Observando el cambio.

Era una sensación extraña. Sabia que esta torre llevaba aqui desde siempre, que habia existido desde timepos inmemoriales, pero a la vez sabia que habia aparecido hace tan solo unos dias. Estos pensamientos se arremolinaban en mi mente, confundiendome, mientras observaba desde la torre de un campanario. Era de suponer que este asentamiento humano tambien llevaba en la base de la torre muchisimo tiempo, pero a la vez no lo llevaba. El viento arremolinaba mi capa negra dejando entrever destellos metalizados de la armadura que llevaba debajo. Mi aura estaba suprimida.
-Asi que este era el poder que contenia el sello... La realidad ha temblado... -Sabia por que habia ocurrido esto, de hecho sabia que algo asi ocurria, sin embargo era ciertamente desconcertante. Desvié la mirada desde las calles a la luna, el cielo que se podia ver desde ese lugar era ciertamente hermoso, sin barreras, oscuridad plagada de pequeñas motas de luz, de infinitas motas de luz. Sin embargo, la oscura presencia de la torre arruinaba el panorama y me recordaba lo que se avecinaba.

Un halo oscuro distorsionó el ambiente, materializando mi rostro angelical al salir de éste y quedar sorprendida observando hacia lo alto de la torre.

- ¿Ésta era la perturbación tan grande que ha hecho temblar Yggdrasil...? -Murmuré con voz calma, aunque no pudiera salir de mi asombro.

Mi aura, continuaba alzada, empezaba a mostrar un poderío superior al de una princesa demonio. No detecté el aura de la otra persona presente en el lugar y mi atención estaba demasiado centrada en la parte superior de la torre, hasta donde me alcanzaba la vista.

Algo me sacó de mi ensoñación. Un aura se habia materializado cerca de mi posición. Traté de identificarla antes de acercarme. Era evidente que se trataba de un demonio, un principe o princesa... Sin embargo... La historia se repetia, lo reyes no duraban demasiado en el infierno... Al igual que le ocurrió a Aspicious este aura empezaba a delatar que pronto ascenderia. Debia de tratarse de la princesa renegada, pues no se sabia nada de su anterior rey desde hacia tiempo. Las sombras engulleron mi forma, aparecí justo detras del aura.
-La realidad tiembla, Yggdrasil se estremece y solamente dos criaturas muestran sus caras por aqui. -Mi voz sonaba calmada observaba el punto donde ella tenia clavada la mirada, en lo alto de la torre, o por lo menos hasta donde alcanzaba mi vista.

Una voz me sacó de mi ensimismación y me volví, descendiendo el rostro para observar al otro curioso que parecía haberse acercado a comprobar el cambio. Descendí mi aura para tratar de percibir la suya, aunque ni suprimiéndola lo logré. Sin embargo, sus rasgos le delataban, parecía un vampiro.

- Ciertamente... hemos sido los primeros en caer en la tentación de la curiosidad... -Comenté con voz calma, observando al vampiro de soslayo.

-En estos tiempos que corren pocas criaturas se preocupan de algo más que de si mismas. Ni siquiera los ideales de grandeza, lealtad y justicia de antaño consiguen sacarlas de sus madrigueras. -Bajé la mirada hasta cruzarla con la suya. -A veces olvidan que todo tiene repercusiones, incluso la pasividad... -Me encogí de hombros y andé hasta colocarme a su lado. -Algo grande esta a punto de comenzar, el destino de Yggdrasil pende de un hilo y solo unos pocos reino se han movilizado. ¿Por que lucharás cuando alcances el poder, princesa?

Escuché cada una de sus palabras sin desviar mi atención, manteniendo la mirada cuando se acercó a mí, serena y calma.

- Por la supervivencia del Infierno y mis más allegados... y la destrucción del Cielo... -Respondí con voz suave aunque firme, sin tapujos, directa al grano-. ¿Y vos, caballero? ¿Cuál será vuestra meta a seguir, si no es mucha indiscreción?

Sonreí al escuchar su respuesta, en estos tiempos poca gente preocupaba de algo que no fuese su reino y sus allegados. Sin embargo podia entenderdo, yo daria mi vida por Luccie y por el reino vampirico.
-El futuro. -Una respuesta simple y concisa. -Lucho por que exista algo más allá de mañana... Puede que cuando todo esto acabe mis objetivos cambien. Pero siempre perseguiré la justicia.

- Justicia... bello concepto que puede colocar a cada uno en el lugar que me merece estar... también la persigo... E intentaré sobrevivir a lo que tenga que llegar para poder contemplarla... -Sonreí de manera cálida después de expresar estos sentimientos y guardé silencio un instante, entornando la mirada como si le analizara-. Me agradáis... ¿Podría conocer vuestro nombre, mi buen caballero?

Aguaante su analisis sin inmutarme. Parecia un persona que tenia las cosas claras, eso era dificil de ver.-Vos tambien me agradais, mi nombre es Walter Wingates. Y me temo que ahora jugais con ventaja. -Realicé una leve reverencia al presentarme y esperé a que ella me dijese su nombre.

Sonreí con calidez al escuchar su nombre.

- Un placer, Walter, si me permitís tutearos... Yo soy Caeli et Terra, Princesa de los Demonios Renegados y actual Regente -Realicé una amplia reverencia-. ¿Si ya lo habéis meditado, puedo preguntaros qué esperáis encontrar en este lugar? Cuentan que en él habitan los doce dioses que gobiernan Yggdrasil... ¿Será verdad?

-No espero ver nada, por lo menos no de momento. -No pude reprimir una sonrisa cuando habló de los dioses. "Si conociese la verdad..."
-¿Asi que eso dicen? -Me encogí de hombros, no habia que desvelar todo lo que se sabia. -Seria temerario ir a comprobarlo, pero es cierto que es curioso que haya doce plataformas sobresaliendo de la torre, las conté cuando volaba hacia aquí.

- Sí, es curioso -Corroboré-. Pero... Aunque estoy de acuerdo en que sería muy temerario ir a descubrirlo... ¿no crees que la torre ha aparecido aquí por algún motivo?

Me quedé pensativa un instante, recordando lo que me comentó en una ocasión el ahora desaparecido rey de los demonios renegados. Las piedras del equilibrio... Cuando él me lo contó habían sido destruidas ya dos de las cinco piedras... y seguramente la aparición de esta torre guardaría alguna clase de relación con dicho suceso.

- ¿Por qué ha surgido precisamente ahora...? ¿Cuál es su cometido...? ¿Restablecer el equilibrio...? -Lancé las preguntas al aire mientras miraba hacia lo alto de la torre, muy tranquila, sonando incluso filosófica.

-- No me sorprende veros aqui, principe Walter -- dijo Elinor cuando llegó frente a la Torre y les vio -- mas a vos no os conozco -- mire a la chica sin reconocerla -- me alegra descubrir que no he sido la única en acercarse a observar este fenomeno...

Off-- me apunto si no os moleta ^^

Percibí la intensidad y poderío oscuro de un nuevo aura junto a nosotros. Su presencia se hizo notar tomando el protagonismo al dirigirse verbalmente hacia el vampiro. “¿Príncipe?” Pensé al escuchar el título de los mismos labios de la mujer. No me lo había rebelado él mismo, y al tener el aura completamente suprimida, tampoco podía haberlo supuesto.

Sonreí hacia ella con calidez e incliné ligeramente la cabeza, en un ligero asentimiento como saludo. Mi aura permanecía expandida a un nivel algo superior al de una princesa, al igual que mis rasgos angelicales que permanecían a la vista y apreciación del que los observase.

- Soy la princesa de los demonios renegados y actual regente. Mi nombre es Caeli et Terra, y es un placer conoceros -Realicé una protocolaria inclinación al encontrarme frente a una reina y antes de volver a erguirme, clavé mi mirada diamantina penetrantemente analítica en sus ojos, esperando por escuchar su nombre también.

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OFF: Por mí no hay ningún problema. Es más, es un placer. ^^
Bienvenida, Elinor! n.n

-- es un placer conocerte, Caeli, si me permites que me dirija a ti de una forma más personal tuteandote -- se dio cuenta de que aun no se habia presentado ella misma -- mas que despiste no presentarme, soy Elinor, Reina de los Brujos Oficiales -- hizo lo propio, inclinandose como reverencia, y

- Si es vuestro deseo, no tengo ningún inconveniente, Elinor -Pronuncié con énfasis su nombre, terminando de erguirme, sin perder el contacto visual con la reina bruja-. ¿Qué opinas tú sobre la aparición de la torre, si me permites la curiosidad, Elinor?

-Elinor, hacia tiempo que no nos veiamos. Ya pensé que nadie apareceria por aqui -Hice una leve reverencia en señal de respeto. Luego miré a Caeli, ya era inutil continuar con la farsa, expandí mi aura.
-Parece que ya sabes quien soy. -Me encogí de hombros.

-- Walter, tu aura expandida es mucho más llamativa, deberias llevarla así siempre, ocultar nuestro poder solo es útil en batallas, al menos en lo que en mi opinion se refiere -- le dije con una sonrisa burlona -- y sobre la Torre, un fenomeno de lo más extraño la verdad, me confunde, siento que ha estado aquí siempre y al mismo tiempo estoy totalmente segura de que solo tiene un par de dias de existencia. He venido precisamente a formarme una opinión más sólida, pues si lo que dicen las habladurías es cierto y en esta torre habitan Dioses, una opinion basada suposiciones puede ser altamente peligrosa.Y a vosotros, Walter, Lady Caeli ¿Qué opinión os merece semejante fenomeno?

La noticia no pudo más que dibujarme una amplia sonrisa algo cómplice. Ladeé ligeramente el rostro, me resultaba curioso. Desconocía lo que tendría que ocultar Walter, pero a Elinor no le faltaba razón. Clavé mi diamantina mirada en Walter, curiosa y pícara.

- ¿Tienes algo que ver con la reina Luccie? -Pregunté con suavidad. A lo mejor había sido un poco directa, pero si así era, me alegraría mucho saberlo.

Me volví de nuevo hacia Elinor, observándola en un principio sorprendida. “Lady...” Debía reconocer que me gustaba ese título... los demonios me decían “Milady”, pero “Lady” sonaba más formal y viniendo de ella me hizo sentir algo más importante. Sonreí ahora con gratitud por el cumplido.

- Sorpresa e incertidumbre... conozco lo sucedido con las piedras y la aparición de esta torre me desconcierta... eso significa que el equilibrio se ha roto definitivamente... que el Apocalipsis se cernirá pronto sobre nosotros... -Miré a ambos a los ojos-. ¿Estáis preparados?

-Llevar el aura suprimida demuestra tener muchos más usos además del combate. Sin embargo, tambien la suprimo cuando necesito pensar y no quiero que me molesten. -Respondí a Elinor mirandola a los ojos. Despues me giré a Caeli para responderle a ella.
-Soy su marido. -Me encogí de hombros. Y escuché todo lo que tenina que decir. "Si supiesen la verdad..."
-Si no estuviese preparado no seria el principe de los vampiros.

Off: Milady es My Lady no?? xDDDD es el mismo titulo.

Miré a Walter sospechosamente, acudieron a mi memoria ciertos recuerdos relacionados con el, Asp y las piedras:
-- Lo cierto es que no se bien cómo prepararme ante semejante suceso -- comente -- aunque he empezado unos preparativos improvisados.

No pude evitar sorprenderme ante semejante noticia por parte de Walter. Todo lo que deseaba saber era si pertenecía a su bando o si por el contrario era Renegado. Demasiada información para tan pocas palabras. Me ruboricé ligeramente.

- Mi más sincera enhorabuena -Expresé con total sinceridad a pesar de la aún presente conmoción-. El amor nunca debe faltar, mucho menos en los tiempos que corren. Te da el coraje necesario para resolver ciertas circunstancias...

Dije aquellas palabras desde el corazón, totalmente convencida de ello, sin poder dejar de pensar en William...

-Es muy posible. Jamás permitiria que le ocurriese nada a Luccie. Ni a ella ni a nuestra hija. -Luego miré a Elinor y la medí con la mirada. ¿Acaso era eso cierto? No habia habido mucho movimiento de los brujos ultimamente. Pero podria ser... Tendria que hablar con Salem.
-Esperemos que esos preparativos sean suficientes.

Advertí la mirada de Walter y la miré altiva:
-- A proposito, ¿Cómo se encuentra la pequeña? No la veo desde practicamente desde su nacimiento.

OFF: Lo de “My Lady” y “Milady”, sí es el mismo título, sólo que lo segundo está castellanizado xD

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- Sí, esperemos... -Corroboré a lo que decía Walter sobre los preparativos. Después observé de nuevo a Elinor y me sorprendí al escucharla. "¡¿Una hija?! ¡¿De dos vampiros...?! ¡¡¡Se ha producido el milagro de la vida en una familia de vampiros, qué monos!!!" Pensaba al tiempo que observaba de nuevo a Walter para escuchar entusiasmada lo que fuera a comentar sobre su pequeña.