Podría ser la ultima noche

-No estoy eludiendo ninguna responsabilidad. Si para mantener la paz y el equilibrio tiene que morir algún inocente que asi sea. -Porque deberia ser asi, ¿verdad?
-Yo estoy viviendo mi segunda oportunidad. Y si no hay mas que hablar me temo que he de despedirme. -Dicho esto desaparecí de lugar. Y una vez en la hermandad pensé largamente en lo que habia ocurrido. ¿Donde estaba la justicia? Era la útima noche, asi que me preparé para lo que estaba por llegar. Si no cumplia el encargo más me valia correr muy rápido.

Bajé la cabeza apretando mis puños, para luego levantarla con decision-Si para salvar a un inocente un vampiro deve morir... que a si sea-andé hasta la casa del chico, pues antes de toda la actuacion terminamos quedando ahí. Llamé dos veces y el chico salió corriendo a abrirme, con una gran sonrisa en los labios-Luccie! e ganado muchisimo dinero hoy, a la gente la a encantado!, uno me a dicho que toque en un recital en su casa, la proxima noche en una fiesta-Me abrazó, yo le correspondí gustosa-Me alegro muchisimo de que todo te esté saliendo tan bien-me separé y senté en su cama, me dió una copa con champan, hasta me enseñó el "ticket" para que viera que lo habia comprado de verdad. Brindamos con felicidad, hablando y riendonos juntos. Pasaron las horas y yo no me iba a ir de allí, asi que remolonee un poco, terminó por casi dormirse del cansancio y los nervios y me dejó a mi la cama para dormir y se fué a su sillón, pero antes de irse me dió un suave beso en la mejilla-Gracias por todo, sin ti seguiria siendo ese delincuente que robaba cuando podía, pero ahora me esforzaré al maximo por trabajar cada uno de los centavos que gane-dicho esto se tumbó en el sillon, en la misma sala. No tardó mucho en dormirse aun que yo seguía despierta, con todos mis sentidos alerta, mirando exactamente donde estaba aquel humano al que tanto cariño había cojido.

Con todo el equipamiento que debia llevar para estos casos y con una larga capa negra me dispuse a salir de mis aposentos.
-Recuerda Wingates, hoy es la última noche. -La voz del maestre me sacó de mis ensoñaciones.
-Digame maestre, ¿que significa la justicia? -Hablé sin girarme, ni siquiera hice una reverencia frente al que era el lider de la hermandad.
-Justicia significa pagar el precio
-¿Y no sería más justo mostrar piedad con quien ha cambiado de vida?
-Su crimenes no pueden quedar sin castigo, no hay motivo para confiar en quien ya a ha cometido un crimen.
-Oscuro es el camino que me enseñasteis. Pero creo que ahora he encontrado la luz que me ayudará a perseguir la justicia, la verdadera justicia. -La daga se clavó en el pecho del maestre de manera precisa, yo nunca fallaba, y era mucho más rápido que él. -Esto es justicia. -Desaparecí del lugar cobijado por la noche y me dirigí a la casa, ella estaria allí, lo sabia.
Abrí la puerta con unas ganzuas y entré. Me dirigí a la habitación procurando no despertarle.
-Dime, jovencita, ¿que opinas de la justicia?

Me senté en la cama mirando por la ventana, la verdad es que estaba tardando demasiado en venir, "y si al final no lo hace?" todo era posible, pero cuando estaba a punto de levantarme e irme al reino, apareció por la puerta de la sala. Semi corri al lado del humano con mis brazos en cruz, pero al ver que me hizo una pregunta las bajé mirandole algo sorprendida. Era un chico demasiado extraño, pero procedí a responderle-¿la verdad? no lo se, tampoco me creo con la suficiente autoridad como para decidir por mi propia mano que es la justicia-medio susurré mirandole a los ojos.

Su respuesta fue sincera, ¿deberia buscar a alguien que conociese la respuesta? ¿O tal vez debiera buscarla por mi mismo? Tal vez ni siquiera existiese respuesta. ¿Que era la justicia? ¿Con quien habia que mostrar perdón y con quien no? Medité un rato antes de decidirme a hablar.
-¿Te apetece que busquemos la respuesta juntos? -Despues de todo ya no tenia a donde volver, tal vez ella podria ofrecerme un hogar.

Tardé unos cuantos segundos en procesar lo que habia dicho, pero cuando lo hice mis ojos se aguaron levemente a la vez que una sonrisa realmente sincera apareció en mi rostro. Me lancé a sus brazos abrazandome a el con fuerza-Gracias, gracias, gracias-Me separé de el un poco-Bien bueno, vamonos, te llevaré al castillo ¿si?-sonreí, me giré a mirar al chico-He de despedirme-le miré cual madre que observa dormir a su hijo, escribí una nota breve, despidiendome, quizas para siempre o a lo mejor algun dia le pudiese ver de nuevo. No lo sabía.-Has ido al reino alguna vez?-pregunté una vez salimos de la casa del chico.

Senti cierto alivio cuando la vi sonreir.
-Hasta que te encontré pensaba que solo era un mito. Si hubiese estado antes podria ir rápidamente, pero ni siquera lo habria imaginado. -Me encogí de hombros. -He traido un caballo, por lo menos no nos cansaremos de camino.

Me sorprendí-mitos.. vaya, nunca me lo hubiese imaginado-reí suavemente-Bien pues llevame a tu caballo y vayamonos, que ya es bastante tarde y si no llego en breves, los viejos del consejo me mandaran a buscar-suspiré resignada, siguiendole hacia donde devia de estar su caballo.

-Y asi fue como empezó todo. Llegamos al castillo y mi vida cambió por comppleto. Cuantisimas cosas han ocurrido desde entonces... -La abracé con fuerza. La vida a menudo da giros inesperados, es agradable cuando esos giros te llevan en la buena dirección. Podria haber matado al chico aquella oche y haber seguido con mi vida, pero en su lugar decidí perdonarle. Podia sentir que estaba más cerca de la justicia de lo que nunca antes habia estado.

-Si, es cierto, me alegra de que hicieras eso Walter. Desde entonces cada dia que pasabas te ganabas un sitio en mi corazon-me abracé a el, le queria tanto. Obvservé como la manta estaba algo baja y con un sonrojo notable volví a subirla, siempre me hacia lo mismo asi que me le quedé mirando hinchando los mofletes.

Desde mi posición el la cama pude ver como el cielo comenzaba a aclararse, se hacia de dia. Era imposible que el sol diese directamente al castillo, exceptuando el mediodia, debido a su colocación entre las montañas, pero ya iba siendo hora de descansar.
Ví como Luccie se sonrojaba al notar que la manta estaba algo baja e inchaba los mofletes. Sonreí.
-Ya va siendo hora de que durmamos algo, si no no va a haber quien nos levante esta noche. -Dije sonriendo y abrazandola.

Asentí abrazandome a el y apollando mi cabeza en su hombro-tienes razon, será mejor que durmamos un poco. Te amo Walter-bostecé con suavidad y cerré los ojos. No tardé nada de nada en quedarme dormida, habia sido una noche agotadora