Master del Universo Máster
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| Tema: Historia de las Criaturas Malditas Vie Mayo 11, 2012 7:48 pm | |
| Historia de los Vampiros Cuando Yggdrasil aun era joven y primitivo, la ciencia aun no existía y aun se habían empezado a agrupar los primeros poblados de indígenas que comenzaban a prosperar -aunque pequeños, gracias a la ganadería, la agricultura y el comercio y los Dioses ya gobernaban su pequeña -o no tanto-, facción del espacio-tiempo del mundo.
Cuando Kahlia hubo terminado su menester con la Luna, la Oscuridad y la Noche, decidió bajar al mundo a divertirse. Se transformó en un oscuro murciélago -el más oscuro quizá que se haya podido ver alguna vez sobre la faz de Yggdrasil- y recorrió su creación para comprobar y disfrutar de ella bajo la atenta mirada de la Luna Llena.
Esa misma tarde, una niña de siete años se había escapado huyendo de su hogar. Tanto se había alejado de casa que cuando se quiso dar cuenta, ya no sabía volver. La noche empezó a caer y la Gran Luna a ascender. La Niña comenzó a sentir hambre, pues ya era tarde. Había visto cazar a los mayores y pensaba que ella también podría hacerlo; sin éxito, por desgracia. Entonces, en medio de la oscuridad, tropezó accidentalmente con un oscuro murciélago. La Niña, hambrienta y desesperada, quiso matar al murciélago para comérselo, consiguiendo beber un poco de su sangre. Pero lo que no sabía era que aquel murciélago no se trataba de uno cualquiera. Kahlia, ofendida sobremanera, desató su ira sobre ella… Fácilmente, desgarró su yugular y le chupó hasta la última gota de sangre, dejándola inerte y sin vida.
Sin embargo, Saphine, Diosa de la Muerte, observó dicha injusticia, y dado que aún era una diosa joven e inexperta, decidió resucitar a la Niña, sin tener en cuenta las consecuencias.
A la mañana siguiente, la Niña despertó. Pese a ello, ésta se empezó a encontrar mal… Su reflejo en el agua estaba más pálido, sus ojos rojos como la sangre, sus colmillos habían crecido salvajemente y sus manos ahora eran unas pronunciadas garras… No era ella… El corazón no le latía y no lo volvería a hacer jamás, no respiraba, su piel pálida y azulada no recuperaba su color… En otras palabras, estaba literalmente muerta, pero había recibido una segunda oportunidad, gracias al buen hacer de Saphine.
Fue entonces cuando descubrió que sentía un hambre atroz. Un hambre de sangre humana. Probó a cazar alguna presa, descubrió entonces que su fuerza, su rapidez, sus sentidos, sus instintos, se habían magnificado en demasía. Rápida como un rayo, llegó hasta el poblado en el que se había criado. Podía guardar algún rasgo de lo que antes era, pero el animalismo era lo único que los humanos pudieron ver en ella. Saltó hacia el cuello del que tuvo más cerca y lo desgarró salvajemente para beber hasta la última gota de su sangre… Ya no había vuelta atrás, la Transformación se había completado… y su frenesí estaba desatado… Ahora nada podría detenerla…
Saphine, al comprobar lo horroroso de su obra, maldijo a la Niña, impidiéndola soportar la luz solar hasta el fin de sus días, volviéndola vulnerable, y se prometió no volver a realizar semejante acto jamás.
La Niña, por su parte, con el paso del tiempo aprendió a controlar su frenesí, sus instintos, sus habilidades e incluso su apariencia para su propio beneficio. Descubrió, además, que podía crear más gente como ella para no encontrarse sola, propagando su sangre y salpicando sus genes poco a poco sembrándolos en lo que ella llamó sus Hijos de la Noche.
Y así, fue como el Vampirismo tuvo origen en Yggdrasil.
Historia de los Mestizos Eran los tiempos en los que el vampirismo y la licantropía -nacidos prácticamente a la par- comenzaban a desarrollarse y a formar las primeras sociedades. Antes incluso de que naciera el odio natural entre estas dos razas, un vampiro y una licántropa se enamoraron irremediablemente.
De esta relación no bien vista por muchos nació una aberración. Al dar a luz, la sangre de la madre fue completamente absorbida por el engendro y murió irremediablemente. El niño que nació tenía rasgos licántropos a la vez que vampíricos, y supuso el inicio de la caza tanto al padre como al retoño.
Puede que éste fuera uno de los motivos por los que surgió la eterna enemistad entre ambas criaturas. El caso es que, de un modo u otro, el niño consiguió sobrevivir y escapar junto con su padre, ocultándose durante años, quizá siglos, en lo que en un futuro sería el territorio de los mestizos.
El tiempo que pasó allí le sirvió para conocer a fondo la maldición del vampirismo así como la de la licantropía y se erigió como el primero de su raza.
Finalmente, decidió, tras la desaparición de su padre, que no quería ser la única criatura de su especie. Por ello tomó a una mujer humana y obtuvo su descendencia, iniciándose así la frágil y precaria sociedad mestiza.
Historia de los Licántropos En los albores de la humanidad, cuando los dioses aun eran jóvenes, inexpertos y muy impulsivos, Zélat (dios del valor, del coraje y de la fuerza interna de las personas) se enamoró de una humana llamada Dafne.
El dios, prendado de ella, decidió seducirla. Pero como sabía que ella podría rechazarlo si se le presentaba naturalmente, se transformó en un gran lobo blanco y fue a rendirse a los pies de la bellísima doncella.
Ella había ido a visitar uno de los templos de Zélat para rogarle por su padre, a quien adoraba y había sido enviado a la guerra.
Como respuesta, un gran, hermoso, fuerte y dócil lobo se apareció ante ella. Primero, la joven se asustó, pero luego fue tomando confianza, optando en primer lugar por acariciar la cabeza del maravilloso animal. Entonces, éste se agachó, invitándole a montar en su lomo, y ella, fascinada, decidió montar sobre su espalda.
Zélat se levantó y partió sin demora del lugar, llevando abrazada a su cuello a su amada Dafne.
Se adentraron en el bosque entre juegos y arrumacos, y la noche terminó por sorprenderlos. Se encontraban en un claro de luna cuando Zélat le aulló, y entonces sucedió, se fundieron en un cálido acto de amor… Tras lo que la bella Dafne terminó quedando dormida, abrazada al ardiente calor que desprendía el lobo.
Zélat la había estado contemplando mientras dormía, pero tuvo que marcharse antes de que despertara, sin dejar de observarla desde el plano de los Dioses.
El dios del valor había logrado su mayor deseo, pero lo que no sabía era que la había dejado embarazada, y nueve meses después, el fruto de su relación conoció este mundo…
En apariencia, parecía un niño normal, pero llegada cierta edad y bajo la influencia de la Luna llena, el pequeño niño sufrió su primera transformación. Empezó a convertirse en un gran lobo. Garras y colmillos le surgieron, y pronto supo que perdería el control.
Tras ser perseguido por la propia Dafne y los humanos que atacó durante el periodo de transformación, no tuvo más remedio que huir, dejando atrás a su madre y a su tierra natal. Tiempo después llegó a Vaahl donde, oculto a la humanidad, dominó su poder y descubrió la manera de transmitírselo a otros.
Fue entonces cuando la maldición de la licantropía se extendió por el mundo.Staff Creatures Wars | |
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