Claymore

Seguñi atacando con fiereza, pero al llegar el masculino me lancé a por él, corté uno de sus brazon, de donde salieron otros dos:
-- por que no me sorprende?¿ -- me pregunté -- en serio, ultimamente no me sorprendo por nada...

Entre espadazo y espadazo, Violeta se había acerco inconscientemente a donde estaba Tannia.
-Calla y corta- le ordenó, destrozando otro brazo-. Hay que llegar a su cabeza como sea o ésto no se acabará nunca- exclamó para hacerse oir por todas las que quedaban en pie. Alargó su brazo derecho y seccionó el brazo entero de la kakuseisha, que no se regeneró. "Uns ofensiva y un defensivo. Mala combinación, al menos para nosotras" pensó, devolviendo su brazo a su longitud normal. La distracción momentánea le costó el otro brazo, que el kakuseisha masculino cortó en varios trozos a tal velocidad que ni lo vio venir. Violeta contuvo un grito de dolor y liberó más yoki, regenerando su brazo por completo en unos segundos. Volvió al ataque y sacó sus cuatro alas de murciélago, se elvó en el aire y empezó a acercarse a la cabeza del kakuseisha.

Yo me lancé a por la cabeza de la chica, junto otra guerrera, que logró alcanzarla y cortar la mayos parte, por el lado contrario aprobeche el momento de distrccion de la Kakuseisha y corté lo que quedaba -- ya esta!! -- gritó con alegria la chica que estaba al otro lado ^^

Violeta estaba ya casi al lado del cuello del kakuseisha, pero se detuvo de repente. En un último esfuerzo, la kakuseisha femenina había alzado el brazo y lo había dejado caer sobre Tennia y la otra guerrera.
-Apartaos de ahí, rápido!!!!!- ordenó. Sin embargo, el brazo llevaba demasiada inercia, así que se acercó volando a toda velocidad y se interpuso entre la mole y las guerreras. Su brazo se volvió tan rápido como la luz, de modo que nadie vio el movimiento que hacía para destrozar el brazo de la kakuseisha. Sin embargo, se le escapó una garra que atravesó su estómago limpiamente y hizo que tosiera una sangre que se estaba volviendo morada-. Maldita... sea- escupió.

-- Violeta! -- dije yo tirando de la garra para sacarla -- dios mio... -- vi la flamante herida que le había dejado -- encargaros vosotras un segundo del masculino, mantenedlo a raya un tiempo voy a llevarla a lugar seguro... -- la cogí y la lleve al interior del bosque -- quedate aquí tratndo de recuperarte, volvere enseguida, y ni sete ocurra llevarme la contraria... -- volví al claro con el Kakuseisha masculino, las guerreras que quedaban lo manteian a raya como podian, me uní ha la lucha. Uno de los brazos me dio de lleno, pero volvi a la carga:
-- ir directas a la cabeza!! -- dije yo tratando de meterme entre la maraña de brazos que se había formado...

Violeta soltó la espada por el camino y se dejó tender con la espalda apoyada contra un arbol. Sus dientes y uñas se habían alargado y vuelto puntiagudos. Cerró los ojos con fuerza y se apretó la herida con la mano izquierda, tratando de curarla. "Genial, lo que me faltaba, también tengo que unir la columna vertebral..." pensó. Notaba como el yoki de sus compañeras flaqueaba ante el del kakuseisha, y éso la enfadaba aun más. "Muy bien, de acuerdo, Ermita-sama. Espero que estés contento con ésto". Gritó y liberó una espiral de yoki rojo como el fuego... el yoki de un kakuseisha. Sus heridas se cerraron a velocidad de vértigo y sus piernas se deformaron hasta convertirse en largas patas de cabra. Los dos pares de alas de su espalda desaparecieron y de sus muñecas nacieron dos hojas curvas. No era su forma completamente despertada, pero no quería arriesgarse más. Echó a correr a toda velocidad hacia el kakuseisha y cortó por el camino los hombros de este, deshaciéndose de más de la mitad de los brazos.
-Todas a una!!!!!!!- ordenó, dirigiendo sus guadañas hacia el cuello del kakuseisha.

--Violeta?¿ -- escuché como gritaba y sin pensarlo me lancé...

Las hojas de varias guerreras se hundieron a la vez en el cuello del kakuseisha y lo cercenaron por completo. Violeta esquivó un par de garras que caían al suelo y aterrizó de rodillas al otro lado del monstruo dejando un pequeño cráter en el piso. Jadeó, liberó una espiral de yoki morado que se fue volviendo azul poco a poco y se apoyó en el suelo, ya con su aspecto normal.
-Arf... ¿Estáis todas bien?- preguntó.

--Si, pero hemos perdido mucha gente... -- el resto se había quedado de piedra, sin contarnos a Violeta y a mi eran solo dos...

-No sé por qué me lo imaginaba...- murmuró Violeta, levantándose y apoyándose en un árbol. Localizó su espada unos metros más allá y la recogió-. Bien, necesito que me respondáis todas a unas cuantas preguntas. En primer lugar, ¿cuántas veces habéis despertado?

-- una... -- dije yo con un suspiro apoyandome en otro arbol -- ya lo sabes, lo sospechas tanto como yo...
--yo estube a punto una vez -- dijo la numero 35 (que no me acuerdo del nombre).
-- yo desperte una vez -- dijo la otra -- pero me sobrepuse!!!

Violeta asintió con la cabeza.
-Bien, todo ésto no hace sino confirmar mi teoría. Podéis consideraros afortunadas, acabáis de sobrevivir a una purga de la organización- dijo fríamente. Las dos guerreras de bajo rango se miraron entre sí y empezaron a armar jaleo.
-¿Cómo que una purga? ¿Qué quiere decir éso?
-¿Qué pasa, que somos animales o qué?
-Silencio- ordenó Violeta. No subió la voz demasiado, pero las dos guerreras cotorras se callaron enseguida-. No es la primera vez que la organización hace ésto para librarse de unas cuantas guerreras conflictivas, ni será la última, así que no os sintáis especiales. De ahora en adelante tratad de limpiar vuestro expediente y tened cuidado con vuestros poderes yoma. Si sois, como supongo, unas niñas problemáticas, tratad de solucionar éso.
-¿Y si no queremos, qué, eh?- replicó la número 35.
-No es ninguna orden, solo el una sugerencia. Si no queréis seguirla, allá vosotras, pero no respondo de vuestros cadáveres luego- respondió Violeta encogiéndose de hombros.

-- Somos pocas, supongo que tardaran poco en la proxima purga... -- dije yo apoyando me contra un árbol y cruzandome de brazos -- somos pocas, una kakuseisha fuerte acabaria con todas...

-Por éso mismo digo que debéis ser muy cautelosas de ahora en adelante. Y tú más que nadie, Tannia- dijo de repente mirando a su alumna-. No es la primera vez que una guerrera a las órdenes de Rubel es enviada a una purga y sobrevive, ten mucho cuidado. Le conozco bien, irá enviándote a misiones cada vez más difíciles hasta que llegues a algo parecido a lo de hace diez años. ¿Te acuerdas de tus lecciones de historia, cuando te conté lo de la campaña del norte? Pues me refiero justo a éso.

-- fue una masacre -- dije yo en un susurro -- no podemos hacer nada para evitarlo?¿

-Si las guerreras de entonces siguieran vivas, sí, pero toda prueba contra la organización se perdió con ellas. Si tan solo Miria la Fantasmagórica siguiera viva...- murmuró Violeta-. Ella podría aclarar muchas dudas. En primer lugar, de dónde han salido los yomas, y en segundo, por qué ha aparecido justo la organización para combatirlos. No sé, Tannia, pero hace mucho tiempo que dejé de confiar en ellos. Sé mejor que nadie que cuando algo no les es útil, se deshacen de ello de modo que parezca un accidente.

-- a mi lo que más extraño me pareced es que siempre tengan chicas dispuestas a sustituir a las bajas -- murmuré.
-- Es cierto -- dijo una de las chicas -- parece, no se, como si todo estubiese planeado, me explico?¿
-- no mucho -- dijo la otra.
-- es como si tubiesen localizadas a las chicas dispuestas a ser guerreras justo a tiempo, justo cuando las otras mueren... es raro...
-- paranoias vuestras -- dije yo " que imaginacion -.-'"

-En cualquier caso, andaos con ojo- advirtió Violeta. Se guardó la espada y se giró, dispuesta a irse, pero en el último momento se volvió-. Y ni se os ocurra desertar de la organización. Hace diez años éso podría haberos salido bien, pero ahora no. Rimuto tiene muchos más espías que antes, no corráis riesgos innecesarios.

Di un respingo, habia recordado una cosa:
-- Violeta, la hemos cagado... -- dije laconicamente -- recuerdas lo que dijeron Ermita y Rubel-sama, esta sera la oportunidad perfecta de ver en accion a la nueva nuemro 2... no estan vigilando...

-No creo, no son tan rápidos. Se tarda mucho a paso humano en llegar desde mi área hasta aquí, y además no es el estilo de la organización. En cualquier caso, nos daremos cuenta si nos han escuchado- dijo con una sonrisa torcida y la voz cargada de sarcasmo. Echó a andar en dirección al bosque y antes de desaparecer dijo-: Por cierto, enhorabuena, número 2. Bienvenida al mundo de los altos cargos, aunque apuesto a que no te va a gustar nada.

-- Arigato ^^ Violeta -- se giro -- y a lo de que no me va a gustar... creoq ue sabes mi frase... por que no me sorprende?¿

La guerrera no pudo evitar que su comisura derecha se inclinase hacia arriba en una leve media sonrisa mientras andaba. No pasaron más de dos minutos hasta que oyó el crujir de las ramas y se detuvo.
-Buen trabajo, Violeta-san- felicitó una voz de sobra conocida para ella-. Llevas una racha de éxitos alucinante, me alegra ver que te mantienes en forma.
-Relio-sensei, me sorprende verle por aquí- comentó ella. Se giró y vio a un hombre de negro de aspecto joven y apuesto, ojos negros y ropa cómoda de entrenamiento. Un pañuelo ocultaba su cabello y parte de su frente. Aquel era el único al que Violeta respetaba de verdad en la organización, el único en el que podía confiar: su antiguo maestro.
-Buen trabajo con esa chica, la has convertido en una digna número 2- dijo él con una media sonrisa-. No ers tan mala maestra como imaginaba.
-Aprendí del mejor- respondió ella encogiéndose de hombros.
-Lo que tú digas, Violeta-san- rio él-. Oye, ten mucho cuidado tú también. He oído tus recomendaciones, no van mal encaminadas, pero síguelas tú también.
-No pensaba hacer otra cosa- se limitó a decir ella, dando media vuelta y echando a andar de vuelta a su área.

-- Espero que nos veamos pronto -- me despedí de las otras, me interné de nuevo en el bosque para ir hacia mi nueva zona, como se iba por el mismo camino escuche la conversacion desde las sombras...

Los meses que siguieron fueron relativamente tranquilos para Violeta. Después de la racha de kakuseishas, Ermita le dio un respiro y le permitió dedicarse únicamente a los yomas, a los que exterminaba con fría indiferencia y sin liberar apenas sus poderes, como si en vez de eliminar monstruos aplastase simples insectos con sus botas metálicas de tacón de dos dedos de alto. No obstante, sabía que la tranquilidad no duraría mucho. Con aquella vida, la tranquilidad nunca duraba demasiado.

Una noche como otra cualquiera, una visita rompió la Paz:
-- Rubel-sama, que... sorpresa?¿ -- dije yo sarcastica -- que te trae por aquí?¿
--digamos que... tienes una misión...
-- entiendo... de que se trata?¿ -- dije yo...
-- lo de siempre, es un kakuseisha masculino... -- dijo el laconicamente.
-- donde?¿ -- pregunte mirandole inquisitivamente.
-- en el área de la 35 -- alcé una ceja.
-- voy para allá!!