La primera prueba *Ciel, Kaede, y master del universo*

Me encontraba ya en la puerta principal, llevaba un bolso largo que me llegaba mas abajo de la cintura de color negro con todo lo que creí necesario, y este estaba atado ami con dos cinturones,uno me recorría la cintura, y otro atravesaba mi cuerpo en diagonal,para no perderle haciendo movimientos bruscos, y en mi espalda colgaba mi espada, como habitualmente.

Me apoyé en las gigantescas puertas del limbo,pese a que no íbamos a salir de este, y me quede mirando al cielo pensativa, preguntándome como iban a ser los siguientes días en la prueba, aun que pensaba regresar con Ciel,pasara lo que pasara, y hacerme mas fuerte.

Esperaba a Ciel mientras miraba por ultima vez el templo principal del Limbo.

Bajé corriendo las escaleras que se dirijían a la entrada. *Mierda*. Sabía que llegaba cinco minutos tarde y aún no tenía atados los cordones de las botas que me iba a llevar. Llevaba una mochila a la espalda con objetos básicos que nos podrían ser de ayuda: fruta, cuerdas, una caja con medicinas, mantas...

Cuando llegué a la entrada vi a Kaede apoyada en un lado de la puerta. - Lo siento, no encontraba una bota. - Dije agachando la cabeza.

No pasa nada-dije sonriente.
Estas preparado?-dije algo mas seria-No se cuanto tiempo estaremos fuera,pero me alegra saber que sera contigo, pues me llevo bien-dije timidamente, no quería molestarle.

- Listo para marchar - Respondí. - A mi también me alegra, será un viaje algo peligroso y siempre es bueno viajar con buena compañía. - Dije mirándola a los ojos. - Pero ahora no hay que pensar en lo peligroso que será el viaje sino en nuestro objetivo, eso sí, sin bajar la guardia - La sonreí. - Así que adelante, vámonos. -

Asentí con la cabeza, y me puse seria.

Caminamos durante largo rato hasta que llegamos frente a una gran "montaña", mas bien colosal, con forma de espada, muy puntiaguda a decir verdad..y me paré inspeccionando el lugar.

Cerré los ojos e intenté seguir el rastro de el aura de la que Aurora nos había hablado,y creí sentirla cerca de una de las cuevas con mayor entrada que había por allí.

-Ciel..no estoy del todo segura, pero creo que la extraña energía,procede de esa cueva-dije señalando a una de las cuevas con un ojo cerrado todavía.

- Vaya - Dije asombrado cuando llegamos a aquella gran formación rocosa. Nos acercamos un poco más y Kaede intentó localizar el aura de la corona, hasta que al final se decantó por una pequeña cueva.

- Muy bien, adelante - Dije algo más serio que cuando comenzamos el viaje.

Entramos por la cueva en la que apenas había luz y se notaba humedad por todos los lados. Al principio tuvimos que pasar agachados, pero poco a poco se fue ensanchando hasta tener unos tres metros de altura.

- Kaede, ¿por qué crees que Aurora ha elegido a ángeles con el elemento "Aire"? - Pregunté tras un largo silencio.

-Pues..según mis dedicciones, que por supuesto puede que no sean correctas, a decidido dividir las pruebas de los angeles caídos según sus elementos,con el fín de poner a prueba a estos en las peores condiciones que se puedan desenvolver, asi por ejemplo, nosotros, dos elementales de aire, hemos sido enviados a cuevas, donde no podemos utilizar con mucha fuerza el aire, pues si provocamos una explosión,por poner un ejemplo, se producirian derrumbamientos. Lo entiendes?-dije mientras decía todo esto pensativa y seria.

Nos adentramos un poco mas en la cueva, hasta quedarnos prácticamente a oscuras, por lo que busqué en mi bolsa una pequeña antorcha que había fabricado para ver mejor en el interior de ese lugar; esta aún estaba empapada de un liquido que ardía con facilidad, y me agaché cogiendo dos rocas pequeñas de entre las tantas que había para encender la antorcha frotando estas, mientras esperaba la respuesta de Ciel.

off: vale, chicos, empieza la juerga xD vamos a seguir estos turnos, oki?
Master- Ciel- Kaede
on:

La antorcha de Kaede prendió y se reflejó en un millar de pequeños ojos blancos y atrofiados que apuntaban hacia los dos caídos desde cada sombra y cada galería secundaria. Estaban a todas las alturas, así que era imposible saber el tamaño de sus propietarios. Un suave gruñido agudo se empezó a oír por la cueva.

- Es probable. Si no recuerdo mal el aire está en clara desventaja contra la tierra, y aquí dentro, no veo otra cosa. - Cuando acabé de hablar Kaede encendió su antorcha y quedaron a la vista cientos de ojos. Entonces comprendí los peligros que encerraba este lugar. - Esto no tiene buena pinta, intenta alejarte de "eso" - Dije desenvainando lentamente la espada e inclinando la cabeza hacia aquellas miradas.

Me puse espalda con espalda con ciel, y desenvaine mi espada con la mano libre, pero si las cosas iban a peor, no podría sujetar la antorcha.

-Que..que son esas cosas..-dije con voz seria pero preocupada.

Un espeluznante chirrido de más de cien garras retráctiles desplegándose a la vez retumbó por toda la cueva. Los ojos se entrecerraron y una bandada de murciélagos de un metro de altura y metro y medio de envergadura salieron de las sombras y se precipitaron sobre los dos ángeles caídos. Sus patas estaban dotadas de fuertes y afiladas garras y de sus hocicos deformados salían dientes como sables. Tenían la piel de color blanquecino y los ojos atrofiados, por lo que se guiaban por el oído. Se notaba hacía milenios que no salían de las cuevas.

- Son unos bichos muy feos. - Dije al mirar detenidamente el aspecto físico de esas criaturas. - ¡Cuidado! - Avisé poniéndome en guardia cuando vi que se abalanzaban contra nosotros. Blandía mi espada en todas las direcciones, ya que la luz de la antorcha de Kaede era muy pobre y apenas podía divisar por dónde se acercaban aquellas criaturas.

Atesté varios golpes a las criaturas, que caían al suelo pero se levantaban rápidamente para cubrir mi cuerpo de arañazos y mordeduras. - ¡Al suelo! - Dije cuando vi a uno precipitarse por encima de nuestras cabezas.

Me agaché junto a el, y con rapidez, esperé al momento justo para tener al murciélago en la posición justa para levantarme y atravesarle en el pecho con mi espada.

El bicho se retorció de dolor en el suelo y soltó gritos espeluznantes,que no me gustaron ni un pelo, mas continué.

Tenía algo que podría ayudarnos,pero tal vez sería mejor esperar.

-Ciel...creo que dentro de poco nos quedaremos sin luz, pero por lo que tengo entendido,estos bichos no cazan con la vista..sino con el sonido, así que ya sabes..-dije de nuevo seria,mientras esquibaba algunas de las envestidas de los murciélagos gigantes, y notaba como me hacían cortes uno tras otro.

Los murciélagos seguían acosándoles sin pausa, aunque de la galería a la que se dirigían cesaron de salir enseguida, dejándoles una única huída posible.

- Lo único que se me ocurre es hacer ruido en otra parte para despistar y luego quedarnos quietos. Pero son demasiados y no se si funcionará - Susurré a Kaede. Llevábamos varios minutos peleando contras esas bestias que parecían no acabarse nunca, hasta que quedó a la vista un pequeño túnel del que partían todos ellos. Le hice una señal a Kaede del lugar en el que situaba el túnel.

Asentí con la cabeza ante la señal, y tiré la antorcha con fuerza en dirección opuesta a nosotros, a la vez que cogía de la mano a Ciel y nos dirigíamos con velocidad a el túnel.

Ahora apenas veíamos,pero con la antorcha,podrían localizarnos con mayor facilidad,y eso era lo ultimo que necesitábamos.

Miré un instante atrás, algunos murciélagos habían perseguido la antorcha inútilmente,aun que otros no habían caído en la trampa.

off: Kaede, hija mia, estos gordos murcielaguitos son ciegos xD
on:

Algunos murciélagos, atraídos por el calor de la antorcha, se lanzaron hacia ella, pero la mayoría se puso a perseguir a los dos caídos por las galerías. Aunque las estalacticas y estalagmitas bloqueaban el paso y ponían la zancadilla mejor que un niño capullo en el patio del colegio, los bichos las esquivaban usando la ecolocalización y raro era el que se chocaba con algo.

- ¡Mierda! No ha funcionado. - Corría tirado de la mano de Kaede, pero los murciélagos nos seguían muy de cerca y a la vez tenían mucha facilidad para desplazarse. - ¿Ahora qué hacemos? - Pregunté a Kaede. Sabía que no podíamos correr eternamente, al final nos cogerían. *Podríamos cerrarles el paso, pero ¿Cómo?*.

No tenía intención de soltar a Ciel todavía,y seguía corriendo mientras intentaba pensar en algo..cuando algo me dio una pequeña idea.

-Ciel..y..si.. encontráramos un lugar donde pudiéramos despistarles por unos pocos minutos,y nos quedáramos quietos..?, su instinto les guía mediante el sonido,pero si permanecemos quietos,no podrán saber donde estamos..o al menos podríamos intentarlo-dije mientras corría y buscaba un lugar en el que poder hacer lo citado.

off: chicos, teneis que actuar mas rapido o se me ocurriran mas bichos que tiraros xD
on:

Al poco rato los murciélagos, por algún extraño motivo, dejaron de perseguirles y el silencio reinó en la cueva. El silencio y la oscuridad, puesto que ahora que no tenían la antorcha no se veía absolutamente nada.

De repente los murmullos y los pasos que nos seguían cesaron. Nos encontrábamos solos en plena oscuridad. La única luz que podía ver era un pequeño brillo sobre nosotros y me preguntaba si Kaede tendría otra antorcha.

- ¿Donde se han ido? - Susurré a Kaede por si acaso seguían detrás de nosotros. - Creo que deberíamos localizar la corona, no es buena idea permanecer mucho tiempo aquí a oscuras. - Podía notar la fuerza que transmitía aquella corona y, al parecer, se encontraba bastante cerca de nosotros. - Hay que ascender. - Dije mirando hacia el nuevo gran agujero que se había abierto sobre nosotros.

Miré hacia todos los lugares,algo cofundida.

-Si se han marchado todos..puede que sea porque algo peor se acerca-dije en voz baja,mientras desenvainaba mi espada, dándole la orden de rodearse de luz(off: mi espada es de oscuridad y luz)y la alcé para guiarnos mejor por el camino.

-Tienes razón,cuanto antes mejor,vamos!-dije alzando el vuelo aún cogida de la mano de Ciel y metiéndonos por el túnel que se encontraba sobre nuestras cabezas.

A medida que subían, la luz iluminó un millar de cuerpos alargados enroscados unos con otros y entre las columnas de calcita. Eran serpientes, o eso parecía hasta que se empezaron a mover con una sincronización perfecta y se enroscaron en los cuerpos de los dos ángeles caídos. Al igual que los murciélagos, su piel era blanca y descolorida, casi transparente. Mientras estaban inmovilizados, una serpiente algo más grande se alzó sobre ellos. Su cabeza se componía únicamente de un ojo rojizo y sanguinoliento que los observaba con curiosidad. Y entonces, para su sorpresa, el bicho habló:
-¿Quiénes sois y qué os trae aquí, criaturas grises?- preguntó. Su voz, profunda y grave, parecía provenir de las paredes.

En mitad de nuestro ascenso aparecieron unas criaturas que cubrieron nuestros cuerpos enroscándose e impidiéndonos avanzar. Empecé a quejarme y a retorcerme intentando librarme de ellos mientras apretaba la mano de Kaede. Sentía un peso descomunal en piernas y brazos pero, sorprendentemente, me mantenía suspendido en aquel túnel.

- Somos ángeles caídos, servidores de la reina Aurora. - Grité a la voz que provenía de aquella enorme criatura. - Estamos aquí para recuperar algo que pertenece a nuestra raza. -

Empecé a retorcerme al igual que Ciel, y rogué por que no tubieran pensamientos de devorarnos ni nada parecido..,cuando ví a la gran serpiente de un solo ojo, hablandonos,no sabía si alucinar o asimilarlo como el resto de cosas.

En una mano,sujetaba con fuerza la espada que no quería perder, y con la otra la mano de Ciel,que me servía de mucho apollo.

Espere que la criatura contestara tras la respuesta de Ciel.