Entre el hielo, se encuentra la muerte. (Dante y Andurk)

Era de noche, una noche estrellada como otra cualquiera, la luna relucía en cuarto menguante, y un congelador y cortante viento del norte soplaba con intensidad. hacia frío, mucho frío. Yo volaba en mi forma dragonica, surcando los cielos del desierto del norte a toda velocidad.

En mi cabeza solo se podía repetir una única y desesperante frase - Malditos cazadores, malditos cazadores...- Estaba herido, lo suficiente herido como para desmayarme en cualquier momento, pero no podía hacerlo, pues aquel frío me mataría, si me quedaba inconsciente allí en medio, poco a poco, notaba como me faltaban las fuerzas, no aguantaría mas en mi forma dragón, y de ser así no podría salir de ese mar de hielo en varios días, aun mas teniendo en cuenta que andaba herido y medio inconsciente.

Finalmente, en mitad del vuelo, me di cuenta que había una pequeña cueva ahí abajo, y no tuve mas remedio que bajar y ponerme en mi forma humana, mis ropas estaban destrozadas por la transformación y mi cuerpo estaba minado de múltiples heridas algunas mas graves que otras, me adentre en aquella cueva, a intentar sobrevivir aquella noche. Allí dentro había varios esqueletos, seguramente de gente que murió allí congelada. Al entrar me senté en el suelo, con la respiración agitada.

hacia mucho frió, me estaba helando de verdad, sabia que si me transformaba no notaria tanto el frió pero adiós a la ropa, a los pocos medicamentos que tenia, a la comida y a la poca madera que había cogido por si acaso.

cada vez mas cansado me sentía, cada vez mas frió tenia. - Al final tendré que dejar esto aquí y transformarme para no morir de frió -
después de decir eso divise una cueva, salvado encendería un fuego comería algo y dormiría a gusto, me puse a correr como si me persiguiese alguien hasta llegar a la cueva, poco después de llegar a la cueva note otra presencia, algo que no conocía, raro por que de tanto viajar creía que sabia de todas las razas, cuando lo vi al final, vi todas aquellas heridas algunas mas feas que otras, si no le ayudaba no llegaría a ver el próximo amanecer.

Encendí un fuego con la poca madera de la que disponía, que al menos duraría un par de horas, entonces deje al lado mis cosas y acerque al desconocido al fuego, de la mochila cogí desinfectante y la mayor parte de las vendas y las gasas, primero desinfecte las mas graves y rápidamente las vendaba, luego fui a por las mas pequeñas " suerte que cogí esto por si acaso " pensé mientras tapaba la mayor parte de la entrada con mi abrigo, claro esta, dejando un hueco por donde pudiese salir el humo.

Después mire en mi mochila a ver que mas cosas tenia, tenia agua para un par de días y bocadillos tanto vegetales como de carne, bueno con esto aguantaríamos los dos hoy al menos.

Estaba medio inconsciente cuando vi la sombra de alguien entrando en la cueva, después de un rato, me di cuenta de que ese alguien me estaba curando -¿Quien eres?- Le dije entre murmullos de dolor, pude sentir también el calor de una hoguera, que con aquella temperatura era difícil percatarse de ello sin verlo, no sabia quien era, pero por ahora sus intenciones no eran malas, y esperaba que siguiera siendo así.

Me habían advertido que desde hace un corto periodo de tiempo, unos humanos que se hacen llamar cazadores, andaban por ahí buscando toda clase de razas y matarlas, o como ellos dirían darles caza, por desgracia para mi, un grupo de ellos se cruzo conmigo, por esa razón estaba en esas condiciones, no pude vencerlos, estaban bien adiestrados y me superaban en numero notablemente.

- soy el que te ha salvado de morirte helado de frió - dije dedicándole una sonrisa mientras le acercaba los bocatas con la mano - come lo que quieras - añadí

- quien te hizo esto? - pregunte mientras cogía uno de los bocatas para comérmelo.