Tan solo de paso

Vi que apartaba la mirada, y yo no dejaba de mira una sonrisa que dispuso en sus apetitosos labios.Entonces mencionó que los demonios no le tienen miedo a nada, y se apartó el pelo, haciendo así que se le viera más de su cuello, su cuello de aspecto blando y apetitoso. Me pregunto cómo sabríoa su sangre. Solo de pensarlo, se me removía el cuerpo.

A pesar de que había una campanita avisándome de que no debería traerla al reino, por otro lado, queríoa mantenerme cerca de ella, así que hice que me siguiera con un gesto de la mano, y estando delante de ella, avanzaba moviendo mis caderas de una forma sensual. QUería atraer su mirada sobre mí, quería ver hasta qué punto yo podía atraerle.

Es por aquí

El séquito de vampiros nos acompañó de vuelta al castillo, aunque sabía que estarían pensando en qué rayos estaría pensando yo. Pero bueno, no había nada que temer.

Llegamos a las rejas del castillo, y penetramos en él, en un paisaje de árboles sin hojas, murciélagos durmiendo colgados de las ramas de dichos árboles, y mucha pìedra antigua en el edificio que se veía enfrente...: El castillo, el que ahora era mi castillo.

Es bonito ¿eh? Tiene mucha historia detrás este castillo... Y es bastante antiguo por lo que puedo saber

Comenzó a caminar mirando los contoneos de la vampiresa, la parecía tan descarada que era hasta divertido. Lo bueno de que fuera vampira es que no sabía nada de ella o de su familia, tambien era un avance que no supiera su nombre y quizás era mejor que no lo supiera para que no intentara recoger información sobre ella. La compañía del sequito la era algo molesto no pudo evitar un chasqueo molesto de su lengua para seguir a Angeline, había "prometido ser buena chica" pero era demonio y eso podía romper esa regla cuando la apeteciera.

La verdad esque la ciudad estaba bien decorada, era oscura y tétrica y aquello la gustaba. Llegaron hasta el castillo y lo observó mientras daba varios pasos hacía él. La verdad es que tenían bueno gusto decorando. Observó a varios muercielagos que había allí, sus alas eran parecidas a los de este animal.

-más antiguo pero mucho mas joven con el que hay en el infierno....-susurró sin apartar la vista de la edificación

-con que esta es tu ratonera.....-comento intentando picar o molestar a la vampiresa.

Al oir lo de la ratonera, me paré en seco, con un tick en el ojo, y me giré hacia ella, sonriendo levemente, quedándome a su lado.

No es una ratonera...Es el palacio del placer...

Repuse cerrando los ojos y sonriendo, tras lo cual volví a mirar para adelante, pero caminando a su lado, dirigiéndola por un pasillo hacia unas escaleras laterales. El séquito ya nos dejó en paz, y se apostó en sus puestos de guardia, y nosotros subimos por las escaleras. Me detuve en el descansillo, y le tendí una mano.

Y dime... ¿Cómo es que para ir a tu casa has pasado por aquí? Dudo que sea por mera casualidad ¿no es cierto? Repuse con curiosidad mirándole a los ojos.

No pudo aguantar una risa cuando esta dijo lo del placer. En verdad esa vampiresa no tenía idea de con quien estaba tratando. Parecía que la había afectado un poco como había llamado al palacio pero no le había molestado mucho, cosa que la desilusiono a la demonio. Camino a su lado, subiendo los peldaños de aquel palacete.

Esta se detuvo y la ofreció la mano, pero la demonio la observó solo sin tomarla. No necesitaba ayuda para subir las escaleras. Fue entonces cuando escuchó la pregunta y se la quedo mirandola, era algo de sentido común. Suspiro bajando la cabeza clavando su mirada azul en los ojos rojos de la maestra vampira.

-como sabes soy un demonio normal....si atravieso por la mitad me podían atacar licantropos o vampiros y si atravieso tu reino solo serían vampìros....la verdad es que prefiero pelearme con chupasangres que con chuchos, así de simple-contesto encogiéndose de hombros.

Vi que subia las escaleras sin sostener mi mano, y me miraba fijamente a los ojos. Tenía una actitud un tanto molesta para mñi, y empezaba a cansarme. No necesariamente nos hubiéramos peleado con ella de no ser porque se acercó demasiado a nuestra fuente de alimento más cercana. Además, nosotros protegíamos esa aldea, a cambio de que ellos se dejaran morder por nosotros. Era un intercambio de bienes. Eso sí, a los niños no se les tocaba... De momento...

Podrías haber aparecido directamente en tu Infierno... Que yo sepa, todos los demonios sabeis usar las sombras para eso...

Qué frívola me parece ahora que me doy cuenta..

PEro si está aquí, algo le interesaba. ¿Tal vez yo? Hmm... Tener una demonio a tu favor sería bueno en cualquier caso, pero a saber hasta qué punto estaba atraída por mí.

Terminé de subir, y entré a un cuarto que había a un lado del pasillo, y le invité a entrar.

Cuando entró en la sala, cerré la peurta con pestillo. Era mi cuarto, mi dormitorio, con una cama grande, doble, adornada con sábanas rojas con bordeles snegros, y una almohada negra encima. Había un armario de caoba también, que contendría toda mi ropa y mis zapatos, y también había un tocador, con una barra de labios, colorete, y un ungüento extraño.

Y aquí estamos... En mi cuarto, después de todo... Jejeje Sonreí, acercándome a ella, y poniéndome a su espalda, rodeando su vientre con los brazos.

...solas tú y yo

Ambas féminas se internaron en el palacio, solo que una seguía a la otra. Ella no sabia que la quería mostrar pero la siguió mientras escuchaba sus palabras. No contesto a las primeras palabras que escucho de sus labios, por lo que sin mas dilación entro en aquella habitación observando cada lugar era su cuarto, se notaba lo que quería. Cuando se giró observó que cerraba el pestillo. Frunció el ceño para luego notar que se volvía a poner en su espalda, rodando su vientre con los brazos. Por un momento no hizo nada,pero luego separo los brazos de la vampiresa de su cuerpo para quitarse un poco lo que cubría su hombro izquierdo mostrando una venda algo cubierta por sangre.


-utilizar las sombras haría que forzara muchos mis poderes y me gastaría más, por eso intente atravesar tu reino hasta la puerta del infierno y recuperarme-dijo volviéndose a cubrir el hombro con la maga de aquella gabardina granate.


-y llevamos solas desde que te vi en las afueras-comento mientra se acercaba a ella y la tocaba la barbilla divertida.

Al principio pensé que simplemente me quería quitar de encima, pero lo que hizo fue enseñarme una herida en su hombro, cosa por la que me sentí apenada por tocarla tanto, ya que era probable de que fuera por eso por lo que me evitara tanto. También traté de no inspirar demasiado, para no incitarme con el olor a sangre

Ah... Vaya... No sabía que estabas herida, lo siento

Repuse un poco culpable de haberla molestado tanto toqueteándole.

Pero entonces noté que me tomaba la barbilla, y sonreí levemente.

Bueno... sí, más o menos, jejeje... ¿Acaso te gusta la idea?

PRegunté sonriendo pícara nuevamente

Parecía algo afectada tras haberla enseñado la herida que tenía en el hombro, pero la verdad es que debía de mostrarla aquello para que supiera lo que en verdad la pasaba. La soltó la barbilla mientras acariciaba su melena plateada que con la luz parecía rubia, a la vez que miraba un poco la habitación de la vampiresa y la puerta con pestillo para que no pudiera salir nadie o entrar. Por lo que volvió la vista a la vampiresa para contestar a la pregunta.

-no te disculpes,no lo sabías, además como quieres que diga a mi contricante que estaba herida....seguramente sería una ventaja para ti-dijo la demonio, a la vez sabía que había gastado ya bastante aura y no podía permitirse gastarse más.

-ni me gusta ni me disgusta sin más-se encogió de hombros y sin darse cuenta se hizo daño en el hombro herido llevando la mano contrario al hombro afectado.-recuerdame que no haga movimientos bruscos-comentó a la vampiresa.

De repente me soltó la barbilla, y vi que se acariciaba su generosa melena plateada. Sonreí un poco más ante su respuesta, en la que ella le quitaba importancia al asunto, y mi sonrisa se convirtió en pícara al ver que decía lo de "contrincante". ¿ME habría tomado por una rival?¿Rival.. en qué aspecto?

Me acerqué ae lla, y le acaricié el pelo algo hipnótica.

Te lo recordaré, jejejeje...

Repuse mirándole de cerca a sus absorbentes ojos azules

Hmm...Aún no me has dicho cómo te llamas por cierto...

Se apartó la mano de su cabello cuando la otra chica la acarició su melena suave,limpia y perfecta como siempre la solía llevar. La miró directamente a los ojos mientras esta la preguntaba el nombre. La apartó la mano del cabello y comenzó a andar haciendo u obligando a la vampiresa ir hacia atrás para quedar contra la pared. La verdad es que ese gesto serio que llevaba podía intimidar algo a la vampiresa, aprovecharía eso para otra cosa.

-¿Importa algo mi nombre?-preguntó mientras la acariciaba uno de los labios con el pulgar-total,cuando salga de aquí no me volverás a ver.....-dijo con voz de burla para provocar a la vampiresa.

DE repente me arrinconó contra la pared, y noté que se me aceleraba la respiración de repente. Y me tocó el labio con un dedo, algo imponente. Parecía que sabía manejarse perfectamente, o al menos eso podía juzgar por su actitud. Pero era tmabién muy esquiva ¿esto qué significaba exactamente?¿Que sí que quería algo conmigo o que no? DE momento no me aventuraba a descubrirlo, pero cuando dijo eso de que no la volvería a ver, primero miré sus labios por unos segundos, y luego le miré a los ojos.

¿Por qué dices eso? ¿Es que acaso no te gusto como soy?

Pregunté inclinándome hacia ella muy suavemente, sin hacer que apartara su dedo de mi labio y le miré de cerca, de manera que con mi inclinación enseñaba ligeramente el canalillo a la posición de sus ojos, una posición muy privilegiada para una mujer en una situación privilegiada. Si no aprovechaba ella la situación, es que debía ser heterosexual sin duda.

¿O es que acaso realmente te asusto? No sé, es una idea... Jejeje

Repuse relamiéndome suavemente al mirarle de cerca, apoyando una mano en un costado, con los nudillos hacia elcostado y los dedos al aire, mientras que mi mirada se mantenía fija en sus ojos. No dejaba de observarlos, eran demasiado absorbentes para mí, más o menos como mi mirada penetrante y brillante.

Parecía que sus palabras habían calado muy hondo a la vampiresa, sobre todo la posibilidad de no volver a verla, que era la cosa mas probable que podía pasar. Parecía que la gustaba el contacto físico a la vampiresa. Otra vez empezaba el juego del escote, a ella eso la daba un poco igual, si quería jugar con ella lo haria sin necesidad de enseñar nada, así de simple.Por lo que con el pulgar apretó el labio con la uña haciendo que saliera un poco de sangre y se la llevó a su boca para saborear la sangre de la vampiresa antes de contestarla.

-Ni una cosa ni la otra, iré de nuevo a mi hogar que es el infierno y no creo que salga por mucho tiempo querida-comentó mientras retiraba por un momento su mirada al ver que la observaba por mucho tiempo a los ojos.

Desprendía un olor agobiante de hormonas sexuales, la vampiresa era todo provocación,seducción y por lo que podía notar quería una cosa, era tanto el olor que desprendía a sexo que Eliah sabía claramente lo que quería. Pero no caería tan fácilmente, la haría sufrir en ese intento, la dejaría con las ganas, pero antes la provocaría un poco.

Se acercó a su cuello levemente mientras aspiraba ese olor que podría aprovechar para su beneficio. Pasó sus labios por el cuello níveo de la vampiresa para luego subir y acariciar sus labios con los de ella en un solo roce,para luego acercarse a su oreja y decirla.

-y no creo conveniente que sepas mi nombre ni me busques....-comento apartando su rostro de la vampira y su cuerpo dejandola libre de la prisión que la tenía inmovil entre su cuerpo y la pared.

Noté que me presionaba el labio con la uña, lo que me provocó un leve dolorcillo al notar que su uña se hundía en mi labio, pero se llevó a la boca la sangre que había salido, y detuve mi sangrado, sonriendo algo excitada por el gesto.

Entonces vi que me retiró la mirada tras ese comentario. ¿Qué pasaría?¿Sería que mi mirada le intimidaría, o que no le gustaba el contacto visual? La actitud de este demonio era un tanto inusual, a mi parecer.

Me quedé quieta notando cómo se acercaba a mi cuello, y cerré los ojos al notar el aire alejarse de mi cuello al aspirar mi aroma ella.

Noté entonces el suave tacto de sus labios, y eché la cabeza hacia atrás, hacia la pared, mientras ascendía por mi cuello hasta que rozó mis labios con los suyos. Iba a tratar de besárselos, pero ella se alejó, y me susurró a la oreja, notando su suspiro en el interior de mi oído.

Al notar que se apartaba, me erguí, y caminé despacio hacia ella, de manera que si quería retroceder, acabaría cayéndose en la cama y le susurré al oído.

Nunca olvido una cara... Y menos lo que me haga... No podrás huir de mí... Jejeje...

Le empujé hacia la cama, sin demasiada fuerza para no dañarla, por la altura del vientre, y me acerqué a ella, recostándome al lado, y paseando un dedo por su cuello suavemente, descendiéndolo hacia su pecho, pero sin llegar a él.

Y aun así.. Tú tampoco me olvidarás a mí...

Cuando se apartó la demonio la vampiresa enseguida actuó. La fue siguiendo hasta que arrincono a la demonio contra la cama. Esta por su parte sonreía divertida a ver las ansias que tenía la vampiresa de poseerla pero no la daría tal placer. Observó como la vampiresa se recostaba a su lado mientras la acariciaba el cuello hasta que llegara a su pecho.

Fue entonces que en un ágil movimiento Eliah la agarró la muñeca y se colocó encima de ella a horcajadas mientras la miraba desde arriba. Bajó su cuerpo un poco mostrando su escote a la vampira y acercando su rostro a ella. Pero de repente tomó la otra muñeca de la vampiresa y las coloco las dos juntas por encima de su cabeza apoyadas en la cama. Y fue acercando su rostro hasta que sus labios se quedaron a centimetro pero su mirada se cruzaban intensamente.

-podré huir de ti....ya lo veras-la susurro de forma sensual, la seguiría el juego un poco más y luego la dejaría con ganas.

Pude ver que sonreía mientras me recostaba a su lado. Pero en el momento en el que quise relajarme ahí, junto a ella, a su cuerpo cálido, me agarró de una muñeca y se clocó de forma que le veía todo el escote desde mi posición. Sonreí pícara, relamiéndome de nuevo algo lasciva. Su generoso cuerpo estaba casi a mi alcance. Entonces me sostuvo la otra mano, reteniéndome contra la cama, y se acercó lentamente haia mí. Notaba su pecho junto al mío, y me daba un calor agradable por ello. Vi que tenía sus labios casi junto a los míos, y le besé suavemente durante unos escasos segundos, tras lo cual, le miré sonriendo.

Jejeje... Bueno... A ver si es verdad... ¿Te gusta ser la que domine la situación no? Repuse mirándole a los ojos intensamente, de cerca, como si fuera a poder ver en su interior, lo que pensaba, y su alma.

Correspondió al leve beso durante unos escasos segundos mientras escuchaba sus palabras de que la gustaba que dominara la situación. La Halrinach tan soló asintió para luego bajar besando el cuello de la vampiresa hasta su escote. Tras hacer aquello volvió su vista a la vampiresa que empezaba a encenderse más con cada caricia de la demonio.

Se levantó un momento y se dirigió a la ventana. Se subió en ella quedándose de cuclillas sonriendo maliciosamente a la vampiresa y como un saludo militar se despidió arrojándose al vació para desplegar sus alas rojas oscuras demoniacas parecidas a las de un murcielago para alejarse volando de aquel lugar.

Disfruté de los besos que ella me daba en el cuello y descendían por él hacia el escote, pero de repente, dejó de hacerlo y se levantó. Me erguí en la cama, y le vi que iba hacia la ventana, y se apoyaba en el alféizar. Me levanté de un salto, y le vi tirarse, saludando antes de desaparecer en el aire. Me acerqué a la ventana y le miré alejarse en el aire. Podría seguirle volando, pero me había sacado bastante ventaja. Mis ojos mostraban entre furia y ansia, me sentía engañada... Y también, me sentía caliente... Muy caliente... Mi adicción había vuelto a despertar.

Pegué un puñetazo a la puerta del armario, partiéndola en pedazos y convirtiéndose en astillas, mientras notaba mi sangre ardiente empezando a moverse por mi cuerpo, como si hubiera una bomba fuerte que la hiciera circular, que en realidad, era mi propio control de la sangre.