Claymore

-Mala idea- comentó Violeta. Extendió su brazo derecho hacia los "humanos" y sus dedos rematados en garras se extendieron y atravesaron la pared que había detrás de ellos. Los recogió rápidamente y saltó hacia atrás, liberando una espiral de yoki azul en el aire para regresar a su forma humana en cuanto tocó el suelo.
-Tenías tres opciones a elegir en una situación como ésa: a) esquivarme y dejarme el paso libre, b) quedarte donde estabas y que pasara ésto, y c) retroceder de forma que yo aterrizase delante de ti y tú estuvieras entre los humanos y yo. Obviamente, la tercera era la mejor, pero veo que no se te pasó por la cabeza.

-- tienes razón, no se me había ocurrido... -- dije yo quedandome pensativa -- por que no se me habra ocurrido?¿? -- me senté en el suelo...

Violeta la observó con ojo crítico.
-Aun te falta camino para ser una número dos en condiciones. No vas mal encaminada, pero aun te falta un largo trecho. Ser una guerrera no consite solo en técnica contra los yomas, también hace falta un mínimo de estrategia. Si no consigues ese mínimo, caerás enseguida frente a kakuseishas de alto nivel, y te vas a tener que enfrentar a muchos de ese tipo.

--al menos tengo una maestra... -- dije yo -- sola seria el doble de dificil...

-Cierto- admitió Violeta. Alargó su brazo derecho hasta alcanzar su espada y la guardó a su espalda. "Bien, llegó la hora. A ver si mis suposiciones eran acertadas" pensó.
-Tannia, ¿has despertado alguna vez?- preguntó de repente, clavando sus fríos ojos plateados en su alumna.

la pregunta me pilló por sorpresa, pero no podia evitarla:
-- del todo... no -- dije un poco avergonzada -- pero estube muy cerca, mi cuerpo si llegó a despertar, mi mente estubo tambien muy cerca pero no se por que pude volver a la normalidad...

-Ya veo.
"¿Por qué será que me lo estaba viendo venir?"
-¿Te ha pasado más veces?

-- no, tan bestia solo una -- dije yo -- pero me he acercado a mi limite muchas veces... -- respondí...

-Comprendo. Lo de acercarse a su límite le pasa a muchas guerreras a menudo, no es de extrañar. Bueno, esta pregunta es un poco idio*ta pero aun así te la haré... ¿Rubel se lo notificó a la organización?

-- pueees -- dije yo pensando -- no lo se seguroq ue creo que si... ademas es Rubel, el no hacerlo iria en contra de su forma de ser...

-Ya veo- repitió Violeta-. Bien, se está haciendo de noche y me está entrando hambre, voy a cazar algo. Instálate en las ruinas como te plazca, pero el templo circular que hay en el centro es mío.
Echó a andar hacia la espesura y buscó algo de comer por el bosque. No tardo en atrapar un conejo y llevarlo de vuelta a las ruinas.

-- aammm, de acuerdo -- me separé de ella e investigué un poco las ruinas, llegué a una especia de casa (traduccion, doce paredes que se mantenian en pie a duras penas) me coloque en el centro y allí me tumbe...

Violeta avanzó entre las ruinas de la ciudad con el conejo muerto en la mano y la espada guardada. Llegó enseguida a su "casa", entró y sacó su espada. Golpeó una piedra en la entrada a gran velocidad y una chispa prendió en el amasijo de aceite y hojarasca que había preparado justo debajo. La llama se transmitió por una línea de aceite a lo largo de un canalón de piedra hasta encender otras cuatro antorchas, una en el suelo en el centro del templo y las otras tres en distintos puntos. El templo era pequeño y de planta circular, y era el edificio mejor conservado de la ciudad. El techo estaba entero y solo faltaban unas cuantas columnas del interior, una sala rectangular de tres por cinco metros.
Violeta dejó el conejo al lado del fuego y se quitó la armadura. Clavó la espada en el piso, en un sitio donde ya había una grieta de clavarla otras veces, y en cuanto el conejo estuvo asado se lo comió rápidamente. Tras ello, se dejó caer sobre la hoja plana de la espada y se durmió.

hice un repaso mental de todo lo que había pasado en el día y me quedé frita...

Aquel maldito kakuseisha seguía apareciendo en sus sueños. No era ninguna novedad, pero esta vez no era Marina quien moría en sus manos, sino una guerrera rubia de larga y rizada melena. Violeta se despertó, sobresaltada, antes de verle la cara, pero estaba segura de que era Tannia. "No tiene sentido preocuparse. Ese monstruo está haciéndole compañía a Luciela, no sirve de nada pensar en éso" se dijo a sí misma. Ya estaba amaneciendo, así que se puso la armadura, apagó el fuego y rastreó el yoki de su aprendiza. La encontró entre los restos de una casa y la despertó con un jarrazo de agua helada.
-A levantarse.

me sobresalté:
-aah! -- me enfurruñé -- sabes que cuando quieres eres odiosa?¿? -- dije poniendome en pie...

-Yo también te quiero- contestó Violeta con un matiz socarrón en su voz. Se dio la vuelta y salió de la "casa". Cerró los ojos y su percepción rastreó cada rincón de su territorio hasta encontrar lo que buscaba. Su área era muy grande y céntrica, así que no era nada raro que hubiese un kakuseisha menor rondando por los límites. Estaba a tal distancia que era difícil notar su presencia a menos que se esforzase mucho y reprimiese su yoki hasta casi hacerlo desaparecer. "Perfecto" pensó, abriendo los ojos.

-- ammm, no se que tienes planeado para oi pero esa cara me dice que más entrenamiento -- suspiré...

off: ostras, ¿eres telepata y no le lo has dicho? o.o xD
on:

-Ocurre que hoy vas a hacer labores de rastreo. Localiza al ser yoma que merodea por mi área y tráemelo vivito y coleando, te doy dos días para hacerlo- explicó Violeta, estirándose. No había especificado si era yoma, guerrera o kakuseisha a propósito.

off -- fallo mio, pense que lo habias dicho en voz alta xDDD gomene

on -- -- ammmmm... vale?? -- me concentré un segundo y salí corriendo, volví un segundo -- ammm, si es malo, te lo traigo para matarlo tu o me vas a hacer luchar?¿?

off: ejem, lo deje muy claro ¬¬ anda, edita
on:

-No sé, me lo pensaré mientras me lo traes- contestó Violeta, encogiéndose de hombros y mirándose las uñas.

-- genial -.-U -- volví al bosque en busca de lo que fuese que tenia que llevarle...

Mientras Tannia buscaba o no al kakuseisha, Violeta se dedicó a poner un poco de orden en los edificios que solía utilizar más. Hizo un poco de limpieza y repuso los depósitos de aceite y hojarasca que estaba ya gastados, aprovechando para hacer desaparecer su yoki casi por completo y dejar descansar sus poderes yoma.

busque durante un par de horas sin descanso hasta que porfin di con el yoki, lo segui hasta que vi lo que era, un kakuseisha:
-- por que no me sorprende -- murmuré...

Tras poner todo en orden, la nº 1 se puso a hacer abdominales sin yoki colgada de un árbol bocaabajo. Se quitó la armadura, por supuesto, que ahora estaba esparcida por el suelo junto con la espada. Prefería no solo entrenar su yoki, sino también su propio cuerpo por si alguna vez no podía depender del poder yoma.