La cueva infernal (rol)

Allí estabamos los tres: Salem, Walter y yo. Acababamos de sellar la entrada a la cueva infernal. Lo más seguro es que alguien quisiera interponerse en nuestro camino, así que es lo mejor que podíamos hacer. Comencé a andar hacia el interior. Llebábamos las gemas cargadas de energía. Esperé a que me siguieran mis compañeros.

-¿Preparados para descubrir los secretos más profundos del universo?

OFF: Los turnos que se hagan según la gente vaya posteando. El primero sería Aspicious claramente xD

Sonreí, cada vez estabamos más cerca. Apenas podia ocultar mi nerviosismo. La Respuesta estaba cercana. Casi podia notarlo. Aferrando las gemas me adentré en la cueva tras Aspicious, para hacerme una idea dellugar utilicé mi habilidad de rastreo. Localizando las particulasde las paredes. Pude ver claro el camino hasta cierto punto, en ese momento simplemente desaparecia.
Continué tras Aspicious.

Y las respuestas aguardaban al final de esa cueva, pasé detrás de mis compañeros, con todos los sentidos alerta. Con mis ojos escrutaba las penumbras, hasta que se acostumbraron yp ude ver medianamente bien.

OFF: Ya sé que quedará muy poco bonito, pero voy a meter el turbo on para terminar cuanto antes con el post xD

ON: Avanzamos por los pasillos con las piedras en los cintos, éstas nos mantenían a salvo, sin embargo la oscuridad que me impedía ver llegó. Comencé a cantar para que me siguieran:

"Cuentan más allá de mares, de cielo, de infierno,
los secretos que se esconden
se guardan con un gran celo.
Canta, canta, mi guardián.
Busca, busca, ¿dónde están?
Que no te tomen el pelo,
los secretos no se esconden.
Se encuentran entre los mares, el cielo, el infierno.

Canta, canta, pequeño diablo,
corre, corre, es todo un engaño,
no abraces la demencia hasta el fin.

Más allá de aquellos tiempo sangrientos
poderes antiguos de la existencia
se alzan para un nuevo día.
Corre, corre, mi pequeño diablo
y atiende bien a lo que te hablo,
escucha esta canción mía.
Canta, canta, no abraces la demencia,
solo un correcto camino entre cientos.

Canta, canta, pequeño diablo,
corre, corre, es todo un engaño,
no abraces la demencia hasta el fin."

Tras seguir cantando la canción el camino se iluminó y pudimos continuar por nuestro camino. Ante nosotros se había una bifurcación.

Ese pasadizo nublaba todos mis sentidos, incluso el rastreo. Estaba completamente perdido, pero de repente comencé a oir una melodia, de los labios de uno de mis acompañantes, era el único vinculo que tenia asi que comencé a cantar co él, siguiendo su voz y adentrandome en la negrura.
Finalmente llegamos a una bifurcación, activé mi rastreo y sentí las paredes. El camino de la derecha parecia lelvar a una gran sala llena de... ¿Estanterias? El otro camino llevaba a un pequeña sala circulas con una salida.
Señalé el camino y continue andando.

Y continué andando, cantando lo que cantaba Aspicious. Tal como debia ser. Finalmente, salimos de aquel oscuro camino.
Llegamos a la bifurcación y sonreí. Ahora era el turno de Walter.

Continué por el camino que habíamos tomado. Tras una larga caminata nos hallamos en una amplia sala, decorada como un castillo. Resultaba bastante chocante aquello en una cueva desolada. En el centro de la sala había un hombre entrado en años. Alzó su voz y nos amenazó.

-Vosotros... largáos de aquí, no hay nada que os pueda interesar en este lugar. ¡Fuera!

Muy calmado le respondí.

-Siento decirle que detrás de vos se encuentra nuestro objetivo. Muy a mi pesar deberá apartarse si no quiere una muerte violenta.

Dicho esto desenfundé mi espada y me puse en guardia, indicando a mis compañeros que hicieran lo propio.

El viejo, con sus ojos entrecerrados contemplo en silencio vuestras auras durante un tiempo. Sus ojos se posaron en Walter y despues pasaron a Salem. Finalmente se posaron en Aspicious.
-Tu aura es distinta, tus objetivos no son los que deberian, demonio. -Su voz tremula y carente de sentimiento. Las arrugas de su rostro reflejaban el frucimiento de sus ceños.
-No puedes pasar. -Su voz fue tajante, y, alzando una mano, un inmenso muro de piedra se alzó en la salida.
-Volved por donde habeis venido, es mi última advertencia. -Dije mientras desenvainaba una vieja espada.

Comencé a reír amargamente. Poco a poco esa risa se fue convirtiendo en una malévola.

-Debes ser bastante tonto para pensar que nos daremos la vuelta solo con eso.

Una pequeña corriente de aire empezó a arremolinarse a mis pies.

Mantuve mi guardia alta, si maenjaba la tierra podriamos tener serios problemas a luchar en una cueva. Hice un corte con mi espada en mi muñeca y cuatro litros de mi sangre se escurrieron de esta, situandose a mi alrededor.

Sonreí ante la impertinencia de aquel tipejo. Extendí mi mano derecha y pronuncié una palabras en rúnico.
En mi mano se formó una esfera de luz oscura de la cual comenzaron a salir disparadas agujas, afiladas como cuchillas, que trazaron arcos en dirección al demonio.

El demonio no se inmutó, alzó una mano. La tierra se movió con ella, formando una semicupula que le protegió de los proyectiles. Segundos más tarde del suelo comenzaron a salir puas bajo vuestros pies.

Alcé el vuelo rápidamente esquivando las púas. Llégué hasta el techo de la sala y me quedé en suspensión observando cómo mis compañeros hacían su trabajo.

Vi como las puas salian del suelo asi que alcé el vuelo mientras convertia la sangre en otra espada. Aramado con esos dos letales filos me lacé contra la semicupula del demonio, la sobrepasé por arriba y lancé un tajo vertical al descender por el otro lado, no tendria mucho tiempo de reacción.

Vi como mis proyectiles mágicos quedaban clavados en su semicupula con una sonrisa. Las agujas de tierra comenzaron a salir, pero carecian de la precisión necesaria para golpear a un blanco en movimiento, debido a que habia bloqueado su visión con la semicupula. Me moví rapidamente hacia un lado mientras me hacia un corte en la palma de la mano y comenzaba a recitar un selmo, no serviria de nada si no le daba de lleno. Me paré varios metros a mi izquierda, de esa maenra mi conjuro no alcanzaria a Walter. Estendí la mano derecha, la que habia cortado y la sangre comenzó a brotar y a formar un gran sello flotante justo frente a mi. Pero no surtiria efecto si no le daba de lleno.
Extendí mi mano izquierda y cerré el puño, las agujas oscuras clavadas en la semicupula explotaron, dejando al descubierto a mi objetivo. El sello estaba completo, estaba cargado. Terminé el selmo.
Fue apenas un instante, un fracción de segundo. Una gran cantidad de energia salio disparada desde el sello hacia el demonio, como un enorme haz de mágia negra. El conjuro más poderoso de mi arsenal. El demonio apenas podria haberlo visto venir. Solo humo.
Nada más lanzar el conjuro llevé mi mano al pecho, necesitaria descansar.

Una luz... No... Era más acertado decir que oscuridad... Y sin embargo brillaba...

Los ojos del demonio se abrieron de par en par, casi parecia que fuesen a salirse de su sitio.

Apenas habia podido bloquear a tiempo el ataque del vampiro. Pero el vampiro no queria matarle, solo queria distraerle, por eso su muro habia reventado poco despues. Apenas le dió tiempo a mirar. El sello estaba formado, era una compleja trama de simbolos y lineas.
Si era tal y como le habian contado y la potencia de un conjuro era proporcional a la complejidad de sus tramas este debia de ser absurdamente poderoso.

No podia hacer nada, si se movia el vampiro le pillaria desprevenido, no tenia tiempo para elevar un muro. Si se quedaba quieto sufriria los efectos del conjuro.

Antes de que terminase de pensar todo habia acabado... Esa gran canalización de energia habia acabado on él es un suspiro y se habia estrellado con el muro de detrás levantando una gran cantidad de humo.

Sin inmutarme lo más mínimo descendí al suelo y continué mi camino hacia nuestro objetivo.

-Adelante, ya queda poco.

Hice que mi sangre volviese a mi y seguí a Aspicious, ya casi estabamos.

Respiré profundamente tratando de conseguir energias. Bajé la mano hasta mi cinturón de reservas y utiñicé la mágia almacenada. Seguí a Aspicious.

"Y así el mundo surgió de las cenizas del amanecer, guardado con celo el secreto de su creación espera un nuevo nacimiento"

Podía sentir mis sienes palpitando, mi corazón latiendo cada vez más rápido, mi aliento escapándose de mi boca. El largo corredor por el que iba caminando concluía a pocos metros. Solo unos pasos más. Podía vislumbrar una luz tenue, una luz que no era blanca, sino negra. Algo tan sobrenatural que escapa de la imaginación de cualquier ser mortal.

A unos pasos más la sala se fue dibujando en mis pupilas. Una altísima cúpula que llegaba hasta el infinito, donde no se podía ver absolutamente nada, se alzaba majestuosa. La cavidad circular poseía en su centro la fuente de aquella luz oscura que subía en espiral hasta perderse. El foco de donde emanaba toda aquella energía era una gema reluciente. Una gema negra como el azabache. Una gema tan perfecta que ninguna criatura podría jamás haber pulido. No había nada más.

Me acerqué cautelosamente a la gema. Era lo que contenía lo que necesitaba. A una distancia prudencial la presión que ejercía sobre mí me hacía sentir insignificante. Mis compañeros, parados en la entrada a la sala observaban minuciosamente. Poco a poco continué aproximándome. Entonces estiré el brazo y la toqué con la yema de los dedos.



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-AAAAAAAAAAAGGHHHHHHHHHHGGG!!!!!!

Un grito espeluznante salió de mi garganta. Pronto perdí la consciencia de mi mismo. Mi cabeza iba a explotar. Miles de millones de imagenes inconexas se agolparon en mi mente en milésimas de segundo. Nada tenía sentido, pero a su vez todo iba tomando forma fuera de la lógica universal de este mundo. El principio de todo. Eso era lo que estaba sucediendo en mi interior.

Tras unos segundos el caudal de ideas se detuvo y caí inconsciente en el frío suelo de la cueva.

Vi como Aspicious cais inconsciente al suelo. Asi que ya estaba, sonreí. Ya teniamos la primera parte, pero me preocupaba lo que podria haberle ocurrido a Aspicious, ahora mismo debia de tener un maremagnum de ideas inconexas en la cabeza, información incompleta pero suficientemente precisa.
Miré a Salem y le hice una seña con la cabeza.
-Solo un poco, no tienes que saberlo todo. Solo has venido a comprobar eso, ¿No? Si veo que coges más de lo que debes te mataré. -Y mi amenaza no estaba vacia. Seguro que podia notarlo en mis ojos carmesí.

Ví como Aspicious caia al suelo inconsciente y sonreí. El conseguia una de sus partes y yo conseguia mi respuesta. Avancé hacia el cuerpo caido del demonio. MIré a Walter cuando me advirtió, sabia que era pura seguridad, despues de todo era humano, saber todo eso podria volverme loco por completo. Al menos si lo conseguia todo de golpe.
Me arrodillé al lado de Aspicious y coloqué mi dedo indice sobre su nuca. Murmuré un conjuro en rúnico. Mientras cantaba la letania de tan complicado conjuro un pequeño hilito, de colores brillantes y vaiados, comenzó a salir de la nuca de Aspicious. Tenia que seleccionar el hilo correcto de pensamiento y cortar antes de llevarme toda la madeja. Los ojos de Walter observandome no ayudaban a que me concentrase.
Finalmente corté el hilo, no habia necesitado mucho, era un hilo de apenas ocho centimetros. Mantuve mi letania para mantener esas ideas. Llevé el hilo a mi frente, donde se disolvió. La letania se detuvo.
Ahora ya lo sabia.

-Es tal y como pensabamos, no ha sido el primero. Y asumo que tampoco será el último. Ya sabemos a por que irá. Aspicious no necesita saber esto, solo tú lo sabes, y por que estabas presente. Ahora llevemosle de vuelta a sus aposentos. -Fui a andar y casi caí, habia gastado mucha mágia. Me repuse como pude y eché a andar con dificultades.

Si era tal y como pensabamos las cosas se complicaban. Tendriamos que acabar con él y asumia que Salem lo sabia. Cogí al inconsciente Aspicious y eché a andar detras de Salem con él a cuestas.