Podría ser la ultima noche

Y ahí estaba yo, en mi balcon, observando la luna o al menos lo que se podía, las nubes negras la tapaban casi completamente. Cerré los ojos con nostalgia y cuando los volví a abrir observé los bosques a mi alrededor, observé mi jardin lleno de rosas, muchos de mis vampiros trabajando, jugando, riendo. Los animales nocturnos cazaban lo que podían, los murcielagos revoloteaban nerviosos. Parecía que nadie se daba cuenta, pero este podría ser el fin de los tiempos, para siempre. Habían pasado tantas cosas en los ultimos años.
Mi huida de casa, mi llegada al castillo, la desaparición de itachi, el ser reina, la aparicion de itachi, las guerras, alianzas, amistades, Walter... nustro primer beso, nuestra primera noche juntos, mi hija lucía, su nacimiento... la propuesta de matrimonio, la ruptura de la tregua, la guerra, bahba agra, las piedras, omega, los renegados.

Me encojí sentandome en el suelo, auto abrazandme, en cuestion de semanas todo se había venido a abajo, siendo un ser inmortal devería estar cansada de vivir, pero la verdad, me daba miedo el mañana, el no saber que ocurrira, el tener que ser forzada a hacer cosas que no me gustan, no quería separarme de nadie. Una suave lagrima rodó por mi mejilla, esta podía ser la ultima vez que yo viera el cielo estrellado, podría ser la ultima vez que hiciera muchas cosas. Bajé la cabeza sollozando levemente, nadie de abajo podía verme. Podía ser que fuera la ultima vez que abrazara a Walter y a Lucía, la ultima vez que compratira risas y alegrías con todo el mundo. Me senté en un rinconcito, como solía hacer cuando era pequeña y tenía miedo, encojí mis piernas y hundí lentamente mi cabeza en ellas.

Últimamente el mundo parecia estar volviendose loco, los últimos no sucesos no eran nada alentadores. Omega... Los demás reyes intentarian detenerle, pero eso no serviria de nada. Por eso habia ido a buscar a Salem, si algo se podia hacer él lo sabria. Y lo único que habia sacado en claro es que tendriamos que esperar.
Estaba buscando a Luccie, plenamente consciente de que cada momento que pasase con ella podria ser el último. La encontré en la habitación, sentada en una esquena con las rodillas encogidas y sollozando. Avancé hacia ella y me senté a su lado, apoyando mi espalda contra la pared. La rodeé con mi brazo derecho y la hice mirarme. Clavé mi mirada en la suya.
-¿Que ocurre, mi vida? -Pregunté con la voz más dulce que pude poner. Pregunté, aunque ya sabia la respuesta, no habia otro motivo posible. En parte me sentia como ella. Y pensar que esta podria ser la última noche...

Oí la puerta, se quien la había abierto, como sabía que en ese mismo momento vendría a mi. Se sentó a mi lado, pasandome su brazo por la espalda y me hizo mirarle, yo no dije nada, solo le miré a los ojos, como tantas veces había hecho. Me apollé en su hombro, seguramente el supiera ya que me pasaba, insipré su aroma, aquel aroma que desde la primera vez que le ví, se volvió una adicción-Walter...-susurré, no me salía otra cosa, no quería decir otra cosa, simplemente quería disfrutar el tiempo que estaba con el, pero pensar aquello, me hizo volver a llorar. Me abracé a el con fuerza, sujetandole con mis brazos justo en frente de el, no quería que todo esto desapareciera, simplemente no quería y pensar que pudiera llegar un momento en el que desapareciera de mi vida me dolía demasiado.

Se apoyó en mi hombro y la abracé, la sujeté con fuerza pero con cuidado contra mi. Aspiré su aroma y lo disfruté, hacia tiempo que no estabamos a solas, últimamente habian ocurrido demasiadas cosas.
Entonces empezé a llorar y continué abrazandola. Era evidente que ocurria, pero sobraban las palabras, no habia nada que yo pudiese decir o hacer. Asi que me limité a permanecer a su lado para permitirla serenarse. Continué abrazandola mientras paseaba mi mano abierta por su pelo.
-No hay que llorar, pues habriamos pasado la eternidad juntos...

Me abrazó y poco a poco yo me fuí calmando, hasta que dejé de llorar-Lo se, lo se perfectamente, pero... ¿Y lucía?, tengo miedo..-susurré hundiendo mi cabeza en su hombro, espirando su aroma tan embriagador, era el unico que podía tranquilizarme en aquellos momentos, el unico al que quería tener entre mis brazos, aparte de Lucía.

Al final paró de llorar. Aflojé mi abrazo y la miré sonriendo lo mejor que podia dadas las circunstancias.
-Pase lo que pase estaremos juntos, asi que no hay de que preocuparse. -Susurré en su oido. Y volví a abrazarla con fuerza.

Su sonrisa me tranquilizó mucho-Si, juntos todo lo que podamos-le volví a abrazar, luego me separé y le empecé a dar besitos dulcemente por toda la cara, con tranquilidad y suavidad, como si de leves caricias se trataran, para luego depositar uno muy dulce en los labios y quedarme al separarnos mirandole a los ojos, intentando transmitirle todo el amor que me hacía sentir, todos aquellos sentimientos que revoloteaban en mi corazon como si de mariposas se tratasen.

Correspondí su beso, ahora más tranquilo a ver que ella tambien se habia calmado. Puede que fuesen los últimos dias, pero no me arrepentia de nada de lo que habia ocurrido.
-Lucharé hasta el final, por proteger lo que quiero. No dejaré que esto se acabe. -Era su mirada, transmitia todo lo que podia, todos los sentimientos encerrados dentro de ella. No podia imaginar no volver a verlo, fues eso lo que hizo que la determinación creciese dentro de mi, lo que hizo que dejase de dudar. No podia perder. Me acerqué a ella y besé sus labios, ella era la que me daba las fuerzas necesarias para seguir luchando.

Le besé con suavidad en la frente, todabía abrazada a el-Te amo Walter, sin ti estaria totalmente vacía-Dije enterrando mi rostro en su hombro con suavidad, inspirando su aroma, que tanto me gustaba y suspirando levemente-¿Todo va a salir bien verdad?-ahora mas que nunca necesitaba sus palabras, a el conmigo, a nadie mas, solo el.

La mantuve abrazada a mi, repirando su aroma. Practicamente vivia respirando ese embriagador aroma. Sus palabras tan solo conseguian que mi determinación se hiciese mayor, no perderia todo lo que habia conseguido. No estaba dispuesto a perderlo todo.
-Todo saldrá bien. No permitiré que sea de otra manera. No te perderé, no me separaré de ti. -No era la persona más fuerte del mundo, pero usaria todo lo que estuviese en mi mano para sobreponerme.

Sus palabras aun que pareciera que no, me estaban dando todas las fuerzas que necesitaba para seguir hacia delante. Me levanté con cuidado, haciendo que el tambien se levantara y tirandome en la cama llevandole conmigo y apollando mi cabeza en su pecho, abrazandome a el ya mas agusto. Suspiré con tranquilidad y le miré con una suave sonrisa, mi rostro estaba bastante palido y mis facciones cansadas, na hacía mas que preocuparme por el mañana, pero mientras estubiera con el, no pasaria nada.-Que agusto estoy ahora mismo-susurré

Me levanté con ella y me dejé guiar hasta la cama. Me tumbé a su lado y la abracé.
-Ojalá durase eternamente. -Susurré en su oido con un tono de voz dulce.

-Durará eternamente-Dije en un atisvo de confianza y positividad, toda esa que me otorgaba el cuando estaba a mi lado y todo se veía mucho mas claro y hermoso-Soy vampiresa... podría vivir siglos, mas esa vida sin ti, estaría vacia y carente de sentido, mis dias contigo son segundos, aun que pase noches enteras a tu lado. Abandonaría todo lo que tengo, si con eso pudiera continuar unos minutos mas a tu lado, saboreando tus besos, como ese dulce manjar al que tanto me e vuelto adicta, mientras miro tus ojos, los cuales me hacen suspirar de amor... Eres todo lo que necesito, para que esta vida que tenemos tengo sentido... Te amo Walter, te amo de una manera que no te puedes ni imaginar, el deseo de estar contigo, a cada segundo que paso a tu lado, se vuelve mas fuerte... no quiero perderte... eso sería peor que la propia muerte. Una existencia vacia, sin ganas de seguir...-

Escuché sus palabras y sonreí, no podria no hacerlo. Lo que ella significaba para mi era dificilmente expresable con palabras. Era como intentar describir la belleza de un atardecer, por mucho que lo intentases solo podrias dar una vaga porción de lo que realmente era.
Todo lo que habia pasado con ella no habia hecho más que reforzar lo que sentia. Tanto tiempo habia pasado ya... Entonces terminó de hablar y yo salí de mi ensoñación. Rodeé su cintura con mis brazos y junté más nuestros cuerpos. Y con voz dulce, susurrando a su oido, recité algo aprendido hace ya algún tiempo, que habia cobrado significado.
-Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.

Tal vez muy tarde
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.

Tal vez tu sueño
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes,
cuando aún no existías,
cuando sin divisarte
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban
lo que ahora
-pan, vino, amor y cólera-
te doy a manos llenas
porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.

He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.

He dormido contigo
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.

Me encantaba cuando me recitaba esos poemas, que en parecer no eran mas que simples palabras, pero salidas de su boca, con el tono de su voz, se combertian en el susurro mas anhelado para mi propia existencia. Le abracé con fuerza besandole mientras de mis ojos caian dos pequeñas lagrimas, mas no eran de tristeza o desesperación, eran de felicidad de estar con él y solo con él. Me separé de el apollandome en su brazo mirandole a los ojos y juntando nuestras frentes le había echado tanto de menos en todo este tiempo que no habiamos podido vernos a solas-Adoro estar a tu lado asi-susurré dandole un lametazo en el brazo juguetona.

-A mi tambien me encanta. Poder disfrutar de algo de tiempo para nosotros... Estoy tan tranquilo. -Realmente me relajaba estar a su lado, era como si fuese todo el apoyo que necesitase para enfrentarme a cualquier cosa. Me lamió el brazo jugetona. Sonreí y la abracé contra mi.

Me juntó a su cuerpo, con lo que yo repondí con el ronroneo tipico de un gato, mirandole a los ojos-Te amo-dije con felicidad y tranquilamente. Pasé mi pierna por su costado-Ja, ahora te tengo-dije seguida de una risita.-

Continué abrazandola y sonreí. Acaricié su cara con suavidad antes de responder.
-Me tienes desde el dia que nos conocimos... Cautivo por tus brillantes ojos y atrapado por tu sedosa voz.

Me sonrojé totalmente, hasta combertirme en un pequeño tomate-nya.. tontoso...-dije escondiendo mis ojos con mi flequillo, me vino a la mente la primera vez que le besé-sabes?, me acuerdo de la primera vez que te dí un beso, la primera vez que peleamos..-susurré con una sonrisa.

Sonreí levemente, ahora perdido en los recuerdos.
-Como olvidar ese dia, ese dia que mi felicidad comenzó. Ese dia que conseguí lo que más anhelaba

Me reí-Te pusiste algo nervioso, porque te temblaban algo las manos y parecías bastante sorprendido, mi principe-le saqué suavemente la lengua

-¿He de recordarte entonces quien temblaba como una gelatina en la sala de música? Además de mi, claro esta. -Dije sonriendo.

me sonrojé girando la cabeza-i...idiota, eso no ocurrio, no estaba temblando simplemente, hacía frío porque estaba la ventana abierta.-

-Oh, por supuesto, los vampiros solemos pasar mucho frio en esa época del año, ¿verdad? -Dije con suspicacia, los vampiros sentimos el frio, pero no nos afecta si no son temperaturas extremas.

Me quedé descuadrada en ese momento-pu..pues claro que si..-bajé la cabeza avergonzada, era cierto que en aquel momento temblaba como un flan, antes de que empezara todo-Bueno, da igual, el caso es que el imperturbable Walter temblaba ante mi-dije sonriendo.