Tratados de alianza

Notaba como ella me seguía y se pegaba más a mi. Parecía que le estaba cogiendo el tranquillo, no era tan dificil, pero aun dudaba algo en los pasos, aun que claramente no lo mostraba en el esterior. Seguía tarareando, feliz, inmerso en mi nostalgia. Entonces la escuché hablar, para oirla mejor dejé de tararear, saliendo de mi estádo anterior.

Me parecía curioso como hablaba del baile, para mi no era más que unos ritmos lentos a seguir, el verdadero espíritu de la música yo lo captaba tocando instrumentos, sobre todo de percusión.
Relajé el rostro ante la pregunta, aun con una sonrisa en los labios.

-La tocaba mi padre cuando aun vivía, me trae buenos recuerdos.

OFF Siento la tardanza, últimamente no he tenido mucho tiempo para mi, y tuve que hacer unos asuntillos. Pero ya estoy de vuelta.
ON
Una canción de su padre...quizás era músico, o quizás sólo aficionado. En cualquiera de los casos, sonaba muy bonita la melodía. Continué los pasos lentamente, siguiendo el ritmo marcado por sus pies, dejándome llevar por sus manos hacia la infinitud de nuestra imaginación. Mientras estaba en ese estado de ausencia del mundo, hablé en tono bajo, inmersa en mi propia tranquilidad.

¿Sabes como se llama la melodía? Me encantaría que la tocaran mientras bailamos...

Hizo mella en mi. Pero también tengo curiosidad. ¿Estuvo compuesta por su padre?A lo mejor es famosa. Muchas preguntas me invaden ahora. ¿Qué haré cuando detenga su baile y su silbido? Algo me dice que no quiero que se vaya de aquí. Es un hombre agradable. Pero algún día tendrá que regresar, por supuesto.

OFF: tranquila, yo tambien estuve muy liada con examenes y de mas ^^U pero regresé! muahaha xD:ON

Reí por lo bajo.

-No, la compuso mi padre. No podria describir bien como es en una partitura, tendria que pararme a pensarla bastante, no obstante yo aprendi a tocarla de esucharle a él en los ratos que nadie estaba en el salon... si tienes un piano yo puedo tocarla... aun que dejariamos de bailar.-dije, en voz baja y calmada. Esperé su respuesta, parecia bastante interesada en la melodia compuesta por mi padre.

OFF Jejeje, te faldó decir lo que dice Terminator, jejejeje
ON
Oí su risita leve, mientras seguía con los ojos cerrados, sumergida en mi propia imaginación. Me imaginaba su risa...cálida, linda y amable, que hacía brillar su rostro. Cada palabra, cada sílaba que enunciaba parecía música para mis oídos. Al parecer la compuso su padre...en tal caso, quizás no es conocida. Desea tocarla él...pero a mi me gustaría bailar ocn él. Asentí levemente con la cabeza, mientras seguía en mi mundo imaginario. Abrí los párpados con inmensa lentitud, y me fijé en su rostro sonriente. Con dulzura, le dediqué una sonrisa amable, y respondí con amabilidad y calidez de tono.

Aah...me encantaría...allí, al fondo...

Señalé con la mano hacia mi espalda, a un biombo rosa que tapaba un trozo del salón, cubriéndolo con su tela.

Ahí hay un piano. Me encantaría oirte...seguro que suena a melodía celestial...

Estaba contenta. Nunca había visto una persona importante que además fuera músico. Y para mi, la música es el lenguaje de las almas, con la que todos somos capaces de armonizar. Sí...era perfecto...

Miré en esa dirección, entonces volvi la vista a ella, nuevamente rascandome la nuca ante sus palabras.

-Para nada, no toco tan bien... el piano es algo muy suave y siempre me costo aprender, soy mas de percusion en tal caso. Ademas de que pocas canciones me sé y mucha esperiencia no tengo... pero bueno, a ver como sale...

La tomé de la mano con cuidado y con una mirada de complicidad y una de mis sonrisas de oreja a oreja la llevé hasta él. Entonces la solté la mano y lo miré, era un gran piano de cola blanco. Toqué una de sus teclas con cuidado, y otra más, parecia estar perfectamente afinado. Pasé la llema de los dedos por él, notando su suavidad y me senté. Examiné las teclas, tratando de recordar exactamente cuales eran las que habia que tocar en cada momento.
Respiré ondo, entonces miré a Amy, y me aparté haciendola un hueco en el asiento. La indiqué que se sentara, no iba a dejar que se quedara ahi depie todo el rato. Entonces, cogiendo aire y soltandolo lentamente, comencé a tocar, acariciando las teclas tal y como mi padre me decia siempre. Los instrumentos de cuerda son como una mujer, siempre hay que tocarla con delicadeza, decia él, y yo aprendi bien.

Me deje llevar por la nostalgia de la melodía y aquellos buenos tiempos en los que no tenia preocupación alguna. Me olvide de los problemas, de las preocupaciones, de el mundo, de esa misma sala, de mi mismo... solo estaban mis manos y aquella melodia. Absorto por la fluidez de la musica, dejandome llevar por ella hasta confines inimaginables.

(OFF: https://www.youtube.com/watch?v=z1mHryanlpk&feature=related ya que en este foro se puede vamos a hacer un poco de plagio ^^U no cogi uno muy famoso pero aun asi la melodia me gusta mucho, andrew es como si estuviera tocando esta :ON)

Finalmente me detuve, y deslizando una ultima vez mis dedos por las teclas, sin presion, puse a reposar mis manos en las piernas y miré a amy algo avergonzado por la situacion.

Es curioso, ahora que me fijo. Se rasca la nuca cuando duda. Hmm...siempre se aprende algo, dicen. Escucho sus palabras con atención, todavía animada. Dice que no sabe tocar muy bien. ¡Pero qué chistoso es mi Andrew!
Con sorpresa, al oirle, abrí los ojos de par en par, y abrí la boca levemente, para poder hablar, con tono sorprendido.

Qué modesto eres, jejeje, seguro que te sale bien

Acto seguido, al ver que me invitaba a ir, al notar su mano cálida sobre la mía, le dediqué una mirada encantada, viendo así cómo me miraba con complicidad. Una sonrisa muy levemente pícara, a la par que alegre, se dibujó en mi rostro, y acompañé a Andrew hasta el piano de cola. Me detuve a su lado, viendo cómo examinaba el piano. La suavidad con la que lo toca, la prueba de las teclas...estaba claro que sí que sabía algo, puesto que cualquier persona normal que no sepa nada sobre pianos, lo primero que hubiera hecho sería tocar una tecla. Su mirada y el que se apartara un poco, me hizo ver que quería que me sentara junto a él. Me acerqué lentamente, y me senté en el banquito, arrimándome a él, mientras seguía sonriente. Le dediqué una dulce mirada, con cierto sonrojo dibujado en mis pómulos, y, por si acaso, volví a mirar al piano, para que no estuviera nervioso. NOtaba su calor, su cuerpo cálido rozando mis carnes. Es un muchacho muy dulce y simpático, de eso no me cabe duda. Pulsó las teclas con lentitud, con suavidad. El suave sonido musical, me hizo cerrar los ojos, e imaginarme lo que me transmitía la música. Mi mundo brevemente oscurecido por los párpados se me iluminó, cuando comencé a ver una gran sala de ópera en mi imaginación. Completamente de madera, y con alfombras y butacas rojas, podía ver un piano en el escenario, justo en el centro. Al lado, había un banquito en el cual estaba sentado una figura de corte oscuro. Traje muy formal de la época. Tocaba las teclas con lentitud, y a la par que la música avanzaba. Me pude fijar mejor, y me resultó un rostro conocido..Andrew..me viene a la mente. Pasado el tiempo, le dio fin a la melodía. Abrí los ojos a los pocos segundos, como si hubiera despertado de un largo trance. Me sorprendía que hubiera acabado tan rápido. O a lo mejor no fue tan rápido como creía. Desvié el rostro hacia éste, y pude ver que tenía cierto sonrojo en las mejillas. Una gran sonrisa de oreja a oreja se esbozó en mis labios, mientras daba palmadas seguidas y alegres al ver su cara.

¡Bravo, Bravo!¡Qué belleza!

A los pocos segundos, dejé de palmear, y me arrimé un poco más a Andrew, apoyando mi cabeza levemente en su hombro. Di un ligero suspiro, de maravilla, tras lo que continué hablando, feliz.

Aah...qué bella melodía..¿y decías que no sabías tocar bien, Andrew? Qué poco te valoras a ti mismo, jejeje.

Mi brazo más cercano a él, comenzó a rodear su espalda lentamente, hasta tenerle ya bien con la mano, impidiendo que se me escapara. Quedé quieta, mirando el piano de soslayo, y le dediqué una mirada dulce a sus ojos, observando la profundidad de su chocolate.

Aah...tan bella melodía...como algunas personas...

Me sonrojé un poco más con sus alabanzas, no se me solia notar por el moreno, pero algunas veces... Agaché la cabeza mirando disimuladamente hacia otro lado.

-bu..bueno, no es para tanto-dije, rascandome nuevamente la nuca y riendo.

Entonces noté como apollaba su cabeza en mi hombro, y pasaba la mano por mi espalda, aferrandome a ella. La miré de reojo algo extrañado. Cuando me miró la devolví al mirada, y entonces dijo aquello.
"...que...quire decir con eso?" me pregunté. comencé a darle vueltas al asunto, no sabia exactamente a lo que se referia pero quizas... entoncespregunté.

-..oh.. a.. que.. quieres decir con eso...?-la pregunté, algo extrañado y dudoso

Pude ver que apartaba su mirada, mirando hacia otro lado. Quizás por vergüenza, jejejeje. Una sonrisa inocente se dibujó en mi rostro al advertir tal hecho. Y sus palabras, entrecortadas, me confirmaban mi teoría. Su risa, tan alegre como siempre, me hizo que yo también riera, con mi risa típica aniñada y excesivamente refinada.

Cuando dejé descansar mi cabeza sobre su hombro, pude ver su tierna mirada, al oir mi comentario. Pero parecía extrañado. La pregunta que hacía, parecía que no comprendía qué quería decir. Una sonrisa tímida se dibujó en mi rostro, a la par que mis mejillas se teñían levemente de un color rosado. Sin soltar el brazo que le rodeaba, seguía mi vista clavada en sus ojos chocolate, y acerqué mi rostro un poco más, para tenerle más cerca. Respondí, tímida, con voz entrecortada a su pregunta.

Bueno...ehm...¿cómo te lo podría decir..? Pues...creo que seré directa...eres muy guapo...

Tras decir eso, mi rostro se comenzó a volver tan rojo como un tomate, del rubor. Al darme cuenta de eso, hundí mi rostro en su pecho, para que no se fijara mucho. No sabía qué iba a responderme, pues era casi una insinuación.

Ladeé un poco la cabeza cuando me dijo aquello. "si, era lo que pensaba..." pense. Entonces sonreí.

-Valla... gracias-la contesté, realmente alagado-es un gran alago. Tu tambien eres hermosa-la sonreí, con sinceridad; realmente lo pensaba y era muy sincero.

habia visto como se escondía en mi pecho, ocultando una vez mas su sonrojo. Ains... siempre se olvidaba que a mi olfato nadie podia escapar, y sonreí ampliamente viendola aun ahi.

-Vamos vamos, no tengas verguenza, ni que teme estuvieses insinuando-reí con inocencia

Oía su agradecimiento, mientras seguía ocultando mi rostro rojo cual tomate, como los avestruces cubren su cabeza en la tierra para esconderse. Me daba un poco de vergüenza decir lo que pensaba realmente de él. Y al oir que yo soy hermosa, una sonrisa ruborizada se dibujó en mi cara, que no podía ver. Pero me puse aún más roja, y eso sí lo podía ver. Moví la cara de un lado al otro, frotando mi rostro con su pecho, mientras en tono de vergüenza, respondía a eso, aparentemente alarmada.

Aah..qué cosas dices...

Al oir lo que dijo a continuación, me paralicé, y abrí los ojos de par en par. Glups... Tragué saliva, de forma un poco sonora, mientras seguía quieta, escuchando su risa inocente. No podía moverme, como si algo me estuviera atando de pies y manos. ¿Y si..?¿Y si realmente sí me estoy insinuando...?Yo...creo que sí...quizás esté mostrando mis sentimientos verdaderos

Sonreí aun más ante su robor, mirandola con cariño. Entonces calló ante mi contestacion, lo que me hizo callarme a mi tambien.

-oh..-dije, algo sorprendido.

"se me estaba insinuando? por que?"

De repente, él calló también, dejando la sala sumida en un incómodo silencio. Mi corazón palpitaba deprisa, por el rubor que me invadía, y podía oir su corazón latiendo fuertemente, aunque no demasiado deprisa. Estaba nerviosa, muy nerviosa. ¿Debería decir acaso que me atrae su aroma, su rostro, su calma? ¿Es esto el amor? Puede que sí, pero tenía miedo, mucho miedo, de decirlo, más aún si Dana acababa enterándose de esto. Si se enteraba, podría enfadarse mucho conmigo. Y el propio Andrew..¿Qué pasaría si le dijera que me he enamorado de él? No lo sabía...pero mi conciencia me decía que tenía que decírselo, aquí y ahora. Separé mi rostro, aún tan rojo como las cerezas que cubren de su olor el aire en primavera, y le observé sus chocolateados ojos sin nada que se interpusiera entre nuestras visiones. Estaba cerca, muy cerca, de su cara morena. Intenté sacar fuerzas de flaqueza, y cerré los ojos con fuerza, tras lo cual hablé entrecortadamente.

Andrew...quisiera decirte algo....pero no sé cómo ni si debo... siento que esto podría hacernos distanciar o distanciarme de otra persona...o a ti de otra persona...

El silencio se hizo violento, no sabia que decir ante eso. Entonces me miro, seria por completo. La escuché atentamente, entonces la mire con curiosidad y duda, tambien un pequeño reflejo de preocupación.

Sus pupilas estaban dilatadas, ya poco quedaba de la blancura de sus megillas pues se habian teñido de un fuerte carmesí, más que de costumbre, bastante más.

-que...ocurre?-la dije, con voz apagada, imaginandome por donde iban los tiros.

Solté repentinamente mi brazo de su alrededor, y me levanté del banquito, alarmada. Di unos pasos hacia otro lado, y me alejé un poco. Estaba asustada de las consecuencias de pronunciar la hazaña de Cupido conmigo. ¿Qué pasaría entre él y yo?¿Y entre Dana y yo? ¿Vendrá a por mi?No, no debería decir nada. Mejor dejar a Dana con Andrew en paz. Moví enérgicamente de un lado al otro la cabeza, estirando las manos hacia él, y moviéndolas igualmente de lado a lado. Estaba nerviosa, y hablé igual de tensa, con voz alarmada.

¡No,no no!¡No debo decírtelo! Si te lo digo, Dana me...¡me matará!

No parecía nada más que nerviosa, pero me atemorizaba la posible reacción de Dana. No, no debía contárselo, pero quería, lo deseaba con toda mi alma. Entiendo por qué Dana está con él ahora.

Me levanté enseguida cuando ella hizo lo mismo, alarmado. La miré con preocuacion, y presté atencion a sus gestos. Tranquilicé el gesto y relajé mi postura, suspirando; imaginaba que era lo que quería decirme, tal y como actuaba... tal y como olia. Me acerqué a ella y sin mediar palabra la abracé, consolandola. Rodeandola con mis brazos firmemente, pero con delicadeza, pegandola a mi torso.

-Tus gestos y tu olor me lo dicen todo, Amy.-murmuré en bajo. Entonces la aparté y cogiendola de la mano, mirandosela un segundo antes de posar mi vista en sus lentes olivas.-No... entiendo bien por que sientes lo que sientes hacia mi, no soy una persoba buena precisamente, he echo muchas cosas malas en esta vida y las que aun me quedan por hacer. Y no te preocupes por dana, no pienso decirla nada de esto, tranquila. Por otra parte... veras... realmente me siento alagado... de verdad... y no puedo negar que sois bella y alegre, a la par que encantadora, además que... por mi mente pasaron fugaces pensamientos impuros. No obstante... no podemos sucumbir a la tentacion... mucho menos yo, ya que traicionaria nuevamente la confianza de Dana... y sería jugar con tus sentimientos, y no pienso permitirlo; ni una cosa, ni la otra.-acaricié su megilla con cuidado, mirandola con cariño y lastima a la vez-lo siento...

Vi cómo se acercaba a mi, y me abrazaba suavemente. Yo me quedé quieta, dejando reposar mi cabeza sobre su torso, un leve instante antes de que se apartara y me tomara la mano, observando mis ojos. Sus preciosas joyas azabache no me dejaban escapar de su fondo. Al parecer, es capaz de asber mis sentimientos. Suspiré levemente, mientras seguía observando a Andrew, escuchando sus palabras. Dice no ser bueno, pero aun así, hace cosas buenas. Es malo y hace cosas malas, y las seguirá haciendo. Es posible, pero creo que sigue queriendo en el fondo ser bueno. O a lo mejor soy demasiado positiva, pero así lo creo yo. Ni siquiera los demonios son malos, sólo están confusos y se dejan llevar por el sentimiento de oscuridad. No...ni siquiera esa chica...no es mala, por mucho que quisiera asesinar a los de mi especie.

Abrí un poco más los ojos al oir el nombre de Dana. Parece que Andrew no le contará nada. Eso me alivia, puesto que ella podría enfadarse mucho. Aunque quizás algún día acababa sincerándome con ella. Sus halagos me tiñen de un leve tono rosado, no mucho porque entiendo que esto es serio y no momento para sonrojarse. Tras terminar su parte del diálogo, noté su caricia, e incliné levemente la cabeza hacia su mano. Suave caricia para mi mejilla. Quizás una caricia del alma. Como si quisiera tranquilizarme. Es como si su alma, con su mano, me tocase la mía y me apaciguara. Aparentaba una leve aflijidad en mi rostro, pero no quería ni entristecerle a él ni a mi misma. Un suspiro leve escapó de entre mis labios, fugaz. Serené mi rostro y mi tono, llegando a ser solemne como antes de conocerle. Era mejor para todos que fuera amistad, con Dana y con él. No detuve mi observación de sus ojos mientras estaba en silencio, por unos breves segundos. Tras eso me digné a hablar, solemnemente, sin mover ni un sólo músculo apartando los de la cara.

Andrew...para mi sigues siendo bueno. Probablemente te aturda el sentimiento oscuro, pero ni siquiera los demonios son malos. Sólo están confundidos, se dejan atrapar por la oscuridad. Pero algún día mostrarán su luz...Tus pensamientos impuros no lo serían tanto, pero de todas maneras, comprendo tu punto de vista. Gracias por no contárselo a Dana, aunque tarde o temprano puede que se lo diga yo misma. Y en fin...quizás el amor es ciego, quizás no entiende de clases ni de formas. Pero en cualquier caso, acepto tu postura. Será mejor, para ti, para mi y para Dana sobre todo. No te preocupes. En fin...dentro de no muchas horas comenzará la cena.

Hice una pausa para tomar aire, cerrando los ojos brevemente. Expulsé un hálito cálido por la boca, mientras me mantenía tranquila, y acto seguido continué.
¿Quieres tomarte un descanso? Lo que quieras, si necesitas algo tan sólo dímelo, y te ayudaré en todo lo posible

La miré, algo apenado mientras hablaba, realmente lo sentía por ella, pero el amor que palpitaba en mi pecho con fiereza no podía darse por aludido; podrian haber otras, pero ninguna igual que ella, ningun igual que Dana.

Asentí ante lo que dijo, cuando terminó.

-Lo que tu quieras hacer, esta es tu casa, entonces tambien tus ordenes.-la dije, sonriendola, para ver si con mi sonrisa se calmaba su pena.

Tomé aire profundamente, inspirando e hinchando mis pulmones y mi pecho con ello, y respondí a ello, con cierto toque dulce en el tono, pero no tanto como el habitual.

Eres mi invitado, y para mis invitados, cuenta sus apetencias antes que las mías, jejeje...Pero muy bien, si así lo decides tú...¿Te parece bien que te deje unos instantes? Tengo que hacer un par de cosas, y volveré luego. Si quieres vestirte, o hacer lo que quieras, házselo saber a Rosa, que está en la sala frente a esta, y te lo proporcionará en el acto. Puedes hacer lo que quieras, estás en tu casa.

Me di la vuelta, y me acerqué a la puerta, con paso lento y delicado. Cuando estuve ante la puerta, me di la vuelta, y me incliné levemente, con una sonrisa media, y las manos sobre las piernas.

Y ahora, si me disculpas...

Tras erguirme, me di la vuelta y abrí la puerta.

La miré, ladeando un poco la cabeza. Vestirme? para que?.. si iba vestido. Entonces miré mis ropas y la volví a mirar a ella. Para una vez que iba vestiro... bueno, ni eso, por que nunca llevaba ropa interior.. pero almenos pantalones y camisa tenia puesto... nose nose.

-E..un..momento, vestirme?-la pregunté, algo confuso

Al oir la sorpresa de Andrew, o eso deducía por su tono, me giré lentamente, con rostro pasmado, y con los ojos completamente abiertos, como si algún crímen hubiera sucedido. En tono interrogante, pregunté, con cierto toque dulce, mientras mantenía mis manos sobre mi estómago.

¿No te gustaría, acaso, vestir más elegantemente, hermano? A mi, sinceramente, me encantaría, me maravillaría, y me fascinaría que así fuere.Por favor, concédeme este pequeño deseo que te hago humildemente.

Una sonrisa dulce, con cierto toque inocente y pícara se dibujó en mi rostro, a la par que entrelazaba los dedos de las manos, uniéndolas, y me inclinaba levemente hacia el frente. Me resultaba raro que preguntase aquello. Que yo sepa, en los bailes de salón como el que iremos a hacer, es necesario ir de etiqueta, y aunque no va muy casual, no le vendría mal vestir aún más elegantemente. Rosa podría ayudarle con eso, seguro que hay algún traje a mano que podemos prestarle.

-oh...yo...bueno... si... claro, esta bien... yo... iré con.. rosa-la dije algo lento, y aun un poco extrañado. Suponia que habia que ir de etiqueta para la cena sin embargo hacia ya mas de 30 años que no iba de esa manera... ni siquiera en mi boda fui tan decente, ya que fue una boda de campesinos... sin embargo... tambien me daba algo de reparo... nunca llevaba ropa interior y.. bueno... tener que cambiarme podria llegar a resultar algo un poco embarazoso... ademas que no quería abusar de su hospitalidad, sin embargo, al verla tan ilusionada por que me vistira de tal forma... no pude negarme a ello.

-Mmm bien, pues... hasta la cena-me despedí, inclinando un poco la cabeza, aun algo dudoso.

Incliné la cabeza en sonrisa deslumbrante, al oir que había accedido a mi pequeña petición, en seña de satisfacción. Luego me erguí, y despidiéndome con un movimiento de la mano, atravesé el umbral de la puerta, y la cerré lentamente. Comencé a caminar en dirección a la sala real, para subir a mi torre, resonando mis pasos levemente por el pasillo de mármol. ¡Grandioso!Es sensacional que haya accedido. Seguro que estará muy guapo para entonces. Yo debería prepararme también, y estar lo mejor posible. Accedí a la sala del trono, y con caminar rápido, subí los 5 escalones que llevaban a la silla real, y pasé por detrás, internándome en una pequeña, y entrando en una sala tubular con una inmensa escalera dentro. Comencé a subirla, paso a paso, dejando mis brazos hacia atrás, como si el viento los empujase fuertemente. Mas no iba tan deprisa, sino sentía que mi espíritu sí. Llegué a un pequeño pasillo de la alta torre, y me interné en una de las puertas, la que se encontraba al final del mismo. Me giré hacia un lado, omitiendo mi cama rosa y blanca, y me dirigí a mi armario. Abrí sus puertas y tomé una prenda que sabía que le gustaría.Jejeje...espero poder impresionarle con esto
Luego, con una inmensa sonrisa en la cara, con cierto toque pícara, me dirigí a otra habitación, cerrando la puerta tras de mí. Dejé el vestido colgando de una percha que había tras la puerta, y me fijé hacia el otro lado. La bañera me esperaba. Abrí el grifo, y dejé que comenzase a llenarse poco a poco, mientras me iba desvistiendo. Cuando terminé la no larga tarea, debido al tipo de ropa que llevaba, tomé un botecito y dejé caer un par de gotas de su contenido en la bañera.Inspiré por la nariz ampliamente, y me llegó un tierno olor a la nariz.Hmmm...esencia de rosas. ¿Le gustará? Aah, claro que sí, a esto no creo que pueda resistir.

OFF Esto lo dice ella puesto que las rosas son un afrodisíaco, y cree que Andrew no aguantará mucho su olor, porque tiene buen olfato, jejeje.

ON Tras pensar en esto, casi como si lo dijera en voz alta, sonreí ampliamente, dando pequeñas palmaditas, espectante por lo que pasaría después. Me interné en las cálidas aguas de mi bañera, reposando suavemente en el fondo, boca arriba. Desvié una grácil mirada al pequeño ventanuco que hay en la pared, por donde entraba un poco de aire templado y se podían oir los gráciles sonidos naturales. Aaah...esto es vida, desde luego...

Pasado un tiempo, terminé de darme el baño, y salí de la bañera complacida por el gusto que da. Si ésto no funcionaba, tendría que recurrir a la brujería, jejejeje. Me vestí con la ropa limpia, y tomé el vestido con ambas manos. Levanté la vista al techo, y me acerqué el vestido contra mi pecho, girando en círculos, soltando un gran suspiro ilusionado.

Aaah...estoy segura de que esto funcinará, jejeje. Estoy loca, loca de amor. Si no funcionó pidiéndoselo, lo intentaré de forma sutil, jejeje

OFF Soy mala ¿eh? jejejeje.

ON Sin perder ni un instante, me vestí con la prenda, y me dirigí nuevamente al dormitorio. Me acerqué a la cómoda, y saqué unos zapatos de hebilla azules con un poquito de plataforma, y me dirigí abajo. Necesitaba la ayuda de mis hermanas para prepararme el pelo, y los últimos retoques. Cuando estuve abajo nuevamente, entré a una puerta, que no era la que llevaba al pasillo, y me interné en la habitación de mis leales hermanas. Me incliné, de forma humilde y formal, con una gran sonrisa en el rostro, tras lo cual me levanté feliz.

Hermanas, tengo algo que pediros. Y es que necesito de vuestras excelentísimas habilidades para prepararme para esta noche...tengo que conseguir que cierto muchacho se enamore de mi, jejejejeje. Pero si no funciona, igualmente disfrutaré.

Las ángeles que allí estaban, cosiendo algún descosido o preparando alguna herramienta de trabajo, se giraron directamente a mi, y sonrieron amablemente.

Por supuesto, hermana. ¿Quiere conseguir marido eh? Jejejejeje. Haremos lo que podamos para ayudarla, jejejeje

¡Sí! pensé. Sabía que mis queridas amigas me ayudarían con este cometido. Aun así, si fallo, me habré divertido, y todos también, porque acudirán a la fiesta, puesto que todos están invitados.

Tomé asiento en una de las sillas, quedándome de espaldas a algunas de mis hermanas, y cerré los ojos, satisfecha. Comenzaron a peinar mi sedoso y largo pelo, mientras otra hermana recolocaba mi vestido, y me ataba los cordeles de la espalda, con bonitos lazos azules.

Pasado un tiempo, me encontraba ante el espejo, mirando el resultado. Una rosa blanca se mantenía en mi oreja, mientras que mi pelo estaba en forma de moño, muy típico de la época, con algunos adornos para mantenerlo fijo. El vestido, azul por supuesto, está bastante escotado, ajustado a la persona que lo llevaba en el instante. Largo, alcanza hasta un poco por encima del pie. De diseño antiguo un poco sencillo, de falda ancha, con unos volantes, pero formal y bonito. Tengo los labios pintados de rojo carmín, un poco de sombra de ojos y colorete. Esperaba estar lo mejor posible. Aah, y sin contar conque despido un olor a rosas suave, pero penetrante. Ya era de noche, quedaba poco para empezar la fiesta.

OFF: loool vas a saco ee xDDD pero que pretendes que hagan?? siento a mi personaje objeto sexual xDDDDDD :ON

Vi como se iba, entonces, suspirando fui hacia la salado donde me dijo que se encontraria la tal rosa. Era una chica joven, bella y de expresión cordial. me acerqué a ella algo dudoso.

-mmm hola... eee bueno tu reina me mandó a acudir a ti para... prepararme para la cena...-la dije, aun algo dudoso y rascandome la nuca mientras la sonreia algo inocentemente.

La joven angelical sonrió y se le escapó una leve risotada que camuflo interponiendo su delicada mano.

-Claro, sigueme-dijo sonriente dandose la vuelta y conduciendome hasta una de las salas, igual de lujosa que el resto.
Yo miraba atonito hacia todos lados, todo era tan... brillante y claro. Se detuvo y me miro, igual de sonriente-Tenemos varios trajes-a la vez que decía esto hizo una señal y dos angeles corrieron una cortina. Al descubrirse se pudo apreciar cosa de 10 trajes distintos de hombre-Siento que no haya demasiados, al ser nuestra reina mujer no prescindimos de ellos, sin embargo espero que sean de su agrado.

Miré los trajes asombrado. "pues si esto es tener poco..."

-Ahora, puede elegir el que desee, si necesita algo estaré en la sala de al lado, solo tiene que llamarme-dicho esto, con un reverencial saludo se fué junto a los dos otros angeles. Quedé solo en la sala, frente a todos esos trajes.

Hice una mueca dudativa mirandolos, me encogí de hombros y empecé a mirarlos. Elegí uno que en principio fuera de mi talla, pues la mayoría me quedarían un poco pequeños. Era acorde a la epoca, chaqueta negra con ribetes blancos, casi grises, que enganchaban de forma algo lateral en el pecho. Camisa blanca por dentro y pantalones tambien negros, junto al resto de complementos que venían acordes, bien conjuntados en el atuendo. Comencé a desnudarme, algo reacio al principio y me vestí con aquellas prendas. Mirandome a un espejo mientras terminaba de colocarme la chaqueta quedé unos segundos observando como me sentaba.
"ciertamente es elegante..." pensé, sin embargo suspiré "mmm no me siento muy comodo con estas prendas... no me gustan las formalidades..." pensé mientras me separaba un poco el cuello de la camisa mientras ponía una mueca de disgusto.

Me giré y llamé a rosa. Esta entro enseguida por la puerta y al verme abrió algo los ojos, supongo que por el cambio que pegaba de unas ropas no tan informales sin embargo, ni punto de comparación con las que llevaba.

-Valla, señor Andrew, va usted muy elegante

Agaché un poco la cabeza, rascandome la nuca, un poco avergonzado.

-Sin embargo, aun le falta algunas cosas más-dijo, levantandome el dedo y mostrando una sonrisa picara.

-Eh?-la contesté ladeando la cabeza.

-Venga conmigo.-dijo, y sin dejarme apenas reaccionar cogió mi mano y me llevo rapidamente a un lugar, parecia una especie de baño grande. Me sentó en una silla y entonces llegó una mujer-Esta es Diana, y te arreglará el pelo

Diana saludó con una leve reverencia, inclinandose un poco, parecía poco habladora, pero amable, cosa que podía revelarse atraves de su sonrisa.

Comenzaron a toquetear mi pelo largo rato. Al tiempo, mi pelo erizado por naturaleza, terminó siendo peinado y, aun que algo costosamente, dominado y debidamente colocad hacia abajo. Dos mechones caian a los laterales de mi rostro, y el resto de mi pelo estaba recogido con una coleta muy baja, acorde a la moda de la epoca. Por la longitud del pelo no era una coleta muy extensa, pero se sujetaba bien. Despues comenzaron a llenarme de perfumes, estornudé varias veces pues el olor era demasiado en cantidad para mi fino olfato.

Una vez terminado, rosa me miró entero.

-Está perfecto, señor Andrew-me dijo sonriente, satisfecha de su trabajo.

Me miré, llevando la cabeza hacia abajo, entonces la levanté y encojí los hombros con una pequeña sonrisa escusada en los labios.

-Bueno... mm gracias...

-Puede acompañarme a la sala de abajo, seguro que la reina no tardará demasiado en bajar.

La seguí, mire por los ventanales que estabamos atrabesando. Extensos jardines ahora teñidos por el suave tono naranja que el sol, casi extinto, mostraba. No habia pasado demasiado tiempo, quizas una hora entre todo, muchisimo más de lo que yo solía tardar pero al fin y al cabo me habian arreglado mujeres, no me sorprendia que dieran tanto empeño en algo así. Me llevó hasta la sala principal del castillo en donde me dijo que aguardara pacientemente, que enseguida estaría la reina.

Trascurría el tiempo lento y pesado, el sol ya hacia bastante rato que se había puesto. No sabía cuanto tiempo llevaba esperando pero parecía mucho. "mujeres..." sonreí ante mis pensamientos, negando con la cabeza con resignación.

OFF Jejejejeje, me parece que has descubierto mis intenciones, jejeje. Pues creo que lo que pretende Amy es tenerte, por las buenas o por las no tan buenas, jejeje. Y un poquito sí, jejejeje. Pero Amy es inocente para llegar a pensar en eso último, o al menos por ahora, jejejeje.

ON
Me giré levemente hacia la ventana, girando únicamente el cuello. La suave luz de la luna entraba tímida por el ventanuco hacia la estancia. Todas mis señoras de confianza se acercaron a mi, rodeándome y observando así mismo el resultado.

Aah, mi reina, qué guapa está para la ocasión.

Una de ellas me da un leve codazo en el hombro, mientras me mira con mirada un poco pícara.

Venga, es su oportunidad, jejeje

Al oir el comentario de la muchacha, una sonrisa tímida y un poco de sonrojo se apareció en mi rostro. Al verme las demás, comenzaron a reir alegremente, viendo cómo me ruborizaba. Estaba claro que todas pensaban en el posible éxito. Les dediqué una mirada dulce y cálida a cada una de ellas, y tras eso, hablé con un poco de rubor.

Gracias, queridas...sois muy amables, jeje...bueno, os dejo tranquilas, puesto que también debeis venir esta noche a nuestro banquete.

Tras decir eso, me acerqué a la puerta, y giré el picaporte con lentitud. Giré el cuello levemente para poder mirarlas a todas, y mientras me despedía con la mano, me fui adentrando en la sala contigua.

Hasta luego, chicas, nos veremos luego

Las muchachas, al verme marchar, sonrieron con alegría y algo de picardía, y se despidieron de mi.

Cuídate, y suerte en tu batalla, jejejeje

Cerré la puerta, y bajé la cabeza, negando un poco con ella.Aaah, estas chicas, jejeje, me arrancan una sonrisa siempre
Levanté la cabeza, y me fijé en que una figura trajeada de color oscuro, firme y recta, se encontraba esperando algo. Me acerqué lentamente, mientras una gran sonrisa dulce cubría mi rostro ¡Bien!¡Esta noche es la mía!

Me detuve a pocos pasos de él, y le saludé, con una sonrisa amable en mi rostro.

Hola Andrew, qué guapo estás. Sabía que lo estarías, pero no tanto, jejeje

OFF: lool y parecia santita xDD por lo general la va a costar, aun que andrew sea un mujeriego es muy fiel, y más con lo que ama:ON

Un suave y agradable olor llegó a mis fosas nasales. Entonces la vi llegar, por lo que me puse firme, con las manos a la espalda. Bajaba delicadamente por las escaleras, ladeé la cabeza. "valla, si que se arregló" pensé y la sonreí segun venía.

Me rasqué la nuca, agachando un poco la cabeza con timidez.

-Bueno... supongo que todo tienes que agradecerselo a rosa-volví a mi postura natural y la miré de arriba a bajo. Se habia arreglado muchisimo, si que estaba bella, aun que como siempre pensaba, tantas cosas lujosas no eran de mi estilo... pero bueno, la ocasion se supone que lo exigia-muy guapa-la dije sinceramente, con una sonrisa de oreja a oreja.

Entonces miré una puerta situada a nuestra derecha, era grande y se escuchaba una suave melodía tras de sí. Supuse que ahi era a donde iriamos.

Di un pequeño paso hacia atras, haciendo una muy leve inclinacion y extendiendo el brazo hacia la puerta con la palma abierta, mientras mantenía el otro tras mi espalda.

-Las damas primero