La oscura noche

Hacía mucho que no paseaba por Eliria. Los desperfectos del último terremoto aún eran visibles, sobre todo en los barrios marginales, donde solo quedaban escombros en los que los mendigos y desdichados se escondían.

Mi aura estaba completamente suprimida, por lo que ningún humano podría percibir la maldad que emanaba de mí.

Un joven muchacho, que aparentaba unos 14 o 15 años estaba discutiendo con uno de los mendigos. Al parecer le había robado un trozo de pan y se estaban peleando por ello.

Continué avanzando y no vi nada más que miseria por todos lados. La noche era fría, y la oscuridad que arropaba todo el desconsolador paraje empeoraba la situación para aquella gente.

Me acerqué a un pequeño montículo de tierra y me senté, mirando a las estrellas embobado.

Observaba con una sensación tranquilizadora mi alrededor con mi aura suprimida y una manzana aún sin morder en mi diestra. Quizás muchos seres podrían haber mirado con preocupación aquella zona... Decenas de casas medio derruidas o algunas completamente derribadas, pero en aquel momento para mi, aquel era un lugar apaciguador... No era por la desesperación y salvajismo de muchos de los seres de aquella zona ahora en ruinas, si no por la naturalidad de un terreno destruido, que fuera del alcance de comprensión de muchos le daba cierto toque de romanticismo al lugar ampliado por la tenue luz que la madre noche ofrecía a lo alto con la luna.

Fue una silueta que tiempo atrás se me había quedado grabada en la mente la que me hizo salir de mis ensoñaciones... Se trataba de Aspicious, el rey demonio con el que tiempo atrás me había encontrado y al cual no habría detectado si no le hubiera visto a lo lejos, dado que como yo llevaba su aura suprimida. Al principio dude en ir tras el, ya que el ultimo encuentro podía haber terminado en una guerra, pero después de todo no iba a tener una oportunidad mejor para charlar en un ambiente menos hostil, por lo que me levante de la piedra en la que me hallaba sentado y camine con tranquilidad tras sus pasos, hasta que al verle sentare en un montículo me situé a su lado.

- No esperaba encontrarte aquí Aspicious... Disfrutando de la noche?

Tras mis palabras di un bocado a la manzana de mi mano, masticando con tranquilidad mientras esperaba la respuesta del demonio.

Oí una voz conocida, pues no había sentido ningún aura, que me sacó de mis pensamientos. Me giré y allí estaba Noctis, rey renegado de los demonios, comiendo una manzana. Por su tono hubiera dicho que parecía estar amigable. Dado que aquel ambiente me calmaba mucho, respondí igualmente a su saludo.

-Buenas noches Noctis - dije volviendo la vista al cielo -. Este es un lugar perfecto para calmar el espíritu, sobre todo para seres oscuros como nosotros. He de suponer que ese es el motivo por el cuál tú te encuentras aquí.

Resultaban curiosas aquellas palabras, pues en verdad alrededor de nosotros solo había miseria e incluso muerte. Los mendigos paseaban por delante nuestra como almas en pena, fantasmas del pasado que perdieron todo lo que tenían y erraban sin rumbo sin ningún tipo de esperanza.

Uno de ellos llebaba un carro de madera con las ruedas viejas y a punto de salirse de sus ejes. En él llebaba el cadáver de uno de sus compañeros, tirado como un simple saco de basura. Al cuerpo le faltaba un ojo y se podía apreciar parte de los sesos saliendo de su cuenca. El traqueteo producido por el camino desigual y la irregularidad del carro hacían que el mendigo muerto se meneara violentamente de un lado a otro. El olor fétido era insoportable, pero no parecía importar a ninguno de los de allí presentes, tampoco a mí.

Cerré un instante los ojos al pasar aquel mendigo con un cadáver a cuestas... No era que el olor me resultara insoportable, a fin de cuentas si bien procuraba evitarlo era algo a lo que uno se acostumbraba a lo largo del tiempo, pero en aquel momento me evitaba disfrutar de igual manera de mi aperitivo, si bien no me impidió continuar con este.

- Supones bien - contesté al demonio, tras haber tragado la manzana - Son tiempos tensos, por lo que siempre viene bien despejarse saliendo del infierno y buscando un lugar... Apropiado, para poder relajarse, y las ruinas siempre han tenido cierto encanto que lo permite, o al menos esa es mi opinión, si bien dudo que ellos la compartan.

Dí un nuevo mordisco a mi manzana, mientras observaba, ahora mas lejos, al mendigo de la carretilla, al lado del cual había aparecido un gato hambriento, como todos los pertenecientes a aquel lugar, que intentó varias veces saltar hacia el cuerpo de la carretilla para llevarse algo al estómago, o quien sabe, quizás para llevárselo a alguna cría que tupiera... Y a pesar de los nerviosos jadeos del mendigo para apartar al animal, la carretilla no pudo aguantar el baile, cediendo al estrepitoso ritmo y desmontándose mientras dejaba caer el cuerpo al suelo, para desgracia del humano, que no pudo evitar entonces que el felino, tras coger algo de alimento, saliera corriendo con un pedazo del muerto.

- Pensar que a no demasiadas calles d esta, un grupo de humanos estará celebrando algo con bebida y comida... Siempre me ha resultado sorprendente su falta de camaradería y su facilidad para afirmar erróneamente que son seres de la luz... Pero al menos los animales sacaran algo bueno de esto - Dejando de lado el tema terminé con un nuevo mordisco mi manzana, lanzando los escasos restos hacia otro gato del lugar, que desapareció rápidamente con estos - Dime Aspicious... Es esto culpa de las famosas piedras de las que se habló en la reunión? Lo pregunto porque si así fuera, y según mis fuentes de información... No nos deja eso con poco tiempo para la venida de la bestia?

Suspiré. Una brisa pequeña se levantó y comenzó a mecer mi melena.

- Esto que tienes aquí no es fruto de las catástrofes producidas por el retorno de Omega, esto es producido por la estupidez humana.

Nada más decir eso el mendigo que llevaba el cadáver desistió en su intento de llevar el cuerpo y decidió dejarlo tirado en el suelo.

- Pero sí, el equilibrio del mundo ya está roto. Lo único que nos queda esperar es a la intervención de los dioses - respondí con una mueca de desagrado -. Eso y tomar las medidas adecuadas para paliar los efectos.

Justo después clavé mis ojos en los suyos y mirandole fijamente dije:

- Es por ello que los demonios necesitamos estar unidos ante esta adversidad si queremos sobrevivir. Luego cada cuál podrá vivir a su manera...

Escuché con atención las palabras de Aspicious, prestándola especialmente a sus dos últimas frases... Asintiendo al mismo tiempo para mostrar que estaba de acuerdo con ello, y hablando una ve mas después.

- Sabes mi opinión al respecto... No veo lógica una separación mantenida por el odio entre los demonios, o acabaremos destruyéndonos nosotros mismos. Han habido muchos problemas a lo largo de los siglos, y cada cual tiene sus razones para elegir un lado. Por otra parte, no digo que debamos convivir en perfecta armonía, a los nuestros les sería difícil, quizás imposible, pero lo que si que tengo claro es, que si hay un enemigo al que derrotar, ya este atacando a uno de nuestros reinos, o halla que atacarle, no tendrán problemas en actuar conjuntamente... Después de todo, somos demonios, si hay algo que destruir todo ira bien.

Me incline levemente, apoyando primero una mano en el suelo y después mi cuerpo, para sentarme con tranquilidad, en una posición algo mas cómoda.

- El problema sería como he dicho la convivencia del día a día. Han sido muchos años, como para ahora esperar que todos acepten ver a sus vecinos como parte de sus camaradas... Así que cualquier tarea a realizar que no conlleve arrasar aldeas o cualquier otro juego de guerra, debería ser realizada por un grupo mas selecto... Y eso me llega al siguiente punto, por el que la verdad, me conviene en una gran medida tu presencia hoy aquí - Mientras decía esto rebusqué entre mis ropajes, extrayendo un pequeño papel de pergamino que tras desdoblar le mostré, se trataba de información de saber común sobre Osthera - Como supongo que sabrás, Osthera deidad de la sabiduría tiene templos inundados de conocimiento... Y sospecho que entre todos esos templos, deberá haber uno principal, y si así fuera, estaríamos hablando del lugar con mayor sabiduría concentrada del mundo... Algo que podría venirnos sumamente bien para lo que esta por venir, en donde todo lo que poamos descubrir seguirá siendo poco. Pero desconozco si la búsqueda podría ser arriesgada... Te interesaría unirte a mi en esta cruzada en búsqueda del conocimiento? Sería un grupo selecto no demasiado numeroso...

Escuché atento sus palabras, aunque mirara mijamente al cielo. Noctis tenía razón en la mayoría de los aspectos. En verdad no me importaba mantener una relación de no agresión, e incluso de ligera cooperación con los renegados. Al fin y al cabo el nuevo rey parecía bastante sensato y precavido, alguien digno de respeto, no como su predecesor.

- Estoy de acuerdo con lo que has dicho, pero debe quedarte siempre claro que cada reino será independiente en todo momento. Los demonios somos muy posesivos...

En cuanto a lo que había dicho sobre la incursión al templo de la sabiduría tenía una ligera impresión de que lo que encontraramos de allí no sería de tanta utilidad como pensaba Noctis, sin embargo la idea era tentadora.

- Si pretendes ir al templo de la Osthera más te vale que te informes bien antes de nada. Entrar en su seno no es tarea fácil. Piensa que es una diosa de la neutralidad, y nosotros somos oscuridad pura. En cuanto pisemos una baldosa allí seremos considerados enemigos. Quizá vería conveniente que para la excurisión fueramos acompañados de un ser neutro o de luz incluso - al decir aquello solté una pequeña risotada irónica, era bastante obvio que no era tan fácil como parecía encontrar dicha compañía -. En cualquier caso me atrae la idea, pero no esperes encontrar grandes fuentes de conocimiento a la primera de cambio.

Sonreí con un leve ápice irónico ante sus primeras palabras - Tranquilo... Se que cualquier intento de lo contrario acabaría en una inminente guerra, además, tampoco me interesa la unión, la cooperación es mas beneficiosa.

Mientras hablaba un gato, que resulto ser el mismo que antes había cogido casi en el aire los restos de mi manzana se me acercó olisqueando en busca de algo mas de comida... Y si bien no iba a encontrar nada los felinos no me desagradaban en absoluto, por lo que con mi zurda me puse a juguetear con su cabeza, mientras el extrañado animal, mas sensible a las auras por su instinto que los pobres humanos, parecía no preocuparse.

- Por mi parte como es normal no podemos contar con aliado luminoso alguno... pero por desgracia tampoco podría solicitar la ayuda de ningún ser neutral por el momento, si bien pretendo cambiar esta situación - Hice una breve pausa, mientras el felino abandonaba mi lado con un maullido, perdiéndose una vez mas entre las calles - Por otra parte, no pretendo terminar la batalla con unas palabras mágicas, pero en momentos como este es quizás la mejor hora para informarse y buscar formas de aumentar nuestras posibilidades, cualquier mejoría, por mas ínfima que sea, será bienvenida... Además, los conocimientos nunca sobran y podrían sernos útiles para cualquier otra hazaña... Ahora bien, tienes entre tus aliados a algún ser neutral que con nuestras auras suprimidas pueda facilitarnos la entrada a como mínimo un templo común de Osthera en el que comenzar?

Respondí escuetamente a su pregunta, sin profundizar mucho en la contestación.

- Es posible que algún aliado neutro consiga ayudarnos, pero no es nada seguro.

Inmediatamente pensé en Kaede, y después en Aurora. Kaede llevaba varias semanas desaparecida, y su reina no quería dar explicaciones del motivo, lo cual era bastante frustrante. Sin embargo no podía permitir mostrar esas emociones. Cuando llegara el momento, pensaría qué hacer con el tema del ángel caído. Hasta entonces no podía ofender a Aurora, estaba mucho en juego, y eso era lo que más frustrante resultaba.

Guardé en lo más profundo de mi ser ese torrente de sentimientos enfrentados y mostré mi aura (aunque reducida) y mi rostro como normalmente.

- Quizá sería conveniente buscar otra manera de entrar al templo, pero será peligroso. Será mejor trazar un buen plan para la incursión.

Tras unas no muy esperanzadoras palabras el rey demonio guardó silencio... El echo de que el tampoco tuviera un aliado seguro, o quizás no al menos disponible... No me interesaba meterme en mas información, el caso era que al parecer íbamos a tener que pensar en otra posibilidad, tal y como confirmo Aspicious con aquello que dijo tras su silencio. Estaba de acuerdo con el, aunque quizás había un punto que debía plantearse, después de todo desconocía la visión de los dioses neutrales con respecto a los seres de luz u oscuridad.

- Estoy de acuerdo en que deberíamos tener un plan por si fuera necesario... Pero quizás lo primero que deberíamos intentar sería ir con nuestras mejores intenciones. Estamos hablando de una deidad, no de un ser que odie a sus no semejantes, si bien quizás también pueda serlo. Digo esto porque por ejemplo seres de todos lados hacen peticiones a Saphine sin temor alguno de ser atacados, y no estamos hablando de una deidad luminosa, si no neutral... A fin de cuentas acepta la luz, la oscuridad y nuestras intenciones no son destructivas hacia el templo... - Hice una breve pausa, suspirando y llevándome mi diestra a los ojos masajeándolos con lentitud mientras pensaba en lo que estaba diciendo, procurando no sonar demasiado esperanzador, si no realista - Deberíamos tener un plan preparado pero primero deberíamos intentar entrar por la puerta, después de todo también necesitamos tiempo para informarnos, y en una incursión algún documento podría ser dañado, destruido o incluso ignorado, lo cual no me parece conveniente... Buscaríamos el conocimiento en un templo del conocimiento, en cierta manera es como venerar a su dios durante el tiempo que allí permanezcamos, no veo que mal se nos podría desear... Mientras mantengamos las auras bajas y las intenciones claras. Me parece conveniente mediar sobre ello.

Me mantuve callado ante aquella respuesta. Aquel demonio renegado no era estúpido, pero quizá algo iluso. Era obvio que con la fuerza de dos reyes podríamos entrar a la fuerza, pero desde luego ese no era el mejor plan. En cuanto a intentar ser diplomáticos, no dudaba de que ellos no nos considerarían una amenaza para el templo, pero de ahí a dejarnos pasar tranquilamente para explorar su interior había una gran diferencia.

Además de todo eso, si realmente queríamos encontrar algo extraordinario debíamos adentrarnos en las entrañas más profundas, donde bajo ningún concepto se dejaría pasar a unos demonios.

Miré de nuevo a las estrellas, es posible que ellas me dieran las respuestas a todos estos interrogantes, mas nada de eso sucedía. No tenía la capacidad de leer el futuro en ellas.

- Será mejor que te marches ahora, contactaré contigo cuando lo vea conveniente. Por el momento es mejor esperar un poco más de tiempo.

Tras un prolongado silencio del rey demonio y el perceptible desvío de atención, sus palabras acabaron de mostrarme que la conversación había terminado... Y no pensaba forzarlo, después de todo por el momento había logrado bastante.

- Como digáis... Ha sido inusual placer hablar contigo Aspicious - Hice una leve inclinación de cabeza como despedida, al tiempo que me ponía en pie y sacudía el polvo recogido del suelo por mis ropajes - Cuando llegue el momento, si es que llega, ya sabes donde encontrarme... Mientras tanto tengo muchos asuntos que arreglar. Que Kahlia te oculte.

Y dando una fugaz pero intensa mirada alrededor, viéndolo libre de mendigo alguno o de cualquier otro tipo de mirada indiscreta, expandí de golpe mis alas, batiéndolas al tiempo que manejaba el viento a mi alrededor y desapareciendo como una sombra en el cielo nocturno, pareciendo que nunca hubiera estado allí...