Pensando

Escuché una explosión y supuse que habría heridos y que, fueran o no seres del mal, debía curarlos. Cosas del bien. Bajé todo lo rápido que pude considerando que estaba en una montaña helada y al final terminé saltando y rodando por la nieve cerca de un demonio al que reconocí enseguida. Wataru,¿que ha pasado? -dije y olí que un ángel caído que se encontraba en mi corazón corría dentro de la cueva. Cogí la mano de Wataru, tiré hacia arriba y sin esperarle corrí a toda velocidad gritando. Kaede!!

Salí disparado e Ian apareció de pronto y me ayudo a levantar, ví como se dirijia junto a Kaede al interiror de la cueva, "¿como podia haber sido tan tono?" pensé "Devia haber supuesto que seria una trampa, aunque Walter me odie, nunca me atacaria, y cuando le amenazé con su arma, noté algo extraño en sus ojos, aun asi me ha engañado, y eso es algo inperdonable" Algo dentro de mí se encendió, se habia juntado con mi mal dia el echo de que pasara todo esto y la rabia y la ira estaban apoderandose de mi cuerpo cada vez mas, me recordó al dia de la lucha con Fatalis, realmente estaba muy furioso, asi que fuy tras ellos hasta llegar a la cueva y poder ver a ese impostor de nuevo.

-¡¡TU!!¡¡¿¿QUIEN COJONES ERES??!!¡¡¿¿Y QUE QUIERES DECIR CON ESO DE QUE VAS A DESTRUIR LAS PIEDRAS??!! O TE EXPLICAS RÁPIDO O LO UNICO QUE SE VA A DESTROZAR AQUI ES TU CARA!!

Mi posición era amenazante, y mi cuerpo pedia a gritos una batalla.

Me detuve al escuchar a Ian y tiré de su brazo hacia la cueva mientras le contaba lo que el impostor pretendía,aun que no le dije quien creía que era,porque no estaba segura.

-No podemos permitírselo...-dije al fin frenando cuando llegamos dentro de la cueva; Wataru debería calmarse bastante.

Me puse de rodillas,y posando mi dos palmas en el suelo, creé una corriente de aire que levantaba al menos un metro a todo lo que lo pisaba a partir de mi.

Al menos le obligaría a desplazarse.

Sus pasos eran firmes y decididos, avanzaba hacia la piedra sin intención de detenerse, si se inmutó cuando comenzasteis a seguirle gritando. El campo antimagia se debilitaba a cada paso que daba, cada vez podia usar más mágia, no como en la pared de hielo. Ya se estaba acercando al núcleo, que era la piedra.
La corriente de aire de Kaede ni siquiera llegó a tocarle, incluso con la minima energia que podia utilizar podia disipar el poder de un rango común.
Llegó a la piedra y la tocó, esta se desintegró bajo su mano. La luz que iluminaba la piedra quedó suspendida en el aire antes de desvanecerse del todo.

Y ya iban dos...

Se giró hacia vosotros, si tenia que encargarse de semejantes pulgas lo haria. Os retó con la mirada.

-..Porque.?-dije mirándole a los ojos mas seria de lo habitual.

-¿Por que no? -Dijo encogiendose de hombros. -Si preguntas por un motivo me temo que no conseguirás una respuesta satisfactoria, simplemente me apetecia. -En su cara se dibujaba una sonrisa siniestra pero infantil, como un niño que va a hacer algo malo por capricho. Expandió su aura, era completamente negra, sin matices, matices que deberia tener cualquier criatura por oscura que fuese. Además poseia un fuerza prodigiosa, era un aura potente que oprimia la atmosfera.

-Y ahora, pequeños ¿Me dejareis irme? -Preguntó con inocencia fingida.

En cuanto le olí lo primero que se me ocurrió hacer fue colocarme entre el ser y Kaede.
Si no lo hacemos, ¿qué pasa? -dije aparentando valentía pero en el fondo, el aura de esa criatura inundaba mis pensamientos y me agobiaba. Al fin y al cabo, yo era un ser del bien.

Empezaba a costarme respirar con aquella aura, y mas aún teniendo en cuenta que yo era la mas débil de todos..una vez mas. Pero fuera como fuera,no iba a dejarle marchar así porque sí.


-Mi respuesta a por que no..es porque no puedo permitirte hacer daño en este mundo,que es lo único que conseguirás alterando esas piedras.

Recordaba lo sucedido en la cueva,y no quería que algo peor ocurriera.

Ví como destruia la piedra sin nisiquiera inmutarse de la cantidad de tragedias que traeria consigo la destrucción de estas, su aura era demasiado poderosa, solo con su presencia sentia una presión muy alta en mi pecho, pero no iva a dejarme intimidar por algo asi, no despues de haber echo lo que hizo.

-¿Que te dejemos pasar?, despues de haber destruido una de las cinco piedras que sostienen el equilibrio de todo Iggdrasil no puedo hacerlo, mi dever como príncipe es proteger a los de mi raza, se lo prometí a Aspicious y yo, al contrario que Ian, no me voy a parar a pensarmelo dos veces a la hora de pararte los pies, si tengo que luchar para que dejes esta locura lo haré

Desenfundé mi arma y me situe junto a Ian, descorche mis garrafas aunque todo lo que nos rodeava era agua, desues le miré fijamente a los ojos intentando mantener la compostura por la presión de su aura.

-Antes de luchar, dime una cosa ¿Quien eres?...

Savia que por mucho que me esforzara, ese ser tenia la fuerza mágica suficiente como para derrotarme sin apenas despeinarse, pero si iba a perder, queria sacar información de todo esto.

-Yo soy yo... No he tenido padres, asi que no tengo nombre... Pero si quieres llamarme de alguna manera... Supongo que puedes llamarme Salem... -Dijo con un sonrisita en la cara.
-Y, pequeño demonio, no lo llames locura, asi se cierra un ciclo. Con un final viene un principio, Omega y Genesis van de la mano. -Extendió una mano y apareció un destello, una reluciente espada acabó en su mano, no pudisteis identificar el material, debia de ser una aleación mágica, brillaba de manera irreal, con un destello que se movia a lo largo de la hoja como si tuviese vida propia.
-Vamos, ¿a que estas esperando? ¿No era tu deber? ¿O acaso tienes miedo? El principe de los demonios no vale para nada. -Escupió las palabras con desprecio.

-Hay algo que falla en todo esto, un rey contra un rey, ademas de un príncipe...,esta claro que hay algo que le hace pensar que puede ganarnos sin problemas,pero ...me pregunto que será..
-dije agarrando a Ian de la espalda.


De verdad era Salem?

Levanté una ceja con cara de incredulidad. ¿Salem el brujo?. No, ese no es Salem. Tiene mucho más poder del que puede tener un rey brujo.
Permíteme dudar de lo que llamas tu nombre. Además, el final puede esperar. -dije friamente y escuché a lo que dijo Kaede. Parecía que podía ganarnos facilmente, quizás alguna ayuda no vendría mal. Busca ayuda -susurré para que solo ella lo escuchase. Además, si Kaede salía de la cueva, habría menos posibilidades de que resultara herida.

-No dejéis que se marche,Ian-dije dandome la vuelta,por mas que no quisiera dejarles a ellos solos ahí,yo solo era un estorbo entre tanto poder.

Apreté un poco la camiseta de Ian,y me marché dirección a la salida mirándoles una última vez.

Tenía que pensar con rapidez,no quería que les pasara nada,y además..a quien iba a encontrar en aquella ventisca..?

Empecé a correr una vez fuera tratando de sentir a alguien.

Me aparecí en medio de una ventisca con Kaede. Cerré los ojos hasta acostumbrarme al medio.

-¡Argh! ¡Que nieve tan...blanca!

Miré a Kaede.

-¿Dónde es?

Le agarré de la mano mientras esperaba a regular de nuevo mi temperatura corporal,y miré a mi alrededor tratando de volver a encontrar el lugar.

Tiré de Aral y empecé a correr tratando de buscar el hueco que hizo Wataru. Si no lo encontraba pronto...fracasaríamos en gran parte por mi culpa. Me maldecí por no encontrar con rapidez el lugar,hasta que reconocí la pequeña cueva.


-Vamos!!-dije tirando aún de el. Mientras recorríamos los pasillos,le conté todo lo que sabía.

-...

-...

-¿Una nueva piedra, Kaede?

-Estoy empezando a dudar de si ha sido buena idea haber venido aqui...

Me quedé pensando, y le dije a mi compañera:

-Quizás podamos arreglar lo que hicimos en Bhava-Agra

Una idea se empezó a formar en mi mente... No entendía nada de lo de "Salem"...pero tendría que volver a Bhava-Agra. Me agarré con fuerza la piedra de mi pecho mientras que empezaba a sentir el aura de la nueva.

-Hay que arreglar esto.

Ví como ese, al parecer brujo me amenazaba, Ian estaba allí y era un rey, no creo que pudiera superar nuestro poder, asi que me decidí por empezar.

-M e parece muy bien que saques una espada SALEM

Recalqué su nombre con un tono de voz mofante.

-Pero no es mi estilo de combate favorito.

Dicho esto alce la mano y de las paredes de hielo de sus laterales surgieron unos salientes de hielo punzantes, tambien lo hicieron del suelo y del techo, era como una jaula de hielo que se cerraba rápidamente hasta atravesarle.

-Aral..algo parece distinto esta vez...me extraña bastante que..se trate de Salem o..directamente,me pregunto que es lo que quiere finalmente esa criatura tomando todas las piedras,tu sabes mas de esto que yo-dije mientras seguía corriendo.

Las estacas de hielo de Wataru atravesaron la nada, cortaron el aire. La jaula se cerró sin atrapar nada. Simplemente habia desaparecido.
-Es una lastima... -La voz de Salem sonó justo detrás de Wataru, evidentemente en respuesta a su comentario. Sencillamente antes estaba en otro lugar y ahora estaba en ese, ni siquiera su aura habia fluctuado, como cuando un brujo lanza un conjuro. Clavó su espada en el hombro de Wataru, podria haberle matado, pero no lo hizo. En lugar de eso le clavó al suelo. Otra espada se materializó en su mano, era del mismo material que la que mantenia a Wataru pegado al suelo.
-Y ahora, rey licantropo. Te demostraré cual es mi poder. -Ocurrió lo impensable, su aura se expandió aun más, aunque seguia teniendo el mismo tono.

Wataru no!! -grité cuando vi que le atacaba, consideraba que era mejor observar al adversario antes de atacar, y la impaciencia le había costado que le atacase.
Noté como expandió su aura y me agobiaba muchísimo. Era como si me hubiesen encerrado en una pequeña jaula y no tuviese sitio para moverme. Sin embargo alcé la espada confiado en mis aptitudes y sobre todo, en mi velocidad.

Extendió su mano, de nuevo sus tatuajes vibraron y la mágia se deplegó. Ian pudo notar como si una mano invisible, e intangible, le cogiese del cuello con una fuerza prodigiosa, tanto que era capaz de producirle dificultades al respirar y de alzarle cual muñeco de tramo.
Sus ojos estaban fijos en los suyos y su espada aun en su otra mano.
-Nunca le des a un brujo tiempo para actuar.

Un pequeño grito ahogado sonó cuando entré de nuevo en la cueva.Me arrojé literalmente contra quien decía ser Salem,y le cogí de la cintura cargándole con todo mi peso para caernos y que soltara a Ian.

Al aparecer Salem tras de mí, me clavó al suelo atravesando mi hombro con su espada, no era una espada normal y el dolor que sufria en esos momentos era demasiado intenso. Salem comenzó a luchar contra Ian e intente quitarme la espada del hombro agarrandola por el mango, pero con solo tocarla sentí como mi mano ardia, no me podia mover y no tenia manera de quitarme esa espada, justo despues apareció Kaede lanzandose a Salem para intentar frenarle "Mierda Kaede, ella no podra hacer nada contra el, su poder es muy inferior", no podia moverme, pero si hablar.

-KAEDE, NO SEAS INSENSATA Y HULLE, ESTA BATALLA ESTA EN DESVENTAJA!!!

Sentí como si al decir esas palabras ya fuese demasiado tarde.

Un estallido de luz apareció junto a Salem y de él salí yo con mi aura expandida a tope y con todo el fulgor de mi piedra en mi interior. Empujé a Kaede sin pensar hacia Wataru. Después, en apenas una milésima, ya estaba con mi piedra roja en la mano junto al lugar de la piedra azul.

-...Esto gastará gran parte de toda nuestra energía...

-¡Tú, imbécil! ¡Me da igual quien seas, pero no te vas a poder escapar tras haberte cargado esta piedra!


Puesto que todos los seres de la sala excepto Wataru eran de luz, y él sabría salir de ahi por otros medios, puse una barrera de luz en toda la sala.

-¡Y aquí viene el juego!

Signo metafísico: Prisionero de Platón

Con una mano creé una antorcha de luz justo donde estaría la piedra y después saqué de mi bolsita la figurita de un dragón. La puse delante de la luz y de la sombra que proyectó amplificada sobre la pared surgió la figura de un dragón de oscuridad que se lanzó con sus fauces a por Salem. Mientras, levanté un pequeño muro entre él y yo del que surgieron unas cadenas de luz que le aprisionaron las articulaciones.

-¡Tú no eres Salem! ¡Deshazte de tus cadenas y enfréntate a la realidad si puedes!

Noté como algo me agarraba el cuello y me impedía la respiración. Con que facilidad me había atacado. Intenté zafarme de su mano invisible pero por más que buscaba que era lo que no me dejaba respirar no encontraba nada. Vi como Kaede le empujaba y recé a Zetros para que funcionase.