Preparativos de una muerte

Off: Antes de nada perdón por la extensión pero hay que adelantar las cosas xD

Al salir de la habitación donde los aliados se estaban reuniendo me dirigí rápidamente al patio de armas andando por los oscuros corredores del castillo. Doblé varios recodos hasta que la tenue luz de la luna logró iluminar nuestros pasos. Frente a nosotros habia una inmensa escalinata que daba a un patio de proporciones descomunales en el que las tropas esperaban con una calma tensa.
Los preparativos ya se estaban llevando a cabo cuando llegamos, la gente se movia de un lado a otro del patio, preparando grande carros que cargarian las armas y los suministros varios. Uno de los capitanes, al verme, se acercó a nosotros.
-Mi señor, ya hemos comenzado los preparativos, podremos marchar al anochecer de mañana. -Dijo haciendo el saludo marcial correspondiente y comenzando a andar de nuevo al ver que no me detenia.
-Bien, prepara a 400 voluntarios, los mejores que puedas encontrar. Necesitaaré arqueros, bersekers e infanteria de linea. Tienen que estar preparados para partir de inmediato, que solo cojan lo imprescindible. Yo me encargaré de elegir a 100 más, sobre todo inquisidores y bailarines. -Respondí mientras me acercaba una torre que dominaba toda la zona, cuartel de la inquisición y lugar de entrenamiento de los bailarines. La torre en cuestión estaba construida de la misma piedra negra que el resto del castillo, sin embargo podseía mayor solided para compensar su gran altura. Al acercarme a la puerta los dos guardia la abrieron a nuestro paso. Continué avanzando en el interior sin detenerme ni un instante, los preparativos que se estaban llevando a cabo en el patio tambien mantenian ocupados a la mayoria de los inquisidores.
-¡Herondale! ¡Slither! -Grité y mi voz se propagó por la estancia sin apenas encontrar obstáculo, y en respuesta, como invocados desde el mismo inframundo, dos siluetas cubiertas de arriba abajo con largas túnicas negras con capucha se aparecieron frente a mi y comenzaron a andar a mi mismo paso. Una de ellas era la chica que habia acompañado a Neliel al castillo. -Herondale, habla con los bailarines, diles que necesito por lo menos a dos docenas y unos cuantos vigilantes. Slither, busca aproximadamente 70 voluntarios entre los inquisidores y diles que les reclamo para una misión de vital importancia. -Ambos inclinaron levemente la cabeza y desaparecieron igual que habian aparecido.
Continué andando por la estancia hasta que llegué a la sala de reunión, donde los comandantes de tropas atendian todos los preparativos. Me acerqué a la mesa y hablé.
-La reina nos reclama una vez más, partireis mañana al anochecer.
Uno de los comandantes levantó la cabeza me miró y sonrió con suficiencia.

-Los preparativos ya han comenzado, partiremos a la guerra en el tiempo previsto. Pero... ¿y vos? ¿No marchais tambien a la guerra? -Preguntó a ver que no incluia en los planes.

-No, yo marcharé inmediatamente con los voluntarios que pueda reunir para que consigais tiempo, ambos sabemos que no podeis llegar y montar el campamento en menos de tres dias. Ganaremos tiempo. Ahora necesito que suministreis el equipo necesario a mis voluntarios y que los reunais a las puertas del castillo. ¿Han llegado ya los brujos?

-Si, mi señor. Aproximadamente 500 brujos aparecieron con sus oscuros portales a las afueras del castillo.

-Bien, entonces reune allí a los voluntarios. -Me giré hacia Neliel y Angeline. -Angeline, lleva a Neliel con los brujo, decidles que vayan preparando un portal suficiente para que pasemos mil personas hasta el punto que os indiqué en el mapa. Como esto llevará un tiempo yo volveré a mis aposentos, me prepararé para la batalla y pasaré de nuevo por la reunión. Nos veremos en unas horas. -Dije justo antes de echar a andar y desaparecer entre el gentio.

Off: Continuad roleando aqui, yo volveré cuando tengamos que irnos xD

Ambas seguimos a Walter avanzando por los pasillos del castillo, dirigiéndose a los soldados que se acercaban a él, y dando órdenes a diestro y siniestro. Parecía muy seguro de sí mismo, y de lo que estaba haciendo. Esbocé una sonrisa pícara al oir el gran número de personas que llevaríamos al improvisado frente en las montañas. Prometía ser una carnicería, o si no lo era, procuraría que lo fuera...para "ellos".
Tras atravesar varias puertas y pasillos, llegamos finalmente a una alta torre a la que nunca había accedido. Me impresionaba saber que aquella era la sede de la militaría y de la inquisición, pues de haberlo sabido, segurio que hubiera mostrado mis respetos más a menudo a tan atrayentes trabajadores.

Cuando oí a Walter dirigirse a mi, me quedé frente a él, deshaciendo mi sonrisa con suavidad, escuchándole con atención. Asentí con satisfacción, a la par que dibujaba una sonrisa en mis labios, mostrando tímidamente un colmillo sobre el labio.

Sí, Walter

Me quedé mirándole hasta que se marchó, y en ese momento me dirigí a Neliel, mientras caminaba con un poco más de calma de la que tenía Walter escaleras abajo.

Bueno, bueno. ¿No te sientes "excitada" por saber que vamos a guerrear? A mi me encanta, jejeje

Tras descender las escaleras, marché hacia la puerta de la torre, y fuimos avanzando hacia las puertas de los muros del castillo.

En cualquier caso, promete ser una batalla larga

Nos acercamos a las puertas, y al verme los guardas, a pesar de que no solía cruzarlas demasiado a menudo, se acordaban de quién era. No tuvieron reparo alguno en abrir la puerta raudos y veloces, y mientras atravesábamos el umbral, guiñé un ojo a uno de los guardas. Éste pareció estremecerse levemente, no sé si positiva o negativamente, mas no mostró muchos signos además de ese.

Frente a nosotras, se extendía un batallón de brujos, a la espera de las órdenes de Neliel. Y me hice a un lado, para dejar que ésta indicara las instrucciones a seguir, puesto que ella es quien tiene el mando en este caso.

Haz los honores, por favor

Seguí en silencio a la vampiresa,con la sonrisa tranquila que siempre me acompañaba. Cuando menciono que se sentía excitada ante la idea de la guerra,mi sonrisa se torno oscura,claro que,ella no podía detectarlo.
No podía negar que yo no me sintiera también así,pero me daba la ligera sensación de que no sabía donde se estaba metiendo,y ese tipo de cosas siempre me hacían cierta gracia. No sabía como comportarme con ella,normalmente no me relacionaba con los demás y cuando lo hacía mi carácter no ayudaba demasiado,pero..en fin,que importaba.


Cuando llegamos frente a los brujos me detuve,y con gesto serio y firme,haciendo disminuir levemente mi permanente sonrisa,comencé a guiarles.

-Gracias por haber venido lo antes posible,como bien sabéis somos el equipo que se encargara de distraer al enemigo para que el resto de nosotros puedan crear los campamentos y demás necesidades. Tenemos que crear un portal para 1000 soldados aproximadamente,empezar desde este momento,yo misma os ayudaré si fuera necesario. Empezad.

Y dicho esto,mientras observaba como los magos empezaban a crear el conjuro,me giré a Angeline con una sonrisa tranquila.

-Ahora puedo manejar esto sola,Walter ha ido a prepararse para la batalla,y lo que yo necesito ya lo tengo-comenté,pese a que mi cuerpo no tenía ningún tipo de armadura u objeto además de la espada,y un extraño bolso.-Si tienes que prepararte,este es el momento,te esperaré aquí,y por cierto..si tienes algún ser querido aquí,convendría que te despidieses,aun que sea de forma rápida,nunca sabemos que podrá ocurrir-dije en un tono neutro,mi voz no transmitía preocupación por ella,pero tampoco frío,simplemente neutra. Cuando terminé de hablar,me giré y me dirigí hacia los brujos,pero antes de marcharme del todo,le guiñé un ojo con sonrisa pícara.

-No tardes..-comenté finalmente.

Me quedé a su lado escuchando las órdenes que ésta dictaba a sus fieles brujos. Éstos, raudos y prestos, se dispusieron a comenzar el conjuro, mientras ella se giraba hacia mi. Y me extrañó que me dijera que estaba lista, a pesar de no llevar nada encima. Sólo sus ropajes de bruja y un extraño bolso que colgaba de su codo. Y, a pesar de que tenía razón en que era mejor despedirse de los seres queridos, me dio un ligero hervor la sangre en ese momento. ¿Por qué? Quién sabe. Sólo sé que no me gustó del todo que me dijeran eso

"Como si yo fuera a morir...jajajaja"

Me detuve un momento, mientras la oía terminar, y vi esa mueca de picardía en su rostro. Esperaba, con franqueza, que no dijera en serio lo anterior.
Se notaba un tono ligeramente irascible en mi tono, pero muy ligeramente

Jejeje, tranquila. Yo puedo con esto. ¿No habré pasado años de cosas varias ya?Jejeje.. Respondí, mientras reía por lo bajo, alejándome de su lado.
Volví a traspasar el umbral de las puertas del Castillo Vampírico, mientras el párpado tenía un tic nervioso. Me molestó ligeramente el tonito con el que lo dijo, mas espero que el que le diera un tono pícaro fuera muestra de que no iba en serio.

"No...creo que no iba en serio. O eso espero"

Mientras estaba inmersa en este océano de pensamientos, había entrado sin darme cuenta en el recinto del castillo, y ya estaba en la armería, donde en uno de los compartimentos, descansaba mi equipo de ataque.
En uno de los armarios con mi nombre escrito en él, se encontraban mi espada sanguinaria, la armadura, y las botas metálicas para superponer sobre las de piel.

Cuando hube terminado, pasado un tiempo tras dejar a Neliel con los magos, regresé nuevamente por el mismo camino que había hecho para ir hacia la armería
"¿Por qué esa actitud hacia mi? Pretendo ser benévola con ella"
Busqué con la mirada a Neliel en el grupo, a ver si era capaz de encontrarla. Tenía algunas cosas que decirle al respecto

Al poco rato Angeline volvió. Me separé del grupo de brujos que estaban acabando de completar el portal,y me puse a su lado,cruzando los brazos.

-En breve estará listo, ya estas preparada?-le pregunté con sonrisa tranquila. La notaba algo alterada.

Me dispuse fjunto a ella, y me fijé en su postura. Apoyé entonces un brazo en mi lomo, en el que se había interpuesto las placas de mi armadura. Esbocé una sonrisa pícara al oirla preguntarme.

Por supuesto, querida, jejeje Mas callé. Notaba su tono diferente al anterior. Aun así, tenía que preguntárselo, no fuera que me carcomiera por dentro mis propios pensamientos.

Así que giré mi rostro hacia ella, y lo ladeé hacia la derecha, mientras, deshaciendo mi sonrisa, me dirigía a ésta.

Sin embargo, tengo una pregunta. Sé que quieres que esté preparada para todo, peero ¿Y por qué ese tono hacia mi? ¿Crees que voy a perecer así como así allí en el frente? No lo permitiré. Antes degollo al que lo intente. Tengo demasiadas tareas que hacer en este mundo como para dejarlo. En resumen, ¿a qué venía eso?

Se notaba que me sentía algo molesta por lo que había dicho anteriormente Neliel. Francamente esperaba que no lo hiciera con malas intenciones, pues ponerme de malas no era sano para nadie. Aun así, intentaba que el ego no me sacara de mis casillas.

-¿Tono?¿Qué tono?-pregunté sonriendo como siempre.

Solo di mi opinión de lo que podría ser mejor,¿o acaso crees que quiero verte muerta? No se que es lo que tengo,que siempre creen que actúo y hablo por el mal camino.-comenté con un tono mas frío,pese a que seguía sonriendo. -Y te dije que te despidieras,por que nunca sabemos que nos depara el destino, y yo no tuve tiempo de hacerlo-comenté tranquila,aun que seria.


Metí la mano en el bolso que colgaba de mi cintura, pero no me detuve ahí,todo el brazo entró pese a que el bolso no era mucho mayor que mi mano. Era un hechizo de espacio. De el saqué tres papeles con dibujos extraños dibujados en tinta negra. Me acerqué a Angeline con rapidez,y rocé su piel con la mano, al acto la puse sobre el papel,y una extraña luz empezó a hacerlo desaparecer,hasta que en su lugar,apareció un brazalete de plata con una gema roja en el centro.

Hice lo mismo conmigo, quedando solo un papel. Mi gema era morada.


-Cuando venga Walter crearé uno para el,y nos servirá para mantenernos comunicados telepáticamente aunque mantengamos distancias lejanas.-y tras decirlo,le di su brazalete.

El inmenso portal quedó por fin acabado. Este se componía de dos columnas y un arco con símbolos antiguos grabados en el. Medía varios metros tanto de ancho como de alto. Los brujos recobraron su posición, manteniéndose a la espera.

-Y..por cierto-dije contemplando el portal-dicen que solo conoces a una persona de verdad en situaciones límite,dentro de poco tiempo tendrás la oportunidad de odiarme o no.-concluí.

Ya solo faltaba Walter.

Giré mi rostro hacia ella al oir su pregunta retórica. PEro antes siguiera de decir nada, preferí escuchar todo lo que tenía que decir al respecto. Y en este caso, tenía razón. A lo mejor sólo la había juzgado mal. SU sonrisa no parecía ni ofensiva ni burlona, aunque tenía...un tono un poco frío. Y...si ha dicho eso...quizás haya tenido problemas acerca de no contar las cosas a sus cercanos. Callé. Pensé que no era el mejor momento para decir nada al respecto. La mejor respuesta posible era el silencio. Y entonces, al ver que abría el bolso, desvié una mirada furtiva hacia el mismo. Tras ver que hundía el brazo en su interior, mis pupilas se dilataron hasta hacer casi desaparecer mis iris rojos. ¿Cómo era posible? Mas no preguntaría, no por ahora.

Noté cómo me rozó levemente la piel, con suavidad diría, y acto seguido, me llevó la mano a un papel extraño con tinta en él. Y con asombro, vi cómo éste se fue transformando en un brazalete con una gema roja en el centro. Dirigí mi rostro hacia Neliel, y apenas conseguía expulsar las palabras de mi boca.

Esperé a que me diera el brazalete, explicando su uso. Al parecer, sirve para poder comunicarse a distancia. Bastante útil a decir verdad, pero ¿Cómo rayos lo ha hecho?

¡P-pero..¡¿Pero cómo?! Por supuesto, debía ser cosa de magia. Al igual que lo de su bolso. Pero eso me sorprendía tanto que tenía que preguntar, fuera como fuere.

A la espera de una respuesta, me quedé mirando cómo los brujos terminaban de crear el portal, cuya magnificiencia podría sobrecoger casi a cualquiera. Más grande incluso que las puertas del Castillo es.

Entonces me volví a escuchar nuevamente a Neliel, y clavé mi vista en sus iris azulados como el cielo.
" A veces me he planteado si sienta mal que vea directamente a los ojos de alguien con estos ojos inyectados en sangre..."

Y como la anterior vez, probablemente tenga razón.

Eso dicen...aunque yo soy de las que piensan que una persona puede ser conocida por muchos aspectos diferentes mostrados en situaciones diferentes. Aun así...tienes razón. Podría ser que soy un poco...irritable y a veces irritante, jejeje. Pero bueno... a lo mejor ha sido sólo un simple malentendido... Probablemente no te caiga bien en el futuro, pero sería una lástima que así fuera Añadí, apartándome mis cabellos tizones como el carbón a un lado, mientras esbozaba una media sonrisa, que no denotaba muchos sentimientos, sino el de curiosidad.

En cualquier caso, pronto llegaría Walter, y partiríamos a las montañas. En el fondo, esperaba que la fortuna nos sonriera.

-Será interesante descubrirlo-comenté como final de la conversación. Me puse mi brazalete en la muñeca,y con la otra mano volví a buscar algo en el bolso. Esta vez,saqué de el un fragmento de lo que parecía ser una armadura,pero solo servía para cubrir uno de los brazos.

Me la puse rápidamente. En ella se podía apreciar varias gemas,mas grandes que la de los brazaletes; constaba de un total de 5 ,y no abultaba demasiado,nunca me gustaba llevar peso de mas.
Cuando me puse este,apoyé la mano sobre mi pecho,y empezó formase algo similar a una armadura en mi cuerpo,pero bastante ligera. No era recargada,cubría los órganos vitales,parte de las piernas,y de los brazos,aun que no llegaba a parecer una debido a toda la visibilidad que le daba a la piel.

Con eso debería bastar,por el momento.

Mi pasos resonaban ahora con el peso de la armadura, por muy ligera que fuese estaba preparada para proteger de la mayoria de golpes sin entorpecer mis movimientos. Llegué a las puertas del castillos y los guardias que allí se encontraban las abrieron, por un momento pude averiguar en sus miradas algo parecido al temor.
Cuando me disponia a salir el comandante con el que habia hablado hace unos momentos me detuvo. Si no hubiese sido un vampiro habria tenido que pararse a recuperar el resuello, sin embargo no tardó en volver a hablar.
-Suerte, mi señor. Rezaremos a Kaliah por su regreso. -Y diciendo esto me tendió lo que sujetaba en la mano. Era un estandarte, colgaba la bandera del reino vampirico, pero justo debajo de esta habia otra bandera, una bandera cuyo escudo conocia muy bien. Era el viejo escudo de la casa Wingates, una puerta de rejas color plata con una endedarena negra creciendo en ella sobre un fondo de color rojo apagado. No pude reprimir la cara de desconcierto. -Fue William, señor, el nuevo mayordomo hizo que lo cosieran y yo conseguí el estandarte.
Asi que habia sido él, despues de todo... Sonreí mientras cogia el estandarte, el frio tacto de la madera resultó reconfortante.
-Nos veremos en el frente. -Dicho esto situé mi capa en mis hombros con la mano libre y salí al patio sujetando el estandarte.

Allí pude ver a Neliel y Angeline, ya completamente preparadas para partir.
-No esperemos más, que la noche sea nuestro manto. ¡Marchad! -Los vampiros comenzaron a moverse y a atravesar el portal de los brujos. Me acerqué a Neliel y Angeline.
-Espero que tengais todos los asuntos en paz.

Al ver acercarse a Walter con aquella armadura, elegante debía decir, y su porte de liderazgo, me sorprendí. Nunca imaginé que alguien, aunque muy importante en mi reino, cercano a mi, pudiera infundirme un respeto tan cercano al que me infunde Luccie. Me incliné levemente hacia él, acompañando la inclinación con una mano en mi vientre, paralelamente a mis hombros.

Por supuesto, mi señor Walter.

Me erguí nuevamente, y esbocé una ligera sonrisa, aunque intentaba ofuscarla con una expresión seria, respetuosa hacia su figura. Pero mi voz no tenía el mismo tono que quizás debiera para ello.

Hemos estado dialogando mientras venía. Neliel es una mujer muy interesante. Agregué, a la vez que movía ligeramente mis cabellos a un lado.

Dirigí mi rostro nuevamente hacia ella, y tras asentir con firmeza, me volví hacia el Portal, y con decisión me dirigí a él para atravesarlo. A no ser que alguien me detuviera, lo traspasaría, esperando encontrarme al otro lado en las Cordilleras de la Desesperación, viendo a lo lejos una masa oscura acercándose hacia nuestra posición.

Unos minutos después Walter regresó preparado. Imité el gesto de Angeline haciendo una reverencia a Walter, y sonriendo ante su comentario.Miré como los vampiros comenzaban a atravesar la puerta. Seguidamente,lo hicieron los brujos tras un asentimiento.

Respire profundamente una vez mas el aire fresco. Cerré los ojos,dejando por un instante mi rostro serio,lo que nunca ocurría.

-Walter,ponte esto,nos permitirá mantenernos comunicados ignorando cualquier distancia-dije tendiendo su brazalete,abriendo los ojos despacio.

-Comencemos-contesté sonriendo mas que antes,mientras comenzaba a atravesar el portal.

Coloqué la pulsera que me dio Neliel en el brazo y atravesé el portal tras ellas dedicando un último vistazo al que habia sido mi hogar durante los últimos años. Grabé su imagen en mi mente antes de desaparecer.

Off: Nos vamos aqui:
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