Encierro de Angeline

(OFF: Luccie, entiendo tu puntualizacion y para nada molesta que te metas en los temas, no en vano es tu misión.
Pero quería añadir que, ya que intentamos que este foro sea realista, se pueda permitir que los personajes cometan fallos, errores, que se olviden de las cosas o que simplemente no presten atención a todo (aunque en realidad hay PJ que saben acerca de todo y nunca fallan). Así que en este caso, Ian no ha pensado en que es una vampiresa y no la afecta el fármaco como a otros seres por el tema de la muerte y que no fluye su sangre.

PD: me suena super raro que estando en offrol me llames Ian ¬¬ xD)


No había pensado en ello, pero bueno, ya se probaría con otros seres que no pudiesen parar su sangre.
Bueno, pues entonces no ocurre nada, no había pensado en ello.
Respecto a lo de Andrew, no creo que le guste mucho que le prohiba salir para no verte ni nada por el estilo así que puedo suponer que tarde o temprano os veréis y solucionaréis lo que tengáis que solucionar.
Quiero dejar claro, de nuevo, que te ayudaré en lo que necesites.
Dije pensando que ya deberíamos volver a nuestros respectivos reinos ya que no quedaba mucho tiempo para la guerra.

La negra silueta de un carruaje se hizo visible en la distancia, junto a varios jinetes, no tardaron demasiado en llegar al lugar en el que estaban Angeline y el licantropo. Era un carruaje negro y elegante, con relieves en plata. Tirando de el iban dos magestuosos caballos, tambien de color negro. En general irradiaba fuerza y solidez.
Yo iba conduciendo, con un sombrero de ala ancha negro que hacia casi imperceptible mi rotro y una capa larga y negra que me tapaba entero. Luccie me habia avisado de que liberarian a Angeline en poco tiempo asi que me habia dedicado a coger un carruaje y hacer el camino. Nos habiamos encontrado con algún que otro licantropo, pero nada que no se pudiese solucionar rápido en tiempos de guerra. Dentro del carruaje iban Herondale y Slither, habian insistido en conducir ellos, pero me gustaba sentir el aire en la cara. La escolta de caballeros estaba formada por cinco soldados equipados completamente. Las armaduras y armas limpias indicaban que no habian tenido que utilizarlas.
-Vaya, veo que llego justo a tiempo. No iba a dejar a una maestra en territorio hostil recorriendo sola el camino a casa.

Nada mas pararse el carruaje, supe que habiamos llegado a nuestro destino, me había pasado el viaje preocupada, pues no quería que pasara nada extraño, pero segun oí las palabras de Walter me tranquilicé y mi cara se volvio neutral. Salí del carruaje con paso ligero, parandome al lado de Angeline-Estas bien?-pregunté preocupada. No dirijí ni una breve mirada a Ian, no tenía nada que decirle.

A su ofrecimiento respondí con un ligero gruñido por lo bajo, mientras observaba su cara. Tras el ligero gruñido, respondí en voz baja.

Grr...gracias por tu ofrecimiento...ya se me ocurrirá algo, no temas...

A los pocos segundos, un sonido de ruedas y caballos moviéndose alcanzó mis oidos. Me di la vuelta con lentitud, y un carruaje majestuoso se detuvo cerca de nosotros. DE ahí salió apresurada Luccie, que vino aquí a quedarse junto a mi. A su pregunta amable respondí, con tono bajo. Estaba enfadada pero no con ella, por supuesto.

Sí...estoy bien, gracias por venir a buscarme...

Me volví hacia Ian, y le dije un último comentario antes de partir.

Recuerda lo que te dije, acabaré con él. Y a ti, el rencor te lo he desviado a él. Nos veremos nuevamente él y yo...

Acto seguido, le di la espalda, y fijé mi mirada en Luccie. No quería ver la cara del licántropo por mucho tiempo. Me reconforta sin embargo ver a mi Reina allí.

Vi como llegaba la pareja con total naturalidad, como si eso fuese algo normal en ellos, entrar en territorio hostil como si fuese su casa.
Sabía que entre los 3 me podían, matar no, destrozar es la palabra, pero confiaba en que no se les ocurriese tal locura ya que no saldrían vivos de allí.
Tras verles un pequeño pensamiento llegó a mi mente, haciéndome recordar a la pequeña Lucía, a la cual posiblemente no volviese a ver y que, aunque la viese seguiría protegiéndola con mi vida como prometí.
Luccie, Walter. -dije friamente como saludo, como si fuese la primera vez que les viese.
Lo tendré en cuenta, y como comprenderás le protegeré todo lo que pueda.
Dicho este me giré para irme dando unos pocos pasos hacia adelante tranquilamente, ya que esperaba escuchar algunas palabras hacia mí.

Ni siquiera dirigí una mirada a Ian, ahora no merecia nada por mi parte. Levanté mi sombrero y miré a Luccie y Angeline.
-Señoritas. Pueden continuar hablando en el carruaje, no quiero permanecer aqui demasiado tiempo. Huele a perro mojado. -Los últimos dias habian sido lluviosos y el terrono estaba algo embarrado, los caballos estaban comenzando a impacientarse asi que las insté con el brazo. Los cinco jinetes de escolta tomaron sus posiciones alrededor del carruaje, todos tenian ganas de irse de ese lugar.

Levanté una mano al escuchar todas las despotricaciones que lanzaba Angeline y me giré hacia Ian-Si la habeis echo algo juro que sera vuestro fin-dije cerrando los puños con rabia, y llevandome a Angeline dentro del carruaje. Me senté en uno de los asientos rojos, dejando a Angeline en el otro, no quería agobiarla demasiado pero necesitaba saber que había pasado ahí dentro-Vamos..-dije a los guardias y cojí a la vampiresa de las manos, mirandola preocupada.-Alguno de ellos te a echo algo?... si es asi por favor hazmelo saber inmediatamente.-

Nada más hubieron subido Herondale y Slither salieron del carruaje y se situaron cada uno a un lado de mi. Agité las riendas y los caballos relincharon y echaron a correr. Tres jinetes iban delante nuestra y otros dos detrás, el camino era demasiado estrecho como para que se colocasen a los lados.
El bosque cubria toda la visión, el único terreno claro era el camino enfrente nuestro. El carruaje se movia veloz por el camino de tierra y los arboler parecian borrones marrones y verdes de todos los tonos. Una canción de mi infancia vino a mi mente y no pude evitar cantarla. Era una canción infantil, pero no por ello dejaba de ser propicia para esta situación.
O don't you remember
A long time ago
Two poor little babes,
Their names I don't know,
They strayed far away,
On a bright summer's day.
These two little babes
Got lost on their way.

Poor babes in the wood!
Poor babes in the wood!
Oh! Don't you remember
Those babes in the wood?

Among the trees high,
Beneath the blue sky,
They plucked the bright flowers
And watched the birds fly;
Then on blackberries fed,
And strawberries red,
And when they were weary
'We'll go home,' they said.

And when it was night,
So sad was their plight,
The sun it went down,
And the moon gave no light!
They sobbed and they sighed
And they bitterly cried
And long before morning,
They lay down and died.

And when they were dead,
The robins so red,
Brought strawberry leaves
And over them spread
And all the day long,
On the branches did throng,
They mournfully whistled,
And this was their song:


-La situación era maravillosa, la guerra empezaria en seguida y yo me divertiria por fin. De hecho ya habia varios movimientos preparados. Continuamos el camino sin percances hasta salir del reino licantropo.

Luccie me llevó dentro del vehículo de madera altamente cuidado y decorado. Imponente color negro. Entré y me sentó delante de ella. Nada más que me senté, bajé la cabeza, observando los pies míos y los de mi Reina. Me sentía mal por haber dudado. Acto seguido, respondí a su pregunta, con voz baja y apagada.

Sí...sólo me han inyectado algo, que por suerte pude extraer...y me tiraron al soltarme. Eso es todo...Pero...

Rodeé las muñecas de Luccie con mis manos, mientras ella me las tomaba. Mi tono pareció sonar un poco más melancólico que antes, mientras seguía observando el suelo.

Pero...lo siento mucho, Mi Reina, siento que haya tenido que preocuparse por mi...siento que haya tenido que venir a buscarme, y sobre todo, siento haber dudado de ti, mi Reina. Jamás volverá a ocurrir. Tienes mi completa lealtad, y te debo un gran favor...no sé qué podría hacer por ti...

Quedé en esa posición. No sabía qué respondería Mi Reina Luccie.

Cuando me dije lo de la inyección y el trato me puse furiosa y mis colmillos levemente rechinaron, una malvada idea se me ocurrio, si ellos tocaban a los mios, que tengan por seguro, que no se libraran de su castigo. Volví al mundo cuando Angeline rodeo mis muñecas y la miré sorprendida. La subí la cabeza, con una dulce sonrisa-No es tu culpa, esos bastardos ignoran la lealtad-La dí un abrazo-Yo si que te pido perdon, me demoré en llegar y no pude ayudarte a tiempo-me separé-y no te preocupes por eso, en situaciones limite una se llega a cuestionar las cosas, a mi realmente no me importa si me eres leal o no, tube varios amigos renegados, lo unico que quiero es que estes a salvo... ten por seguro que el reino Licantropo obtendrá su merecido-mostre una suave sonrisa malvada-Y si quieres vengarte, te divertiras con lo que tengo en mente, pero... te lo contaré en otro momento, ahora deves de estar agotada-Le tendí una pequeña botellita de sangre que llevaba a un lado de la carroza-Acuestate si quieres, te avisare cuando lleguemos a palacio si aun no estas despierta-dije con una gran sonrisa, la verdad es que estaba agradecida de que Angeline estubiera bien y que hubiera detenido el farmaco a tiempo, no sabíamos que podría hacernos aquello.

Cuando me levantó la cabeza, pude observar una dulce sonrisa en su rostro. Realmente la Reina Luccie es amable y cariñosa, y fiel a los suyos. Quitando importancia a lo que yo decía, parecía que realmente no le molestaba en absoluto, y era algo que me gustaba por su parte. Repentinamente me dio un abrazo, y no hice más que corresponderlo y devolvérselo. CUando dijo que me pedía perdón, no demoré un instante en responder aprisa lo siguiente en tono ya más alegre y ligeramente dulce, mirando a sus verdes ojos.

Jeje, mucho hiciste viniendo a esta perrera gigante. Pero, sobre todo gracias por tu ayuda. No sé qué haría sin ti

Su sonrisa cambió a maligna, y eso me encantaba. Mi malicia, guardada por el emotivo momento que juntas pasábamos, se volvió a mi rostro, mientras enarqué los labios, abriéndolos levemente y mostrando las puntas de los colmillos sobre los labios. Mientras me comentaba que tenía un plan, me acercó una botella con sangre, y la tomé con decisión. A su pregunta supuestamente retórica, respondí enérgica.

Jejeje, nada me divertiría más que vengarme de esos canallas.

Abrí el taponcito de la botellita, mientras decía que me podía acostar si quería. Pero sería una falta de respeto hacer eso, además de que estaba bien.

No, no te preocupes, estoy descansada, jejeje

Tras la ligera risa ligeramente maliciosa, me acerqué la botellita a los labios, y dejé que el rojizo líquido inundase mi boca. Lentamente, la sangre fresca se deslizaba por mi esófago directamente al estómago. La sangre provocó que mi pulso se acelerara levemente, al igual que la respiración. Me extasiaba beber sangre, era casi como el café, y además, excita. Mi piel blanca como la tez se enrojeció levemente por el placer. Un suave sonido escapó de mi boca en cuanto alejé su boca de mis labios, tras lo cual un tono placentero y ligeramente sensual salía de entre mis labios.

Aaaaahh...qué rica estaba... me encanta esto...

Tras un largo camino por fin salimos del bosque, habian sido varias horas de un paisaje monotono y una conversación insipida. De aqui al reino habia tan solo una llanura y unas montañas, no tardariamos más que un dia en llegar a nuestras fronteras. Habiamos sido previsores asi que habiamos traido gel protector, además el carruaje se mantendria en penumbra durante el dia gracias a las gruesas cortinas.
Y asi pasó el tiempo, entre un paisaje rural y una conversación liera. Fuimos turnandonos las riendas del carruaje asi que tambien pude disfrutar de la lectura que habia traido. Si por mi fuese habria viajado con el baile de las sombras, pero esto les demostraria a los licantropos que no se podia jugar con nosotros, podiamos ir a donde gustasemos cuando gustasemos. Eramos superiores, de eso no cabia duda. Además, Angeline no conocia el baile.
Tras un dia de travesia cruzamos nuestras fronteras y el paisaje se volvió más sombrio debido a las altas cumbres. Esta parte del trayecto era mi preferida. Unas horas más tarde llegamos al castillo.

Me alegré mucho de que Angeline hubiera cojido la botella y a partir de ahí me quedé mirando el paisaje aun que cuando se hacía de dia, corria las cortinas para no tener problemas. A los pocos dias por fin llegamos al palacio y salí corriendo del carruaje, estirandome. era de noche, la luna estaba totalmente escondida, al igual que las estrellas, esta era verdaderamente una noche de lo mas oscura y acojedora. Cuando me hube estirado me giré a Angeline.-Prefieres descansar y ya hablaremos de nuestros planes mas tarde... o vamos directamente a un sitio seguro?-pregunté tranquilamente.

Tras dos días de tranquilo camino en coche de caballos, me sentía bien descansada, ya que lo único que hice fue eso, descansar. Sin moverme, sin hacer esfuerzos. Sólo conversando con mi Reina y amiga Luccie, o al menos así la consideraba yo. Al notar que el carruaje se detuvo, Luccie bajó, seguida de mi persona. Levanté la vista, y se podía observar la oscuridad tan amenazadora y a la vez tan relajante que nos rodeaba. El cielo completamente negro observaba nuestras acciones sin pasar ni un instante. Estiré las piernas, girando hacia un lado para estirar los músculos del tronco, y tras recolocarme recta, respondí a su pregunta, con tranquilidad, pero cierta diversión.

Jeje, estoy fenomenal, me encantaría hablar de esos planes, querida. Será todo un placer conocerlos, y sobre todo ejecutarlos...jejejeje

Off: Creo que es hora de moverse aqui xD
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