Un despertar

El sello se habia roto hacía semanas, el equilibrio se habia mantenido gracias a los dioses. La torre era visible incluso desde aqui. Salem sabía que la torre se encontraba en mitad del oceano, y que habia un enclave humano en su base, los Antiguos habian sido crueles al separlos en otra dimensión. Ahora todo habia vuelto a al normalidad, el gran señor estaba apunto de resurgir y de consumir a los dioses para construir su nuevo mundo.
Llevaba dos semanas en ese campamento improvisado en mitad del desierto, habia notado como el flujo de magia se dirigia hacia allí y se habia apresurado en llegar. Dentro de poco el periodo de incubación terminaria y Omega despertaria. Por fin podria conocerlo todo, despues daba igual lo que pasase con el mundo.
En el campamento miles de personas permanecian quietas, espectantes. Como si no fuesen más que marionetas esperando que alguien tire del hilo correcto. Era el ejercito de Salem, soldados sin alma controlados con magia negra. La cantidad de mágia necesaria para conseguir eso era indecible, pero habia sido facil de conseguir al absorberla de las piedras del equilibrio. Ahora era más poderoso que nunca.

Mientras volabamos hacia el palacio detectamos una presencia oscura,nunca habia detectado nada igual.Los demas soldados no se habian dado cuenta de ello,estaban muy despreocupados y alegres por su vuelta.Esto no me gustaba,durante los años en que estuve en el desierto nunca habia encontrado nada parecido.
La presencia parecia cercana pero no era adecuado ir a lo loco, lo que primero debia hacer era avisar a lucius,si era lo que creia ,debiamos tener el apoyo de todos los aliados que pudiese tener.
Se avecina una guerra,y los que me seguian en estos momentos lo mas seguro es que tuviesen que volver a este infierno terrenal.

Detecté la presencia de un grupo de angeles sobrevolando el lugar, los dejé pasar, habia cosas más importantes de las que preocuparse. Desde mi posición podia observar el campamento de Salem sin riesgo a ser detectado, pues tenia mi aura completamente suprimida. Era inquietante, un ejercito inmenso que se mantenia completamente inmovil, se parecian a los ejercitos de terracota de los grandes imperios antiguos de los que habia leido. Mi capa negra ondeaba en la noche a la luz de la luna. Omega apareceria aqui y no cabia la menor duda de que iria hacia la torre, no queria ni imaginarme de lo que seria capaz con un ejercito como ese. Me giré hacia mi acompañante.
-Hay que avisar a todos los abanderados. ¿Donde les plantaremos cara? -Dije señalando la enormidad del campamento.

Mi capa ondeaba con fuerza y mis ojos rojizos se clavaron en aquel campamento. Me quité la capucha dejandome ver por completo, no podía creer que realmente fuese el ejercito de Salem, pero ahí estaban. Saqué un pequeño mapa y se lo enseñé a Walter-debemos pararles antes de que lleguen a Eliria, sino habrá miles de inocentes que serán ejecutados.-señalé un lugar en el mapa-Aqui es donde debemos pararles, las llanuras celestes, es un buen sitio, no solo por su gran expansion sino por la lejanía del pueblo-miré a Walter-Ya saben todos lo que tienen que hacer ¿no?-

Observé con detenimiento el mapa de Luccie, me quedé pensativo.
Todos saben lo que tienen que hacer, pero necesitamos tiempo para prepararlo todo, necesitamos que los brujos creen una ilusión para que los humanos no se den cuenta, y a ser posible conjuros de portal. Además hay que llamar a todos los aliados y montar el campamento. -Miré hacia el campamento de Salem, no parecian más de 50.000 hombres pero algo me decia que no iba a ser facil.
-En total tal vez necesitemos un par de semanas, sobre todo por los brujos y el transporte del ejercito. Esperemos que Omega tarde en despertar.

Como si hubiese escuchado tus palabras la tierra comenzó a temblar y un rayo brotó de la nada para ir a estrellarse contra la arena del desierto, justo en mitad del campamento del brujo. El temblor de tierra se intensificó y un aura inconmensurable comenzó a brotar de las cicatrices de la tierra, un aura antigua y sin alineación aparente, un aura tan atigua como el bien y el mal, un aura tan antigua como la misma existencia.
Entonces, sin demorarse demasiado una criatura comenzó a salir a la superficie, por lo que pudisteis notar ver desde la lejania tenia forma humanoide, aunque su piel parecia recubiertras de escamas blanquecinas y sus pies no tocaban el suelo cuando se desplazaba, parecia flotar. Cuando terminó de salir a la superficie suprimió su aura, todo el terror primigenio que hasta hace un momento os abordaba desapareció en un instante, como si eso nunca hubiese pasado.
Salem, que habia estado esperando hizo una reverencia ante él, Omega le ordenó levantarse y ambos caminaron juntos mientras Omega dictaba sus ordenes. El ejercito comenzó a recoger el campamento y a avanzar en mitad de la noche.

Cuando iba a contestar una fuerte luz iluminó todo el lugar, observé con terror como aquella figura salía del suelo, le miré sorprendida-e de añadir que me le imaginaba mas feo- susurré para quitarle algo de tension al asunto. Me dí la vuelta-Alguien tiene que pararles, sino, no nos dará tiempo a prepararlo todo, busquemos al mejor berseker-preparada para marcharme.

Observé el terrorifico espectaculo con el corazón en un puño, si comenzaban a caminar ahora no tardarian más de una semana en llegar a Eliria, y entonces podriamos despedirnos de todo. Una semana no era suficiente tiempo como para movilizar a todos los ejercitos y preparar los encantamientos de los brujos, esto último podria llevar tranquilamente diez dias. Me giré hacia Luccie y escuché lo que dijo.
-No necesitaremos a ningún berseker ni a ningún capitán. Iré yo. -Mi voz era firme, aunque sabia que era unqa misión suicida continué. -Si me dirijo con un contingente de unos 500 soldados deberiamos ser capaces de aguantar unos cuantos dias en esta posición. -Señale en el mapa un estrecho paso en las montañas, el unico camino viable apra un ejercito de ese tamaño hacia Eliria. -Con un poco de suerte podremos daros tres o cuatro dias. -La miré a los ojos pues sabia que se negaria, pero dado lo urgente de la situación era una temeridad dejar el mando a un capitán cualquiera.

En cuanto me propuso aquello alcé la voz-No!-eché a andar, sabía que era arriesgado-no quiero ponerte en una... en una mision suicida, a ti no Walter..-susurré con la voz quebrada cojí el mapa y lo guardé-lo harémos todo lo mas rapido posible, para que no les de tiempo a llegar, sabes que nunca dejaría que nadie se arriesgara de esa forma.

La seguí cuando comenzó a andar. -No hay tiempo para discutir, sabes tan bien como yo que no hay otra manera. No podemos organizrarlo todo en tan poco tiempo. Y no podemos ganar tanto tiempo sin sacrificar a demasiadas tropas. Debo ir yo, sabes que ningún otro podria darte tanto tiempo, y el tiempo es lo único que importa ahora. -Hice una pausa para pensar bien lo proximo que diria. -Escuchame, cuando las cosas se compliquen nos retiraremos, lo último que quiero es sacrificar soldados sin razón. Prometo que volveré sano y salvo, ¿cuantas veces te he fallado?

-Pediremos ayuda-susurré sin dejar de andar-No walter, ya estube a punto de perderte una vez y no voy a volver a hacerlo, ¿me oyes?-mi voz tembló-En todo caso... iré yo, tu lo prepararas todo y nos encontraremos donde acordamos.-Cerré los puños-El momento en el que todo se complica es demasiado tarde... sería demasiado tarde-

-Tú no puedes ir, eres la única que puede llamar a las armas a todo el reino y prepararlo todo. Yo no podria ni aunque me dieses permiso, los soldados no me son leales a mi, si no a ti. -Me detuve, si seguiamos asi no llegariamos a ningún lado. -Escuchame, avisa a Salem, que envien tambien a medio millar de soldados, asi estaremos más protegidos. Aspicious y tú debeis centraros en mantener el frente, si los soldados no te ven allí muchos desertarán. -Me coloqué delante suya y la miré a los ojos. -Es la única manera de protegerlos a todos. No me pasará nada, te lo prometo. Tendré a los brujos de mi lado.

-Pero si llevas mis ordenes...-susurré esperanzada, aun que el tenía razon, aun asi me negaba a dejarle marchar. Le miré seria mi aura aumentó un poco y mis ojos se volvieron rojizos. Le señalé con el dedo-Si fuese a pasar algo en cualquier momento desaparece cagando leches de tu posicion-ordené con voz autoritaria-iré a avisar a los brujos y demonios, llegaremos en 3 dias, ni uno mas ni uno menos-susurré. Me calmé un poco, habia sido mi parte de reina la que habia hablado ahora me tocaba a mi, le miré con los ojos aguados ahora verdosos-Ni se te ocurra hacer estupideces-

-No te preocupes, no me dejaré matar. Me llevaré a algunos de mis soldados, pero necesito que pongas a mis ordenes algunos más. Y me gustaría llevarme a Herondale y Slither. -La miré y sonreí a pesar de la situación.
-El ejercito de Salem tardará más o menos unas semana en llegar al paso de las montañas, aprovecharé ese tiempo para prepararnos bien. Una semana y tres dias de viaje deberian ser suficientes para que preparases el campamento y repartieses la ordenes, y para que los brujos preparen los conjuros. Os daré esos tres dias, lo prometo.

Suspire-No prometas tanto y cumplelo, idiota-dije mirandole seria, me acerque a el cojiendole del cuello de la camisa y le besé, como si fuera la ultima vez, no le perdonaría que saliese mal parado de aquella situacion, como tampoco lo aría si ese fuese el ultimo beso que me daba. Me aparte con suavidad y echando un ultimo vistazo a sus ojos color carmesí que tanto me habian cautivado desaparecí junto a el del lugar.

-Lo cumpliré. -Dije mirando sus hermosos ojos de color esmeralda. Correspondí su beso, el último beso que la daria en mucho tiempo... Si es que no el último. Me aparté de ella aún mirando esos hipnoticos ojos y sonreí una última vez antes de desaparecer.