La Sartén del Desierto

OFF Esto surge de aquí--> https://creatureswars.forosactivos.net/t1284-dando-un-paseo

ON Mientras seguía bajando el río, comenzaba a vislumbrar arena en la lejanía. Un calor poderoso comenzó a calentar la gigaburbuja en la que me encontraba. No se sentíoa muy bien, estaba empezando a sudar por el calor. Llegó un momento en el que el calor era abrasador. Sin poder aguantarlo más, me levanté del suelo, y salté fuera del agua, pisando la ardiente arena del desierto. Miré a mi alrededor, girando mi delicado cuello blanquecino. A mi alrededor, tan sólo había arena, arena blanca. Todo estaba completamente silencioso. El sol comenzaba a subir de altura. Se acercaba el mediodía. El calor comenzaba a ser sofocante. Busqué con la mirada algún árbol bajo el que poder guarecerme del calor. Mas no había nada. Comencé a caminar por las dunas del desierto, yendo paralela al río. Era importante no perderlo de vista, pues podría mostrarme la localización de un pueblo. El sudor comenzó a brotar en mi cuerpo. Una gota surgió de mi frente, y resbaló por mis mejillas hasta alcanzar la barbilla. De allí se precipitó a la arena, volviéndose vapor al instante. Mi vestido estaba completamente empapado y se transparentaba. Jamás usé sostén, porque entre otras cosas, lo consideraba innecesario. El vestido comenzó a adherirse a mi cuerpo. Ya no podía resistir mucho más. Aarf...esto es insoportable...este calor...me está matando...

Tras un arduo camino viajando por el ardiente desierto en busca de nuevas fuentes de poder, me encontraba en medio de un oasis. Unas palmeras altas con hojas largas de color verde kiwi hacían sombra suficientemente fresca como para poder descansar bajo la misma. Me detuve bajo su fresca sombra, y giré mi cabeza en busca de algo que se encontrase sobre la arena. El abrasador aire que circulaba por aquellos lares chocó contra mi espalda, y me aplacó el poco fresco que tenía. Mi frente comenzó a humedecerse, llenándose de sudor. Paseé mi mano por ella, y con el dedo índice me retiré unas gotas de sudor. Tras eso, un ligero y apagado suspiro nostálgico salió de mi boca. GIré mi cabeza hacia abajo, observando la arena semifresca que se encontraba bajo mis pies. El pelo, azotado por el viento, avanzó hacia delante, hasta quedarse atrapado entre mis orejas y mi cara. Al instante de rozar éste mi cara, sentí como si algo me hubiera dado una bofetada caliente. Mi pelo estaba ardiendo, probablemente debido a que era muy oscuro. Una mueca de dolor leve apareció en mi rostro. Probablemente no tendría que haber ido allí, pues era algo insoportable. Lentamente, descendí mi cuerpo hasta arrodillarme en la arena ensombrecida, para intentar descansar. Apoyé mis brazos sobre mis piernas, y esperé a encontrarme de mejor humor y ganas."ARG.¡Este calor me desquicia!¡¿Por qué hará tanto calor en este árido y despreciable desierto?!"

Maldije a diestro y siniestro el calor del desierto, implacable e inagotable. Luego conseguí serenarme, y quedé descansando bajo la sombra de la palmera, mirando el brillante destello que refleja la arena hacia mis ojos carmesí.

Entrenaba felizmente en el desierto cuando dislumbré la figura de un angel, lo reconocí por la gracilidad de sus movimientos, me acerqué y vi a Amy muerta de calor. Amy, ¿que haces en un lugar tan muerto? dije mientras le tendía una cantimplora llena de agua

Repentinamente, alguien se acercó a mi. El calor provocaba que la vista se me emborronase, y el sudor apenas me dejaba ver algo. La figura me tendió un objeto redondo hacia mi, y me habló en tono preocupado. Esa voz me sonaba, la había escuchado antes. La escuchaba muy lejana, como si no fuera ya de este mundo. Tras eso, caí de rodillas, clavándolas en al arena, quedándome yo tan flácida y manejable como un flan.Intenté hablar, pero mi voz sonaba extremadamente exhausta y cansada, y se me entrecortaban las palabras.

He llegado aquí..por el rrr...río...

Tras decir eso, me desplomé en la arena de bruces. Los ojos se me cerraron repentinamente, y sólo se veía oscuridad a través de ellos. Mis brazos quedaron estirados hacia delante, y mi cuerpo, totalmente mojado, continuaba calentántose. Perdí la consciencia de todo lo que ocurría. No estaba para nada acostumbrada a un calor semejante.

La cargué en mi hombro y me la llevé al pequeño campamento que había hecho la metí en la tienda y le puse uno de los mil jirones que colgaban de mi ropa en la frente mientras lo humedecía esperando a que se recuperara pronto.

En mi desmayo, veía pasar por la oscuridad de mi mente mis recuerdos más recientes. Esa demonio...quería ajustar cuentas con los ángeles. ¿Por qué? Siento que algo malo le ha pasado, y debo ayudarla. Si no, se sumirá en un mar de caos mental, y acabará por destruirse a sí misma. De repente, noté el fresco de algo húmedo sobre mi frente. Apreté los ojos un poco, y luego, mis párpados se abrieron con lentitud. Sólo se veía un poco de mis iris verdes, y con una mirada alegre, pero cansada, se me presentó una cara algo conocida frente a mi. Una débil sonrisa se marcó en mis labios, y hablé en voz baja, pero alegre.

Ahh....¿eres..el hechicero..?Qué bien...poder verte....

Intenté estirar el brazo hacia él, pero apenas podía levantarlo. Sólo mi mano se levantó de su sitio, para caer sobre mi pecho. Todavía me sentía húmeda, pero el fresco de la sombra de, lo que a mi vista parecía una tienda, me daba frescor.

Descansa dije con una voz suave Has sufrido una insolacion pero ahora te pondras mejor dije mientras le daba la cantimplora para que bebiera y le daba una túnica para que se cambiara mientras salía afuera para encender una fogata ya que se estaba haciendo de noche.

Mientras estaba descansando sentada en la arena, un hombre alto y de aspecto fuerte llevaba a alguien vestida de blanco sobre sus hombros. La chica estaba completamente empapada, y parecía haberse quedado inconsciente. Una sonrisa malicosa se dibujó en mis labios- "Jejeje, algo para variar. Será esto divertido, jejeje"

Rápidamente, me levanté de la arena, y a cierta distancia prudente, seguí los pasos del hombre que la cargaba. Pasado un largo camino, se internó en una tienda que estaba levantada sobre la arena, cerca de otro oasis. Sigilosamente, me acerqué arrastrándome a las cercanías de la tienda. Mantenía una sonrisa maligna, mientras movía mis brazos y piernas de tono pálido, avanzando sobre la arena. Me detuve a pocos metros de la tienda, echándome arena por encima, dejando a la vista sólo los ojos. La arena estaba caliente, pero podía resistir su temperatura. A los pocos segundos, el hombre salió de la tienda, y con unos troncos, los amontonó en una parte. Parecía querer encender fuego. El sol comenzó a descender, y los rayos solares atravesaban el cielo, dejando una estela anaranjada en su camino. Estaba oscureciendo, realmente. Cuando no miraba, me levanté, y entré, suprimiendo mi aura, a la tienda. La chica se encontraba tumbada en una cama hecha con hojas de palmera y sábanas encima. Me acerqué a la cama, y me senté en un taburete de madera que había dentro. Me quedé esperando, a ver qué hacía, sonriendo malévolamente.

"Jejejeje, será interesante ver qué dirá cuando se despierte"

Asentí levemente con la cabeza, con una lentitud extrema. Cerré los ojos mientras asentía, para hacer más solemne la misma. Luego los volví a abrir, y extendí mi mano hacia su cantimplora, esforzándome en extremo para ello. La tomé, con la mano temblante, y la acerqué a mi boca. Un pequeño chorro de agua surgió de la cantimplora, cayendo sobre mis rosados labios secados por el calor y el sol. El agua fresca invadió mi paladar. Me sentía más viva en aquel momento. Pude recomponerme un poco, ya que el agua es mi elemento. Cuando quise mirar a mi alrededor, el hechicero se había ido fuera. Una túnica blanca yacía sobre mi cama. Supuse que sería para cambiarme, mientras secaba mi ropa. Volví a acostarme un poco más. Me pesaba la cabeza, y necesitaba guardar energías. Sin embargo, repentinamene oí algo acercarse a la tienda. Parecían pasos diferentes a los fuertes del hechicero. Giré mi cabeza con lentitud, y una figura con ropa oscura se encontraba sentada en un taburete de madera. Me asusté mucho de que apareciera repentinamente, y tomé aire abriendo la boca. Quise gritar, pero estaba tan cansada que no podía gritar. Temblando, intenté hablar lentamente, con voz preocupada. Había visto su sonrisa y su rostro. Mostraba oscuridad, malicia y picardía.

¿Qu..quién...e-res..?¿Có-mo has...llegado aquí?

La chica de blanco giró su cara, y me miró fijamente a los ojos. Se asustó, parecía gelatina temblando tanto. Cuando observé su cara, parecía brillar algo. Era ciertamente muy luminosa, por lo que deduje que debía ser un ángel. Una sonrisa pérfida se marcó en mis labios en el momento en que preguntó quién soy. La sonrisa era lo suficientemente grande como para mostrar unos finos colmillos bajo los labios, que estaban un poco alargados. Una voz burlona y poco amable salió de mis cuerdas vocales

¡Vaya!¿Pero qué tenemos aquí? Un ángel, temblando como un flan, jajaja. Si te lo preguntas...soy una vampiresa. Angeline, no se te olvide ese nombre. Tras enunciar tales palabras, me levanté del taburete, y me acerqué al camastro. Me arrodillé, y con una sonrisa maliciosa, me incliné hacia delante, y observé su cara.

Por lo que veo has tenido un serio problema ¿eh? Una insolación, parece. Te encuentro desorientada. Y si te preguntas cómo, me deslicé sigilosamente hasta alcanzar esta tienda. Me llamabas la atención, chiquilla, jajaja

Una risa maliciosa se escapó de entre mis labios. Entrecerré los ojos un poco, y continué observando su semblante. Su cara angelical indicaba que podía ser alguien extremadamente bondadosa, y probablemente me odiaría por lo que le estoy haciendo. Es algo que me gusta por un lado. Por el otro...quizás me pase con ella. Pero de momento, seguiré actuando con naturalidad.

La chica parecía hablar burlándose de mi. Pero seguía asustada. Sus colmillos me decían que era una vampiresa. Sin embargo, no emitía aura alguna. Ni podía notar su energía. Un escalofrío recorrió mi espalda, y sufrí un ligero espasmo. En cuanto se me pasó, levanté la cabeza ligeramente. Tenía su cara delante de la mía, y me observaba con ojos maliciosos. Intenté responder con lentitud, y temor a sus palabras, con una voz entrecortada y temerosa.

¿An..Angeline? Vam..vampiresa....¿qué quieres de mi? Sí, he tenido un problema...pero no es algo que sea de tu incumbencia. Por favor, vete de aquí...me asustas... Dije temblando como un flan.

Realmente tenía miedo de lo que hacía. Ella podía haberme cortado el cuello ya mismo, si hubiera querido. Pero era más impredecible de lo que parecía. Me quedé rígida, observando con mis ojos, ahora muy pequeños por el temor, sus iris carmesí. Sus ojos parecían haberse hecho con sangre, sangre de humanos. ¿Y si bebía de mi?Sería algo...peligroso...

Volvia on un plato de comida para mi "paciente" y noté que estaba algo asustada. Mire hacia donde estaba ella observando y descubrí una vampiresa ¿Que haces aqui? dije con voz alta No sabes que es de mala educación entrar en las tiendas ajenas así sin mas, te pido de buena gana que te marches y nos dejes en paz. Bastante ha tenido la pobre como para que ahora la incordien dije mientras mi cuerpo se ponia en tension.

Alguien entró repentinamente cuando iba a contestar a la chica. Giré mi cabeza, y me levanté de mi posición, observando fijamente al hombre. Parecía tenso, y hablaba en un tono un poco agresivo. Conservando mi posición y mi sonrisa, me digné a responderle en un tono burlón y sarcástico.

Vaya, vaya, vaya. Aquí tenemos al protector del dulce angelito. Vale, ya me iba, no quiero que me dulcifiquen, jajaja.

Al pasar al lado del hechicero, guiño un ojo, mirándole con picardía a los ojos morados. Con una voz sensual, mientras paso por su lado, me dirijo a él

Que sepas que me marcho porque quiero...pero tú puedes pedirme venir si quieres....jejejejeTras eso, crucé el umbral de la salida de la Tienda, y me fui bajo una palmera, apoyando la espalda viendo de frente la entrada de la tienda.

Al salir la vampiresa me senté al lado de Amy y le di el plato por si tenía hambre, luego me recosté en una esquina ¿Conoces a esa vampiresa? dije con un tono de curiosidad De hecho, ¿Qué hacía aqui?dije mientras me comía mi plato.

Un sonido fuerte irrumpió en mis oídos repentinamente. Al poco tiempo, una voz aparentemente curiosa se dirigía a mi. Se podía notar a distancia que tenía gran poder el poseedor de esa voz. Me giré lentamente, y unos profundos ojos azules oscuros me clavaban mis ojos. Era una sorpresa que, por el aura, un vampiro estuviese por estos lares. Un sobresalto invadió mi mente, mas no aparenté tal sorpresa. Me levanté de mi apoyo en la palmera, y me acerqué a él lentamente, hasta detenerme a una prudente distancia. Una voz en cierto modo burlona, salió de mis labios.

Hola. ¿Sabías que hay que presentarse antes? En fin, da lo mismo. Soy Angeline ¿por qué lo preguntas? Mi mirada apuntaba directamente a sus ojos. Denotaba curiosidad, ciertamente.

Un plato de comida fue dejado por el hechicero sobre una mesita de madera. Tras eso, se apoyó en una esquina. Seguí sus movimientos con mi mirada con cierto ligero temor, y un poco de preocupación.
No..no le conozco....y sólo dijo que le llamaba la atención....

Dirigí mi mirada al plato, y la devolví al hechicero. Mis pómulos se tiñieron de un color rojo burdeo, y desvié la vista hacia abajo, observando mi cuerpo humedecido. Con una voz con cierta vergüenza marcada, intenté hablar, cortándome a cada frase que decía.

Por..por cierto...¿me podrías...dar de comer? Estoy débil...y necesito que me hagas ese pequeño..favor...

Dije, observando mis pies. No era ninguna petición de casamiento, mas esas cosas no se preguntan a cualquiera. Sin embargo, no había otra opción. Junté la punta de los dedos índice de mis manos, con pasmosa lentitud, sobre mi barriga. Estaba muy ruborizada por aquella petición. De mi frente comenzaron a surgir gotas de sudor. Se debía a que ,por el rubor, me había puesto un poco nerviosa. El corazón me latió ligeramente más velozmente.

Al oir su nombre, hice una leve inclinación, sosteniendo con ambas manos los laterales de mi vestido. Clavé una rodilla en la arena levemente, y luego volví a levantarme. En un tono ciertamente burlón, me dirigí a él, no con ánimo de burla, sino porque es mi tono habitual.

Ciertamente que no nos podemos comparar a los humanos, que tan sentimentales son.Encantada, jajaja. ¿Y qué te trae por aquí, Itachi?¿Vienes a imponer tu poder al resto de seres que moran en las arenas?¿O es por simple curiosidad, joven excelencia?

Supuse que no era nadie normal. Seguía notando su poder, a través de su aura. No es algo que pueda dejar pasar. Comparado conmigo, soy una miga de un mendrugo de pan, al lado de una barra de calidad suprema. Eso sí, una miga con clase. Continué mi relato, con una sonrisa alegre y un poco maliciosa en mis labios.

Yo estoy aquí por simple curiosidad. Vi un ángel entrando aquí, y quise seguirla. Parece que ha tenido ciertos...problemas Recalqué la palabra "problemas" con un tono llamativo. Seriamente, la chica había sufrido, pero mi objetivo era hacerle más daño aún, si cabe.

Lentamente le fui dando cucharadas de la comida que había preparado, no me parecía raro pues en mis muchosa ños de vagar por el mundo habia ayudado a una cantidad inmensa de personas a alimentarse, entre ellas ancianos. Al terminar salí a ver si la vampiresa se había marchado y no solo descubrí que no se había ido sino que habia otro chupasangres en la zona y por la postura que adoptaba parecía un rey. Inmediatamente me metí dentro de la tienda, le di un beso en la frente a Amy y me dispuse a dormir.

Hacia ya mucho que caminaba, el sol relucia fuerte expandiendo cada uno de mis poros. El sudor habia encharcado mi frente, me sequé con la mano. Iba como siempre, utilizando tan solo mis desgarrados pantalones. A lo lejos vi una especie de campaña. Varios olores me llegaron de pronto. 2 de ellos desagradables, otro no me desagradaba en absoluto y un ultimo olor... realmente dulce y fresco. Llegué hasta allí y me asomé

-¿Hola?

Una sonrisa satisfecha se me dibujó en mi rostro. Me agradaba este muchacho, que tan poco gusta de protocolos, formalidades y demás sobrantes.

Jajaja, me gustas, chico. Entonces, excelente.Olvidémonos de formalidades. Yo tampoco soy amante de ellas, jajaja. Por cierto, ya que estás aquí ¿Qué piensas hacer al respecto?

Dije, señalando con un dedo, de espaldas, la tienda donde se encontraban el Hechicero y el Ángel. Una maliciosa sonrisa se presdigitó en mis labios, y con ella se mostró parte de mis colmillos vampíricos.

Repentinamente, una voz resonó no muy lejos de mi. Conocía esa voz. Andrew...el que tanto me "aprecia". Con un rápido giro, dirigí mi penetrante mirada hacia mis espaldas. Andrew se encontraba allí, de pie, intentando ver qué había por allí. Una risa maliciosa se escapó de entre mis labios, con tono un poco burlón.

Jajajaja, mira quién está aquí. Aandrew, amigo, al que tanto le gusto ¿verdad? jajajaja

Vi a la chupasangre no muy lejos de mi, estaba acompañada de otro miembro de su misma calaña, suspiré. "vampiros... ya decia que habia mal olor"

Di unos pasos y metí mis manos en los bolsillos. Me encogí de hombros.

-No te lo tomes como algo personal, me desagradais todos-hablé con expresión neutra y desinteresada. Entonces vi una tienda casi al lado. Les eché una ultima mirada a los vampiros y me dirigí hacia ella

Sobre volaba por esos momentos una arenas del desierto, hacia un calor insoportable, menos mal que tenía resistencia al calor, encontré a un pequeño grupo de personas y me acerqué a ellos tranquilamete, a tiempo de oir el comentario de Andrew-Siempre tan agradable Andrew-dije en forma de saludo y luego saludé con una reverencia a los demas presentes.-Buenas tardes a todos.-