Bosque de cristal (Natasha y Zakarum)

Sus palabras o mejor dicho sus pensamientos consiguieron que me ruborizase.
¿desde cuando yo soy especial

Voltee la cabeza hacia otro lado.

-En verdad ya no me importa hablar de ello pues ha pasado mucho tiempo y ya no duele tanto tiempo como al principio. Hubo una guerra..alli perdi a mi novio, murio protegiendome. Odio las guerras...en fin no quiero amargarte la noche, cuentame ¿cual es tu historia?

Vi que se puso roja, intentó disimularlo girando la cabeza, pero lo vi. Pero no sabîa por qué lo hizo, no había motivo para ello. Quizá haya recordado algo...-pensé.

Acto seguido observé que de eso no se trataba.

-Vaya... Lo siento mucho-dije, apesadumbrado-Sobre mí... No hay mucho que contar... Recuerdo que de repente aparecí en el limbo en forma de ángel caído, no sé de dónde vengo, ni qué era antes.... Solo sé que había alguien a quien odiaba con todas mis fuerzas...-le conté.

-por lo que me estas contando se podria decir que tienes un enemigo...supongo que eso hace a la vida un poco interesante. ¿No te acuerdas de quien era, ni siquiera de su aspecto? Puede que con suerte viva tambien en este contienente o en Vhaal.

El aire se volvia mas gelido, lo notaba por las hojas que habia en el suelo.

-Demos otra vuelta, no quiero que mueras congelado

-...-me quedé en silencio, reflexionando-No, no tengo ni idea de quien puede ser, no recuerdo absolutamente nada-dije.

Empezaba a refrescar, no tenía frío, pero lo notaba, y era un poco peligroso. Acto seguido de pensar eso me ofreció dar otra vuelta. Asentí y comenzamos a andar.

-Me gustaría encontrarme con él algún día... Y ver que se me pasa por la cabeza si le recuerdo en ese momento.-dije malévolamente.

Empezamos a andar de nuevo por aquel frío bosque. A mi casi no me afectaba ya que era de por sí un ser frío pero no se como estaría él.

-Nunca he estado aquí- comencé a decir- no sabía que este bosque iba a ser tan frió, ¿te encuentras bien? no quiero que te de una pulmonía o algo parecido.

Me preguntaba si por aquí había un sitio con un poco de calor.

En cuanto hizo la pregunta, la miré a los ojos, un escalofrío me recorrió la espalda y se me erizó el pelo por detrás. Luego sentí un calorcito por dentro. ¿Qué es esto?-pensé, con la mirada clavada en ella, pero diciéndome que pensaría algo raro, aparté la vista de ella.

-N-no te preocupes, estoy bien ahora.-se me entrecortaba la voz. Procuré mirar al frente-Estaré bien, no me va a dar n-nada.

Estaré bien....-pensé y alcé la vista al cielo un segundo en busca de alguna estrella.

Proseguimos andando cuando vi una cueva. No comenté nada, no quería que se me entrecortara la voz otra vez.

Sonreí.
Hombres y su eterno orgullo pensé para mis adentros, era evidente que estaba empezando a tener bastante frío.

-Ven, vayamos a ver si hay algún lugar donde podamos resguardarnos del frió.

Empezamos a andar y notaba como su voz se entrecortaba, tenía que encontrar rápidamente un lugar antes de que le diese una pulmonía.
continuamos andando hasta que encontramos una cueva.

-Ven- dije tirandole del brazo- entremos ahí seguro que no hace tanto frió como aquí.

Vi como sonreía, y me volvió a invadir ese calor de antes por dentro. Se dio cuenta de que había una cueva, y me tiró del brazo para que fuera. Parecía un poco preocupada. Tenía un poco de frío, pero estaba animado. Me dejé llevar y entramos dentro de la cueva. Era bastante amplia.

-¿Sabes?-dije-Eres especial. Siempre he oído que los vampiros eran crueles y despiadados... Tú eres amable conmigo.-le dije claramente contento, pero sin sonreír.

Me di cuenta de que no solo me caía bien aquella vampiresa.

Mientras Zakarum estaba hablándome yo estaba inspeccionando la cueva para ver si había algo para iluminarla. Estaba muy oscura pero vi que en el suelo había dos piedras. Las cogí con decisión y empece a chocarlas entre si hasta que salió una chispa.

Poco después conseguí encender una hoguera. Puse mis manos en el fuego para calentarme un poco. Y escuché lo último que me dijo. Hizo que me ruborizase ligeramente. Le mire a los ojos.

-Ya se que soy muy rara para ser un vampiro, solemos ser despiadados y asesinos pero yo soy como la oveja negra por así decirlo. Guardo demasiada humanidad para ser un vampiro.

Agache la cabeza.

Solté un pequeño suspiro de alivio cuando encendió el fuego, me acerqué para calentarme un poco, a la derecha de Natasha. El suelo no pintaba cómodo, pero aún así, decidí sentarme cerca de ella. Soy imbécil...-pensé-Podría haber encendido una pequeña hoguera yo para calentarnos los dos.

Suspiré y miré a la vampiresa, escuchándola.

-Pero eso no es malo-respondí-Yo suelo ser demasiado frío y cruel, y por eso no le caigo bien a casi nadie.

Poco a poco el fuego se iba avivando haciendo que la cueva se calentase poco a poco. Era raro por que hasta yo comenzaba a tener un poco de frío.

Escuche lo que me estaba diciendo y fruncí el ceño. Le mire a lo ojos.

-A mi no me pareces nada de eso, es cierto que ers un poco frío pero ya sabes lo que dicen las apariencias engañan...además tu has sido bastante amable conmigo. No hagas caso de lo que digan los demás.

Me acurruce con el apoando mi cabeza en su hombro.

Con el calor, que se notaba mucho comparado con el frío de fuera, noté como se desentumecían algunas partes de mi cuerpo de las cuales no me había dado cuenta siquiera que se habían dormido.

La escuché y me miró a los ojos.

-No es lo que digan los demás, es lo que...-paré medio segundo al ver que se apoyaba en mi hombro-...es lo que pienso yo.

Iba a decir algo más pero, no supe porqué, no me salió la voz. Y creo que soy amable contigo porque...-pero me di cuenta que no estaba hablando, que era el eco en mi mente.

Maldije por lo bajo.

Sus pensamientos quedaron abiertos para mi, no conseguía entenderlo pues él era de un rango superior al mio.

Así que es amable conmigo por algún tipo de razón es amable conmigo. Estaba dispuesta a averiguarlo.

-¿por que eres amable conmigo?

Un escalofrío me cruzó por la espalda. Sabe leer la mente...-pensé-No he dicho nada.

Entonces me quedé reflexionando. Había podido leer todo lo que había pensado. En fin, no tengo nada que esconder.-pensé-Que piense lo que quiera-lo pensé, sin malas intenciones.

-Me resultas.... muy atractiva.-dije, simplemente-Podría decir... que me atraes.

Muchas cosas pasaron por mi mente y todas ellas a la vez. Jozu, nuestro "compromiso", su muerte...nuestro pequeño Ryu y ...Ian, me sentía un poco que me había utilizado y todavía estaba muy enfadada con el por su comportamiento.
Zakarum era un poco frío pero en el fondo era amable y yo también necesitaba sentirme querida de vez en cuando. De cierta forma él también me estaba atrayendo.

-No se que me esta pasando, pues prácticamente somos desconocidos pero.. tú también me atraes.

Me empece a acercar a él lentamente.

Dejé que fuera ella la que se acercara. El corazón me palpitaba muy deprisa, y no me di cuenta de por qué hasta que la tuve a escasos centímetros de mi cara. Eres preciosa.-pensé.

Puse mis brazos de forma que la rodeaba con ellos por la cadera. Estaba indeciso, pero quería lanzarme, no sabía que hacer.

Pero fui acercando mis labios lentamente a los suyos...