Tras mucho pensar... (Dean y Katerina)

Me habia memorizado el camino de ida. Habian pasado 2 dias desde aquello y pese a mis intentos de olvidarla, parecia no conseguirlo. Estaba frente a aquel descampado. No sabia exactamente como funcionaba aquel campo de invisibilidad, y ni sabía si ella estaba en casa. Era el atardecer, tras de mí se ocultaba por las colinas el sol.
Tenía que hablar con ella. Me daba igual todo ya... la queria e iba a decirselo.

Poco a poco, la mansión fue surgiendo de la nada como un destello de luces de colores. A la luz del atardecer, se podían apreciar mejor sus colores.
La casa no disponía de un sistema de alarma que me indicase de la presencia de invitados y la magia que la protegía también aislaba de olores, por lo que no podía apreciar presencia alguna tampoco. Tras el ataque de los mestizos mi madre había decidido reforzar dicho aspecto... lo que no me explicaba era por qué se habría marchado entonces... ¿Me habría dicho toda la verdad en la carta...? Tenía serias dudas...
Me encontraba aun entre las sábanas de seda de mi lecho. Aun no había amanecido, vampíricamente hablando...

La casa se apareció ante mi, seguia pareciendome ciertamente bonita.
Me acerqué y subí las escaleras del porche parandome frente la puerta. Dudaba, no sabia si llamar o no... entonces la olí, si que estaba dentro.
Llamé a la puerta y esperé, algo nervioso

El estruendo de las aldabas, resonó por toda la casa. Me desperté de un sobresalto, por un instante desorientada. Tras unos segundos me reubiqué. “¿Han llamado a la puerta?” Me pregunté, desperezándome. Aun medio adormecida, me levanté de la cama frotándome los ojos. “¿Quién será a estas horas...?” Mi reflejo en el espejo del tocador me hizo ruborizarme sin remedio al comprobar que estaba completamente desnuda, ya que acostumbraba a dormir así en cueros. Aquello fue shock suficiente como para terminar de despertarme. Al estar por naturaleza mi cuerpo helado, no sentí el frío acariciar mi piel.
Corrí al armario y saqué una bata de seda negra, me envolví en ella y bajé corriendo, descalza, a ver quien era.
Me detuve por un instante ante la puerta, fijándome en la luz que aun entraba por las ventanas del salón. Entonces, me oculté tras la puerta y la abrí con cuidado de ocultarme tras su sombra. Entonces, su dulce aroma me abofeteó... Hubiera enrojecido hasta el punto de parecer un tomate, de no ser porque ese efecto ya no pudiera producirse en mi blanca piel.
Esperé a que entrara, intentando que no se me notara. Me daba mucha vergüenza que me viera así... “¡Idiota! ¡Pero si te ha visto desnuda!” Pero eso no quitaba que aquello, aun así, me provocase un adorable rubor...

Oí ruido, como un ir y venir de unos pies descalzos. Entonces la puerta se abrió. A mi vista parecia como si la hubiera habierto un fantasma, entonces me di cuenta de que aun no habia anochecido. Entré algo duditativo y miré por toda la sala entonces me fijé en ella cuando se cerró la puerta tras de mi. Parecía que la habia despertado, pero no pude hacer otra cosa que sonreir ampliamente, me inundaba la alegria al verla y el corazón me dio un vuelco. Me acerqué a ella rapido y la besé, no podia contenerme las ganas, la queria y queria que estuviera conmigo. La besé intensamente, sintiendo más que nunca sus labios sobre los mios. La atraje por la cintura, lo que llevaba puesto era muy suave y resbaladizo. Contorneaba a la perfección su silueta... estaba comprobándolo sin querer con mis manos en aquel momento mientras la acariciaba y seguía pegandola a mi.

Despegué mis labios de los suyos con algo de pesaded y la miré a los ojos. Aquella laguna grisacea que tenia por lente. Los sentimientos se me desbordaban, mi interior estaba inmerso en un mar de sensaciones, de sentimientos.

-Te quiero...-me atreví al fin a decir, sin reparos. Que fuera lo que dios quisiera, me encomendaba a ella.

Me daba vergüenza mirarle, pero quería hacerlo. Se cerró la puerta, el sol ya no me podría dañar. Pero entonces, él vino a mí y me besó sin pensárselo... Me sorprendió muchísimo, no esperaba que hiciera eso nada más verme, pero me hizo tan feliz... Rodeé su nuca con mis brazos al tiempo que él rodeaba mi cintura, correspondiéndole al beso irresistiblemente. No podía dejar de preguntarme qué significaba esto, pero no estaba segura de querer saber la respuesta, en ese momento no quería pensar en nada, estaba feliz...
Entonces, se despegó de mis labios. Le miré a los ojos, confusa y a la vez embriagada. Sentía su pulso latir desbocado... su calor desbordado... Sentía que venía a decirme algo importante, pero no era capaz de imaginarme que quería hacer realidad mis más profundos deseos...
Me quedé en shock al escuchar aquellas palabras salir de sus labios... ¿de verdad, lo estaba diciendo en serio? No podía dar crédito... Me llevé la mano a la boca, tapándomela, y retrocedí ligeramente, despegándome de él, tratando de asimilarlo. Entonces, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, compulsivamente...

Abrí mucho los ojos, mi sonrisa se extinguió, ahora reinaba en mi la preocupacion. "Esto es un rechazo en toda regla Dean..."
Me acerqué a ella, muy preocupado, tratando de lidiar la situacion

-oh... lo siento... lo siento lo siento, e sido un estupido. Lo siento, yo.. no crei que reaccionarias asi... pero tenia que decirtelo... Lo siento, yo crei que seria buena idea...-suspiré, sentia que el mundo se me echaba encima-lo siento... yo.. por favor no llores

Comenzó a disculparse repetidas veces, pero yo no entendía por qué lo hacía si yo estaba inmensamente feliz. Le miré a los ojos tomándole por las mejillas al tiempo que negaba.
–No me pidas perdón por eso, Dean... No lo hagas... Porque no sabes lo feliz que soy –Le sonreí, con ternura–. Mis sentimientos no han cambiado ni un ápice... te quiero... y esto sólo reaviva e intensifica más lo que siento...
Mis ojos brillaban especialmente, no sólo por la ternura y la emoción, si no también por el efecto que causaba la capa de lágrimas.

Sentí un inmenso alivio, y acto seguido me sentí inmensamente feliz. Sonreí ampliamente tomandola yo tambien por las megillas.

-Pero no llores por eso, tonta-me acerqué a ella y pose un beso en sus labios corto pero tierno. Me separé y la mire a los ojos. Claro que la queria, y si ella me quería ami ¿que importaba el resto? la abracé, pegandola a mi pecho, rodeandola con mis brazos y disfrutando de su contacto.

Sentia flotar, me sentía ligero y ella ya no me olía mal, por que olia sus sentimientos hacia mi y esos si que olían realmente bien. La apreté un poco más contra mi pecho, sin hacerla daño, y apoyando mi cabeza sobre la suya con una sonrisa.

Me ruboricé tras el beso, no pude evitarlo, era tan tierno... Después, hundí mi cara en su pecho y cerré los ojos cuando me abrazó, no me iba a quedar sin aire, ya que no respiraba, y quería sentir su calor sobre mi cara, me relajaba... me templaba, me aliviaba, me hacía sentir acogida, protegida... rodeé su espalda, devolviéndole el abrazo. Separé un poco la cabeza para que me diera el aire y la volví a apoyar en su pecho, esta vez de lado.
Entonces me apretó más fuerte contra sí y noté cómo mi cuerpo comenzaba a revolucionarse ligeramente, pues la tela de aquella bata de seda, era demasiado suave y fina, era como si no llevara nada y estuviera sintiéndole directamente... Volví a ruborizarme.
Me despegué un poco de él y alcé la mirada hacia sus ojos.
–Podrías haberme avisado de que ibas a venir... me hubiera puesto algo más presentable... –Le dije con cierta timidez.

Se separo de mi, entonces la miré de arriba a abajo. Abrí un poco más los ojos de lo normal... ni me habia fijado, había ido tan directo a por ella y a decirla lo que sentía que no me percaté. Volví a repasarla, ahora sin poder evitar mostrar una pequeña sonrisa curiosa. "Como que eso era lo suave..." Pese a ser negro, aquella fina bata tenía sus transparencias. Al ser de ese material delineaba su figura a la perfección, mostrando cada curva, cada parte de su anatomía casi a la perfección. Me di cuenta de que empezaba a mirarla como un pervertido y eso me hizo enrojecer.. al igual que noté derrepente un pinchazo en los bajos y unas pequeñas palpitaciones. "Noo, ahora no... que parece que siempre vengo para lo mismo..." pensé lamentándome, en parte aquellas reacciones de mi cuerpo me hacian sentir como un obseso del sexo.
Traté de tranquilizarme.

-Ami me parece que estas perfecta.-la dije sonriente-aun que no sabía que estarías durmiendo.. al fin y al cabo dormir por las noches es para mi lo normal

Sonreí para mí, un tanto pícara, era muy lógico lo que decía, pero para mí solía ser más al revés.
–Tendrás que acostumbrarte... –Susurré, atrayéndolo hacia mí agarrándolo con suavidad por el cuello de la camisa, para acercarme a sus labios y dejar que éstos se rozaran fugazmente el uno contra el otro... Había notado que el calor de su cuerpo se acumulaba en una parte en concreto, entonces me separé del todo de él, retrocediendo unos pasos sin dejar de mirarle con picardía.
–Bueno, si a ti no te molesta... tal vez podamos hacer un apaño...
Sonreí traviesa y luego eché a correr gracilmente por la casa, perdiéndome por la puerta que estaba a la izquierda de la escalera...

off/ vale esto va a acabar mal xDDD antes de que nos baneen (que no me apetece) creo este tema por si acaso

https://creatureswars.forosactivos.net/t2033-en-la-habitacion-de-katerina-dean-y-katerina-18#37608
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