La Búsqueda

Habíamos llegado a las llanuras secas del infierno. Allí no había nada, absolutamente ni un ápice de vida. Rodeados de roca roja y volcanes en la lejanía nadie diría que pudieramos encontrar demonios en aquel lugar. A mi lado se encontraba Demian.

- Bueno, ya estamos aquí. Diría que se han ocultado bien, pero sé que no estamos solos. ¿Preparado, joven rey? - pregunté sin mirarle directamente y muy serio.

Tardamos un poco pero por fin llegamos al lugar en el que supuestamente encontraríamos a los demonios perdidos.

Era un sitio frío y solitario alrededor del lugar se podían apreciar algún que otro volcán. Había ceniza por todas partes y el ambiente olía a quemado. No me perdí ni un solo detalle de este sitio.

-Nací preparado y dime ¿por dónde empezamos?

Sonreí maliciosamente. Con un chasquido de dedos el suelo empezó a temblar. De pronto, apareció una trampilla en medio del paraje. Me acerqué y la abrí tranquilamente.

- Hay muchos secretos que no conoces. Me necesitarás si quieres recuperar la antigua gloria de los demonios - le dije mientras me introducía en el oscuro orificio. Unas largas escaleras verticales bajaban hasta la negrura.

Le asentí con la cabeza. Era un poco grosero pero se le cogía cariño con el tiempo. Le seguí hasta la trampilla y vi unas largas escaleras negras verticales, nunca había visto aquel lugar asi que agradecía a aquel tipo que me mostrase esa entrada secreta.

-Vayamos pues.

Aquel recinto estaba bastante bien conservado, teniendo en cuenta que hacía un tiempo que no lo visitaba. Quizá era el lugar menos indicado para comenzar la búsqueda, pero algo me decía que cierto demonio podía estar rondando por allí. Se trataba de una gran sala con enormes tapices y un trono en el fondo. No había nada más, excepto un demonio que se encontraba meditando. Sonreí pícaramente. No estaba equivocado.

- Parece ser que no has perdido el tiempo, Izaías - proncuncié en voz alta mientras me acercaba a él -. Sin duda alguna te enseñé bien como hacer las cosas.

El hombre abrió los ojos y se quedó estupefacto. Con voz entrecortada comenzó a hablar.

- Ma... Maestro... Quiero decir... Su majestad... Creí que habíais muerto... - dijo levantándose casi de golpe.

Adopté una mirada seria a la vez que serena. Era un precioso momento de reencuentro, pero por el momento había cosas más importantes que tratar.

- Dejémonos de sentimentalismos... Para empezar ya no soy tu rey, solo tu antiguo maestro, y para seguir éste es tu nuevo monarca - indiqué señalando a Demian -. Sin embargo el muy cazurro aún no sabe dónde se ha metido. Por eso le estoy ayudando. Por eso he venido aquí, y te he encontrado.

Seguimos bajando por aquel extraño luegar que no había visto desde que me instale de nuevo en el infierno, Aspicius se movía por allí con mucha agilidad era como si conociese ese lugar a la perfección. Continuamos andando hasta que nos topamos con un hombre.

Mientras él y Aspicius hablaban permanecí en silencio observando atentamente aquella escena, no intervine hasta que me mento.

-Buenas- dije aclarandome la garganta- me llamo Demian Bolkonsky es un placer conocerte.

El demonio hizo una reverencia y respondió.

- El placer es mío su alteza. Mi nombre es Izaías, demonio maestro de tierra, para serviros.

Empecé a andar hacia el trono y antes de llegar me di la vuelta.

- Iré directo al grano. ¿Sabes algo sobre el resto de los de nuestra raza Izaías? - pregunté sin reparos. No quería perder ni un segundo. Cuanto antes zanjara aquel asunto mejor.

- Mi señor, no sabría decirle. Estuve aquí confinado desde su desaparición. El ejército fue disuelto... Por lo que pude descubrir muchos de nosotros murieron en la guerra...

-Mucho me temo que eso no ha podido ser así- dije interviniendo en aquella conversación- hace cuestión de unos días me entreviste con la renina de los vampiros para conocer un poco la situación que atravesabamos ahora mismo y ella me dijo que nos mando una notificación para que participasemos en la guerra pero que tú nunca la contestaste- dije mirando a Aspicius- ni tu ni tus principes. Asi que de esta manera los demonios no participaron el la guerra y se rompió la alizanza con los vampiros que teniamos de antaño.

Mire a los dos hombres intentando estudiar sus facciones.

Miré con desaprobación a Demian y dirijí una última mirada a Izaías. El demonio había escuchado atentamente lo que había dicho el rey y respondió cortésmente.

- Lamento el no poder dar más información, sin embargo estoy convencido de que muchos demonios estarán ocultos o exiliados. Al derrumbarse la cúpula regente justo antes de que comenzara la guerra debieron escapar. Pese a ello, creo certeramente que podemos dar con ellos - dijo finalizando con una reverencia.

- Entonces será mejor que vuelvas al templo Izaías. Quiero que registres todos los lugares del infierno, y quiero que lo hagas eficientemente - ordené imperativamente.

Acto seguido me dirigí a Demian.

- En cuanto a nosotros dos, debemos proseguir la búsqueda más allá del infierno. Vhaal es muy grande, y por lo que tengo entendido, incluso algunos podrían haber viajado a Lineris, ahora que el sello de Omega ha caído.

-Esta bien, sigamos con la busqueda pues.

Me preguntaba por que los demonios no habían participado en la guerra, la verdad es que era un tema bastante interesante de tratar pero sabiendo como era Aspicius seria mejor dejar ese tema para mas tarde.
Camine detras de el en sielencio, sumergido en mis pensamientos.

Asentí con la cabeza al rey de los demonios y me dirigí a la salida. Antes de abandonar la sala comenté en alto y con voz señorial.

- Izaías... Me alegro de verte con vida...

- La alegría es más que mutua, maestro - respondió el joven.

Una vez fuera esperé a que Demian me alcanzara y cuando lo hizo le pregunté:

- ¿Sabes algo sobre lo sucedido en el resto de reinos? Es algo de vital importancia.

Al fin llegamos a fuera ya estaba empezando a pensar que ese lugar no tenía salida. Una vez en el exterior Aspicius ya me estaba esperando y parecía que me iba a interrogar. Su pregunta me pilló un poco de sopetón pero tampoco queria parecerle un imbecil.

-No se mucho al respecto, sólo me ha dado tiempo a visitar el reino de los vampiros. Lo que sé es que hubo una guerra y hubo muchas bajas en todos los reinos.

Me quedé un momento pensativo con la mano derecha en mi barbilla.

- Supongo entonces que habrá pasado mucho tiempo desde que volviste al infierno y te erigiste rey - dije en un tono totalmente neutro -. Entonces... te vuelvo a preguntar, ¿qué es lo que has estado haciendo hasta ahora?

Esta vez la pregunta fue bastante más directa, mostrando una actitud algo impaciente e intransigente, pues tenía la sensación de que mi rey se había dedicado a demasiadas cosas sin importancia cuando había tanto trabajo por delante.

-Tampoco ha pasado tanto tiempo como crees llegue justo despues de que terminase esa famosa guerra, estaba todo el reino patas arriba intente buscar algun rastro de demonios pero como te he dicho no había absolutamente nada. No sabía muy bien que tenía que hacer asi que me fui directo al reino vampirico, sabía de antaño que teníamos una alianza con ellos asi que fui a hablar con su reina.

Me crucé de brazos mientras escuchaba esas palabras. Por lo visto, el rey había tenido al menos una buena idea, aunque todavía no estaba conforme con su actuación tras su llegada.

- Hiciste bien al visitar a los vampiros. ¿Qué es lo que te dijeron? Yo pronto tendré que regresar al castillo vampírico para resolver unos asuntos... Es importante que me digas como está ahora la actual relación - dije en un tono neutro, mostrando la importancia del tema al que me refería.

Al fin parecia que habia echo algo en condiones o eso me dejo ver al menos. Me pregunto por la relacion que habia con los vampiros...un tema algo delicado la verdad.

-Pues fui hace poco, y bueno me han contado que les dejastes con el culo al aire en la guerra. No te voy a mentir...la reina esta que trina contigo me costo mucho que volviera a confiar en mi para firmar una alianza, pero con paciencia pude conseguirlo. Lo unico que si vas no se como reaccionara. Siento si es una indiscreccion pero...¿Puedo saber que ocurrio para que ningun demonio asistiese a la guerra?

OFF: Emmm, no sé que es lo que habrá pasado, pero aquí se han borrado post. Este tema ya lo había cerrado, y ahora resulta que se han eliminado unos cuantos mensajes.