fuego de Ereith provocando una pequeña explosión y disipando la bola de fuego.
Acto seguido bajé de la copa del arbol quedando situado justo delante de Ereith, coloqué el filo de mi espada en su garganta. Estaba suficientemente cerca como apra que una llamarada la dañase a ella tambien y suficientemente lejos como para que no pudiese tocarme.
-Es un fuego muy bonito, me pregunto si podrás mantener ese conjuro sin garganta.

*noté como me iba a llegar el fuego y rápidamente lancé otro hechizo que causó que me rodease, pero no que me dañase. El fuego se mantuvo suspendido aunque Deimos tenía su espada en mi gargante, obviamente guardaba alguna distancia. Me alejé varios pasos alejándome de su espada y sonreí con malicia.*

-¿Acaso deseáis probar la misma medicina?

*le amenacé con una sonrisa, podía recrear lo mismo que con Ana con aquél príncipe vampiro, aunque también es cierto que no podría mantener ambas cosas mucho tiempo, pero eso ellos no lo podían saber, la seguridad que desprendía hacía que fuese mas que suficiente para despistar cualquier olfato*

-Acaso alguien de vuestro nivel podria mantener a una reina y a un principe mucho tiempo retenidos? -Habia leido suficiente acerca de magia y conjuros como para saber que no y en caso de que lo intentase tenia mi mosquete y mis canicas. No separé mi mirada de ella, examinando cada movimiento, reuniendo información.

*Le sonreí*

-¿Quién sabe? Hay tantas clases de hechizos...

*dije divertida mientras parte del fuego que me rodeaba se tornaba sólido y aparecía envuelta en una armadura mágica extremadamente resistente a los ataques físicos y mágicos, además de estar adornados con unas alas de fuego, era la misma armadura que había usado cuándo me había enfrentado a Ana, tan sólo la creé por si acaso. Mientras, el círculo en el que estaba Ana comenzaba a hacer ams y mas calor, surgiendo de la tierra ya literalmente varias lenguas llameantes. la altura de la jaula impenetrable era de 3 metros*

Observé la situacion, traté de oler algun sentimiento que me diera pistas de su estado pero fue inutil.

-Ereith, detente.

Sonreí. Muy bien, si queria jugar, jugariamos. Envainé mi espaday usé mi baile de sombras (Off: Tecnica que paso de describir de nuevo xD On:) desapareciendo de mi posición y apareciendo justo detrás de Ereith, la sujeté del hombro y con mi mosquete en la mano coloqué el cañon de este entre los huecos de su armadura. Apreté el gatillo. Disparo a quemarropa. No fui a matar pero puede que consiguiese que perdiese la concentración unos instantes liberando asi a Ana.