Visita "inoportuna"[Angeline y Yukiko]

Ya había tomado una decisión. Me vengaría de lo que me hizo ese Demian. Ni siquiera me iba a ayudar cuando le fui a acompañar a ver a Natasha. ME sentía de lo más frustrada, engañada, avergonzada, ruborizada, que pensaba que mi cabeza iba a explotar de rabia.

Y lo primero que iba a hacer para paliar mi problema, era hacer las paces con Yukiko. Me presenté en su reino, y le pedí a uno de los Urobas que hacían guardia, una audiencia con su Emperatriz, de urgencia.

El Uroba me llevó tras mirarme un poco curioso mi piel clara, y mis ojos rojos, pero no pareció dudar mucho en llevarme hasta la sala de audiencia de la Emperatriz.

Al verla allí, hice una reverencia profunda y formal, tras lo cual, me levanté suavemente, mirándola a los ojos.

Supongo que recordarás lo que ocurrió entre tú y yo. No te preocupes... Vengo en son de paz... Y quiero pedirte perdón por mi comportamiento tan sucio...

Repuse bajando la mirada, esperando que así pudiera otorgarme su perdón. Tras eso, volví a hincar una rodilla en el suelo.

Pero tengo cosas que contaros...Yukiko

No hacía ni cinco minutos que había sentido su aura por mis dominios cuando se presentó en uno de los despachos que había, justamente en el que estaba yo. Habló deprisa segura de sus palabras.
Tenía que reconocer que me había dejado totalmente congelada, como si de un momento a otro yo misma hubiese sido victima de mi aliento. Me levanté instintivamente y me acerqué a ella levantandola-Por los dioses! vale, habla mas lento que acabas de llegar y ni siquiera me e enterado de que asunto me estas contando-

Estaba algo confusa y mas confusa estuve cuando me pidió disculpas, fruncí levemente el ceño y decidi no decir nada e invitarla a sentarse comigo, mientras yo me sentaba en mi asiento de nuevo-¿Que quieres contarme?-pregunté curiosa.

Ella me levantó de mi posición, y la miré a los ojos, al ver que ella parecía algo desconcertada por todo lo que le contaba, pero al parecer, tras unos segundos de pausa, me invitó a sentarme frente a ella, y así lo hice, mirándole a los ojos ante todo, apoyando mis brazos en la mesa.

Parecía que quería ir directa al grano, así que, tras agitar un poco la cabeza, dejando que mi pelo bailara un poco, le miré a los ojos directamente, dejando que mis ojos brillaran con algo de alevosía.

Verás... Te quiero citar. Ven al Bosque de la Discordia... Mañana mismo... TE quiero enseñar algo allí

Entonces le dediqué una sonrisa pícara, y acaricié su mejilla con los dedos fríos de mi mano., descendiéndola por su cuello. Tras eso, separé mi mano, guiñándole un ojo, y le dediqué una sonrisa. A pesar de todo, Yukiko la veía con buen tipo. Pechos bien colocados, caderas de tamaño medio, cintura asequible, un rostro precioso, cabellos brillantes... Ojos bonitos... Labios carnosos.. ¿Qué más pedir?

Quería aprovechar por partida doble la situación. Vería si la podía atraer a mí, y tratar de "llevármela a la cama", además de vengarme de Demian.

¿Qué me dices, Yukiko?

Repuse mirándola a los ojos con los míos rojos destellando, sin dejar de sonreir.

Abró los ojos sorprendida "¿me quiere citar? ¿porque?" Desconfiaba de lo que ella pudiese decirme o pedirme y mucho menos de nuestro anterior encuentro. Pero entonces me acarició la mejilla y bajó su mano rozando mi piel.
Me mordí el labio interior, a pesar de todo lo que había pasado yo seguia siendo de carne y hueso y que alguien viniese a mi de esas formas y se me insinuara como lo estaba haciendo ella pasaba factura.
Sonreí apollando mi cabeza en las manos y la miré traviesa, clavando mis ojos en los suyos. Era bella no iba a negarlo y sus voluptuosidades eran evidentes y llamativas para alguien como yo.
-Encantada me citaré contigo en ese bosque-la respuesta salió sola de mis labios, estaba dispuesta a olvidarlo.

Vi que ella sonreía, apoyando su cabeza en sus manos, claro signo de "debilidad " por mí. Y me dedicó una mirada de travesura, mirándome a mis ojos, lo que me permitía ver sus zafiros que tiene por ojos algo sibilinos.

Al parecer aceptó mi cita, y me levanté suavemente de la silla

¿Mañana mismo? No puedo esperar más... jejeje... Ahora te dejaré proque tienes tus cosas...Jejejeje

Repuse mirándola con una sonrisa amplia, tras lo cual, me relamí los labios, mirándola. Le tendí una mano, hacia arriba, para tomar la suya cuando me la cediera.

Me recosté de nuevo- Esta bien, mañana mismo nos encontraremos allí Angeline-Giré mi silla hasta poder mirar por un ventanal, no era demasiado grande aun asi podía ver todo mi territorio.

Dejé que saliese de la sala acompañada por uno de mis pequeños urobas y sonreí, esta chica era interesante aun que aun no sabía que tramaba.