Sed II (Azhara, Dean, Katerina y Yuliya)

Off: Pasamos a este post desde aquí para evitar lios.

Recordad el orden:

-Azhara
-Dean
-Katerina
-Yuliya:on

Note como aquella vampiresa no me quitaba ojo de encima, si lo que pretendía era darse un festín conmigo lo llevaba bastante claro. Me aparte un poco de ella, ya me encontraba un poco mejor o por lo menos en condionces de poder defenderme de la vampiresa en caso extremo.

La driade parecía todavía un poco preocupada por mí, la mire sonriente.

-Tranquila, ya me encuentro mucho mejor

Caminaba guaido sobre todo por mi olfato y por mi percepción aurica. Al poco llegué pude ver no muy lejos tres siluetas femeninas. Seguí caminando hasta que reconocí a Katerina como una de ellas.
Amplié mi sonrisa. Estaba cubierta, para protegerse del sol; eso me tranquilizó. Fue una sorpresa para mi identificarla incluso con la capucha.

Llegué en unos pasos hasta sus posiciones. La miré con cariño y alegría de haberla encontrado. No es que la siguiera, ni muchisimo menos, ella podia ir y venir a donde la diera la gana. Que estuviera conmigo no significaba que fuera mia, pero siempre era agradable encontrarse con una chica tan guapa y, más aun, la persona a la que querías.

Iba a ir a besarla, pero entonces me paré en seco. Había gente allí... Estaba harto de aquello... yo quería poder mostrarla mi amor sin reservas pero... esto no tenía que ser algo publico, por desgracia...
Sabía que estabamos en otro continente, pero seguía parandome delante de la gente.
Deseaba besarla y abrazarla, era dificil contenerse. Me limité a ponerme a su lado y mirarla con cariño.

-Y yo que pensaba que en el desierto no había más que arena... ahora veo lo equivocado que estaba: me he topado con un tesoro.-la dije, entonces miré a las otras dos personas. Una, por su aura, parecía ser una dríade, cosa que me extrañó muchísimo por que estabamos en un desierto, la otra parecia ser lo que llamaban Asters-Un placer, señoritas, mi nombre es Dean Wingates. También es muy extraño encontrar dríades por aquí y más en compañía de un Asters. Este desierto tiene muchas sorpresas.

OFF Dado el tiempo pasado, y espero no molestar con ello, actuaré antes que Katerina. Siento si molesto, si molesto lo quito con velocidad.

ON

Notaba un aura acercarse mientras la chica pelirroja y la vampiresa discutían. Me tranquilizó saber que la chica pelirroja se encontraba mejor, así que le dediqué una débil sonrisa y perdí la atención sobre ella un momento para concentrarme en el aura... licántropa. Ya había visto a este chico antes. Dean, sí, estaba segura de ello.

Parecía que, a juzgar por sus expresiones faciales,y su mirada, conocía de algo a la vampiresa, y no sólo eso, parecía tener intención de besarla a juzgar por la dirección y velocidad que tenía antes de detenerse.

Me crucé de brazos un poco, y me giré hacia la chica pelirroja, dejando el perfil de mi rostro hacia Dean y la vampiresa.

Adelante, Dean, no te cortes. No te preocupes por mí al menos

Repuse con serenidad aparente. Aunque en el fondo me había dado algo de celos. Un muchacho con alguien a quiem poder querer. Yo no tenía eso, desde hacía muchos años.

[OFF A mí no me molesta, Yuliya. De hecho iba a proponer que si me queréis saltar lo hiciérais, que yo postearé cuando pueda adaptándome a lo que haya, así no se retrasa tanto por mi culpa
Por otro lado, Azhara, agradecería que editases tu post, ya que indiqué que no se me podía ver la cara (voy completamente tapada por una túnica beduina que sólo se entreabre en los ojos, en los cuales me hace sombra), por lo que no puedes saber que he entrado en frenesí. Y además me estoy controlando >.<]

No pude evitar ruborizarme ante las palabras que me dedicó Dean, por lo que desvié la mirada hacia la mujer de aroma a flores y la joven pelirroja, tratando de discernir lo que pudieran estar pensando de mí al no poder verme por estar completamente cubierta bajo la túnica y corroborar o no las palabras de Dean.
En ese impás, Dean se refirió a ambas como dríades y ásters, pero sinceramente no sabía discernir lo que era cada cosa ni a quién atribuírsela. Me sentí un poco ignorante en ese aspecto, pero me comenzaba a sentir bastante agotada por la falta de sangre, por lo que mi mente no podía pensar en ello como me gustaría.
Sin embargo, cuando Dean hizo ademán de besarme y la mujer de aroma a flores le dio pie a ello, me alarmé y le aparté. No porque no deseara besarle también ni porque me diera vergüenza que lo hiciera en público, sino porque me aterraba la idea de que me diera el sol.
–Lo lamento, pero aquí pega demasiado el sol y tengo la piel muy delicada... –Dirigí una mirada suplicante directamente a los ojos de Dean, que estaba muy cerca de mí. El blanco de mis ojos había vuelto a enrojecer, no me encontraba nada bien y la cercanía de la joven pelirroja cuyo aroma se parecía tanto al de una humana, no hacía menos que empeorar mi sed.

off: le toca a azhara

Aunque me encontraba algo mejor bien era cierto que estaba pegando mucho el Sol y no era la única que lo estaba pasando mal.
Eche un vistazo alrededor de la zona por si encontraba algún sitio con sombra pero no conseguía visualizar ninguno.
Mire a mis acompañantes.

-creo que deberíamos buscar un sitio fresco, ¿ conocéis algún lugar?

No pude evitar sonrojarme levemente con el comentario de la Dríade. Entonces al mirar a Katerina cahí en la cuenta del sol, llameante y como una daga asesina actuaria si llegase a rozar a mi dama.

Simplemente asentí, con una sonrisa. No quería que nada la pasara, era un motivo más que válido para mi. No obstante pasé mi mano por su cintura, rodeándola con cariño.

Escuché entonces las palabras del Aster, tenia mucha razón. Por casualidades de la vida habia perdido a Katerina, pero ahora la había encontrado de nuevo.
La miré, no era solo el sol... había algo más. Entonces la olí, olía diferente, como a más ferocidad. Eso me hizo sospechar, entonces cahí en la cuenta de que en el tiempo que llevabamos ahí no había probado la sangre.

-Creo que nosotros nos retiraremos a otro lugar-dije, mirando a Katerina de reojo. No sabía bien de qué se iría a alimentar, tampoco si quería verlo... No me gustaba la idea de que llegara a alimentarse de humanos...-Tendrán que disculparnos, creo que mi señora y yo tendremos que retirarnos.-Miré a Katerina, buscando una respuesta, ella decidía.-¿No?

Hacía un intenso calor, eso era cierto. Al tener la temperatura corporal más elevada que el resto de las criaturas no era tan suplício para mi, pero eso no evitaba que se pudiera distinguir un brillo en mi torso, a causa de una pequeña sudoración por la situación. Mi camiseta prendía del cinto y no me la pensaba poner ni loco con este sol abrasador cayendo sobre nosotros.

A la chica encapuchada parecía afectarle mucho el sol, a juzgar por lo que decía, así que Dean en lugar de besarla como suponía que iba a hacer, la sostuvo por la cintura y nos dijo algo de irse a otro lado. La chica pelirroja proponía irse a un lugar fresco. Yo sabía dónde podría haber plantas, así que podría guiarles hasta algún oasis.

Me giré, hacia el horizonte, tratando de discernir algún lugar donde poder ir para no pasar calor, aunque luego oí "Mi señora" y me giré hacia él, mirándole con una ceja alzada.¿"Su señora" un muchacho tan joven?¿Casado ya? Me parecía totalmente increíble que un muchacho tan joven se hubiera casado ya. Aunque no quise hacer ningún comentario, le miraba a los ojos con esa expresión de incredulidad que se me había dibujado en el rostro. Luego me volví hacia donde miraba, y pude discernir que había plantas en esa dirección. Me volví de nuevo hacia Dean y la chica encapuchada

Como veais... Pareja. Nosotros iremos a un oasis que hay por allí

Repuse señalando la dirección. Tras ol cual, avancé caminando, y me despedí de Dean con la mano.

No os quemeis mucho ¿eh?

A pesar de sentir aquella insoportable sed, Dean logró estremecerme y que mi atención se centrara en él, apaciguándola por un momento. Se me había sobrecogido un nudo en el pecho, aguando mis enrojecidos ojos ahora rojos, que le profesaban un profundo sentimiento de devoción y sorpresa, pues a pesar de saber lo que sentía por mí, no dejaba de sorprenderme y maravillarme...
Los colmillos me menguaron ligeramente, permitiéndome recuperar la razón al disminuirme el frenesí. No sabía qué clase de poder especial tendría Dean sobre mí –tal vez fuera su luz, no lo sabía con certeza–, pero era increíble lo que lograba.
Me volví ligeramente hacia la mujer de aroma a flores y la observé pensativa, valorando lo que había dicho... Sí que era cierto que necesitaba alimentarme, pero también necesitaba sombra y si ella sabía dónde encontrarla, en este momento y hasta que cayera la noche, era mi mejor opción dadas las circunstancias.
Me volví hacia Dean y le miré directamente a los ojos.
–Dean, creo que es mejor que vayamos con ellas. Tampoco conocemos este continente y no sabemos muy bien hacia donde deberíamos ir para encontrar una sombra. Las acompañaremos y retomaremos nuestro camino al caer la noche. ¿Te parece? –Mis manos enguantadas se posaron suavemente en sus mejillas.

Dean y aquella vampiresa no sabían si irse o no. Me encogí de hombros al fin y al cabo aquel no era mi asunto. No me fiaba de aquella mujer y la verdad es que prefería tenerla lo mas lejos posible.

-Mientras os decidís a que hacer yo me iré adelantando hacia un oasis, la verdad es que necesito beber un poco de agua.

Miré largamente a Katerina, algo indeciso. Entonces llegué a la conclusión de que si ella se veía en condiciones era mejor hacerla caso, ya que supuse que las cosas dentro de ella se habían calmado.

La sonreí.

-Bueno, señoritas... Entonces, si no les importa si que parece que caminaremos junto a vosotras.

Comencé a andar con ellas, al lado de Katerina.