Tocando bajo las estrellas

Necesitaba descansar despues de tanto ajetreo, me sentía raro... todo lo que habia sucedido aquella noche habia sido demasiado agobiante.
Mi padre me había regalado una magnifica pieza metálica que yo bien conocía, en algunas zonas lo llamaban saxophon, ami o me importaba el nombre. Sabía algunas canciones con ese instrumento de viento pero.. sobre todo me gustaba improvisar. Su sonido característico me llenaba el alma y me alegraba, al igual que acariciar las suaves teclas de un piano o leer una buena novela.

Estaba mirando el atardecer que se echaba sobre el horizonte, mi publico espectante se empezaba a ver tras mis espaldas y la luz solo mostraba ahora mi negra silueta apoyada en un arbol, al pie de un acantilado. Sentía el olor a sal y la brisa marina azotar mi cara con rigor, pero era más una caricia que otra cosa.

Mis labios soplaban por la boquilla, mis dedos se movían danzantes entre as teclas y la musica se oía por toda la costa. No pensaba que era arte lo que hacia, pero si que me gustaba escuchar el eco de la musica que yo u otros pudieramos componer

Era ya de noche y aún no había vuelto a casa, pero no tenía muchas ganas de volver.

Al final había echo bien en salir del castillo. Echaba ya de menos el aire puro y lo preciosas que estaban las estrellas en ese cielo tan hermoso.

Iba caminando mientras pensaba en mis cosas. Ultimamente me había dado por salir mas a menudo del castillo. Pero también lo hacía por mi hijo el cual espero que no se haya preocupado por mi larga ausencia en el castillo.

La noche llegó al fin, yo seguía tocando mi melodia improvisada. Dejándome llevar por la música, sintiendo el fluir de las notas. Estab tan ensimismado en mi musica que no m percaté de nada más.

Seguía complaciendo a mi público silencioso y brillante, siempre atento y constante. Bajo aquel foco redondo al que llamabamos luna

Mientras paseaba, oí una melodía bastante hermosa. No pude evitar seguir aquella melodía. Me encantaba la música, me acorde de cuando tocaba el piano. Me sentí nostalgia.

Llegue hasta el lugar de donde provenía aquella melodía.

Se trataba de un joven, casi de la edad de Ryu.

Me sente en una roca a escuchar la hermosa canción que estaba tocando.

Cuando terminé, un pestilente olor me sacó de mi burbuja. Entonces me di cuenta que era de vampiro, miré hacia la dirección de donde procedía. Era una vampiresa... me sonaba de la fiesta de Lucia. Dejé de tocar, aun sosteniendo el saxofon entre las manos, ahora apoyándolo en las piernas.

-Mmm hola...-saludé, sentí bastante verguenza, no me importaba que la gente me escuchara tocar notas ya escritas por otros, pero improvisaciones propias... eso ya era otro cantar.

El licántropo en cuestión se dió cuenta de mi presencia. Parecía algo avergonzado.

Sonreí, se le veía bastante mono así.

-Siento si te he molestado- dije disculpandome- no he podido evitar venir hasta aqui, la pieza que estabas tocando me ha gustado mucho.

Seguía rojo, y seguía sin gustarme un pelo que me escucharan a escondidas en esassituaciones... pero no debia ser descortés.

-oh.. bueno... gracias-dije sonriendo muy avergonzado.-Mmmm mi nombre es Dean, Dean Wingates... ¿y usted..?

-Oh, eres el hijo de Andrew por lo que veo. Yo soy Natasha Higurashi, es un placer conocerte.


Esperaba que Dean no tuviese ese temperamento de su padre.

Arqueé una ceja.

-Encantado... mm ¿conoce usted a mi padre?-pregunté. Si le conocia y mi padre a ella, sintiendolo mucho, dudaba que la hubiera tratado bien por el hecho de ser una vampiresa

Di un largo suspiro.

-Si, le conozco- dije con un poco de desdén- supongo que para ti no es una sopresa ...ya sabes que el y los vampiros no se llevan muy bien, pero es familia de mi reina y debo guardarle aún así un respeto.

Le medio sonreí.

-Además hace como 7 años que no se nada de él.

Sonreí, resignado a cargar con aquella verdad.

-Tienes razon, no le agradan demasiado. De todos modos, hace lo que puede en la mayoria de las situaciones-dije, excusándole un poco, al fin y al cabo era mi padre y le quería aun que no compartiera del todo todas sus ideas.

Sonreí, ahroa por nostalgia.

-Hace mucho tiempo de eso, si... mi padre y yo hicimos un largo viaje, el quería adiestrarme y yo era aun muy joven.

-Yo tambien hace mucho que no vengo por estas tierras- desvié un poco la mirada cuando dije eso- supongo que son cosas que pasan.

Le mire fijamente, la verdad es que guardaba bastante parecido con su padre.

-Ahora que lo pienso, creo que a tí ya te he visto alguna vez- dije rascandome la nuca- si no lo recuerdo mal, creo que tu estuviste en la fiesta de cumpleaños de la pequeña lucía.

Espero no haberme confundido, ese día había tanta gente que podía estar confundiendome perfectamente.

-Mmm si, estuve allí, peor mucha gente estuvo... ni si quiera recordaba que tu fuiste, que e slo que supongo al haber sacado ese tema

-No me extraña, había demasiada gente- dije sentandome- yo apenas reconocí a unos cuantos invitados. Fue una gran fiesta.

Intente darle tema de conversación.

Vi como se sentaba, yo me mantuve en mi sitio.

-Si... aun que no estoy acostumbrado a fiestas tan extravagantes. Era practicamente una fiesta de lujo

-La verdad es que yo tampoco estoy acostumbrada a una fiesta tan elegante, soy humilde o al menos en otra vida lo fui todavía no me acostumbro a vivir en el castillo como una mas.

Mi mente viajo varios siglos atrás cuando aún era una joven doncella en un impresionante palacio.

Sonreí complacido, era algo muy parecido a lo que me sucedía a mi.

-Si... pero bueno, a todo se puede acostumbrar uno ¿no? Siempre seguirán habiendo fiestas sin tanto lujo... aun que a decir verdad no soy mucho de fiesta. Soy más de relajarme tranquilamente con mi soledad en noches como estas

-Si la verdad es que en una noche como esta uno se puede olvidar de los problemas y preocupaciones.

Me fije en el cielo, estaba repleto de estrellas.

-Me gusta observar las estrellas, antes lo solía hacer mucho.

Alcé minimamente una ceja, curioso.

-¿Por qué ya no?

-Bueno la guerra ha dejado muchas secuelas y no he podido salir mucho a la calle en los ultimos años, demasiados contratiempos y que he tenido que criar a mi hijo.

La verdad es que echaba de menos respirar el aire puro y ver esas formidables estrellas.

Me sorprendió su respuesta.

-¿Tienes tu hijo?-si es muy joven... entonces recordé que los vampiros, al igual que la mayoria de los seres aqui pueden tener incluso eones-a bueno, supongo que tienes más edad de la que aparentas. ¿Lo crias sola?

Di un largo suspiro, el tema de mi hijo aún seguía siendo un misterio todavía había mucha gente a la que debía explicaciónes.

-Aparentemente tengo 17 años y bueno ya sabes que los vampiros en realidad teemos mas años, y en referencia a mi hijo digamos que es una larga historia pero si, tengo un hijo y tiene tu edad mas o menos.

El unico chico vampiro que habia conocido de mi edad en estos lugares era ese tal ryu... no sabia por que pero estaba convencido de que era él.

-Se llama Ryu?

Le mire bastante sorprendida, sabía que Ryu había salido del castillo y probablemente conociese ya a gente pero no sabía que ya tuviese algún amigo.

-En efecto...se trata de Ryu, ¿os conoceís?

-Bueno... una vez me encontré con Lucia y me lo presentó, pero poco más. Ahora que caigo, os pareceis un poco