Podría ser la ultima noche

Me sonrojé ante sus palabras, el beso se prolongó bastante pues ninguno de los dos teníamos la necesidad de respirar. Me separé un poco para poder pasar mi lengua por su cuello, subiendo hasta su oreja-te amo-le susurre, con todo el amor del mundo, realmente le amaba demasiado.

Correspondí su beso, sentí un escalofrio cuando su lengua pasó por mi cuello. Me quedé mirandola fijamente. -Yo tambien te amo. -Pare de hablar un momento y luego continué.
-Creo que tenemos algo pendiente. -Dicho esto me avalancé sobre ella y las sabanas de la cama dejaron de ocupar su lugar. Habria que disfrutar al máximo de aquella noche.

Me sorprendí gratamente cuando se abalanzó encima de mi en la cama-eso me parece una buena idea-sonreí algo sonrojada despojandole de su camisa. Junté de nuevo nuestros labios, pasando mis manos por su cuello, besandole apasionadamente. Aquella noche quería disfrutarla al máximo junto a el, todo lo que me fuera posible.

La noche pasó veloz. Cuando me tumbé al lado de Luccie el cielo empezaba a tornase azul, no obstante el sol no nos alcanzaria, no mientras las montañas se lo impidiesen. Me abracé a ella y susurré a su oido.
-Todavia recuerdo la primera vez que te vi... Me pareciste una chiquilla encomiable. Y desde que le dejé ir y me mostraste quien eras no he dejado de estar junto a ti. Espero que siga siendo asi mucho más tiempo.

Fue como había esperado, una noche increible, al lado de la persona que mas amaba. La noche había pasado rapido, demasiado para mi gusto, adoraba ver sus ojos resplandecer suavemente en la oscuridad. Se tumbó a mi lado y le abracé cariñosamente-yo tambien recuerdo la primera vez que te vi, escondido a las sombras de cualquier lugar, al igual que la primera vez que me dí a conocer formalmente ante tí. Me llamaste la atencion desde el primer momento.-me reí suavemente.

-Esconderme en las sombras era mi trabajo. Se puede decir que eso ha mejorado, ahora vivo en ellas. -Me reí. -Desde Jean no he vuelto a saber nada de esa hermandad. Supongo que ahora mismo me creerán muerto.

-Has mejorado mucho, y no solo en ese aspecto, sino en muchos otros.-sonreí-no creo que te den por muerto, mas bien supongo que sabrán que te fuiste lejos o algo asi, de todas formas, si algun dia quieres volver, eres libre de hacerlo- me acurruqué en su pecho-lo recuerdo todo tan claramente como si fuese ayer.-

--Flashback--

Estaba ya harta de tanto papeleo, sentada horas y horas, incluso días en ese maldito asiento tan incomodo, no podía ya estar mas tiempo allí. Me levanté rapidamente y esquivando a todo el mundo que me encontraba por el camino recojí mis cosas y me fuí a la ciudad. Empecé por ir de compras, un vestido nuevo me quedaría bonito, ademas me habían regalado un broche para el pelo, realmente hermoso. Compré unos zapatos, comodos y unas botas, por si acaso alguna pelea se terciaba, también me dió por comprar algo de comer, aun que yo no lo necesitase, habia humanos que a lo mejor si. Seguí andando por las calles con las bolsas en la mano cuando de repente un chico pasó corriendo por mi lado, agarrando mi bolsa y tirando con fuerza de ella. Obviamente yo no la solté tampoco hacia el menor esfuerzo por hacerlo, el hombre asustado salió corriendo como alma que lleva el diablo y yo empecé a seguirle, preocupada por lo que pudiera estar pasando-Oye!! espera!!-

-Por aquel entonces él era mi encargo, y por lo tanto yo estaba siempre siguiendole. Fue entonces cuando te vi...

Me encontraba escondido en un callejón, siguiendo a mi objetivo, era bueno hacerse a sus costumbres antes de terminar el encargo. Su rutina era bastante simple, daba vueltas por la ciudad y hurtaba a quien podia lo que buenamente podia. Pero entonces su rutina cambió debido a una joven chica. No logré verlo bien, pero por lo que parecia no habia logrado robarle la bolsa y ella habia comenzado ha perseguirle. Maldije por lo bajo y continué siguiendoles, oculto siempre el las sombras de las callejuelas y bajo mi capa y sombrero ya raidos por el tiempo.

Le acorralé en una callejon, el jadeaba mirandome asustado.-Tra.. tranquilo no quiero hacerte daño.-el chico emitió un suave gemido de horror y se encojió en la esquina. Me acerqué a el poniendole la mano en su hombro-no voy a hacerte nada...-susurré lo mas dulce que pude, mirandole con mis ojos verdes a sus dos orbes marrones. Pareció calmarse-¿porque querías quitarme la bolsa?-pregunté cariñosa

-te...no tengo trabajo, que..quería comer-cambié mi semblante a uno de lastima, cojí el pan de la bolsa y se lo puse en la mano-come, no tengo hambre-sonreí. El chico no se lo pensó dos veces y empezó a comerselo. Sonreí, me gustaba ayudar a los demas, cuando terminó me miró arrepentido.-Lo siento mucho.. no conseguía comer nada desde hace un par de dias.-

-Porque no intentas ganarte la vida de mejor manera?-su mirada bajó al suelo al parecer no tenía otra manera-algo sabras hacer bien-levantó un poco la cabeza mirandose las manos-se..se tocar el violin levemente, nada del otro mundo- Me levanté sonriente dandole un suave abrazo-Yo te ayudaré, se mucho sobre violin y sobre todo tocarlo. Mañana traete el tuyo a este mismo sitio y te ayudaré-

Les seguí hasta un callejón y observé tranquilo desde el otro lado de la calle a la que desembocaba el callejón. Podia escuicha casi con total claridad lo que decian. Asi que pensaba abandonar su vida criminal... En tal caso... En que punto afectaba eso a mi misión. Decidí perseguirles un poco más, aplazaria el encargo un par de dias más para observar.
Esa chica... Era diferente, incluso acabando de aprender a leer auras podia notar su poder, seria prudente mantener alerta. Me escondí en las sombras de otro callejón y esperé. Estaria allí al dia siguiente, esperando

El hombrecillo asintio con una pequeña sonrisa, le dí lo que quedaba de comida en mi bolsa y salí del callejon, justo antes de salir, me paré en seco. Habia notado un aura, olí levemene "humano? no... vampiro.." me resultaba extraño pues nunca me habia topado con su aura, quizas solo pasaba por allí sin embargo me di la vuelta hacia el hombre-Te acompañaré a tu casa ahora que lo pienso-reduje mi aura al maximo y empezamos a andar a la par. una vez le hube acompañado a casa me fuí corriendo al bosque. Y cuando sabía con certeza que nadie me esta ba mirando, alcé mis alas y emprendí camino al castillo.

No tardé mucho en llegar, preparé todas mis cosas y comencé de nuevo con el papeleo, no tenía que hacer nada importante pero despues de haberme ido toda la noche. Pasó rapidamente, entre unas cosas y otras, ya habia llegado el momento de volver al mismo sitio que la noche anterior. Recojí mi viejo y hermoso violin y salí echando leches al mismo sitio. Cuando llegué el chico me estaba esperando, agarrando a una caja negra.

La chiquilla acompaño a mi objetivo hasta su casa y luego se fué. Aqui terminaria todo por hoy. Desaparecí del lugar tal y como me habian enseñado y volví a la guarida.

Al dia siguiente fui directamente a la hora a la que habian acordado, supuse que la rutina no habria cambiado demasiado asi que daba igual. Como siempre, oculto en las sombras acudí a su encuentro. Observé desde el mismo callejón que el dia anterior y esperé. Al parecer la chica llevaba un instrumento musical en su fundo, supuse que seria el violín del que habian hablado la noche anterior. El hombre traia el suyo propio. ¿Hasta que punto alteraria esto mis objetivos?

El chico estaba ilusionado, podía notarlo, pero no era lo unico, la misma aura estaba de nuevo allí. Preferí no mirar la zona e hice como si no hubiera sentido nada.-Bien a ver colocate-dije poniendo mi funda apoyada en la pared. Observé su posición y le di un toque en el codo para que lo subiera y apreté con suavidad su hombro hacia abajo.-bien, codo arriba manten un angulo de 90º. El peso del hombro tienes que trasmitirlo aqui, en la muñeca-le toqué la muñeca para que aflojara un poco. Luego me fuí a la funda y saqué el violin, colocandolo-ves?, arriba, pero sin forzar demasiado-No tardó mucho en cojer la posicion adecuada y empezamos a tocar, las melodias eran sencillas aun que desafinadas por su parte, poco a poco fué cojiendolo. Pero pasaron horas hasta que pudo hacer una melodía sencilla-bien!-grité cuando observé que lo habia tocado todo sin equivocarse y encima sin desafinar-Tienes mucho talento, tienes que dedicarte a esto-le sonreí. Ahora si que estaba ilusionado, su sonrisa era brillante y alentadora. Cojí una bolsa que habia dejado al lado de la funda y se la entregué-Con esto tendras para una semana, nos vemos mañana-al principio no quería aceptar la comida, pero al final lo cojió, luego asintió.

Era ya bastante entrada la noche y tenía que seguir mis papeleos, que como reina no devía descuidar. Me despedí de el de nuevo en su casa y luego volví tranquilamente a mis aposentos, a descansar un poco.

Me mantuve atento duranto toda la tarde. El chico parecia emocionado, casi alegre de poder hacer aquello, y no solo eso, parecia ir a cambiar de vida en serio. Eso trastocaba todos los planes.
Además, ¿quien era aquella chica? No hacia falta ser un genio para darse cuenta de su poder, al dia siguiente llevaria mi aura oculta, pues aunque parecia no haberse dado cuenta de mi presencia, toda precaución era poca.
Aquella noche volví a la guarida de la hermandad y miré las estrellas desde el balcón de mi dormitorio. Antes de que me diese cuenta el maestre de la orden estaba a mi lado.
-¿Que ocurre, Wingates? -Su voz era seca, como de anciano, a pesar de que no debia superar lo 40 años.
-El objetivo... Parece haber cambiado...
-No te dejes engañar... No seria el primero que finje haber cambiado para librarse, pero debemos ser duros. Somos los ejecutores, sabemos que ese hombre tiene contactos en altas esferas criminales, debe ser eliminado. Vigilalo y acaba con él. Tienes tres dias.
-Yes, my lord. -Hice una reverencia en su dirección antes de que abandonase la habitación. Me habia unido a la hermandad para perseguir la justicia, y sin embargo... ¿Era esto de verdad justicia?
Pasé el resto de la noche en el balcón, observando la oscuridad.

Ya habían pasado un par de dias desde que comencé a darle clases y su progreso era inusual y fascinante, ni siquiera yo conseguí aprender tan rapido. Había quedado con él en el mismo sitio a la misma hora, cuando llegué le agarré de los hombros-ya estas preparado, toquemos en la plaza-sonreí. El chico estaba nervioso y dudaba de si mismo-yo tocaré con tigo, lo prometo-despues de un breve abrazo salimos andando tranquilamente, yo tenía mi aura suprimida, por lo que podía saber que aquel chico seguía ahí. Estaba mosqueada, no me gustaba que me espiasen, me giré hacia la zona donde siempre le sentía, clavando mis ojos verde esmeralda en las sombras con algo de fiereza, tendría que hablar yo con el mas tarde. Me giré altiva y llegamos a la plaza. Sacamos los violines y el empezó primero, bajé algo la cabeza al oirle desafinar asi asi que empecé a tocar yo tambien.

Spoiler:

El chico confiado toco lo mismo que yo, sin ningun fallo, como yo habia previsto.

Al terminar la gente aplaudió con energía, nadie en las calles habia oido algo asi empezaron a echar dinero en el maletin con ilusion. El chico sonriente empezó a entablar conversacion con algunos de los ciudadanos.

Ya habia acabado el plazo, era hoy o nunca. Sin embargo algo me lo impedia. Durante estos dias el chico habia demostrado tener un gran talento, era evidente que podria dedicarse a la musica sin problemas. ¿Que clase de mundo era este que obligaba a los prodigios a delinquir?
Habia pospuesto el encargo todo loq ue habia podido, y ahora no habia más remedio que cumplirlo. Pero cuando ya casi me habia decidido esa chica me miró, y me miró a mi, no al callejón. Sabia que estaba allí. ¿Quien era ella?
Comenzarón a andar hacia la plaza y yo les seguí, como siempre entre las sombras. Al llegar a la plaza admiré el espectaculo desde uno de los callejones cercanos. Era hermoso. ¿Como podia acabar con los sueños y aspiraciones de ese chico? ¿Quien era yo para juzgar? ¿Donde estaba la justicia en todo esto?

Le sentí de nuevo en un callejon mas cercano-si me disculpais-me giré al chico-nos vemos mañana a la hora de siempre, tengo demasiadas cosas que hacer, has estado fantastico.-Le felicité
-Todo a sido gracias a ti, nunca hubiese creido poder ganarme la vida asi, poder demostrarle a todo el mundo que soy capaz de tocar una musica hermosa y maravillosa, a partir de ahora y para siempre, me dedicaré a esto. Me da igual pasar algo de hambre, pero me a gustado ver las caras de todos, gracias-me abrazó con fuerza. Cuando me separé me coloqué justo al lado de donde estaba escondido, le señalé girando mi cabeza hacia el-Tu y yo, creo que tenemos que hablar-me adentré en el callejon esperando a que viniera, por su bien que lo hiciera o sino mandaría a todo el reino a buscarle

Observé un tanto sorprendido como la chica se dirigia hacia mi y se adentraba en el callejón.
-Tal vez deberiamos... -Me adentré en el callejón tras ella. ¿Que es lo que buscaba de mi? ¿Tal vez venia a acabar conmigo antes de que yo acabase con su amigo? La inquietud se estableció en mi. Mi mano estaba sobre la empuñadura de la espada, por si llegaba a necesitarla.

Le ví ponerse enfrente mia, parecía algo mayor que yo. sus ojos de color carmesí me resultaban algo extraños, sin pensaba atacarme no me dejaría. Su pelo era negro, recojido en una coleta aun que descolocado por arriba.-Llevas siguiendonos dias, ¿que pretendes?-me enderecé cruzandome de brazos.

La chica habló y yo escuché.
-Solo pretendo cumplir un encargo. -Dije encogiendome de hombros -¿Quien eres tú y por que te has entrometido? -Sus ojos eran verde esmeralda y su pelo una cascada roja.

Supuse que era respuesta por respuesta, cada uno iba a lo suyo, cada uno quería terminar de montar ese rompecabezas. Crecé mis brazos-Soy Luccie Hyuga reina de los vampiros-mantube mi postura un par de segundos-como no iba a hacerlo... lo que me sorprende es que no te hayas dado cuenta. Tiene potencial, el quiere dejar esa vida delictiva, pero como hacerlo sin tener trabajo.-Paré unos instantes-Su alma es pura, al igual que su corazon. No puedo permitir... que lo eche todo a perder, sus ojos eran sinceros, hablaba con el corazón, transmitia sus sentimientos.-dije con una voz clara aun que no demasiado alta.-Tenía derecho a una segunda oportunidad, a poder volver a empezar, a poder volver a vivir como una persona- Luego volví a fijarme en sus ojos- ¿quien eres tu y cual es tu encargo?-

Oculte mi sorpresa ante tal revelación con una cara inexpresiva. Asi que realmente existia... El reino de los vampiros... ¿Y esta chica era su reina? Cierto que su aura era poderosa, pero no dejaba de ser una chiquilla.
-Me llamo Walter Wingates y mi encargo es acabar con tu amigo. ¿Que te hace pensar que no volverá a delinquir? Según tengo entendido tiene contactos, contactos muy peligrosos

-Se que llevas dias siguiendonos, es imposible que no lo hayas visto. Su cara, su expresión, su dedicación. Una persona no puede mentir asi de bien-mostré mi cara enfadada, estirando los brazos-Que clase de vampiro eres tu!, juzgando sin saber, sin conocer! Sin dar una maldita oportunidad a alguien que lo esta dando todo por volver a vivir, por integrarse! Matando por encargos sin apenas darte cuenta de que esa persona.. tiene tanto derecho a vivir como cualquier otra y mas si intenta volver a encaminarse-
Se me aguaron los ojos y cerré los puños con fuerza, era imposible vivir en un mundo asi.

-Yo no juzgo, yo solo cumplo con mi cometido. Yo solo soy el peón de la justicia. -Pero tal vez llevase razón. ¿Donde quedó aquella justicia que yo perseguia si ahora me dedicaba a matar a simples peones? ¿Tal vez la hermandad haya perdido el rumbo? Eran demasiadas preguntas, puede que la oscuridad que habia entrado en mi aura estuviese afectando a mis decisiones.

-¿Acaso no puedes juzgar por ti mismo?-levanté la cabeza-estas eludiendo las responsabilidades de matar inocentes solo porque crees ser un peón, pero estoy segura de que eres algo mas que un simple peón y sobre todo mas listo-clavé mis ojos en los suyos, con pena, realmente estaba triste de vivir en un mundo asi-A ti... ¿no te hubiera gustado poder tener una segunda oportunidad de vivir, antes de que te matasen?-Pregunté sinceramente- siempre pensé en que a mi me hubiera gustado elegir por mi misma...-