(Mision)El camino bloqueado

Mientras recorrias el sendero en busca de tu objetivo vas encontrandote a distintos comerciantes y viajeros quejandose de alguien que les obligaba a pagar un peaje.

Al rato llegaste a una caravana de comerciantes parada a la entrada de un pequeño desfiladero de unos 30 metros de largo y las escarpadas paredes del mismo no superaban los 4 metros de altura. Por lo que pudiste oir al otro lado se encontraba el caballero,y paraba a todo el que intentase cruzrar el desfiladero. Al fondo se enconctraba una figura equipada con una armadura y parecia que llebava una espada a la espalda. Al verlo sentiste que su aura no era la tipica de un humano es mas podia superar tranquilamente la de un maestro.

Llegué al desfiladero llevando mi larga capa negra, debajo de la cual llevaba mi ligera armadura negra. Mi espada de plata colgaba de mi cinturón. Tambien llevaba mi sombrero de ala ancha que me permitia ocultar mis ojos, tan poco comunes.
Me acerqué a los comerciantes que se encontraban en la entrada y les lancé el papel que habia cogido del tablón de misiones, asi sabrian a lo que venia.
-Largaos de aqui, volved en unas horas. Para entonces habré despejado el camino. -Les dije a los comerciantes. Con un poco de suerte se irian y podria actuar con libertad. Mi mirada se dirigio a la figura que se encontraba al final del desfiladero, era bastante desconcertante. ¿Seria un humano? ¿Con ese aura? Avancé hacia él.

Los comerciantes al oir la seguirdad con la que hablaste automaticamente empezaron a recoger sus cosas para irse de alli entre sus comentarios especulaban sobre lo fuerte que debias de ser al enfrentarte a ese caballero. Sin embargo algunos de ellos rechistaron al irse por que quierian ver el combate.

Conforme te acercabas distinguiste que la armadura del caballero esra negra cubriendole la cabeza al rededor de su espada , colgada a su espalda, se podia observar como se condensaba el vapor de agua cercano por el frio que esta emita.

El caballero lebanto una mano mientras elevava la voz-¡Alto! Para pasar por aqui teneis que pagar una pequeña contribucion si no ya podeis daros la vuelta y volver por donde habeis venido - Dijo poniendo al final un tono amenazante y para resaltarlo se llevo la mano a la espada agarrando la espada mientras retrasaba el pie derecho.

Sonreí de manera casi imperceptible cuando los comerciantes se marcharon. Eso facilitaria enormemente las cosas. Caminé hacia la figura y me detuve unos metros por delante de ella.
-Oh, pero mi joven señor, solo soy un viajero y no dispongo de dinero. -Mientras hablaba descolgaba mi espada del cinturón bajo la capa. -Asi que, me temo que pagaré con una vida, y no será la mia. -Eché mi capa hacia atras dejando al descubierto mi espada, ahora apuntando hacia su pecho. Su filo plateado vibró con el movimiento. Con mi mano izquierda me quité el sombrero y lo lancé al aire, permitiendo asi que viese mis ojos de color carmesí. Una siniestra sonrisa se dibujaba en mi rostro.
-Muestrame tu poder, caballero. -Expandí mi aura y me puse en guardia, preparado para bloquear o esquivar su ataque.

Ante tus palabras el extraño guerrero no tardo en reaccionar apartando de un manotazo tu espada (OFF: el golpe es en la parte plana de la espada) a la vez que desenfundaba y lanzaba un golpe direccto a tu cabeza con con la hoja del arma, pero en el ultimo momento, vacilo al ver tu sonrisa y tus ojos cambiando a golpearte con el pomo de su arma

Me eché hacia atrás con un salto a tiempo de evitar su golpe.
-No te contengas caballero, quiero divertirme. -Mis colmillos salieron de sus fundas y se me clavaron en el labio inferior. Abrí la boca para evitar la incomodidad y mostré mis colmillos en una siniestra sonrisa. Dos hilillos de sangre recorrian mi barbilla.
Subí la mano con la que sostenia la espada y con cuidado me limpié la sangre. Instantes más tarde estaba cargando hacia él y lanzando un corte horizontal a la altura de su cuello.

Se agacho para esquivar tu corte que rozo su casco imediatamente despues abanzo con todo su cuerpo-como usted quiera señor-mientras lanzaba un corte directo a tus piernas usando su cabeza como ariete para golpearte en el estomago

Salté y apoyé mi mano en su cabeza, lo cual me permitió pasarle por encima. Cualquier persona menos agil abria tenido serios problemas. Antes de caer al suelo detrás de él aproveché mi ventaja y lancé un tajo vertical a su espalda. Al caer me dí la vuelta para encararle.

Tu golpe alcanzo de lleno su espalda anque gracias a su armadura se quedo en un corte poco profundo, lo que le permitia seguir luchando. Te lanzo un corte horizontal mientras giraba para encararte de nuevo acabando en una posicion defensiba con la espada cruzada por delante.

Me eché hacia atrás para evitar su ataque, pero esta vez no me esperaba un ataque tan contundente, asi que recibí un corte no demasiado profundo en el hombro izquierdo, en la ropa circundante aparecieron cristalitos de hielo y la herida misma ardia como el hielo. La sangre comenzó a brotar, impulsada por mi control sobre ella. Recorrió mi brazo izquierdo, amoldandose a el, cubriendolo. Finalmente tomó la forma de una gigantesca garra de tres uñas que casi rozaba el suelo, oscilaba entre la solidez y la liquidez, parecia no decidirse por ninguno de los dos estados. Maleable y resistente. Me permitiria cubrirme y atacar.
Lancé un zarpazo en su dirección y traté de forzarle a ir a una de las paredes.

El caballero al ver como su corte te alcanzaba solto una pequeña risotada cortada rapidamente por el asombro que le causo tu control sobre la sangre-Maldita mala suerte la mia.

Esquivo tu ataque saltando lateralmente mientras interponia su espada entre tu garra y el lanzando despues un corte a tu costado.Tras esquivar tu ataque acabais formando una linea perpendicualr a las paredes del desfiladero.

Bloqueé su ataque con mi espada. El frio se extendió por mi arma, pero era solo eso, frio. ¿Que es el frio para alguien que ya ha muerto? Nuestras espadas se mantuvieron en contacto. La pared del desfiladero estaba a su espalda. Ya era mio.
Mi garra de sangre se disolvió, conviertiendose en seis latigos, tres pasaron por la derecha del guerrero y otros tres por su izquierda y se clavaron a la pared detrás de él. Ahora estaba acorralado.
-¿Y que hará ahora el caballero? -La siniestra sonrisa permanecia en mi rostro. Una septima estaca de sangre salió directa hacia su corazón, dispuesta a dar el golpe de gracia.

Mantuvo las esapadas en contacto en respuesta a tu pregunta solo respondio una palabra-¡¡¡Matarte!!!- Acto seguido se avalanzo sobre ti sin ver esa septima estaca que le atraveso el corazon llevandole a la muerte y a un silencio solo roto por el sordo golpe de su espada al clavarse en el suelo.

Observé como el caballero caia, la sangre volvió a mi cuerpo. Lancé el papel de la misión sobre su cuerpo inerte y recogí su espada antes de irme.