Noche iluminada

Había conseguido trasladarme a cordilleras próximas al nuevo continente.Dejar el castillo solo no era de mis prioridades,pero ya estaba preparado para hacerme regresar si así era necesario. Claro que,no era una de mis prioridades.

Caminé varias horas,tanto,que anocheció sobre los bosques en los que al alba me había adentrado.Me quité las botas que llevaba y paseé con ellas en la mano,sonriendo como siempre lo hacía, indescifrable.
Para mi sorpresa el bosque no estaba formado por vegetación normal,si no que estaba creado en gran medida de cristales y minerales de todos los colores imaginables.Aquello atrajo mi insaciable curiosidad,haciendo que me detuviera en un pequeño prado rodeado de aquellos hermosos cristales que variaban su color a los pocos segundos. Cogí uno de ellos y lo alcé,observándolo a la luz de la luna,que aclaraba toda mi figura entre tanta oscuridad.

Mi piel palidecía el doble bajo aquellos rayos,y los minerales coloreaban el territorio que me rodeaba,haciendo unas vistas tan fantásticas como extrañas.

Continuaba con mis interminables viajes explorando el inmenso mundo en el que vivíamos, yo y infinidad de razas, innumerables criaturas, algunas poderosas, otras débiles, pero en cierto modo todas ellas fascinantes.
Estaba cansado de volar y de destruir cosas, algo raro en mi pero probable. Los humanos resultaban tan patéticos en sus vidas como en sus muertes, las aldeas y poblaciones ardían con demasiada facilidad.....
En medio de la ruta un extraño bosque de cristales me había llamado la atención, sentía verdadera fascinación por las gemas y este era un entorno maravilloso que despertaba mis sentidos.

Descendí suavemente del cielo y me transformé en forma humana, el clima era agradable y la luz de la luna hacía brillar las superficies cristalinas del entorno. Me sentía maravillado por semejantes formas y haces de luz. Empecé a caminar por los estrechos caminos que recorrían los matorrales cristalinos, admiraba las formaciones en cada paso y cada minuto, sentía deseos de permanecer allí toda la noche, todas las noches, sentía deseos de llevarme aquel maravilloso lugar a las tierras de mi gente. Me detuve ante unos cristales de superficie muy pulida y brillo especial, extendí la mano sobre uno de ellos y con cuidado partí un trozo, era necesario llevarme una muestra conmigo....

Una figura me llamó la atención, una figura pálida que se encontraba entre la marea de cristales, una bella figura que parecía estar ocupada en los mismos quehaceres que yo: admirar el entorno que nos rodeaba.

-Sí, son fascinantes a la luz de la luna. Aunque no creí que un humano pudiera admirar nunca tanta belleza.-

Puede que incluso la admire mejor que cualquier otra criatura,esa puede ser una de las razones por las que son tan débiles-dije con la sonrisa misteriosa, observando aún el cristal de mi mano.
La voz no era conocida,tampoco lo era su aura,pero si no me equivocaba,se parecía a la de Herb,así que..¿era otro uroba?
Me giré lentamente para conocer al nuevo caminante,y cuando lo hice,un leve escalofrío recorrió mi espalda,algo que nadie había logrado todavía en mis años aquí. Vestía de negro,y lo poco que podía ver de su piel reflejaba una palidez mayor a la mía.Había algo en aquella figura que me recordaba a alguien del pasado,pero me esforcé por ignorar ese sentimiento.

Sin los humanos,todos caeríais en el aburrimiento,¿no es así?-pregunté con tono seguro y pícaro.

Normalmente los débiles no se paran a contemplar la belleza, el mundo que les rodea.- Sostuve el cristal que había tomado entre mis dos manos, observando de reojo a la joven que se encontraba ante mi. -No son capaces de ver mas allá de aquello que les proporciona poder o beneficio..- Hice una pausa. -Temporal por supuesto...-

Observé a mi alrededor de forma casual, distraidamente, como si buscara a alguien a algún conocido o esperara ver aparecer entre los matorrales de cristales a un conocido. Levanté el cristal con una sola mano y lo situé a la altura de mi mejilla derecha, pidiendo una pausa antes de que ella dijera algo, a continuación señalé con el cristal a la chica como si de mi propio dedo se tratara:

-Parece que ya intuis quien o mejor dicho, que soy. ¿Pero quien o que sois vos?.-

Guardé silencio observándole.Muchas cosas me decían que no le haría cambiar de idea,pero bueno,no era nada que me quitara el sueño,y menos si tenía que hacer cambiar de idea a millones de criaturas.


Ya lo sabes,una humana-dije esbozando de nuevo la sonrisa misteriosa.¿Qué vas a hacer?¿Devorarme,aplastarme,observar cuan inútil es mi efímera vida?-pregunté abriendo los brazos en cruz.

Luego volví a cruzarlos,aún sonriente.

Tal vez esto te de una pequeña pista..-dije moviendo con tranquilidad y firmeza la mano.

Entonces,unas extrañas marcas de color rojo salieron del suelo,y se lanzaron inmediatamente a rodear al Uroba.Aun que no era un ataque,simplemente formaron un circulo lleno de dibujos y antiguas palabras ya perdidas,que le iluminaron tiñendo toda su ropa de carmesí por la luz que el círculo reflejaba.

Segundos después,el circulo empezó a desaparecer evaporándose en leves llamas de similar color.


Bastante simple.-comento ante la mínima muestra de magia.

Observé sus dos demostraciones: su falta de temor y su poder. Así que era una bruja y seguramente estaría aquí en busca de algún componente con el que practicar sus brujerías, incrementar sus poderes o puede que incluso porque el destino señalara que debía cruzarse conmigo aquí.

-Sabéis?, resulta mas fácil matar cuando las presas son anónimas.- Guardé un silencio breve. -Tampoco tengo miedo de vos, y ahora que hacemos?, pelear?.- Guardé el cristal que sostenía en mi mano dentro del bolsillo de mi capa, luego volví a mirarla con aire indiferente: -Incluso vos estáis por encima de los debiluchos humanos. ¿No los despreciáis?.-

Avancé unos pasos hacia ella lentamente y luego señalé un matorral de cristales detrás de ella. Los cristales de ese matorral tenían 8 caras y un fantasmagórico color verde.

-Es posible que quizás esos os resulten atractivos o útiles.-

Incliné un poco la cabeza,escuchando sus palabras.No les faltaba razón,sin duda.

¿Eso queréis vos?¿Pelear?-pregunté mirándole por primera vez a los ojos,ya que se había acercado despacio hacia mi,aun que a una distancia prudente.
Abrí los ojos más de lo normal al fijarme en ellos.Sólo había conocido a dos personas con ese curioso y llamativo color.La otra era Kaede,aun que los suyos eran más grandes.
Luego escuché el comentario de los humanos.


¿Yo?¿Aborrecer a aquellos que desean verme arder en una hoguera por ser distinta a ellos?Si,ciertamente prefiero mantenerme alejada de ellos.Pero ese hecho no quita que siga siendo humana.¿Acaso tu no defiendes tu raza?En fin..en realidad eso del orgullo colectivo nunca ha sido lo mío..-dije con la sonrisa de siempre.

Di un par de pasos despacio hacia el,igual que el había hecho.Le miré de nuevo a los ojos,posando los azul eléctrico en los suyos violetas.

¿Queréis que me de la vuelta para que sea más fácil acabar conmigo?-pregunté sonriendole,sin un solo rastro de temor en mis ojos,si no más bien curiosidad.

Ella mostró especial interés en mi mirada, quizás mis ojos. ¿Le recordaban a alguien?, ¿a algo?, ¿a el color de alguno de los cristales que nos rodeaban?. Tantas preguntas y ella acercándose a mi...

-Si quisiera luchar ya habríamos empezado hace rato, ¿no os parece?.- razoné con cierto aire divertido. Luego me quité despacio el sombrero y miré de reojo al cielo nocturno: -Os comportáis de forma extraña, con curiosa melancolía yo diría...-

Me acerqué unos pasos mas, muy lentamente hasta quedar justo a su altura y poder mirarla a los ojos directamente. Podía sentir su fragancia en medio de aquel bosque jardín cristalino, aunque ya no me interesaban tanto los cristales del lugar como al principio. Ojos azules, centelleantes y vivos. Desde luego el mundo estaba repleto de bellas criaturas.

-¿Y si aceptara vuestra propuesta de mostrarme vuestra espalda?, ¿Lo haríais?...- Le pregunté sin apartar la mirada de sus ojos: -Aunque no esperéis agresión por mi parte si lo hacéis.-

¿Qué había en aquella extraña criatura que repentinamente había llamado mi insaciable curiosidad?No podía explicármelo,pero me mantenía sujeta a su mirada,como si fuese todo cuanto debiera observar.No lo acababa de comprender,cuando sus palabras me sacaron de mis pensamientos.

¿Así lo creéis?En el caso de encontraros en lo cierto..serías el primero en percataros de eso pequeño detalle..-mi voz sonaba persuasiva,como si le atrajera,o simplemente tratara de crear un misterio a todo el ambiente.

Tras su última pregunta,le observé detenidamente largos segundos,dudando. No podía confiar en el,para nada,solo era un desconocido,y seguía inspirándome un atractivo misterio.

Tras eso,desviando mi mirada,me giré muy,muy despacio hasta darle la espalda por completo.Las gemas que nos rodeaban no dejaban de alterar nuestras ropas y pieles,y pasábamos de verdes a azules,morados,y ahora rojos.Cambiando sin que nos percatáramos.

Miré al suelo esperando,sin emitir ni una sola palabra.

Y ella se dio la vuelta lentamente hasta quedar de espaldas a mi.
Era algo singular, primero se mostraba temeraria, desafiante conmigo, y ahora parecía dispuesta a mostrarse vulnerable. Seguramente era una bruja poderosa, no tendría porqué dudar y sin embargo se exponía a recibir un golpe que probablemente le causaría mucho daño antes de poder replicar.

-No debéis exponeros tanto, si tanto deseáis terminar con aquello que os causa dolor.- Dije con un tono de voz bastante modulado para no resultar amenazante. -¿Porqué habría de atacaros?.-

Me incliné lentamente sobre su lado derecho teniendo su oreja y mejilla cerca de mis labios, mi mano izquierda la tomó por la cintura con delicadeza y mi otra mano tomó la suya.

-El mundo está repleto de seres fascinantes como vos, vuestra aflicción resulta atractiva y la curiosidad puede vencer a la furia o el ansia de matar.- Guarde una pausa.

-¿Qué es lo que os aflige?-

Mi cuerpo se estremeció un poco,y una corriente de pequeña energía lo recorrió por completo al contacto con su piel y el sonido de sus palabras.Pero me estaba dejando llevar,y no era así como debía actuar.

Por la misma razón que yo os dejaré con vida esta noche..-dije inclinando muy despacio la cabeza hacia su rostro, acercando mi boca a la suya,pero sin que se encontraran.Tras eso mi mano apretó con fuerza la suya,y repentinamente,y con un poco de esfuerzo,desaparecí del lugar, deshaciéndome de su abrazo.

¿Lo que me aflige..decís?-murmuró mi voz detrás de el,y poco a poco me materialicé a un solo paso de el.Era mucho mas alto que yo,y su cuerpo era el doble de grande y fuerte.Sin embargo esa era una oportunidad clara para atacarle,tal y como el la había tenido.

Con lentitud pese a esperar su reacción de sorpresa,rodeé con ambos brazos su cintura,y me incliné apoyando gran parte de mi peso en el.Mis manos ascendieron hasta quedarse en su pecho,sosteniendo la camisa,muy despacio,como una suave caricia.

Demasiadas cosas que llenan este extraño mundo..-susurro aún con la sonrisa.

Todo acaba siendo una mentira,¿ no es así?

Además,que tengáis tan seguro que podéis manejarme como deseéis me irrita demasiado. Debería cortaros la lengua para que dejarais de querer confundirme-dije con tono pícaro.

Pero por alguna razón,yo tampoco veo la necesidad real de hacerlo.

Ambos podíamos sentir la energía eléctrica recorriendo cada centímetro de nuestros cuerpos, pasando de uno a otro en cuestión de milésimas de segundos. Era el momento, el lugar, la situación.... Ella acercó su rostro al mío, tan solo unos milímetros, un instante, un acto y quizás un pequeño paraíso atrapado en un instante real....
Escuché sus palabras, podía sentirla tan cerca, tan menuda y frágil, al mismo tiempo poderosa y valiente.

Y entonces el hechizo se rompió y respiré aliviado. Ella desapareció de mi abrazo y apareció justo detrás de mí, a un paso de distancia. Me sorprendió, eso desde luego que es tan cierto como que quise forzar el momento y descubrir que sucedía a continuación:

-Sí, en las mentiras de nuestras vidas nos parecemos todos, humanos, brujos, mestizos, urobas...., todos sin excepciones.- Cerré los ojos aún de espaldas a ella y me pasé la mano por la frente y luego por el pelo, en una larga caricia de alivio. -Ni todas las habilidades son mágicas, ni hallaréis hechizos de confusión en viejos pergaminos o polvorientas bibliotecas..-

Me volví con una sonrisa honesta en los labios:

-Incluso los mas sensatos cometen locuras de vez en cuando, pero... ¿qué sería de la vida sin esas locuras?;- Guardé una pausa mientras miraba divertido a la joven bruja que se encontraba ante mi:

-Touché.-

Me separé de el,con la misma sonrisa.


¿Y no acabamos de desperdiciar una nosotros?-pregunté observando la noche que nos inundaba. Mis ojos ahora no buscaban los suyos,mas bien se escapaban para evitar otro impulso.


Bueno,estoy segura de que tendréis muchas mas mujeres con las que poder deleitaros a gusto-dije empezando a caminar.Mi mano acarició mi pelo morado e hizo que cayera a la espalda.

Seguía evitando su mirada,por que que hubiéramos estado a punto de cometer una pequeña "locura" me ponía nerviosa,algo que nunca ocurría.Por otra parte,me había hecho sentir algo que hacía años no sentía.Me acerqué de nuevo a los minerales y los observé como si nada hubiera ocurrido.Me senté de rodillas,y luego me incliné a un lado,mirando las estrellas que iluminaban parte de la oscuridad.

Se alejó de mi sonriendo, mientras observaba la noche, evitaba correr riesgos y era comprensible:

-Sí, pero aún no a terminado la noche y seguimos aquí, rodeados de mudos cristales que nos ofrecerían el reflejo de nuestras acciones.- Comenté mientras la observaba como se acercaba a los cristales y se arrodillaba ante ellos para observarlos mejor. -En realidad no...- Dejé morir el hilo de mi voz sumido en mis pensamientos, recordando el pasado, -No he tenido mucho tiempo para mujeres, he dedicado tiempo y esfuerzos en otros menesteres que consideraba, y quizás aún considero mas importantes.- Volví a la realidad, -Pero quizás pueda estar equivocado.-

Me acerqué lentamente a ella hasta ponerme a su lado y me detuve, luego no hice ningún otro movimiento, permanecí junto a ella observandola y continué hablando:

-Pero..., a veces empiezo a sentir la necesidad de cometer locuras para olvidar, para distanciarme del mundo en que vivimos.- Sonreí mientras hablaba y observaba las formas de los cristales que teníamos ante nosotros.

-A veces hay que saber aprovechar las oportunidades cuando estas se presentan, pues difícilmente vuelven a repetirse.- Guardé una pausa. -Pero también es sensato sopesar las consecuencias.-

Mantuve la sonrisa durante todas sus palabras. Lo cierto es que su voz me gustaba. Me tumbé sobre la pradera verde que daba mayor belleza a aquel lugar.Coloqué un brazo sobre mi pecho,y otro acarició la hierba cerca de mi cuerpo.No podía dejar de observar las estrellas,mezcladas con las distintas tonalidades que ofrecían a la noche aquellos cristales.

Todas las criaturas creéis que hay un tesoro mayor que las mujeres,y no os culpo,en realidad. Encontrar un hombre nunca ha sido mi prioridad,y no creo que la vaya a ser nunca,a este paso..-dije esto ultimo en un dulce susurro.
Mi aroma se mezclaba con el leve rocío que posaba sobre la hierba,dejando clara evidencia de que había estado allí.

Entonces le miré de nuevo directamente a sus ojos violetas,que llamaban tanto mi atención,y de nuevo en un susurro:

Sin las locuras..no creo que esta vida mereciese la pena,¿no creéis?..Por otra parte,perder las buenas oportunidades resulta tan poco satisfactorio..-comenté en tono persuasivo,aun que no era esa mi intención.


Supongo que eso depende de cada uno de nosotros..-susurré,mientras una leve brisa meció mi larga melena morada.Aún mantenía una pequeña sonrisa.

Ella se tumbó sobre el prado cristalino, no parecía importarle nada ni nadie, el momento ni el lugar. Era muy bella, demasiado bella y una tentación embrujadora. ¿No era al fin y al cabo una bruja?, mientras miraba las estrellas y se ofrecía mirando a mis ojos. Podía ver los suyos y su melena morada extenderse sobre la hierba, debajo de ella: ¿que hacer por los dioses?, uno es uroba pero nunca la tentación estuvo tan cerca:

-El valor que se le da a algo, depende de la persona.- La observé tendida sobre la hierba junto a los cristales, y mi mente se perdió en sueños y imaginación: -Decís una cosa, pero respondéis con otra manera.-

Me tendí al lado de ella, lentamente tomando su mano con la mía y mirándola a los ojos fijamente:

-Basta de juegos, que sea lo que lo que los dioses quieran.- Dije mientras recorría su forma iluminada por la luz nocturna. -El momento y el lugar son propicios, el resto depende de vos.-

¿Y qué ocurrirá cuando me consigáis?..-acerqué mi cara a la suya,a una distancia poco prudente,y continué con el tono suave y atrayente.Debería dejaros sentir mi fuego..? Y luego desaparecer?-le sujete el cuello de la camisa,atrayéndole hacia mi,muy despacio.

Por que yo no seré una más.. debéis saberlo.-mi voz no cambiaba de tono,y mi piel se acercaba cada vez mas a la suya,haciendo difícil la poca distancia,como si de imanes se tratase.

Entonces..¿es vuestra decisión seguir nuestros deseos en esta noche,y extinguirlos en el alba?

Mis ojos se abrieron de nuevo,aun que entrecerrados,mirando por primera vez tan cerca a los suyos,en una intenta y profunda mirada.

-Os creo....- Permití que me tomara por mi ropa y me atrajera a ella, estábamos muy cerca el uno del otro podía captar a la perfección el brillo del color de sus ojos y percibir su esencia. -Hacéis que me sienta como una polilla atraída por la llama,- toqué su mejilla con mi mano y luego aparté delicadamente su pelo disfrutando del contacto con su cabello. -Sí, quemadme hechicera, consumidme en vuestros brazos y al alba renaceré como el ave fénix entre vuestras llamas.- respondí mirando con firmeza a sus ojos.

-No seréis una mas.....-

Besé sus labios y tomé su cintura tal y como deseaba hacer desde hacía largo rato.

Por sus aparentemente sinceras y bellas palabras,no parecía haber entendido del todo que era lo que quería decirle. Estaba segura de que solo buscaba una aventura en aquella noche.Yo no representaba nada especial,tal vez una simple novedad que acaparaba su atención,pero se iría tiempo después,precisamente como una llama que se consume,por mucho que haya devorado.¿Pero de verdad eso me importaba?Simplemente podía dejarme llevar,yd ejar de pensar en tonterías vanas.

"Permítete dudarlo.."-añadí a su último comentario,cuando me tomó de la cintura,y sus labios se apoderaron de los míos.

Mi mano buscó su mejilla, encontrado el calor que ahora empezaba a sentir en mi interior. La otra seguía sosteniendo su camisa,sin separarle de mi cuerpo,y mis labios recorrían los suyos con suavidad y un extraño magnetismo. Me separé muy despacio unos milímetros de él,apoyando mi frente sobre la suya,de manera que solo el pudiera ver mis ojos,y la mano que acariciaba su mejilla se acercó a sus labios.El dedo índice recorrió toda la comisura de sus labios de nuevo muy despacio,como si ese momento fuera a inmortalizarse.
Tras eso volví a quedarme parada,pero mi vista se alzó,y buscó de nuevo sus ojos,desafiante.

Ella se mostraba tan dispuesta y al mismo tiempo se resistía a mi asedio. Aquello me hacía desearla mas aún de lo que ya la deseaba. Nunca antes me había sucedido algo semejante y menos aún con una hembra de otra raza, pero esta joven, esta chica era diferente a otras que había conocido. Con su misterio, melancolía, encanto, ¿brujería?, quizás aquel extraño conjuro que usó contra mi cuando nos encontramos hace rato..., no no podía ser algo así, había algo mas.

-Si dudara no me atrevería a hacer lo que deseo hacer en este momento.- Lentamente cubrí de caricias la hermosa forma de la joven hechicera. -No os resistáis, sé que también vos deseáis este momento.- Cubrí de tiernos besos el cuello de la joven hechicera.

El tiempo se detenía y el momento se tornaba dulce, intenso. Siempre y cuando ella cediera definitivamente a mis avances, pues a mi ya no me importaba demasiado el mañana o lo que aconteciera después, solo me importaba el momento y tenía que ser con ella. Nunca me había sentido así con ninguna mujer e incluso me invadía un sentimiento de temor a lo desconocido, consciente quizás que este momento muy probablemente acarrearía consecuencias desconocidas en el futuro.

-Ya no me importa.- Murmuré mientras comenzaba a descubrir los secretos encantos de la hechicera.

Le sostenía apartándole gran parte del tiempo de mi,pero poco a poco,a medida que su aura,su olor,sus caricias y todo su ser me rodeaba iba cediendo en fuerzas,lentamente. Sentía como si me dejara llevar por un torbellino de emociones,en los que aquellos ojos violáceos conseguían hipnotizarme casi al completo.

Entonces me relaje del todo,y le correspondí con caricias similares,olvidando por completo lo que podría ocurrir en un mañana,solo por ese instante posiblemente fugaz.


Que así sea entonces..-murmuré acariciando su rostro pegado al mío,frente a frente,y besándole de nuevo.

Posé mis manos en sus pecho,luego estas subieron con intencionada lentitud acariciando su pálido cuello,y se detuvieron al acariciar el pelo de su nuca.



Y el alba decidiría nuestro final.

Los primeros rayos de sol nos sorprendieron acurrucados el uno junto al otro, desnudos ante la suave brisa de la mañana, tan solo cubiertos por mi enorme capa. Acariciaba su mano mientras disfrutaba de su olor, nunca olvidaría ese olor, permanecería conmigo ahora por siempre, de vez en cuando mis labios acariciaban su hombro desnudo y permanecía silencioso escuchando su apacible respiración, la misma que horas antes se había mostrado tan turbada y frenética.

-Podríamos quedarnos aquí, así por siempre y olvidarnos de todo y todos.- Le susurré al oído pues ya sabía que estaba despierta, podía sentirlo. -Pero hay algo que os retiene, ¿verdad?.-

Me apreté contra ella en un gesto infantil de posesión, como si ella se tratara de un muñeco de trapo o similar, de los que usan los niños y niñas pequeños para poder dormir. Disfrutaba con el contacto de su piel, mientras acariciaba su brazo, su espalda, sus muslos.... pero se acercaba el momento se separarse, alguien o algo podría sorprendernos en aquel estado, pues ni siquiera habíamos tomado las medidas mas elementales para ocultar nuestro momento íntimo en medio de aquel bosque de cristales.

El disco solar comenzaba a brillar en el horizonte.

No sabría explicar bien que era lo que había podido ocurrir en aquella noche entre dos completos desconocidos.¿Había sido simple placer?¿Habríamos sentido algo más?Fuera como fuera,el alba ya acechaba en el horizonte y nuestro tiempo estaba a punto de agotarse.
Su respiración caía suavemente sobre mi frente y pelo,y posiblemente eso,y el constante sonido de su corazón,tanto acelerado como posteriormente calmado,habían conseguido que durmiera unos escasos minutos.

Mi pecho reposaba sobre el suyo,y me abrazaba contra el,como si quisiera incluso protegerme.El contacto de su piel me confundía,olvidaba todo cuanto mi mente hasta aquel momento había estado rondando. No podía convertirme en algo tan vulnerable,pero ya estaba hecho,y el trato era cesar todo al amanecer.
Entonces escuché sus bellas palabras en un susurro,mientras seguía acariciándome.Mi mano le contestó recorriendo todo su pecho y espalda.

Vos también os encontráis retenido por algo,¿no es así?..o acaso..si yo respondiera que no olvidaríais todo?Puede que solo os esteis dejando llevar por el momento.

Además,vivimos en un mundo lleno de guerras y dolor,esta misma noche podría estar muerta,ambos lo sabemos.-luego besé su cuello,lenta y prolongadamente.

Pero en efecto,aún no soy libre.

Tras ese ultimo susurro,me deshice un poco de su abrazo,y me coloqué la camisa sin abrochar,tapando solo parte de mi cuerpo.Luego regresé por inercia a el,como si no quisiera abandonar sus brazos.Estaba claro que eso suponía volverme más débil.

En cierta forma..es como si uno debilitara al otro cada vez que nos acercamos.El amor no lidiara ninguna guerra.

Fuera el que fuese el motivo de porque había sucedido todo lo de esta noche, ya no tenía solución, ni siquiera me importaba que la tuviera. Había sucedido y no me arrepentía de ello, me había sentido atraído por ella inexplicablemente, la había deseado y la había amado. No era motivo de vergüenza ni sentirse débil o culpable.
Probablemente toda mi existencia solitaria y apenas enriquecida de afecto había desembocado en este encuentro, había estado con otras mujeres anteriormente. Exclusivamente urobas y simples aventuras simplemente por el placer de poder hacerlo o interés. Esta era la primera vez que realmente había sentido como algo especial y no algo vacío o mecánico.

-Sí a ambas cosas...- Respondí tomando su mano, luego de besarla y mirarla a los ojos. -Me sentía cegado hasta esta noche y por un rato vos habéis roto el embrujo que me ata en este mundo.- Me incorporé parcialmente mientras observaba como ella se apartaba de mi abrazo y se ponía su camisa encima. Me sentí tentado por un instante de tomarla de nuevo y olvidarme de todo lo demás, pero en fondo sabía que debía continuar mi camino.

-Sí, esto a sido un acto de rebeldía frente a nuestras ataduras, hoy nuestras vidas han sido diferentes por un corto espacio de tiempo.- Ella volvió a mis brazos y yo la recibí con caricias y besos. -El dolor, el sufrimiento, la violencia, hacen eterno el tiempo y sin embargo el amor, la felicidad, la esperanza son fugaces.-

-No sabemos que nos deparará el futuro, los caminos que nos unen y nos separaran.- Guardé una pausa. -Pero hoy y ahora estamos aquí los dos. Mañana podremos estar muertos, puede que nunca nos volvamos a ver, estar juntos. Pero todo eso no importa, no importará porque ahora estamos los dos aquí y eso es algo que nunca nadie nos podrá quitar.-

La tomé por la cintura y la besé en los labios tiernamente.

El cielo empezaba a tomar tonos cálidos y más luminosos que los que habitaban en la noche,y rayos anaranjados empezaban a caer sobre nosotros y los finalmente ignorados cristales,dejándonos tonos ficticios sobre el cuerpo y pelo.

Sus labios buscaron de nuevo los míos,que les siguieron con pasión y anhelo.

Tras eso apoyé mi cabeza sobre su hombro,rozando su mejilla y oreja sobre mis labios,haciendo pequeñas caricias.

¿Por qué os empeñáis en confundirme con tan hermosas palabras?..Hacéis lo que nadie más hace,que pierda mi cabeza,y mi control..-le rodeé con los brazos abrazándole despacio,mientras le daba pequeños besos.

Pero tenéis razón, habéis logrado que mi mundo desaparezca por unas horas,y puede que sean las más intensas de todos mis últimos años. -tras eso guardé una leve pausa,vacilando entre contestar a no-desearía poder manejar el tiempo..y teneros más junto a mi..solo para mi-le susurré con tono dulce y atractivo.

Pero eso no es posible.Siempre podemos guardar la esperanza de volver a cruzarnos algún día.Me pregunto si ese era el trato original..¿acaso vais a extrañarme?Puede que no tardéis en tomar en vuestros brazos a otra mujer-dije esbozando una sonrisa y sin miedo o dolor en la voz,si no seguridad.

Sea como sea..-dije llevando su mano por debajo de la camisa abierta hasta la espalda-realmente me habéis dado un recuerdo y sentimiento sin igual-susurré inclinándome hacia sus labios,bastante atractiva.