El gran salto

Observé el golpe que se dió, y me volví a preocupar por él. Parece tener muy poco cuidado de su propio cuerpo. Me levanté repentinamente, y recorrí la estancia hasta alcanzarle, corriendo lo más rápido posible. Tomé su cabeza con ambas manos, y masajeé su coronilla. Probablemente le habría dolido más de lo que él aparenta. En voz preocupada, me dirigí hacia él.

¡¿Te encuentras bien?! Te has dado un buen golpe. Mi tono se endulzó, como un caramelo cuando toca la lengua. Primero más agrio, y luego más dulce, dejando el regusto al final del paladar.

Tienes que tener más cuidado, querido. O tendrás serios problemas

Pronto, al ver que se encontraba en buen estado, se dibujó una pequeña sonrisa en mi rostro, que fue agrandándose poco a poco. Cerré los ojos, y continué masajeándole la cabeza.

Me encontraba concentrada, pensando si era buena idea ir al refugio. Podria ser bueno, mas podría surgir una tormenta y en tal caso estaríamos en peligro.

Propongo que si vamos allí, sea defendiéndonos de la nieve. Podria sorprendernos una tormenta y quedar sepultados bajo ella, muriendo congelados. No nos gustaría eso ¿verdad, simpáticos Dije sonriendo, mientras observaba la cara de los presentes. Una fría brisa recorrió y heló mis piernas repentinamente. Hacía un frío espantoso, y comencé a temblar por el mismo. Me quedé rígida temporalmente, mientras seguía masajeando con las manos a Alexander.

Les miré.

-Pues yo estoy bien-dije, pues apenas me inmutaba del frio-pero iré donde querais, no tengo problemas en ello

Que chica tan maja en verdad se preocupaba por mi, me abrace a ella suavemente. -No hace falta que te procupes tanto, jeje, soy algo torpe pero bueno no pasa nada.- me gire a ver a Dana -Bueno, Dana ¿tu que dices?¿vamos o nos quedamos?

por mi a donde querais, tengo estufa portatil-señale a andrew y me pege a el, robandole todo el calor que podia-asique supongo que guias tu- le sonrei calidamente

Alexander me dijo que no hacía falta que me preocupase tanto, pero es instintivo. Quizás instinto maternal. Pero en cualquier caso, sentía la necesidad de ayudar a la gente cuando la veía en problemas. Una sonrisa alegre, plácida y satisfecha se dibujó en mi rostro ampliamente. Mis ojos color esmeralda brillaron en señal de maravillación. Unas palabras escaparon de mis labios dulcemente y suavemente, en voz baja, pero que podía oir el resto de compañeros presentes.

Bueno, si lo dices tanto, será porque es verdad. Pero siento decirte que me preocupo mucho por las personas como para dejar que se dañen solas y aparenten que no les ha dolido. Aunque fuera verdad, no puedo resistirme a esto, jejeje

Dije, con una risita inocente y aniñada. Aun teniendo 23 años, seguía siendo en parte como una niña pequeña. Me encantaba hablar del mismo modo, y reir igualmente. Y estaba loca por dar abrazos a la gente que quiero. Todo esto y mucho más hace que, en esencia, sea una niña un poco grande. Pero no me importa lo que opinen lso demás de mi, con respecto a eso. Soy feliz siendo como soy.
No tengo remedio, jejeje. Al parecer, soy como una niña pequeña, que sólo tiene un cuerpo más grande, jejeje

Al parecer, Dana no tiene inconveniente alguno. Entonces, continué hablando en el mismo tono con el que hablé antes hacia Alexander.

Entonces propongo ir cuanto antes. Si está a mayor altura que esta explanada, me vendría bien, estaría cerca de mi destino en la cima. Muchas gracias por la idea, Alexander, jeje

Me incliné levemente, haciendo una reverencia amable, mientras una risa aniñada se escapó de entre mis labios.

Mire la escarpada pared que teniamos que subir, bueno algunos lo tendrian facil de subir por aquello de que podian volar.

-Creo que me ire adelantando a escalar la pared pues tardare mas algunos.- me gire y eche a correr hacia la escarpada pared y me puse a escalar lo mas deprisa que pude, para no hacer esperar a los demas.

Me quedé pensativo, no habia caido en ello... Miré a amy.

-Mmmm teneis que subir a la cima del todo, no es cierto? Ami este frio apenas si me afecta, mucho menos aun si me transformo en lobo. Podriais subiros a mi espalda, pegada a mi piel no pasarias tanto frio, y con mi agilidad y velocidad podria llevaros hasta arriba del tono en poco tiempo. Me he escalado estas montañas alguna vez y me la se bastante bien, ademas, si os sentis incomoda por el echo de que os lleve, miradlo de esta forma: asi podre hacer un mejor entrenamiento.-hice una pausa y me levanté.-que decis? os puedo subir esperar a a que termineis de rezar y por medio del olfato localizar al resto para mas tarde reunirnos con ellos

Tiritaba porque empezaba a tener frío de verdad, así que me acurruqué un poco tapándome con las alas.

-¿P...Podemos irnos ya?-dije tiritando.

Me sorprendió el ofrecimiento de Andrew. Cabalgar a lomos de un hombre lobo era algo..inusual. Una expresión sorpresiva se apareció en mi rostro, y mis pómulos se tiñieron de un color rojo oscuro. Con una voz dulce, pero sorprendida, le respondí.

¿Está seguro de que no le importa esto, señor Andrew? NUnca he..cabalgado a lomos de un hombre..lobo..

Junté las manos lentamente, y entrelacé los dedos, agarrándose ambas manos fuertemente. Tras decir mis palabras, ligeramente avergonzadas, giré sobre mi propio eje, hacia un lado, y repentinamente hacia el otro, mientras observaba la blanca nieve. Tenía cierto rubor por aquella petición.

La miré, y me sorprendió su reacción tan timida, entonces comencé a reir a carcajada limpia.

-Claro que si mujer, no me molesta para nada. Y tranquila, tengo experiencia llevando a gente, no te pasaria nada-la sonreí ampliamente-venga, que dices?

Intenté responder enérgica, pero me costaba emitir palabras con mis cuerdas vocales en ese estado de timidez. En voz baja y entrecortada, me dirigí a Andrew, tímidamente.

Bueno..si gusta.....accedo encantada....

Poco después, me acerqué a Andrew con lento paso y me detuve junto a él, con las manos entrelazadas delante de mi vestido, apoyándome en una de mis piernas. Esperé a que éste afirmase que accedia a ayudarme, con mi cara teñida de un color burdeo suave, que inundaba mi piel blanca.El tinte comenzaba a extenderse por el resto de mi cuerpo, enrojeciéndose mi cuello, y mis manos al poco tiempo. Mi corazón comenzó a latir más deprisa. Sentía como si fuera a ser ésto algo único en el mundo, y no debía perder detalle.

Reí, esta vez menos fuerte, vi como se ponia tras de mi y senti sus suabes manos en mi piel. Estaban frias como el hielo, mi piel por el contrario era puro fuego, no quemaba, pero le tuvo que sentar bien tocarme.

Sonreí, me aparté un poco de ella, aun tenía que transformarme y como aumentaba considerablemente de tamaño no quería darla sin querer.

Cerré los ojos y comencé a transformarme. El tamaño de mis musculos comenzó a crecer, seguidamente comenzaron a emerger garras de mis manos, afiladas y puntiagudas; empezó a crecerme el morro, y con ello los colmillos sobresalieron brillantes mostrandose a la luz. Le siguieron las orejas, la cola, el pelo que ya cubria casi todo mi cuerpo y junto a todo esto, el tamaño. Pasé de medir 1,90 a medir casi 3 metros de largo y otro tanto de ancho.

La transformación acabo, no sin antes mostrar mi leve expresión de dolor; pese a que era minimo, no dejaba de estar presente siempre.

El color de mi pelaje era gris en su gran mayoría, con alguna parte blanca mezclandose con el grisaceo y en el centro de la la cabeza y en la espalda tenia una raya negra que terminaba mezclandose con los otros 2 colores. El final de mis patas era color blanco en todas ellas. La negra raya de mi espalda no terminaba ahi, si no que se extendia por la cola cuantiosamente peluda haciendo el mismo efecto mezclandose los colores.

Sacudí mi melena y me puse a 4 patas, comencé a andar dandome la vuelta, mirando a amy. Me habia puesto en esa postura para que no la impresionara tanto mi tamaño. Sonreí para mis adentros y, en mi rostro lupino no se podian ver los gestos humanos tipicos, a si que todos se reflejaban por la expresión de mi mirada.

Me levanté y la cogí con suma facilidad, pero aun asi manteniendo el cuidado de no dañarla, subiendola a mi espalda, rodeando sus brazos a mi cuello. Podia sujetarse también en mi erizado, pero aun asi suabe pelo.

-Comoda?-dije, mirando un poco hacia atras, mis ojos expresaban felicidad y diversión, tambien traté de darla confiana con esa mirada, la tenía bien sujeta. Mi voz sono mas grabe de lo comun, era logico, la caja de resonancia ahora era mas grande al igual que mis cuerdas vocales mas gruesas.

Mi pelo era como un gran abrigo, mi piel seguia estando muy caliente por lo que, amy tenia que sentir mucho menos frio

wiji!!!- como un cazador con su presa salte encima de andrew en un sengundo sonreiente y le empeze a molestar, jugando con su cola y su pelaje- pasajeros al tren!- mire a elizabeth e hice un hueco para que ella tambien se subiese.

-Ehhhh!-me quejé-que tampoco soy un taxi-mi cola se agitó cuando dana jugueteó con ella, fue un acto involuntario. Al lanzarse encima mia nisiquiera me abia movido del sitio, tampoco sentia que llevarlas a ellas dos pesara, de echo podria llevar a otra persona mas y aun sentirme ligero pero pese a ello, miré mal a dana

Cuando vi que comenzó a lupinificarse, me aparté lentamente de él, dando pasos hacia atrás lentos e inseguros. Observé su cambio con cierto temor, preocupación y sorpresa al mismo tiempo. Se convirtió en una criatura terriblemente grande, y era algo que asustaba en cierto modo. Por otro lado, no me iba a hacer daño, así que ese temor fue efímero. Su mirada denotaba que estaba contento, y orgulloso de sus habilidades. Poco después noté que me levantaba y sentaba sobre su lomo, y mis brazos rodearon su cuello. En aquel momento, apreté mis brazos, para no caerme, pero sin apretar demasiado. Notaba su temperatura corporal en mis piernas gélidas. Estaba calentito, como una estancia con chimenea. En mis brazos sentí un cosquilleo por la agradable temperatura que comenzaba a invadir mi cuerpo. En realidad, todo ello empezaba a sentirse a gusto. Aah..qué agradable...podría estar así por el resto de mi vida, si pudiera, claro, jejeje

Me despertó de mi imaginación su voz, que ahora sonaba mucho más grave y profunda. Estaba feliz Andrew, y parecía que esto le agradaba en lo absoluto. Con voz dulce y amable, respondí enérgica a su pregunta, con una sonrisa dulce dibujada en mi rostro, y mis grandes ojso verdes abiertos por completo.

¡Claro que sí! Jejeje, muchas gracias...

Dulcifiqué más el tono, relajando mi voz poco a poco. Me apegué más a Andrew, sintiendo su calor traspasarse a mi.

Aaah..se está tan a gusto...qué calentito estás, Andrew Mi sonrisa se mantuvo, y quería soñar estando en esa postura y estado. Sin embargo, algo repentinamente se sentó detrás de mi, y una voz eufórica, que resonó en mis oídos, me distrajo de mis pensamientos. Parecía un poco burloncilla esa voz, pero no creo que fuera burlona completamente en serio. Mi sonrisa se agrandó, cuando Andrew respondió que no es un taxi que llevara a todos. Una dulce risita, de tono bajo, y refinada, se escapó de entre mis labios justo después, aunque intentara no reirme mucho. Estaba muy feliz por estar con gente tan cálida y buena compañera.

Pese al frío que tenía, estaba bien. Cuando Andrew se hizo lobo y se subieron a él mi reina y Amy, pensé en lo bien que se estaría ahí.

Cuando vi que Dana me hacía un hueco para que subiera una sonrisa se dibujó en mi cara. Me acerqué al lobo y subí con cuidado, sin saber a donde agarrarme. Estaba muy calentito.

vi como una tercera se subia encima mia, abri la boca.

-Pero que coñ*?? sereis caraduras!!-las seguí mirando mal. Despues suspiré-que remedio... os llevaé hasta la casa de este muchacho os dejo a las dos allí y llevo a amy arriba del todo..-dije, aun mirandolas algo mal-venga, agarraros bien

Las empujé un poco mas al centro de mi espalda, me puse a 4 patas, pues a una podia llevarla sobre 2 pero a tantas no me fiaba de que se cayesen. Una vez ver que estaban bien sujetas comencé a correr en direción al desviado

Estaba muy a gusto. Tanto que casi comienzo a soñar despierta. Recuerdos de cuando era niña comenzaron a aparecerse en mi mente. Mi abuela Cecilia, estaba allí delante de mi. En una habitación blanca, con una gran sonrisa dibujada, y los brazos abiertos, mientras estaba agachada. Parecía que yo me acercaba corriendo, y salté a sus brazos, abrazándola fuertemente. Ella hizo lo mismo, mientras sonreía alegremente, y apoyaba un poco su cabeza en mi hombro. Sin embargo, se me vino a la mente, repentinamente una extraña idea, más que nada porque ese hecho no lo recordaba yo. Una figura vestida con un vestido sencillo griego grisáceo muy pálido, con una capucha que tapaba su cara, se encontraba con los brazos abiertos. Únicamente se podía apreciar de su cara una cálida sonrisa, y un tono de piel muy claro. Sin embargo, una chica de pelo castaño de alta estatura, que vestía un vestido blanco, corría hacia ella. Yo veía todo eso desde las alturas, como si volase...o estuviera en otro mundo... Ambas personas aunaron sus brazos, y se abrazaron en la calidez de un abrazo madre-hija. Algo me decía que así se relacionaban, y no sabía por qué. Sin embargo, un hecho significativo me asustó. La chica de pelo castaño levantó la vista, y observó el cielo. Me miraba a mi directamente a los ojos. Inmediatamente reconocí esa cara. ¡SOY YO! Una sacudida leve me despertó de aquel sueño. Me encontraba vibrando, montada sobre Andrew, que comenzó a escalar la montaña. La blanca nieve nos rodeaba a diestro y siniestro. Giré mi cabeza, lentamente, y pude observar que ya habíamos recorrido un buen trecho. El pie de la montaña se encontraba ya lejos de nuestro alcance. De pronto, sentí que mi corazón palpitaba demasiado deprisa. Mi respiración también se agitó.En voz baja, y aparentemente ausente, murmuré, con los ojos abiertos inexpresivos, unas palabras.

Ese sueño...yo era esa chica....

Sin embargo, otra cosa se me presentó por la mente. ¡¿Qué signiifica este sueño?!¡¡¿ES UN SUEÑO PREMONITORIO?!!¡¿O QUÉ SIGNIFICA?!

Mis labios se paralizaron repentinamente. No fui capaz de emitir palabra, mas mi corazón y respiración continuaban su funcionamiento ligeramente acelerados.

Me percaté de que algo pasba a mis espaldas, miré a amy mientras seguia corriendo.

-Oye... estas bien?-dije con tono preocupado e interrogante sin pararme

Una voz parecía preocupada, y se dirigía a mi. Sin cambiar mi tono de voz, aparentemente ausente, y con mirada inexpresiva, seguía mirando hacia el frente, la nieve que íbamos a dejar atrás en breves instantes.

No te preocupes, no es grave. Sólo he soñado algo... extraño...

Mis pensamientos comenzaban a mezclarse en mi mente. Algo me dijo que era una relación madre-hija. Y si es así, y me reconocí a mi misma...¡Mi madre!¡Esa era mi madre!¡Pero es...imposible!

Volví a pensar en el mundo real, agitando la cabeza para intentar quitarme esas meditaciones. Continué mi relato, con voz ausente.

Es algo que viene de mi pasado...

Detuve mi frase, y continué vislumbrando el camino que seguíamos hasta la cima. Era algo largo de contar, y no sé si él estaría dispuesto a sufrir un largo relato. Apenas le conocía, pero tengo plena confianza en él, y en casi todos. Confío fácilmente en la gente como para contar cosas como ésta.

Al fin llegue a lo alto de aquella pared, mire al frente buscando mi hogar, veia aquel gran edificio, no muy lujoso, la fachada era algo oscura, para poder encontrarla con mas facilidad en los dias de ventisca, aunque aquel hecho daba al edificio un aspecto muy tetrico.

Me asomé a ver a mis compañeros, los cuales aun estaban escalando -Vamos chicos que ya veo el edificio.- dije entusiasmado, eche a corre hacia el edificio rapidamente, entre encendi la caldera para que luego estuvieramos mas comodos y sali de nuevo para esperar a mis compañeros.

Ahora que ya no tenia frío, me despegué sutilmente del licántropo y comencé a volar, alcanzando al Yasgeniod, que ya estaba arriba, subí mas aún y luego aterricé cerca del yasgeniod.

Le miré, y sonreí cálidamente.

Miré extrañado a amy, pero no eran cosas de mi incumbencia por lo que decidí no preguntar, seguramente ya lo haria dana por mi... como entrometida que era. Noté como elizabeth se quitaba sutilmente de mis espaldas y volaba hasta alexander, cogí mas carrerilla y llegué enseguida junto a ellos.

-[b]Vale, ya hemos llegado, contenta?[/b]-dije, mirando de reojo a dana pues aun estaban las dos encima mia.

-Muy bien compañeros, pasen siento que esto no este en mejor estado...- dije girando el picaporte y pasando al interior.

La casa por fuera estaba intacta pero por dentro se podia observar huellas, arañazos por las paredes, muchos de los cuadros estaban desgarrados, el suelo lleno de corte profundos, las estancias eran de un color oscuro lo que daba una sensacion aun mas sombria, todo parecia indicar que dentro de la casa se hubiera destado una gran pelea, cosa posible pues los pasillos y las estancias eran bastante grandes. Camine hasta el fondo de el pasillo que se encontraba al entrar, llegue a un salon con unos sillones y una chimenea, hice un gesto para que pasaran y se sentaran ellos primero tratando de ser hospitalario.

-mucho- sonrei calidamente y baje de su espalda- vosotros subis a la montaña no?- mire a amy durante el camino la habia notado rara, pero aunque la curiosidad me mataba preferi no preguntarla nada, sabia que el pasado eran cosas que no se debian tocar.

antes de entrar por la puerta de la casa rodee a andrew y deposite un beso en su hocico. me gire y me meti en la casa despidiendolos con la mano