Podría ser la ultima noche

-¿Desde cuando soy imperturbable? Yo siempre habia pretendido tener una apariencia perturvadora. -Dije irónicamente, haciendo una broma.
-Sin embargo fue la reina la que tembló ante su lacayo.

-siempre has sido imperturbable mi amor-dije dandole un beso en la mejilla, luego dijo lo otro mi me separé hinchando los mofletes-a..apenas tengo 16 años-dije escusandome, aun que sabía que no serviria de nada.

La abracé con más fuerza.
-Ah, ¿si? ¿Y cuanto llevas teniendo 16 años? -dije sonriente.
-Además, no soy imperturbable

me abrazó con fuerza y puse cara inocente-eee... ¿315 años? puede ser... casi 316 -dije sonriendo, no faltaba mucho para mi cumpleaños.-Y si que lo eres -me reí

me quedé a cuadros cuando dijo aquello y me tumbé mirando hacia arriba-Mas de 6 veces tu edad?..-susurré-dios que vieja soy -dije suspirando algo depre-no te desagrada salir con alguien tan mayor como yo?-

-En absoluto, para seres como nosotros la edad no importa nada. No me molesta la diferencia de edad, casi me agrada. Me recuerda que pase lo que pase podrás seguir conmigo siempre.

sonreí-eso no lo dudes nunca, estare contigo por siempre, eternamente, te acompañaré a donde quiera que vayas hasta el fin de los tiempos y te ayudare en todo lo que mi cuerpo inmortal pueda, porque yo te amo, Walter, por siempre-

-yo tambien cariño, por siempre-le besé con tranquilidad, disfruntando del momento tan magico y bonito que estaba teniendo lugar en ese instante. Me separé tranquila y me le quedé mirando a los ojos.

Correspondí a su beso y acaricié su mejilla. Se separó un poco de mi, pero continué acariciandola, acariciandola y mirandola a los ojos

Me acurruqué a su lado, con un suave sonido, como de un ronroneo de un gato, le lamí la mejilla-miau- y me tumbé encima suya como si fuera un gato que aclamaba por caricias y mimos.-miaaaau -

Pasé mis brazos por debajo de los suyos y la acerqué a mi, nuestros dos cuerpos se pegaron y no habia separación alguna.
-¿Sabes? Prefiero cuando no eres un gato, eso permite divertirse de maneras que con un gato estarian mal vistas. -Dije con una sonrisa picara.

Me sonrojé algo por su comentario-¿Y que cosas son esas?-pregunté alg nerviosa-Ya que ahora no soy un gato, podrías decirmelas-me quedé mirando a sus ojos color carmesí tan bonitos e hipnotizantes, como la primera vez que los ví.

-Ah, ¿Ya no eres una gatita? -Dije con picardia. -Entonces puede que te enseñe esos juegos. -Me abalancé sobre ella rodando sobre la cama.
-Puede que no haya un mañana, pero yo te amaré siempre

negué con curiosidad ante su pregunta, a lo que se me abalanzó y rodamos por la cama, juguetones. Una suave carcajada salió de mi boca para luego pasar mis brazos por su cuello, abrazandole-y yo a ti, mi amor por ti nunca se apagara-Acerqué mi boca a la suya, rozando sus labios, para luego terminar de juntarlos, en un profundo beso. Me separé levemente despues de un rato para volver a mirarle-Aun me acuerdo de la primera vez que te vi-sonreí

Correspondí a su beso con dulzura y me quedé mirandola fijamente.
-Hace ya tiempo de aquello. Me pregunto que habrá sido de él. -Hablaba perdido en los recuerdos, con la mirada clavada en el techo.

Me reí recordandolo con alegría-No lo se, pero espero que le haya ido todo bien, intenté llevarle por el buen camino-escondí mi cabezita en su pecho-¿Tu crees que lo conseguí?-dije algo preocupada. Todabia recordaba la cara del hombre cuando me quiso robar la bolsa descubriendo la fuerza que tenía.

-Seguro que lo conseguiste. No me cabe la menor duda. Además, seguro que piensa que todavia le vigilamos. -No pude reprimir una sonrisa.El dia que nos conocimos habia sido... Extraño. Y estaba lleno de curiosos personajes.

Me reí-seguro que tienes razon, al menos dejo de robar bolsos a diestro y siniestro-me acurruqué en su cuello, pasando mi lengua desde el hombro hasta la oreja, terminando con un pequeño soplido.

Un escalofrio recorrió mi columna vertebral cuando pasó por mi cuello.
-¿Sabes? Creo que has dejado de ser una gatita en buen momento. Esto esta empezando a tomar un matiz más adulto. -Susurré en su oido.

-Si eso es cierto entonces esto te gustara, o eso espero-me levanté dandole un beso-no tardaré-me metí corriendo al baño, quería enseñarle lo que había mandado hacer hace ya mucho tiempo, era mi marido y como tal quería que lo viese. Me quité la ropa rapidamente y salí algo avergonzada del baño. Llevaba una especie de sujetador negro de licra, que realmente me tapaba lo justo y un culote negro tambien de licra, bastante cortito. Detras de el culot un pequeño rabo negro, como de gato y unas medias negras hasta la rodilla. -y.. bien?-

este es el traje xD:

Vi salir a Luccie y tuve que esforzarme por volver a tragar. Era realmente... Insinuante y atractiva. Un atuendo realmente apropiado para no hacer nada bueno. Me levanté de la cama de un salto y me acerqué a ella para rodear su cintura.
-Me encanta. Ahora si que se va a caldear el ambiente. -Dicho esto la llevé hacia la cama y caí encima suyo, dispuesto a pasar una última noche inolvidable junto a la persona que daba razón a mi existencia. Con la única persona a la que hebia llegado a amar.

Casi volo hasta mi, agarrandome de la cintura y llevandome a la cama, siempre con la tranquiliad y delicadeza con la que el me trataba. Pasé mis manos por su cuello, rodeandole-Te amo Walter, y siempre lo haré. El primer dia que te vi, me pareciste curioso y en la sala de musica se hicieron realidad mis sueños. Desde entones vivo en una nube, feliz a tu lado, contigo e tenido una hija, preciosa y a la que querré con toda mi alma. Contigo me uní y no me arrepiento de ello, nunca me arrepentiré de nada-junté nuestros labios en un suave beso, que mas tarde se volvió algo mas apasionado, me separé con un jadeo mirandole a los ojos.

Correspondí su beso, su apasionado beso, disfrute de cada fugaz segundo como si fuese lo último que fuese a hacer. Finalmente nos separamos y ella jadeaba.
-No cambiaria ni un solo segundo contigo por nada en el mundo. Porque cada segundo contigo es un sueño, y pieso disfrutar de ello al máximo. -Volví a besarla con mayor pasión, como si cada beso fuese el último.