Llegada con... ¿amigos?

*miré a Andrew con fijeza y seriedad*

-bajo ningun concepto podéis ir a esa cueva.

*Dije con franqueza, obviamente quería ocultar aquella cueva a cualquiera que no fuese yo y así se mostraba en mi aura, y añadí*

-A dicha cueva sólo tengo acceso yo y sin mi no puede entrar nadie.

*aquello era pura verdad, se necesitaba mi presencia para poder abrir la aparente pared que escondía la cueva y miré de nuevo a Andrew*

-Si desea el nuevo líder su reino, ha de enfrentarse a mí. Además, y en el hipotético caso de que pactase, no me corresponde a mi dicha decisión, la aldea es de Elinor, La reina de los Brujos y mía, es compartida en poder. Eso es innegociable. Podéis hablar con Esra, pero bajo ningún concepto su aldea le será devuelta.

*En mi aura se notaba decisión, firmeza, seguridad y algo de rechazo a que un Cazador del Mal entrase en mi Reino, obviamente no me gustaba aquella idea ni un àpice.*

La miré con desinteres.

-Bueno, solo era una idea. Entonces, cual es el plan?

*les miré fijamente*

-De momento tratad de conseguir 3 piedras especiales que contengan toda la energía de la luz, de la oscuridad y de los neutros. Si no podéis lograr 3, intentad como mínimo reunir una de ellas, o esa parte de mi plan no se podrá llevar a cabo... las piedras han de tener la capacidad de 3 reyes.

*comenté, obviamente se trataba de algo grande*

La miré algo pensativo

-Entendido... pero donde se supone que hay mas piedras de esas? Solo e leido que hay en donde tu fuiste

*la miré*

-No se tratan de piedras como éstas, si no de unas piedras especiales, distintas a éstas. Sé dónde se lograron hace muchos años 3 piedras de cada, pero quedaron extremadamente gastadas. Podría buscar las equivalentes de la oscuridad en mi reino, seguro que hay, pero de las de luz se encargaron los ángeles en su día, al igual que los caídos de las neutras. Conseguirlas... y todos saldremos beneficiados.

*dije mientras recordaba la creación de los humanos, un placer, añoranza, nostalgia, recuerdos y excitación se entremezclaron con las ganas, el poder y el misterio en mi aura y olor, obviamente era algo que había deseado hacer siempre, haber presenciado legalmente aquello.*

*Sonreí, si conseguíamos las piedras... conseguiríamos mucho.*

Apreté los dientes ante la mención de esa ángel caída y mi orgullo empezó a quejarse. ¿Aliarse con Aurora? ¿Por qué ella, por qué no cualquier otro? Mis puños se crisparon silenciosamente. Sabía perfectamente la respuesta. Necesitábamos aliados, y aunque jamás lo admitiría, ella podía sernos muy útil. "Calma" pensé, "No te sulfures. Si Arshei-sama quiere aliarse con ella, sus razones tendrá". Respiré hondo para tranquilizarme y me esforcé en relajar mis músculos. Andrew y Arshei seguían hablando, así que volví a la realidad y presté atención de nuevo.

*Observaba la reacción de Angela mientras esperaba que Andrew me contestase, mas tarde se lo explicaría.*

-Angela y yo podremos bajar a nuestras cuevas en busca de las de Oscuridad, y si todo me sale bien con Aurora, es posible que ella nos traiga las Neutrales... si no lo hablaré con Odin haber si puede ser. De momento, centráos en las de Luz.

Noté como la mención de la reina de los Angeles caidos alteraba a Angela... intui por ello que no debían de llevare muy bien que se diga...
En ese momento pensé en Dana... y que apesar de todo tenía que salir de esta con vida... Sabía que no iba a morir, pero siembre hay una pequeña posivilidad. Apesar de eso... era la primera vez en muchisimos años que se me pasaba por la cabeza la idea de llegar a morir jusnto antes de que empiece toda la accion... tenía que significar algo... pero lo ignoré y traté de disimular mis sentimientos.

Olí la nostalgia de arshei, y todos los sentimientos tras de ella. Supuse que tenía que ser mucho mas veterana de lo que me habíoa imaginado. "...pues no lo aparenta" pensé mirandola, debido a la gran coleccion de velas que tendría que poner en su tarta de cumpleaños. Me centré en el tema.

-Entiendo... bien, nos encargaremos de buscarlas-dije, mirando a Ian un momento mientras hablaba-trataremos que nos cueste el minimo tiempo posible

Me llegó una mezcla de furia y odio en forma de olor y miré a Angela que intentaba tranquilizarse.
No sabía como íbamos a encontrar esas piedras así que me permití mostrar algo de duda para que Andrew pudiese olerlo. Dudaba mucho de que alguna de las diablas lo hubiese notado.

Miré un momento a Ian, notando su olor de duda. Traté de tranquilizarle con mi olor de seguridad. Estaba combencido de que las encontrariamos.

*Sonreí*

-Bien, en éste caso, id a por ellas. Es posible que se encuentren en vuestro reino, o que se encuentren dispersas en los demás reinos. Lo ignoro, hace 1500 años que destroné a Satán por venganza al haber matado en una revuelta por el trono a mi Gran Amiga, la Difunta Princesa Arêsha... y la revuelta de ella había sucedido 30 años antes de la mía... batí los records al destronarle con 2 siglos de edad.

*dije y les miré*

-Bien, si no tenéis mas preguntas ahora mismo os abro una puerta para poder salir del Infierno... y si las tenéis, os pido que las soltéis.

La miré.

-Las preguntas que pueda llegar a tener son irrelevantes en estos momentos y no tienen que ver con el tema, por lo que no, no tengo ninguna.

*Mire a ambos licántropos y arañé el aire. De repente, mientras arañaba, se iba viendo el exterior, a un centenar de metros de distancia de la puerta de acceso del Infierno*

-Si no tenéis mas preguntas, podéis salir por aquí.

*dije señalando el exterior*

Miré algo desconfiado el agujero, pero no oli nada malo por ningun lado... aparte de la oscuridad comun, por lo que comencé a andar acia él.

-Volveremos a vernos en no mucho. Adios-me despedí, sumergiendome en la grieta.

Ví como Andrew desaparecía y me giré a las diablas. Encantado de haberos conocido Angela. Y espero que cumplas tu trato Arshei.. Y me metí dentro de la grieta.

*les miré con fijeza*

-Yo siempre cumplo mis tratos salvo cuándo me traicionan.

*añadí matizando el asunto. cuándo ambos lobos salieron, la grieta se cerró volviendo todo a ser como antes de haberla abierto. Suspiré y me giré hacia Angela*

-Bueno Angela, ¿te apetece ir a por las piedras especiales conmigo?

Asentí y volví a suprimir mi aura hasta el nivel que utilizaba normalmente, el de un común venido a menos.
-Cuando quieras- respondí.

*la miré con profundidad*

-De acuerdo, pero antes de irnos ahora mismo... quiero que me jures una cosa: no sé qué nos vamos a encontrar ahí abajo, pero es posible que algunos de mis mas profundos secretos salgan a la luz. Si éstos salen, aunque sea uno, quiero tu juramento y tu palabra de antemano de que no se lo dirás a nadie, nadie mas ha de saberlos.

*la seguí mirando y unas llamas negras y violetas aparecieron delante de ella a modo de lazo*

-Angela, juras que si alguna vez en todas aquellas aventuras y misiones que tengamos, si alguno de mis mas íntimos y profundos secretos saliesen a la luz, que no dirás ni hablarás del asunto ni lo comentarás con nadie, con ningún ser, ente, alma, raza, persona etc que no sea la mía propia o con aquellos que los sepan?

*Las llamas se alzaron en dirección a Angela y adoptaron la forma de un lazo: cuándo Angela lo tocase el lazo se enroscaría en su muñeca. Era un fuego vinculante, si en algún momento se la ocurría intentar traicionarme antes de hacerlo moriría presa y pasto de mis llamas sin darla tiempo a la traición. ni con la magia mas poderosa y antigua se podía deshacer el lazo o el juramento, la única que podía liberarla era yo, no había otra manera*

Dudé durante un instante, apenas una micra de segundo. Sabía lo que era aquella energía que había delante de mí, pero extendí la mano y cerré el puño con firmeza.
-Lo juro- dije con la voz llena de determinación-. Mi lealtad durará lo que dure mi vida, Arshei-sama, y solo te pertenece a ti. Jamás te traicionaría.

*Cuándo aferró las llamas y pronunció aquello las llamas soltaron un grandísimo calor no-dañino y cambiaron su tonalidad a verdosas, pasando por el amarillo para finalizar en un rojo sangre muy potente. Las llamas se introdujeron en Angela, de tal forma que si se daba la traición, éstas desde dentro se activarían. Daba igual que estuviese viva o muerta, mientras el juramento siguiese activo. La miré y la sonreí*

-Perfecto Angela... sabes que no es algo que haga muy a menudo un juramento vinculable e inquebrantable, pero si algunos se descubriesen, entederás el porqué de ésto.

*la dije y añadí*

-Un avez hecho ésto... toma, y vámonos.

*la dije entregándola una de las 3 piedras que impedían que la energía se nos drenase, nos dirigimos hacia el lugar*

OFF:

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