El burdel de Liang (Cambios, Chinaski, Demian, Horo horo y Yukiko)

Hacia mucho que no paseaba tranquilamente por la ciudad que recordaba desde mi infancia, las calles estaban casi vacías pues era ya entrada la noche. No era costumbre en mi pasearme a esas horas de la noche por Liang pero esa noche era realmente hermosa, pronto escuché un ruido, luces, música y mucho jaleo.

Ande rápidamente hacia la fuente de aquella diversión, adoraba las fiestas y divertirme y si iba a poder hacerlo aquella noche no iba a desaprovechar la oportunidad fuese cual fuese. Pero cual fue mi sorpresa al encontrarme frente a mi un gran burdel, tendría por lo menos un par de pisos y se podía adivinar un gran patio trasero dividido por partes.

No supe que hacer, no me moví tampoco me atreví a acercarme, solo me quede mirándolo con una cara que ni yo podría describir. Era algo increíble.

Era una noche oscura y yo no podia quitarme de la cabeza todas las cosas que me estaban pasando ultimamente.
Intente despejar mi mente y llegue a la cuidad, un gran alboroto llamo mi atencion, ¿que estaba pasando en la ciudad? Me acerque un poco y vi perfectamente aquel burdel. No tenia muchas ganas hoy de ese tipo de juerga, como mucho alomejor me tomaba una copa. Busque entre mis bolsillos hasta que me encendi un cigarro. Aun estaba pensando que hacer.

Camina por la ciudad, algo grande y glamurosa, tan distinta de los campos de salvajes a los que me había acostumbrado mi trabajo y mi amor por la guerra. Todo me parecía presuntuoso y grandioso, era hermoso, maravilloso, todo se veía bañado en una luz especial, la gente caminaba por la noche, sin andar pendiente si no de sus vicios. Como si no iba yo a ignorar mis vicios? Necesitaba una buena mujer que satisficiera mis mas oscuras necesidades, busque dando con suerte con un buen burdel, y en la puerta me pare, junto a una chica joven que parecía atónita ante la puerta.

- ¿No te dispones a entrar joven?

Desde pequeño, siempre me gustó la ciudad de Liang. Mi hermano me llevaba por allí cada vez que tenía algo entre manos, y lo poco que veía siempre me recordaba al primer día. Era una noche animada, había gente por las calles, y yo iba bastante distraído.
Para mi sorpresa, me pareció ver un revuelo inusual en una calle, y procedí a investigar el porqué. Más sorprendente fue el hecho de que me hallaba en una casa "no muy santa", en un burdel barato, y que... mi emperatriz, mi amada emperatriz Yukiko se encontraba por allí.
Me acerqué, y con una reverencia inicial, me dirigí a ella:

-Mi respetada Señora, ¿qué hace usted en estas humildes calles?

De pronto, tras ella, surgió la figura más conocida para mí: mi amigo Horo Horo, el cual puso una cara que no parecía muy de acuerdo al establecimiento.

-¡¡Horo Horo!! ¡¡Ven, corre!!

Según parecía , mi noción del tiempo no era muy fiable cuando estudiaba en edificios cerrados, sin darme cuenta había anochecido.
Decidí irme a buscar un hotel para descansar , aunque me apetecía mucho mas dormir al raso , pero una cama no estaría nada mal.

Estuve caminando por las calles de Liang, que a pesar de las horas estaba muy animadas, mi camino me hizo pasar por una calle en la que había un establecimiento muy...."pintoresco" por decir algo.
Mi sorpresa fue oír mi nombre, al mirar al dueño de la voz , me di cuenta de que era Cambios, que se encontraba en la puerta con mas gente , entre ellos mi Emperatriz.
Me acerque a ellos.

-Buenas noches a todos-dije con una sonrisa,hice una reverencia a mi Emperatriz-Saludos,majestad.-mire de nuevo a Cambios.-¿Qué ocurre?

Despues de un rato parada en frente de aquel lugar tan extrabagante noté un aura por alrededor, me era extremadamente familiar y me dispuse a buscar a su dueño con la mirada, pero antes de que pudiese hacerlo una voz me llamó la atención. Giré mi cabeza clavando mis ojos azules como el cielo en los de aquel hombre que me había llamado la atencion.
Sonreí de medio lado, seguramente tuviese mas años que el pero no importaba-¿Porque iba a hacerlo? No se si habrá algo que pueda llegar a interesarme ahí dentro- Sonreí.

Al parecer el si iba de cabeza a aquel lugar y porque no? podría todavía decidirme a entrar. Entonces escuché una voz conocida y me giré sonriendole-Cambios! no me trates de usted anda!-reí-Una emperatriz tambien tiene derecho a divertirse de vez en cuando no?-le guiñé un ojo.
Otra voz sonó, al parecer todo el mundo había sido llamado por las luces y el jaleo de aquel lugar-Buenas noches Horo Horo-saludé cortesmente
Entonces me dí cuenta de algo y sonrei-¿que haceis aqui? ¿pensabais entrar?-mi sonrisa denotaba algo de picardía la verdad es que no iba a reprocharles nada pues hasta yo me había pensado entrar.

Seguia fumando y pensando, hasta que reconoci un aura demasiado familiar...Yukiko estaba por aqui.
La busque con la mirada y alli la vi, rodeada de 3 chicos. Frunci el ceño, no me gustaba como ululaban alrededor de ella cual cuervos. Me acerque hasta ella ocultando mi aura hasta parecer un demonio comun.

-buenas noches caballeros y...señorita. Decidme, ¿que os trae a tanta gente por aqui

Lance una mirada complice a Yuki.

Me veia rodeado de desconocidos, desconocidos a los que sentia mas extraños de lo habitual, no sabria identificar por que, pero verme envuelto entre ellos conociendo solo al joven Cambios no me inspiraba demasiada confianza, decidi acercame al oido de Cambios y dejar por un segundo a la joven con sus amistades.

- Dime querido Cambios, quien es toda esta gente?

En poco tiempo, auqella calle llena de luces y voces se convirtió en una reunión de caras conocidas. Primeramente, mi emperatriz:

- De acuerdo, no te hablaré tan cortésmente... aunque me sabe mal. - sonreí.

Mi casi hermano Horo Horo estaba allí de casualidad, guiado por mi voz a nuestro círculo:

- Pues nos hemos encontrado todos de golpe, ha sido una casualidad... algo caótica, siendo el sitio donde estamos.

Chinaski también se encontraba, y me susurró unas palabras temerosas y con cara de extraño:

- No temas, aquí todos son gente de confianza. Esa de ahí es la emperatriz de mi raza, Yukiko, este es mi mejor amigo, Horo Horo, y este hombre misterioso... no sé, es amigo de la Emperatriz, así que deberá de ser de fiar. - intervine en voz muy baja.

Vi mucho revuelo , mi intención no era entrar.

-Mi Emperatriz, mi intención no era entrar, pues estoy aquí por Cambios.-Mire al resto del grupo,no conocía a esos dos demonios, así que me presente.-Saludos, mi nombre es Horo Horo.

Me resultaba bastante extraño presentarme a otra gente en un lugar así, eso no iba mucho conmigo.

Ese aura tan familiar pronto se acercó a nosotros, sonreí mirandole la verdad hacia mucho que no me le encontraba y lo agradecía. Entonces me trató como si fuese una extraña, al prinipio me sorprendio mas luego entendí lo que quería-Buenas noches caballero-saludé como a todos los demas, con una sonrisa picara en el rostro-Vos tambien os disponiais a entrar?-pregunté con cierto tono burlon.

Entonces el nuevo empezó a cuchichear con el otro, no entendía nada de lo que estaban diciendo pero me daba igual realmente, suponia que no era nada malo.Giré mi mirada hacia Horo Horo-Bueno.. si ibas a entrar tampoco te iba a reprochar nada, cada uno es dueño de lo que quiera hacer con su cuerpo-reí.

Todos, incluida Yukiko, tenian intenciones de entrar en ese burdel. La idea de que ella fuese no me acababa de convencer, pues no me fiaba de ninguno de ellos, pero por otro lado no podia impedirselo al fin y al cabo tenia derecho a divertirse.

-Bueno si deseais entrar puede que os acompañe-dije con una inclinacion de cabeza.

De verdad estaba siendo tan respetuoso, no me lo creia ni yo.

Habia mucho revuelo frente al burdel, no me gustaba, podiamos pasar indiscretos y mas teniendo en cuenta la clase de edificio ante el que estabamos enfrente, le pregunte a Cambios si se decidiria a entrar conmigo.

- Entramos? No tiene mucho caso esperar aqui fuera, asi solo se nos hara de dia.