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| Un último adiós (Dean y Katerina) | |
| | Autor | Mensaje |
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Dean Renegado Licántropo
Cantidad de envíos : 638 Fecha de inscripción : 07/09/2010 Reputación : 8 Monedas : 5852
Ficha de Personaje Breve descripción: Inventario:
| Tema: Un último adiós (Dean y Katerina) Lun Jul 16, 2012 8:32 am | |
| Todo esto parecía que se desmoronaba. Al fin lo sabía, y tenia que lograr hacer algo para evitar la situación, no podía dejar que este ser que habitaba dentro de mi siguiera jugando con mi cuerpo y dañando a las personas que me importaban. No quería irme... y si me fuera, de echo, querría irme con ella y solo con ella. Estaba, una vez más, frente a su casa ahora etérea ante mis ojos. Subí los escalones y tras un silencio pensativo llamé a la puerta. Esperé paciente. Tenía que contarla tantas cosas, pero iba a ser tan difícil decirla adiós... Llevaba un gran ramo de rosas azules, la verdad es que no sabía cuales le gustaban a ella, pero ami las azules me encantaban y me parecían sumamente originales. Continué esperando y esperando, parecía que no estaba en casa. La casa olía a ella pero se sentía vacía y por mi capacidad de rastreo supe con certeza que no estaba ahí. Agaché la cabeza, esa misma tarde partiría. Esperé, apurando hasta el último segundo, con la esperanza de volver a verla aun que solo fuera un último instante, una última vez. El tiempo se consumía veloz, como en un pequeño reloj de arena, agachando la cabeza mis esperanzas de volver a verla y abrazarla una última vez se debilitaban hasta casi consumirse. No podía irme así porque si, sin al menos dejar un aviso. Tomé una hoja y comencé a escribir. Cuando hube terminado esperé unos segundos a que la tinta se secara y doblé el papel. Resguardé este entre las flores, que dejé con cuidado apoyadas en la puerta. - Spoiler:
No sabría como empezar... tampoco como seguirlo y mucho menos como terminar. Las palabras no pueden reflejar lo que mi alma siente, tampoco creo que pueda plasmar en ellas el sentimiento tan profundo que tu sola persencia me provoca. He de marchar. Es drastico... demasiado quizás, y ojala nada de esto estuviera pasando y si pasara, fuera cogido a tu mano; simplemente tu y yo en una deriba incesante. Pero las cosas no pueden ser así. Por mucho que me centrara en explicarte el porqué no dejaría de ser tremendamente desconcertante, pero mereces de mínimo un resumen: ¿Te acuerdas cuando Luccie entró en aquel estado demoníaco, hace ya un tiempo? Me golpeó y me dejó inconsciente. En ese momento, algo... no se aun muy bien el qué, entró dentro de mi, apoderándose y alojándose en aquella parte que pertenece a mi lobo, dandole consciencia. Ahora puede controlar mi cuerpo, aun que no se bien si a placer o cuando quiera, pero puede y hará lo que quiera mientras yo vago por el mundo de la inconsciencia, inocente e iluso de sus movimientos despiadados. No quiero que haga más daño del que ha hecho... mucho menos quiero que te haga daño a ti. Por todo esto he de marchar, esta misma tarde mi padre y yo cogeremos un barco a donde él dice que tendremos respuestas para poder lidiar ese ser, para poder controlarlo. Te he estado esperando toda la mañana, pero no apareciste y me apena enormemente que mi despedida no sea más que un trozo de papel con tinta. Quisiera poder volver a mirar una vez más ese mar que tienes por ojos, el mecer de tu brillante melena o el relucir de tu sonrisa... pero creo que la suerte no está de mi parte. Lo siento... pero volveré. Encontraré la cura y volveré para reunirme de nuevo a tus brazos, te lo prometo. No pido que me esperes... pero yo, esté donde esté, prometo solemnemente serte eternamente fiel en cuerpo y sentimiento, y no dudes ni un instante que no esté pensando en ti, porque no podré dejar de pensarte. Tampoco de soñarte, mucho menos de echarte de menos. Adoraré los sueños, seguramente, porque serán esa vana esperanza de alcanzarte, pero según pasen los dias quedará menos para volver a vernos... quizas eso consuele. Pero dentro del desconsuelo más verdadero, te cedo mi corazón, y el amor más profundo que él conlleva. Nos veremos pronto, amor, solo deseo que permanezcas bien, yo lo estaré si tu lo estás.
Atentamente: Tu siempre enamorado, Dean Wingates
Bajé las escaleras y tras unos pasos me di la vuelta mirando con tristeza la casa. Suspiré, esperaba que me creyera, esperaba que no la pasara nada, esperaba verla pronto pero esperar y desear no es obtener; que el destino actuara según quisiera y que el viento me fuera favorable. Sin más, me fui con marcha pausada de aquellas tierras para embarcarme de nuevo en un largo viaje sin idea alguna de cuanto tardaría y cuando volvería. Al poco, desaparecí de allí. | |
| | | Katerina Muerta en Combate
Cantidad de envíos : 453 Localización : Waiting for you to find me... Fecha de inscripción : 18/01/2012 Reputación : 9 Monedas : 4471
Ficha de Personaje Breve descripción: Inventario:
| Tema: Re: Un último adiós (Dean y Katerina) Miér Sep 12, 2012 2:24 pm | |
| Hacía mucho tiempo que no regresaba caminando a casa y aunque el amanecer comenzara a punzarme, no me importaba... Sentía que mi existencia se desmoronaba... pero, ¿en qué momento había comenzado a suceder? Yo, la persona que recordaba había desaparecido completamente de mi ser, y había tenido que ser la pequeña –ya no tan pequeña– Lucía quien me lo había tenido que recordar. ¿Cuándo me había vuelto tan... luminosa? El amor me cegaba y llenaba de luz mi ser... ahora lo comprendía. Pero, ¿cómo volver atrás? La sola idea de pensar que Dean pudiera alejarse de mí me mataba –aunque ya estuviera muerta–, pero es que gracias a él podía sentir de nuevo como si la vida fluyera por mis venas y no quería renunciar a aquella sensación, no quería renunciar a él. “Ojalá mi hermano Lestat estuviera aquí...” Pensé. Él siempre lograba hacerme ver mis errores y enfrentarme a ellos para hacerme más fuerte. Pero ahora, era tan difícil sin él... Noté una extraña sensación al tiempo que una nueva punzada de advertencia me sobrecogía... Era su aroma... –¿Dean...? –Murmuré, en un susurro prácticamente sólo audible para mí misma. Y al alzar la vista hacia la mansión, divisé algo azul a los pies de la puerta... Me precipité en un instante hacia allí, deteniéndome en seco en el último escalón, sin terminar de dar el último paso de ascenso hacia el porche. Un ramo de rosas azules yacía apoyado sobre los pies de la puerta, no pude evitar que mi mirada se endulzara llena de amor, al tiempo que una pequeña presión se apoderaba de mi pecho, como si mi corazón se hubiera acelerado sin remedio de haber latido... Caminé lentamente sin dejar de observar las flores con la misma expresión en mi rostro, y me arrodillé junto a ellas tomándolas en mi regazo y abrazándolas suavemente para impregnarme bien de su aroma mezclado ligeramente con el de Dean... Tenía que admitir que las flores azules, y no sólo el detalle, eran preciosas aunque mis favoritas fuesen las rosas negras... Nunca se me olvidaría este momento ni lo que aquellas flores representaron para mí... Y entonces un trozo de papel doblado en cuatro pliegos cayó al suelo desde entre las flores... Me volví hacia ello, sosteniendo el ramo con mi brazo izquierdo cual bebé, y recogí con la mano libre el trozo de papel. Ayudándome con ambas manos lo desplegué y luego comencé a leer... No sé describir la expresión que poco a poco se fue plasmando en mi rostro a medida que leía, sólo sé que mis ojos cada vez se humedecían más y más, que en mi pecho se fue sobrecogiendo un nudo tan insoportable que de no ser porque ya estaba muerta me hubiera terminado por estrangular... Las palabras de esperanza con las que Dean despedía la carta ya no me consolaban en absoluto... Dejé caer el trozo de papel al suelo, perdiendo la mirada en el horizonte al tiempo que aquellas lágrimas traicioneras que poco a poco habían ido acumulándose en mis ojos, se precipitaban ahora por mis mejillas... Quizá fuese lo mejor... El empujón que necesitaba para retomar mi cometido... Quería convencerme de ello para que me fuese más llevadero, aunque en lo más profundo de mi ser deseara no despertar de este sueño. Me puse en pie como pude, con la mirada enrojecida y los colmillos completamente fuera, pero sin soltar el ramo de rosas azules, al tiempo que comenzaba a ver salir el sol por el horizonte –suerte que sus rayos todavía no alcanzaban más abajo del tejado de la mansión– y me volví con pasos lentos hacia el interior. Coloqué las flores en agua, en un jarrón y lo subí a mi habitación, dejándolo sobre la mesita de noche para que siempre que regresara allí pudiera verlas y recordarle.
Esperé hasta el ocaso para abandonarla. No llevaba nada conmigo salvo lo puesto y mi katana sanguinaria, no necesitaba más equipaje. Salí caminando de ella, aun viendo cómo los rayos del ya oculto sol terminaban de desaparecer tras el horizonte. Entonces, giré el rostro por un instante hacia atrás, fijando mi mirada entornada en la puerta principal de la mansión... “Desde ahora en adelante, esta casa no recibirá a ningún invitado. Permanecerá cerrada e invisible hasta mi regreso o el de alguno de los miembros de mi familia.” Después, volví la vista al frente y comencé a caminar sin detenerme, hasta terminar por desvanecerme en la oscuridad de la noche. | |
| | | Dean Renegado Licántropo
Cantidad de envíos : 638 Fecha de inscripción : 07/09/2010 Reputación : 8 Monedas : 5852
Ficha de Personaje Breve descripción: Inventario:
| Tema: Re: Un último adiós (Dean y Katerina) Jue Sep 13, 2012 11:39 pm | |
| Llegué, tras unos 6 meses de viaje, emocionado por encontrarme nuevamente con la mujer a la que amaba y a la que aun no había olvidado. Es más, había pasado todas y cada una de las noches durmiéndome con ella en mis pensamientos. Recordando su sonrisa, sus miradas, sus abrazos, sus besos, sus caricias... las ganas me invadían, no recordaba la última vez que había estado tan emocionado.
Llegué a donde debía de estar su casa y no la encontré, era como si la casa no hubiera aparecido o como si no se dejara ver ante mi. ¿Estaría Katerina dentro? ¿No querría verme? ¿Estaría cabreada? o por el contrario ¿La habría pasado algo? ¿Estaría bien?
Las dudas comenzaron a inundar mi cabeza, no sabía bien que hacer, a donde ir o a quién preguntar. Quizás se había mudado al castillo... no tenía idea alguna.
Permanecí allí el día entero, esperando. Cuando calló la noche quedé traspuesto y adormilado. Pronto me despertó el sonido de unos murciélagos revoloteando. No era muy conveniente que estuviera ahí, principalmente por que estaba en territorio vampírico y por mucho que quisiera, no era bien recibido ahí por mi condición de licantropo.
Miré a mi alrededor y decidí irme.
Durante mucho tiempo estuve volviendo a ese mismo lugar, para ver si averiguaba algo. Trataba de reconocer algo en el entorno, algo que me diera alguna pista pero no había nada, no sabía nada de ella y mis esperanzas menguaban, a medida que mi malestar crecía.
Aun así yo continuaba pasándome por esa casa esperando a un amor que no encontraba. | |
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| Tema: Re: Un último adiós (Dean y Katerina) | |
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| | | | Un último adiós (Dean y Katerina) | |
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