Walter Wingates

Sufrió la transformación a los 19 años a manos del que fue su maestro. Junto a él trabajó como asesino a sueldo para una organización cuya existencia se creía mito. Fue en una de sus misiones cuando conoció a Luccie. Atraído por sus promesas de un reino enteramente conformado por vampiros abandonó su antigua vida y comenzó a servirla.

Durante los años que siguieron continuó perfeccionando sus habilidades y acumulando poder hasta convertirse en su príncipe. Durante esta época conoció a personas que cambiarían su vida para siempre (Aunque no tanto como el encuentro con Luccie lo hizo), entre ellas destacan el demonio Aspicious, su hermano licántropo Andrew y el brujo Salem.

Con el paso del tiempo la relación con Luccie no hizo más que estrecharse, y a pesar de tratarse de su reina decidieron unirse mediante la boda de sangre. Poco tiempo después llegó Lucía, un milagro que nadie esperaba pues era imposible que los vampiros concibiesen un hijo.

Junto con Aspicious y Salem acabó metido hasta el cuello en la catástrofe las piedras del equilibrio y el mal que su destrucción liberó. Sobrevivió a la guerra contra Omega casi de milagro. Poco después de estos acontecimientos Luccie partió en busca de respuestas ante la incógnita de su origen dejándole al mando. Cuando el aura de su amada se apagó misteriosamente, Walter, desalentado, entró en un letargo del que tardaría un tiempo en despertar.