Un nuevo rey para una nueva epoca

Habían pasado 2 meses, Geralt se había recuperado de sus heridas y había aprendido magia ilusoria gracias a Lilith, pero no todo eran buenas noticias. La fortuna de los tres nobles asesinados se había ido, esfumado, desaparecido.

El sol estaba saliendo y Geralt se dirigía a casa de Lilith, a aprender un poco mas de magia ilusoria cuando oye pasos que lo siguen. Acelera el paso pero 3 encapuchados le bloquean el paso por delante. Geralt desenvaina la espada y prepara un conjuro pero en un suspiro aparecen otros cuatro encapuchados, que matan a los cuatro primeros y desaparecen. Geralt, atónito, simplemente guarda la espada y sigue su camino.

Lilith, no te creerás lo que me acaba de... -los mismos encapuchados que lo han ayudado están en el centro de la habitación, pero uno de ellos ya no lleva capucha, es Lilith. Bueno, a lo mejor si que me crees.

Geralt,empieza Lilith te habrás percatado de que han intentado matarte, y te hemos ayudado porque en parte tenemos la culpa -empieza ella- veras, nos llamamos los Caballeros Oscuros y hace ya unos años que tratamos de solucionar los problemas de esta ciudad, el hambre, la pobreza, la desigualdad. No teníamos ni los recursos ni el personal ni el poder para hacer gran cosa, pero con tu ayudita, la cosa cambio un poco

Sigo sin entender porque me quieren muerto

Lilith se ruboriza, parece una niña que ha hecho una travesura Puede que, para ganar apoyos, hayamos dado a entender que tu eras parte de la organización, que la dirigías, concretamente y, en cuando hemos averiguado donde fue a parar la fortuna de los nobles, han ido a por el cabecilla.

La fortuna? Quien la tiene?

Como sabrás -sigue Lilith sin inmutarse- El trono esta vació y nos gobiernan los antiguos ministros, pero ninguno de ellos es lo suficientemente popular para ser rey. Luego estas tu, el pueblo te adora, te adora casi tanto como a Lord Baton

Lord Baton? El del hospital gratuito? Ese tiene la fortuna?

Si, era un campesino humilde, que creció durante el ultimo reinado hasta ser nombrado Lord. Creo la clínica en cuando cayo el antiguo rey, para ganarse el apoyo del pueblo y usara la fortuna para ganárselo aun mas.

Bueno, parecéis tenerlo todo controlado, cual es el plan?

Se hace un incomodo silencio

No tenéis ninguno, ¿verdad?

Si matamos a Lord Baton, perderás el apoyo popular y nunca seras rey y si no lo matamos, el sera rey

Bueno, la respuesta es obvia, tenemos que hacer que lo mate otro. Haber, un campesino enriquecido debe tener muchos enemigos entre los nobles, nobles que solo necesitarían una escusa para... ¿Quien es ahora el capitán de la guardia?

Dos personas compiten por el puesto, uno es de los nuestros, el otro es el hijo del ministro de la moneda

Que pasaría si, por ejemplo nos chivásemos al hijo del ministro de que Lord Baton es miembro de los Caballeros Negros, lo apresarían y torturarían, y al ver que no contesta, lo matarían. Y si nuestro aspirante a capitán lo viese y acusase al hijo del ministro de usar la justicia como le viniese en gana, al no encontrar pruebas de que Lord Baton fuese un Caballero Negro...

Tendríamos un motín y a todo el pueblo de nuestra parte, puede que incluso algunos nobles, impresionante dice Lilith admirada y con una sonrisa Recuerdame que nunca te cabree.

Daremos el chivatazo esta noche. Avisar a las familias nobles que no tengan ministros en palacio, mañana alzare el motín, con o sin ellos

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Ya era por la mañana, todo iba según lo acordado y ya habían recuperado la fortuna perdida y los rumores de la muerte de Lord Baton se habían extendido, era hora de la acción. Geralt se encontraba en medio de la plaza principal, se alza encima de una caja para que lo vean mejor, desde alli puede ver algunos soldados. La mayoría de nobles lo están apoyando, ya sea por miedo, avaricia o convicción.

Brujos y brujas -empieza con voz fuerte pero calmada, muchos se giran a escucharle, al reconocerlo- A pesar del destrono del antiguo rey, el palacio nos sigue gobernando, retorciendo las leyes para enriquecerse, para empobrecernos. Pero se han pasado, esta noche han asesinado a Lord Baton. Si,si, NUESTRO Lord Baton, el defensor del débil, ellos se piensan que somos corderos, que ni siquiera los nobles pueden hacerles nada, pero ni siquiera los nobles opinan igual - Geralt señala con la mano los soldados de las casas nobles, entre suspiros de admiración de la multitud, cada vez mas numerosa- Y puede que fuésemos corderos, pero ya no- no,no chilla la multitud- Porque nos alzaremos una y otra vez, hasta que los corderos se vuelvan leones.

Viva el rey chilla la plebe, a las armas por el nuevo rey brujo. Lilith se había colado en palacio y había saboteado la puerta principal, para que no pudiera cerrarse, el trono estaba servido en bandeja.

Encabezando el ejercito, sobre un corcel negro, me encontraba, de tras de mi, una larga hilera de soldados se alzaban, los estandartes se lucían azotados por el viento, el sol relucía en todo lo alto y hacia brillar intensamente las armas que decididamente empuñaban los soldados, frente a nosotros se alzaba la capital del Reino de los Brujos, la oscura ciudad que tuve que abandonar un día, para volver con mi venganza.

10.000 soldados, ni mas, ni menos, caminaban junto a mi, con ansias de conquista y guerra, dispuestos a luchar y darlo todo en el campo de batalla, si era necesario, todos estaban bien moralizados, y sus autoestimas no dejaban absolutamente nada que desear, puesto que por el camino nos habíamos cruzado con distintas guarniciones que defendían las ciudades y puestos de avanzada que había por el reino, y literalmente, los habíamos pisoteado a todos.

Los altos muros negros que rodeaban la ciudad, poseían varios guardias vigilando con arcos, y armas a distancia, un foso, protegía la entrada, pero a esas horas la puerta estaba abierta, y el foso cubierto por esta, junto a varios soldados yo me acerque a la entrada, lo que me contaron estos soldados era una gran sorpresa, parecía que a Dunkel lo habían destronado sus propios plebeyos, pero me contaron que actualmente había varios pretendientes al trono, y algunos ya daban por sentado que iban a ser rey, según decían había revuelos en la plaza de la ciudad, y eso no lo podíamos permitir, el siguiente rey brujo, debía ser yo.

Por miedo a morir, los soldados de las puertas me dejaron entrar en la ciudad, junto a 3.000 soldados, el resto se quedo fuera, esperando señal para pasar, a nuestro paso las calles de la ciudad se alborotaban, y se llenaban de soldados que a paso ligero se movilizaban rápidamente hacia la plaza, conforme me acercaba a la plaza, se podía distinguir mucho barullo de gente, e incluso soldados pertenecientes a las distintas noblezas de la ciudad, al parecer no habían perdido el tiempo...

Conforme llegábamos, yo y mis soldados nos convertíamos en el centro de atencion de todo el mundo - ¡¡ALTO EN NOMBRE DE TORNAK!!- Uno de los capitanes de mi ejercito, grito esa frase, y todo quedo que un silencio de espanto, mientras mis soldados empuñaban lanzas y arcos y apuntaban a todos las tropas de los nobles, allí reunidas, entre los 3.000 hombres, rodearon la plaza completamente dejándolos acorralados. Yo desde mi caballo lo observaba todo, y entre la multitud pude distinguir a un hombre, que al parecer era a quien aclamaban la multitud.

-Mi nombre es Tornak, y durante el reinado de Dunkel, abandone el reino, por culpa de la tiranía del anterior nombrado, pero prometí que volvería, y me alzaría como rey, para ello, me tuve que hacer renegado, y tras conseguir ser líder, llegue a la conclusión de que era el momento de armar un ejercito y retornarme por estas tierras, después de mucho duro trabajo, aquí me veis, dispuesto a darlo todo por este reino, y su gente- Todo el mundo mantenía un eterno silencio mientras yo hablaba - Podéis uniros ahora a mi, y hacer junto a nosotros un prospero reino, o podéis negarme, y seguir permitiendo que todos estos pretendientes al trono que no merecen, sigan jugando con vuestra voluntad- Seguidamente dirigí mi mirada al cabecilla de todo esto, al hombre que sobre una caja, hablaba - En cuanto a ti, veo y he de admitir que eres un gran revolucionario, has conseguido levantar al pueblo, y de alguna forma, has mantenido a raya a todos estos nobles de pacotilla, por eso, se que si te unes a mi, conseguiremos mucho mas de de lo que cualquier brujo jamas allá podido imaginar, unete a mi, ¡uniros todos a mi, y el mundo temblara al oír la sagrada palabra Brujos!!-

De pronto se notaba como mis palabras hicieron mella en muchos de los brujos allí presente, y muchos me aclamaban.

El destino de todo Brujo, estaba en juego.

Había acabado su discurso, le habia quedado precioso, y ese maldito mago renegado iba a estropearlo todo. Geralt mira a Lilith, que hace un tres con la mano Tres mil, no todo esta perdido, entre los monjes de Ihra, la guardia de la ciudad a la que libre del vudú y los Caballeros Oscuros, reúno unos 5000, solo conque los ciudadanos se mantuvieran neutrales.... Geralt hace un gesto y Lilith se esfuma, para preparar las tropas, debía ganar tiempo.

Eres muy osado, viniendo hasta aquí con solo 3000 hombres. Geralt baja de la caja y se dirige hacia el otro brujo, paso a paso mientras habla. Las tropas renegadas ocupaban una calle entera, pero no habían entrado a la plaza, y eran menos, bastantes menos. Brujos y brujas, podéis seguir a este hombre, un brujo al que no conocéis de nada, que posiblemente no se preocupa por vosotros y que dejara que la ciudad sea saqueada y nuestra raza diezmada o podéis seguirme a MI, que he bajado el precio del grano, limpie la corrupción de la guardia y evite que profanaran vuestros cuerpos, pero no pienso acabar aquí, creare bibliotecas, escuelas gratuitas, recuperare el honor y la gloria que le pertenece a nuestra raza

Los monjes y seguidores de Ihra aparecen alrededor de Geralt, bloqueando la entrada a la plaza de las tropas rebeldes, eran unos 1000, y por los gritos de alarma que provenían del otro bando, los guardias, unos 2000, habían cortado la retirada del ejercito. El resto del ejercito, unos 1000 Caballeros Oscuros y unos 1000 brujos se repartían entre los tejados de la calle.

Geralt desenvaina la espada, estaba lo suficientemente cerca como para atacar con la espada dando un par de pasos, pero esperaría.

Cualquier renegado que deponga las armas y se una a mi recibirá la ciudadanía y un puesto en el ejercito de inmediato, sin excepciones. No os preocupéis por el botín de guerra, habrá batallas de sobra cuando reine dice con una mirada fija al líder. Nuestra raza gobernara el mundo bajo mi reinado o no lo hará

Al parecer aquel brujo no había entendido bien, lo que yo había dicho, y cual víbora comenzó a serpentear palabras inmundas, acusándome de que en un futuro yo haría cosas, que en realidad, nunca haría, me perecía muy mal la forma en la que había reaccionado, y en cierto modo, me había decepcionado bastante, ya que esperaba algo mas inteligente, por parte de alguien que había conseguido llegar tan lejos, pero lo único que hacia era ponerse medallitas, por sus pequeñas hazañas, para ganarse a los ciudadanos de la manera mas rastrera posible.

Estreche la mirada, mientras le miraba fijamente a los ojos, y mientras notaba como a mi alrededor y en toda la ciudad, se movilizaban las tropas que le apoyarían a el, pero por suerte para mi, y por desgracia para todos ellos, yo contaba con la mayor parte de mi ejercito, en la entrada de la ciudad, unos 7.000 hombres esperando la señal para entrar, mientras que yo me encontraba ya dentro de esta con a penas 3.000 soldados, que junto al resto conformaban mi ejercito de 10.000 soldados, entonces escuche a uno de mis capitanes, que se encontraba justo al lado mía y me dijo en voz baja - Señor, creo que superan la cantidad de 5.000 soldados, aunque no estamos seguros si son mas o menos que eso- asentí y sonreí levemente.

-¿De verdad ansias tanto convertir esta ciudad, en un campo de batalla lleno de crueldad? ¿de verdad deseas aterrorizar a todos estos ciudadanos? ¿de verdad pretendes cubrir estas calzadas con un manto de sangre y cadáveres?... ¡Dime, ¿es eso lo que pretendes?! - Dije impetuosamente desde mi corcel.

-Después de conocer la noticia de que Dunkel había caído, creí que los brujos por fin teníamos frente a nosotros un futuro prospero y glorioso, pero veo que nuestra sociedad aun esta invadida por brujos y brujas que solo miran en ellos mismos, gente de mentes cerradas, que solo buscan el poder, olvidándose así de que debemos permanecer unidos, y se que yo soy un renegado, y que no podría hablar de ese modo, si no fuese porque yo ansio esa unión que tanto nos hace falta, y que por eso, estoy hoy aquí, ¡para que los renegados dejen de ser renegados, y que todos los brujos unidos, se alcen en gloria por siempre!-

Tras las ultimas palabras los ciudadanos comenzaron a aclamar la unión de los dos bandos, gritando y aplaudiendo con fuerza a mis palabras.

-Ya lo ves, así son las cosas, el pueblo reclama la unión, y nosotros somos los encargados de forjarla, nosotros somos quienes debemos pasar a la historia de los brujos, somos nosotros dos quienes aparecerán en los libros de historia, y somos quienes seremos recordados y admirados por las futuras generaciones de nuestra raza, y para ello, solo debes unirte a mi, te lo dije antes, y te lo vuelvo a repetir, ¡Unete a mi, y grandes triunfos obtendremos!-

Fue entonces cuando, mis soldados comenzaron a corear mi nombre repetidas veces, y los ciudadanos empezaron a hacerlo también, todos gritaban ¡Tornak, Tornak, Tornak!... Y yo mientras esperaba la respuesta de aquel brujo, con el que pretendía que se uniese a mi, como mi mano derecha.

El brujo renegado estaba hablando, pero Geralt apenas escuchaba, no veía por ninguna parte a Lilith desde que le había indicado el numero de tropas y, como su segunda al mando, debía estar allí por si las cosas se torcían. Entonces la vio, en los tejados, haciendo señas: Puerta. Cerrada. Después. Un. Ataque. 2mil. Puerta.

Geralt presto atención al brujo, analizándolo, el báculo indicaba que era un mago principalmente, por lo que tendría que forzar el combate cuerpo a cuerpo para impedir que usara sus hechizos mas poderosos. Solo tenia que aguantar hasta que sus hombres ganasen esos 3mil, después irían alas murallas, donde la cobertura compensaría su numero, luego, de caer las murallas, irían retrocediendo lentamente hacia palacio, atacando por calles secundarias y desapareciendo antes de que respondieran. De atacar primero, sus 2mil hombres extra podrían abatir 2mil en su primer ataque e ir a las murallas, dejando una lucha de 3mil contra mil que acabaría en muy poco tiempo, después solo tocaba defender la muralla.

Pero todo eso podría evitarse si cedía (aunque dudaba de que murieran muchos, las medicinas e incluso los nigromantes con conocimientos médicos eran abundantes, podía permitirse pagar una pequeña fortuna para atenderlos, total, el dinero no era suyo). Seria el otro brujo un buen rey? Era poderoso, pero eso no bastaba. A lo mejor con un duelo se arreglaría eso de una forma mas pacifica.

Eres fuerte, pero eso no basta, para evitar el baño de sangre te des...

De repente Geralt ve una bola de oscuridad, salida de uno de los hombres del tejado, dirigirse a los renegados. En apenas un instante, múltiples bolas lo siguen. Era muy tarde para evitar la batalla, así que Geralt carga contra el brujo, que seguía en el caballo antes de que las bolas exploten y se de cuenta de que la batalla ya ha empezado. Lanzando un tajo a su brazo izquierdo, aprovechando su velocidad, que es su mejor opción.

Era increíble la cabezonería de aquel brujo, aunque posiblemente desde su punto de vista el cabezón era yo, pero claro estaba que lo era de una forma diferente, no parecía entrar en razón pese a mis intentos, y a que muchos otros brujos ya me aclamaban como rey, pero algo estaba ya claro, es que yo no le aceptaría a el nunca, ya que su actitud me acababa de demostrar su imprudencia, y un rey así solo podría traer desastres. El tipo parecía haberse pasado por los cojones todo lo que le había dicho, y lo único que parecía importarle era quien era el mas poderoso, por su frase solo demostraba eso, pero parecía como si no hubiera podido terminarla, pues alguien se había atrevido a comenzar la batalla por su cuenta. Todo esto solo provocaba en mi un levantamiento de ira, pero debía tener auto control, sobre todo siendo un mago.

Después se abalanzo a por mi con su espada, directo ha atravesarme el brazo izquierdo, pero por suerte me dio tiempo a reaccionar, su velocidad era muy buena, pero la mía le igualaba, por lo que directamente nada mas verle llegar me arroje hacia el suelo del caballo, por el otro lado, habría sido mucho mas seguro saltar para caer normal, pero no había tiempo alguno, por lo que me tiré, pero no fue del todo efectivo, pues note un frío acero con proporciones mágicas rozando mi piel al mismo tiempo que caía.

Nada mas caer al suelo me levante, poniendo una mano en mi cabeza ya que me había dado un pequeño golpe. Le miré y apreté los dientes, entonces murmuré en voz baja y precavida unas cuantas palabras en alguna lengua antigua y utilizada solo por magos, y estiré brazo derecho hacia Geralt, y de cada una de las yemas de los dedos de mi mano derecha, salio una espina de oscuridad, cada una del tamaño de una canica, pero en vez de redonda, eran alargadas y puntiagudas, eran 5 y se dirigían a sus extremidades, una para cada brazo y cada pierna, y la restante iba dando curiosos giros con lo que no se sabia exactamente hacia donde se dirigía, pero antes de lanzarlos retrocedí varios pasos para alcanzar una distancia de prudencia.

Esas espinas habían sido conjuradas con Magia Oscura, pero mientras las lanzaba las enganché a los efectos de una maldición, en el sitio donde impactaran comenzarían a provocarle un agudo dolor.

Mientras tanto, fuera de la ciudad los demás soldados ya habían sido alertados por los de dentro que la batalla había comenzado y que tenían que entrar, para abrir las puertas, utilizaron magia, evidentemente, con hechizos para derribarla. Y dentro de la ciudad mis hombre caían debido a la superioridad numérica de los adversarios, pero esto no duraría nada, pues ya se podía sentir el estruendo de la artillería mágica de mis soldados atacando por todos los flancos de la calle.

El brujo rebelde se había tirado del caballo para evitar su espadazo, pero aun así le había hecho un corte en el brazo izquierdo. El caballo seguía allí, sin moverse, debía ser una montura de guerra.

Mientras se distraía pensando en el caballo, Tornak había conjurado una especie de enredaderas, sin duda para atraparlo. Geralt analizo la situación, las espinas tenían que rodear el caballo con cierto margen si quería que impactaran en el, por lo que si se desplazaba hacia la derecha o la izquierda evitaría dos de las cinco, puede que tres. El problema era que Geralt no iba a permitir que esas cosas lo inmovilizaran, ya que seria su fin, por lo que tenia que encontrar una manera de escapar de su contacto.

Finalmente Geralt ingenio un plan. Dijo unas pocas palabras arcanas y su espada quedo envuelta en oscuridad, una oscuridad llameante, como si fuera un incendio desatado. Luego rodeo el caballo por la derecha, medio agachado para cortar la enredadera que se abalanzaba sobre su pierna, la que originalmente iba dirigida a su brazo estaba a punto de darle en la cabeza, debido a su posición, así que simplemente alargo el brazo y la agarro con la mano izquierda. Las espinas se clavaron en su piel, pero otro tajo de su espada corto esta enredadera y la que iba a su cabeza, impidiendo que se inmovilizaran.

Una vez liberado, Geralt se encontraba entre Tornak y el caballo, a una distancia propicia para el ataque ¿Por que elaborar un conjuro tan elaborado si luego el efecto es mínimo?. Pensó Geralt mientras se abalanzaba contra la pierna izquierda de Tornak, ya que con su brazo debilitado opondría menor resistencia. Pero entonces noto el dolor, un dolor agudo y penetrante, que no venia en latidos como una herida, sino que era constante, sin duda una maldición o ilusión. Pero ese dolor no paro su ataque a la pierna, aunque las llamaradas oscuras de su espada bajaron considerablemente de volumen y poder hasta desaparecer.