La verdad (Demian, Natasha, Angeline y posiblemente Luccie)

Ya había llegado el día. Tenía que ir al castillo de los vampiros a informar a la madre de Ryu de su desaparición y su probable muerte. Si lo pensaba con detenimiento eso no era de mi incumbencia pero...era un niño probablemente indefenso y me dio que pensar.
Yo ahora también tendría que tener un hijo y si algo le hubiese pasado me gustaría que me informaran de ello. Aún no sabía quien era la madre de Ryu pero precisamente por eso estaba en compañía de Angeline, ella al fin y al cabo era una vampiresa de Luccie y podría ayudarme con esta tarea.
Estaba algo nervioso.

Con cautela abrí las grandes puertas del castillo, entrando en él.

Recibí las noticias de que Demian llegó al castillo, por lo que fui rápidamente a buscarle a la puerta y le fui acompañando por el gran castillo, hacia una sala donde podríamos reunirnos en la intimidad. Andaba a su lado, sin mirarle mucho a los ojos, quizás algo decaída. Sabía algunas cosas... Que no me hubiera gustado saber.

Aun así, proseguí a su lado, y penetramos en el castillo en busca de Natasha, a ver qué nos contaba.

La situación entre Amy yo era bastante tensa, sobretodo teniendo en cuenta que la última vez que nos vimos la confese lo que paso entre yo y Lucius. Desde ese día no la había vuelto a ver es mas no sabía como ha estado...
me sentía un poco mal con ella pero no le podía hacer nada, tarde o temprano se le pasaría.

-Angeline te agradezco que me estes ayudando ahora...¿estas segura que la madre de Ryu es Natasha?

que fuese ella no me iba a dejar las cosas muy faciles pues Natasha y yo no habíamos empezado con buen pie.

Asentí en silencio, avanzando con Demian al lado, y sostenida de su brazo, sin mirarle.

Sí...Natasha es su madre. Estoy casi segura de ello..

Repuse yendo a su lado, avanzando por los pasillo del castillo. ¿Por qué Lucía mentiría acerca de eso?¿Luccie no se enteró de nada?¿Qué pasa con Natasha?¿Qué fue de su hijo?

Muchas preguntas quedaban al aire sin contestar y yo no sabía qué hacer con ellas. Me gustaría bien saber qué es lo que pasa con todo el mundo, porque parecía que le mundo estaba loco.

Andaba nerviosa esta mañana, había pasado casi un mes desde que Ryu no daba señales de vida, no quería pesar que algo malo le había pasado pero ya estaba empezando a preocuparme.

Andaba de un lugar a otro en mi habitación, si continuaba haciendo esto iba a acabar tirandome de los pelos.

Lentamente salí de mi habitación, escuche unas voces en la puerta principal y baje hasta allí.

-Buenos días- salude con una sonrisa en mis labios- mira a quien tenemos aquí, al rey de los demionos, y...¿tú quien eres?

con él había una vampiresa que no conocía de nada.

Note como se acercaba a nosotros. Aquí estaba Natasha, la madre de Ryu, me puse un poco tenso. Pude ver por el gesto de su cara que verme aquí la estaba sorprendiendo pero no era ni una mínima parte de lo que le esperaba hoy.

No nos llevábamos muy bien pero me apenaba tener que darle una noticia así. No sabía como iba a reaccionar creo que eso es lo que mas miedo me daba de todo.

-Buenos días Natasha, ¿como estas?

Me incliné ante Natasha al oir su pregunta hacia mí, sin mucho entusiasmo.

Soy ANgeline Breedlove, y sirvo a Luccie.Tú eres Natasha ¿verdad?

A juzgar por el saludo de Demian, parecía que se conocían, por lo que supe que sí que era Natasha. ¿Qué puede hacer una persoan como ella para que su hijo se pierda? Es que no lo veía nada nada claro.

Algo raro estaba pasando. Era muy extraño que Demian nos visitase, al principio pensé que quizás tenía que hablar con Luccie de algún asunto importante.

Pero entonces la presencia de Angeline aquí sobraba un poco así que me dio a pensar que quizás hubiese pasado algo...algo relacionado conmigo.

-Que ocurre Demian, no creo que esto sea una simple visita de cortesía, escupelo Demonio, ¿qué ocurre?

Sabía que no tardaría en darse cuenta de que algo raro estaba pasando. Di un largo suspiro. No se como acababa metiéndome siempre en estos líos, pero la hora de la verdad había llegado.
Natasha me estaba pidiendo explicaciones y yo tenía que dárselas.

-Natasha, tengo...tenemos que hablar contigo, es de un tema bastante delicado. ¿podríamos ir a hablar a un sitio mas privado?

Yo fui hacia delante por el pasillo en cuanto oí lo que decían de buscar un sitio más privado. Conocía la sala ideal, y no quería interrumpir su conversación. Así que seguimos por el pasillo, hasta dar con una habitación pequeña junto a las escaleras que se dirigían a los dormitorios. La abrí, y di paso a una pequeña sala con un sofá, una mesita frente al mismo,con otro sofá enfrente, con un jarrón y flores encima de la mesa, y decorada levemente, con un cuadro en la pared, y con una ventana que protegía de los rayos del sol. Le indiqué el sofá a ambos con la mano.

Por favor, tomad asiento...Siento no hablar mucho.. No tengo mucho que decir por ahora tampoco

Después de que ellos tomaran asiento, me senté, mirándome las piernas, junto a Demian, en silencio

Aparecí de pronto en una nube de humo negro dentro de la sala. Había notado a la perfeccion esa aura dentro del castillo y no hacía mas que preguntarme que hacía aqui. Habia esperado que me llamasen pero al no haber ocurrido decidí meterme sin ser llamada.
Miré a los allí presentes con cara neutra, no había tenido otra cara desde que mi pequeña habia intentado aquello y al descubrir todo lo que había echo Walter.
Clavé mis ojos rojos en cada uno, hacía tiempo que no se volvian verdes como las esmeraldas-¿Porque no se me a avisado de la presencia del rey de los demonios en mi castillo?-pregunté alzando una ceja.
Todavía no habiamos terminado de hacer las alianzas, pues se le había pedido una demostracion de confianza.
Habían pasado unos segundos antes de cruzarme de brazos-Ninguna de las dos me vais a contestar?-

Todo esto era muy raro y me estaba empezando a mosquear, ¿que venía tanto secretismo? y ¿que tenía que ver Angeline con todo esto? quería respuestas y las necesitaba, ahora.

Llegamos a una sala y Demian y Angeline parecían nerviosos cosa que no hacía mas que aumentar mi mosqueo. No tenía ninguna intención de ponerme cómoda.

-De acuerdo ya estamos "en un lugar mas intimo"- dije imitando la voz de Demian- y bien, ¿qué es lo...

No tuve tiempo a terminar mi frase, Luccie aparecío y no parecía muy contenta con nostras. Me acerque hasta ella e incline la cabeza.

-Luccie perdona pero la verdad es que yo tampoco se a que viene todo esto, Demian y Angeline han venido hoy aquí y han dicho que tenían que decirme algo importante, no se que se traen entre manos.

Natasha parecía impacientarse y no tenía la mas remota idea de como explicarle todo esto. Este tipo de cosas nunca se me daban bien y menos sabiendo que el asunto tenía que ver con un niño.

Seguía pensando como iniciar aquella complicada conversación, cuando de repente Luccie apareció entre nosotros.

No había pensando en ella hasta ahora y eso fue un gran error por mi parte.

-Disculpad mi mala educación Luccie, es cierto que debí haceros llamar nada mas llegar aquí. Lo cierto es que también me gustaría que estuvieses presente aquí...debo hablaros de un asunto importante que concierne a uno de tus vampiros.

La mire seriamente.

Al ver que Luccie apareció de forma repentina en la sala, me levanté de un salto del sofá, y me fui hacia ella, haciendo una gran reverencia, algo asustada.

¡Perdonadme, mi Reina Luccie!No quería molestarla en sus labores de Reina... y yo...bueno...

Me quedé con la voz queda, sin sbaer qué máss decir. Yo aquí, la verdad, pintaba más bien poco, y me sentía mal, por Luccie ahora, por Demian, y por el hijo de Natasha.

Os pido disculpas

Murmuré, sin levantar cabeza, por miedo a encontrarme de nuevo con la mirada enrojecida de Luccie. Cuando ella miraba así... Daba miedo.

Uno a uno se fueron disculpando y yo fruncí el ceño. Esto parecía el juicio mas sanguinario del mundo.
Dejé a Natasha de lado, segun su contestación ella no tenía que ver en todo esto mas que habían ido a buscarla. Entonces fue cuando clavé mi mirada en Angelina que yacia agachada mirando al suelo frente a mi, primero se disculpó Demian.
-Si no fuese algo urgente no estaríais aqui o eso creo- me giré hacia Angeline. -Mis deberes como reina es enterarme y procurar el bienestar de mi reino, si ni siquiera soy informada de cuando llegan personas a el, dime como puedo hacerlo. Gracias a que noto sus auras nada mas entrar en contacto con los dominios-
Dejé las cosas ahí, no quería decir nada mas. Me moví hasta una de las paredes y apoyándome en ella clavé mis ojos fijos en sus tres figuras
-¿Y bien? que es eso tan importante que venías a notificar?

Algo dentro de mi se disparo, era como si algo me dijese algo malo le estaba sucediendo a Ryu, esa un mal presentmiento y estaba suplicando que estuviese en lo equivocado y que solo fuesen imaginaciones mias.

Él era lo único que me quedaba, necesitaba saber que no le había pasado nada.

-Habla de una vez, maldita sea, ¿que esta pasando? estoy empezando a perder la paciencia.

Di un largo suspiro era hora de contarlo todo y de una vez al ser posible.

-De acuerdo os contaré todo lo que se al respecto, hace varias noches estaba dando una vuelta hasta que tope con la Torre del fin, me quede allí sentando un buen rato disfrutando de la noche, hasta que me encontré con Lucía y hablamos un rato de temas variados...hasta que ella menciono algo que me puso en alerta. No se mucho mas del tema, creedme, se trata de tu hijo Natasha...él...el ha desparecido. Desde hace varias semanas ningun vampiro puede sentirlo. Lo se por que Lucía me lo contó. Puede que tu hijo este muerto ahora mismo.

Agache la cabeza.

Parecía que Luccie se tranquilizó un poco y pidió explicaciones, además de contarme que debía explicarle las cosas también a ella. Seguía cabizbaja, pero luego ella se alejó y apoyó en una pared, con la voz más tranquila, por lo que ya me levanté suavemente, y escuché lo que decía Demian tras la pregunta ansiosa de Natasha. Ryu había desaparecido.... Yo no sabía mucho del tema, pero el que Ryu desapareciera no era precisamente bueno, de eso podía estar segura. ME dejé caer al sofá, en silencio, mirando a Luccie a los ojos rojos aún, escuchando lo que seguía diciendo Demian, hasta que llegó a decir que podría estar muerto.


Puse una mano en la espalda a Natasha, masajeándole suavemente para que se relajara, por el inminente llanto. No quería decir nada. ¿Yo que pintaba?

Esperé paciente a lo que tuviese que decir Demian, fue entonces cuando por primera vez en mi vida quise golpear a alguien tan fuerte como para dejarlo inconsciente-Sabes a ciencia cierta si esta muerto o no?-pregunté con ira.
-Tales especulaciones no deben hacerse a la ligera demonio- Lucía no me había dicho nada, para variar. -¿como se te ocurre soltarlo asi como si nada!? como decirle a una madre que su hijo probablemente este muerto?
Apoyé mi mano en la frente frotándola con suavidad intentando relajarme, exaltarme en estos momentos no arreglaría nada. Miré hacia arriba observando a Natasha y mis músculos se tensaron casi al instante.

Cuando acabé de escuchar las palabras de Demian algo hizo click en mi mente. Todo la sala se volvio completamente negra, era incapaz de escuchar lo que estuviesen hablando ahora...sólo retumbaba en mi cabeza las palabras de Demian.


Puede que tu hijo este muerto ahora mismo.


Mire con desprecio a aquel Demonio, ¿como podía ser capaz de darme una noticia así? acaso no conocía el significado de la palabra tacto. Estaba furiosa y las lagrimas salieron de mis ojos sin que yo pudiese controlarlas.
Mis ojos se volvieron rojos y me abalance sobre Demian, le agarre del cuello de la camisa con fuerza y le empotré contra la pared. Puede que eso me costase alguna bronca de Luccie pero me da igual.

-¡¡¡¡TU...COMO TE ATREVES A DARME UNA NOTICIA ASI, Y SOLTARLO COMO SI ESTUVIESES HABLANDO DE LA HORA!!! sabes que es mi hijo...lo único que me queda en la vida...y tu vas y me sueltas que es posible que esté muerto..dime ¿tienes pruebas de que este muerto? RESPONDE