Continuando con la busqueda

Llegue a las puertas del cielo.

-Alto, ¿quien va?-preguntó uno de los guardias, con su blanquecina y brillante armadura.

-Soy Dean Wingates y solicito audiencia con la reina.-dije en tono neutro pero firme

Los guardias se miraron y me dejaron pasar, acompañándome hasta uno de los edificios principales. Me mandaron aguardar mientras que uno de los guardias iba a comunicarle a Amy mi llegada.

Me había enterado de la desaparición repentina de el rey Lucius, y en gran medida venía a presentarle mis respetos, condolencias y, de parte de mi padre, a cederla nuestra ayuda por su búsqueda.
Por otro lado, yo mismo venía buscando respuestas. Algo que pudiera servirme para encontrar a mi amada Katerina. Cualquier pista, pues no tenía más que una casa desaparecida y el viento corriendo en mi contra.

OFF¡Dios!¡LO siento!¡No pensé que me hubieran posteado!¡Y no me di cuenta!¡Lo siento mucho!
¡No sabes lo que me ha dolido ver que eso estaba aquí y yo no lo habái visto!
ON


Acudí rauda y veloz a la puerta al saber que Dean estaba allí esperándome. Si Dean venía, es que solía pasar algo. Normalmente vendría Andrew, le conozco bastante mejor que a su hijo.

Y fue llegar allí y vérmelo con aspecto algo apesadumbrado. Me daba pena verlo así. Me acerqué lentamente a él, y me detuve a su lado, dedicándole una mirada afable.

Dean.. Cuánto tiempo Repuse sonriendo, antes de darle un abrazo tierno, acariciándole la espalda.

Off: jaja no pasa nada xDDD tu tranqui, si ni yo me acordaba ya xD:on

Sonreí tierna, pero minimamente, al verla, correspondiendo su abrazo. Ella era alta y aun que yo también seguía hacíendoseme extraño superarla en altitud. Al menos un poco. Me separé de ella tras unos segundos.

-Vengo a por respuestas, amy. No se si tu podrás respondermelas, pero la esperanza dura hasta el final, o eso dicen.

Había tantas cosas que quería preguntarla que no sabía por donde empezar. Me parecía una falta de educación preguntarla directamente sobre mis asuntos sin antes una previa charla pero el tiempo se me acababa, al menos el de mi desesperación, que iba en aumento feroz recomiendome el alma.

-Siento presentarme aquí tan de pronto, sin avisar, y siquiera... no se... una inteoducción, pero estoy algo alterado ya. Ruego que me disculpes por ello.

Me separé de él después de un ratito cuando él relajó los brazos. Me gustaba apoyar la cabeza en su pecho, estaba calentito y era agradable. Es lo que tenía que fuera un muchacho más alto que yo. Pero bueno, si venía aquí era porque quería hablarme, y era importante saber qué era.

Tranquilo, querido Dean. Entiendo que tengas que contarme algo importante, y no me importa ir al grano. Así que, adelante, cuéntame qué te ocurre hoy. ¿Qué es lo que te quita el sueño?

Pregunté, cruzando los dedos de las manos, y apoyándolos sobre mi vientre, mirándole a los ojos con los ojos bien abiertos, algo preocupada por él, aunque quisiera ocultar su preocupación.

Cogí fuerzas, controlando mis sentimientos para no entrecortarme en ningun momento, no quería mostrar demasiados malos sentimientos en aquello, no era el momento, no delante de alguien, fuera quien fuera.

-Tu conocias a Katerina... Hace... hace mucho que no la veo y, tras mi llegada... encontré que no habia nada, nada había ya de ella. He buscado, preguntado a más gente, en su reino, en los alrededores, en tabernas... ¿Tu sabes algo...?

Mi tono sonaba con algo de ansia por saber, pero me alegró ver que no tanto como podría ser. Traté de mantener la calma, la espera de su respuesta, aun que fueran segundos, eran como horas para mi. La esperanza aun no estaba lejos de mi corazón, ella podía saber algo.

Ladeé la cabeza algo pensativa, y me llevé una mano a mi redondeada barbilla.

Bueno... Más que conocerla, la he visto apenas 1 vez....Pero tal vez sepa máss de ella Lucius, que es quien la conoce realmente, o incluso.. ANgeline puede ser que lo sepa. Podría consultarles, si quieres. ¿Es que ha pasado algo? Tal vez simplemente está en uno de esos largos tiempos de letargo donde el vampiro descansa para poder pasar el tiempo más deprisa, bueno, relativamente más derisa

Repuse, dando una palma, y cerrando los ojos sonriente. Entonces sostuve su rostro, sonriente, sin ser demasiado, no fuera a parecer que me alegro por su desaparición, y le miré a los ojos

Estoy seguro de que cuando menos te lo esperes, aparece de nuevo, querido Dean. Ya verás. Hablaré con Angeline y con Lucius ¿Te parece bien?

Asentí en silencio, en parte me lo esperaba, pero también en parte mis ilusiones y esperanzas.

-Te lo agradecería bastante. Si... quizás no ha pasado nada pero... no dejo de preocuparme. No hubo ni una triste nota, ni una señal, nada. Comprende mi preocupación.

Me levanté cansadamente, pese a todo la sonreí.

-Gracias por todo Amy, siento haberte molestado y... cuando entrases en contacto, me agradaría hablar con Lucius o con angelin.

Te entiendo, Dean. Yo sólo quiero decirte que no te preocupes por eso... Verás cómo al final no es nada grave... Hablaré con ellos. TE mantendré informado ¿vale?

Repuse al verle levantarse del asiento, y le miré a los ojos, con una mano en su cabeza, pro la nuca, acariciándole.

Tranquilo, no me molestas en absoluto, siempre es un placer verte por aquí. Y disculpa si aún te trato como si fueras un niño, pero es que no puedo evitar acordarme de ti cuando apenas tenías unos 7 años, jejeje.

Agaché la cabeza mirando al suelo, sonriendo minimamente recordando aquellos tiempos en los que mi única preocupación era jugar y reir. Y aun, presentía, que me quedaban muchos retos a los que no me había enfrentado. El amor era duro, pero había cosas más duras en esta vida, y era realmente consciente de ello.
Buscaba a Katerina por no encontrar rastro de ella, de la noche a la mañana, pero si mi padre o mi reino estuvieran en juego... Tenía un compromiso mayor con ello antes que cualquier otra cosa.

-No te preocupes. Siento mi descortesía, nuevamente. Lamento no poder quedarme mas... pero necesito respuestas. Mi puerta siempre estará abierta para ti. Gracias por todo Amy-tras esto la abracé y me separé de ella con lentitud. Al poco, salí del reino, sumergido de nuevo en mis pensamientos.