Entrenando a Jozu

Se me iluminaron los ojos ante aquello.-bueno entonces... me quedare un rato mas-seguí sentada felizmente-¿que tal te has integrado en el reino?-pregunté observando las paredes color lila.

-Si la verdad es que si...
-Me pase la mano por la cabeza.
-No conozco a mucha gente pero bueno, me las voy apañando con la que tengo-Sonreí.

Asentí-si quieres puedo presentarte a dos vampiritos increibles, les conozco desde hace años y sn muy buenas personas, seguro que les caeras bien, ademas esta Natasha y por lo que escuché la ultima vez...-tosí forzadamente un par de veces-parece que os llevais muy bien-

-Asentí con la cabeza colorado cuando nombro a Nat.
-Aun estoy esperando a que me presente su hija, espero que no se le haya olvidado
-Dije cambiando de tema y riendo un poco colorado-

mis ojos brillaron levemente, miré por la ventana como absorta en mis pensamientos-es cierto, ahora está con Walter, tendrás que esperar, pero te la presentare. Es taaan adorable-me puse colorada volviendo en mi, me encantaba hablar de mi hija.

-Un niño
-Susurré.
-Parece que es muy feliz con su familia, me alegra mucho
-Sonreí calidamente.

-Si bueno-sonreí con añoranza-no puedo quejarme, aun que no les vea tanto como yo quisiera, no puedo dejar de lado mis responsabilidades como reina, ni el como principe y general de la inquisicion-encojí mis piernas-e de contarte algo, pero no puedes dejar que lo sepa nadie mas-le miré seria, esperaba que diera su palabra.

-Asentí.
-Claro aun que no sea gran cosa puede confiar en mi.
-Sonreí.

Suspiré, no se lo habia dicho a nadie hasta ahora, pero necesitaba otra opinion, le miré a los ojos-Estoy pensando en ceder mi puesto de reina al segundo al mando ahora mismo-

-Me quedé un poco sorprendido al escuchar esas palabras, por que querría dejar su mandato.
-Le a sucedido algo mi reina Luccie?... por que quiere dejar su puesto?...

una media sonrisa aparecio en mi rostro, con algo de nostalgia-veras, yo ascendí a reina cuando el anterior rey desaparecio, nadie habia ocupando su lugar y estabamos proximos a un ataque, cuando Ian todabía no era rey licantropo. Fue una epoca horrible, entre las busquedas, las batallas y cada vez el numero de heridos era mayor. Yo era su princesa, primera al mando. Los ancianos decidieron que yo sería la reina, la segunda mas fuerte y la segunda mas lista, despues de mi antiguo rey Itachi-sama, esa era la reina que querían. Demoste mis autenticas habilidades y me hicieron reina.-paré unos segundos para mirar por la ventana-pero yo nunca me e creido merecedera de tal puesto, solo soy una vampiresa mas de este reino, alguien que daría su vida por cualquiera de los vampiros que hay aqui dentro, pero demasiado blanda, sujeta a que Ian es mi primo no puedo enfrentarme a ellos como deveria. E ahí el que no quiera formalidades ante mi persona, y despues de haberlo estado pensando bastante, creo.. que quizas haya llegado la hora de ceder mi puesto, pero necesito otra opinion. Una opinion de alguien que me conozca solo como reina, por eso no le e preguntado a mi marido-me sente en la cama de jozu, en una esquinita-Jozu,¿crees que deveria dejar mi mandato y coronar rey a mi sucesor?-

-Apreté con fuerza las sabanas y agaché un poco la cabeza.
-Claro que es merecedora de su puesto...
-Susurré.
-Al acto me pregunto que debía hacer, si dejar su puesto y pasarlo a su sucesor o continuar con esté.
-No se... mi reina... no se que debería hacer, después de todo llevo muy poco tiempo aquí y no sabía nada de esto, pero creo que tiene que hacer lo que le dicté el corazón-Reí un poco al decir eso-Es cierto que ya no late... pero algo de vida queda en este ya que aún está en nuestro interior
-Levanté un poco la cabeza mirándola.

-Tienes razon, en todo caso seguiré pensandomelo, no es algo que se devería elegir a la ligera-le miré y vi como la transfusión de sangre había terminado. Me levanté a quitarlo con tranquilidad-Jozu se que es un poco, raro, pero me gustaría saber tu historia, si no es mucha molestia claro está-

-No claro que no es molestia... bueno pues como empezar era joven y era una noche de invierno hacía mucho frío y empezó una gran tormenta, yo busqué desesperadamente un sitio para refugiarme, al momento a lo lejos pude ver una mujer, era realmente bella con una piel muy pálida andando entre la lluvia como si esta no existiera para ella como si la humedad de esta no le calar en los huesos... me quede enamorado de esa mujer. Estuve buscándola por un tiempo asta que un día la encontré en un bar, estuvimos bebiendo y bueno ella al ver que no tenía donde ir me invitó a pasar la noche en su morada... y ahí fue cuando me desperté..
-Paré un poco suspirando.
-Me desperté sin recordar que había pasado en la noche, mi piel estaba fría, me aclé y me dirigí a un espejo a mirar mi piel y bueno... no me reflejé en el-Reí-Y así es como me convertí en lo que soy ahora, y le estoy agradecido si no fuera por ella no conocería a la gente que ahora conozco, me gustaría encontrarla para volver a verla y agradecérselo-Sonreí calidamente-Y bueno si soy sincero no se cuanto tiempo llevo así... hace ya que perdí la noción del tiempo no se cuanta edad tengo, pero no me importa... y bueno esto es todo, si no le importa a mi también me gustaría saber un poco mas de usted si no tiene ningún inconveniente si lo tiene lo asimilaré-Sonreí de nuevo.

Escuché su historia con mucho interés, siempre me gustó escuchar las historias de los demas-vaya, nunca había escuchado una historia como la tuya, vuelve un dia allí a ver si la encuentras, seria bonito que os encontrarais-sonreí, luego me preguntó por mi historia, sonreí- no me importa, no es realmente agradable pero bueno-tome aire
-yo vivía en un poblado al oeste de Eliria, los ciudadanos allí eran muy creyentes y siempre adoraban a la diosa Kalhia. Vivían tristes, como si no tubieran sangre en las venas, pero yo nací diferente. yo era feliz ayudando los demas y una dia en una pequeña biblioteca escuché hablar de Shamasha. Ella se convirtio en mi nueva diosa a adorar y me guié por sus leyes y creencias.-mi mirada se tornó seria-un dia los sacerdotes mayores entraron en mi casa, cuando yo apenas tenía 16 años. Me apalizaron a mi y a todo el que intentara ayudarme. Lo siguiente que recuerdo es haberme levantado en una fria roca, en una cueva encadenada y con los ojos tapados. Iba a ser victima de un sacrificio, me rebatí como pude, pero aquella daga se clavó en mi costado derecho, hiriendome de muerte.- junté mis manos-mi padre me convirtió, pero luego me abandonó diciendoles a los demas que yo había "resucitado". Me hicieron muchas pruebas, pero nada, sus espadas no me dejaban cicatriz. Pero encontraron un material que si que lo hacía.-Me levanté levantandome la camisa enseñandole mi espalda, llena de cicatrices-El adamantio es el unico material, que en cuanto traspasa tu fria y dura piel, sientes ganas de morir en el instante, deja marca, al principio verdosa.-Me giré y señalé tambien las 6 marcas de mis mofletes- conseguí escapar, ni siquiera se como. Me encontré con Itachi cerca del reino y me entrenó hasta que conseguí hacerme princesa, luego por las circunstancias que ya sabes me convertí en reina, hace poco volví al poblado, ahora solo encontraras cenizas, por un gran incendio.-Me volví a sentar-y eso es todo.

-Valla lo siento... comparado con su historia la mía es un cuento para niños
-Intenté hacer la broma para romper el ambiente ya que estaba un poco tenso.
-Le estoy muy agradecido por su tiempo y que me haya contado esto de usted, gracias-Sonreí.

Negué energicamente la cabeza-tonterías, lo pasado pasado esta, y ahora a vivir el presente-me reí algo inquieta, era la segunda persona que sabia mi historia, y eso me ponía nerviosa-no hay que agradecer, no me importa contarte lo sucedido, ademas tu tembien me habias contado la tuya-

B-bueno es que yo soy agradecido así que se lo agradeceré las veces que haga falta
-Reí aun quedaba una duda por mi cabeza.
-Luccie... que se siente al tener... un hijo?
-Pregunte algo temeroso.

Me sonrojé,-es extraño la verdad, sentir algo dentro que te este dando todo el rato, por otra parte... es una parte tuya, y da la persona que amas, asi que.. realmente podría decir que eso que tienes dentro es lo que mas amas en el mundo, lo protejerias siempre y lo cuidarias. cuando nace es doloroso no voy a mentir, pero cuando la ves, abriendo sus ojitos, cojiendote del dedo, o cuando crece y te llama mama, cuando sus mayores sonrisas son cuando te acercas a abrazarla.-me quedé callada unos instantes-En esos momentos eres la persona mas feliz del mundo.

-Entiendo...
-Sonreí.

-¿porque la pregunta?-dije mirandole, luego me sorpendí-no.. no habras dejado a alguna chiquilla embarazada, mira que si es humana y le sale vampiro tendremos problemas-me levante algo agoviada.

-Me sorprendió el comentario.
-N-no no solo era curiosidad yo no voy por ahí chica por chica no niego que me gusten las mujeres... pero a tal extremo no llego
-Me puse algo colorado.

aaa..., bueno no lo digo como si fueras de flor en flor, solo que si te ha gusado una chica y por casualidad... bueno y.. esto.. ya... eso...-me puse muy colorada-Esto me supera!-me fuí una esquinita a encojerme de rodillas con la cara tan roja como mi pelo.

-Reí al verla.
-No había visto esta faceta de usted... que graciosa está jaja..

-Es vergonzoso hablar de esas cosas!, es.. nor..normal que me ponga asi-me levanté sacudiendo la ropa, aun sonrojada, tosí un par de veces, algo forzada-bue..bueno da igual, dejemos ese tema..-