Intentos (yuliya)

Llevaba días y días de huida de mi tierra natal, estaba cansada de los regentes de aquellas ahora tan lejanas tierras. Me tumbé en el suelo haciéndome todo el ovillo que podía teniendo en cuenta que seguía en forma de dragón.
Bajé la cabeza con los ojos cerrados, me sentía demasiado débil en aquellos momentos, sentía mis huesos mas frágiles como nunca y mis alas era como si se fuesen a romper en cualquier momento en el que me despistase.
Jugué a mover mi cola durante unos segundos, pero no muchas cosas conseguían animar mi estado de animo, después de ese encarcelamiento nada podía estar bien.

Estaba en medio del bosque, era una especie de claro pero aun la sombra me tapaba de los traicioneros rayos del sol. En verdad se estaba agusto en ese lugar, los pájaros cantaban compasados por el viento y el calor no era excesivo, realmente un lugar muy agradable,

Hoy también había decidido ir hacia los bosques de nuevo. Parecía que eran más sosegados de lo que esperaba, aunque iba llegando más y más gente estos días.

Esta vez no era excepción. Aunque al parecer, quien fuera estaba débil. Me acerqué cautelosa, escondiéndome tras el tronco de un árbol, y fundiéndome levemente mis manos con él, camuflando mi ahora aspecto de madera rostro.

Pero vi que era un dragón de piel muy clara, que parecía cansada y dolida. Entonces me volví nuevamente humana completamente y me acerqué lentamente, con cautela hacia lo que pensaba que era una dragona.

Me arrodillé a su lado, con las manos sobre las rodillas, mirándole con el rostro de preocupación. Fui acercando lentamente mi mano a su cabeza, despacio, no fuera a morderme, aunque notaba un aura de criatura que no animal, parecía totalmente un animal.

Tranquila...Estoy aquí para ayudarte..

Caminaba con tranquilidad por los bosques, con un pequeño libro con funda de piel marron en la mano, y la otra mano sumergida en el bolsillo del pantalon.

Miraba distraido como los pajaros se movían por el aire, planeando. Entonces, un olor dificil de distinguir llegó a mi, olia... como a hielo... pero... como si ese hielo... No sé, era extraño. Me guié por mis instintos hasta que... "¡Por los dioses!" bramé en mis pensamientos.
Quedé atónito, al distinguir a ese gran ser.. nunca habia visto nada parecido... solo en ilustraciones de libros y en poco más. Quedé maravillado, era precioso... los describian siempre más terroríficos pero no me inspiraba terror... más bien, compasión. ¿Por qué? ¿que era ese olor? ¿tristeza...? ¿Triste un dragon? dificil de pensar, cierto en mi olfato, él nunca mentía. Quedé quieto, petrificado, observandolo. Entonces... alguien emergió, fue como si la naturaleza misma acariciara a ese dragon.

-Dioses... si estoy soñando despertarme ya, sino... sabré que he caido en la más profunda de las locuras...-susurré, aun que seguramente esos seres me pudieran oir

Off: En principio era un tema privado aun que no tengo inconveniente en que te nos unas.^^U

Empezaba a dominarme un profundo sentimiento de nostalgia y a la vez de cansancio, quería descansar y dormir un rato. Pero antes de que pudiese hacer otra cosa escuché un susurro y noté una suave caricia en mi hocico, levanté la cabeza alarmada y algo desorientada ¿de donde habia salido? no la había sentido en ningún momento. Me levanté sobre mis patas retrocediendo un poco, pero me relajé al poco tiempo. Era como... como como si la misma naturaleza hubiese venido y me hubiese acariciado, en principio me sentía tranquila a su lado. Era humana pero olía como el bosque, como si fuese parte de el-¿quien eres?¿que eres?-pregunté casi temerosa con aquella voz gruesa pero aquel toque femenino. Entonces escuché a un muchacho hablar, alcé mi cabeza hacia el orgullosa.
Me habia puesto nerviosa pero su comentario me habia echo relajar-¿Acaso no has visto nunca un dragon?-bufé agitando mi cola.

Notaba mientras estaba con ella un aura acercarse, pero por el momento me había centrado en la dragona que tenía delante, ya que parecía algo nerviosa. Siseé suavemente con los labios, mientras acariciaba su cuello con la mano. Pero me quedé paralizada por unos segundos, al oir una voz profunda, aunque femenina. ¿Los dragones podrían hablar? No, no creo. No podía ser...A no ser, que fuera ..¿humana? No, tendría que ser un híbrido. Seguí acariciándola en cuanto me repuse del susto, suavemente, mirándole con ojos atentos y algo preocupados.

Soy una dríade...Una enviada de la naturaleza...Para cuidar de ella... Me llamo Yuliya... Dije con la voz pausada, y preocupada por ésta.

Pero parece que el aura se acercó más, y la dragona se levantó, aparentemente defensiva. Me levanté también, quedándome a su lado, y observé a un joven de aspecto apuesto, aunque por su rostro diría que algo incrédulo. Desconfiaba de la mayoría de los humanos, pero dado que éste no parecía tener intencfiones extrañas, traté de mirarle, no sonriendo, pero al menos más neutral. Me dirigí a él directa, con la voz algo suavizada.

No es un sueño, joven. Soy real, al igual que la criatura de Madre que se encuentra a mi lado... O quizás no es tan criatura como pienso...


Entonces al ver que la dragona se alteraba, volví a sisear suavemente, mirándola con atención, volviendo a pasear mi mano por su cuello suavemente

Sentí como si aquel dragon me bufara al hablarme... Pero, por los dioses, ¡hablaba! nunca lo hubiera imaginado, era fascinante...
Me fijé más detenidamente en aquel otro ser, que me contestaba con dulzura y suavidad. Era guapa, de eso no cabia duda, pero su pelo... extraño color... No reconocía su raza, aun que bien sabia que humana no era... no olía a humana, ni de lejos.

-Nunca en verdad, os creía extintos. No obstante... aqui estais...-contesté a la dragona, aun maravillado, estaba emocionado...-¿Como es que nunca habia visto algo parecido por estas zonas? ¿Acaso estabais escondido o... quizas... venis de tierras lejanas?-recordé algún comentario que hizo dana sobre los dragones, entonces supuse de donde procedía aquel ser.
Me centré entonces en la otra mujer, aquella dulce mujer.
-¿Y vos? no alcanzo a reconocer quien o de que raza sois vos.

Entonces cahí en la cuenta de que no me habia presentado. Me puse algo firme y me aclaré la garganta, se me habia quedado algo seca.

-Disculpen mis modales. Mi nombre es Dean, Dean Wingates. Un placer...

El asombro no me habia dejado fijarme en todos los pequeños detalles, tal y como yo solía hacer por mi capacidad observadora... Parecía aquel ser debil...

-Perdonad... ¿puedo ayudar en algo? Parece que os pasa algo-pregunté, ciertamente preocupado, a aquel dragon

Parecía extraño decir aquello, pero el siseo de aquella criatura me tranquilizaba de una forma increible ademas rapidamente, era agradable estar con alguien asi -¿driade? ve.. venis del gran arbol corazon?-pregunté. Muchas historias me habian narrado desde pequeña, pero nunca habia visto una de cerca, bien era cierto que era realmente hermosa y agradable.
Volví mis ojos al muchacho, parecía realmente confuso-Hay dragones sin duda por esta zona, pero no creo que sean como nosotros-Mi cuerpo se transformó hasta tornarse en mi forma femenina escamada de momento
-Mi nombre es Yukiko.. y vengo de muy lejos.. Dean, vengo del otro continente Linneris.-no quería dar mas detalles a un desconocido, los humanos no siempre eran demasiado agradecidos con esas cosas y siempre intentaban atacarme.
Entonces ambos parecieron preocupados porr mi estado, ¿tan obvio era?-Solo estoy cansada-¿Que les iba a decir? ?que venía huyendo de alguien que quería capturarme?. Era demasiado orgullosa como para decir algo asi y dejar expuesto mi ahora debil poder.-Disculpad si soy algo descortes pero los humanos... no me inspiran gran confianza, los ultimos que me encontré intentaron cazarme.

OFF Sobre lo de que Yuliya sea dulce...Es que la habeis sorprendido preocupándose por la forma de dragón de Yukiko, jeje. En realidad no es tan dulce normalmente con la gente que no conoce.

ON


Asentí ante la pregunta de la blanca criatura que tenía a mi lado, entornando hacia ella una sonrisa levemente.

Pero me quedé en silencio mientras el chico se dirigía hacia la dragona, y cerré los ojos mientras hablaban, tratando de discernir si había alguien más. Por el momento no parecia acercarse nadie más, así que abri los ojos lentamente, y desvié una mirada serena hacia él.

Veo que no mucha gente conoce a los míos...

Callé en cuanto se quedó firme y aclaróse la garganta, presentándose justo después.

Entonces la dragona se transformó en una mujer de aspecto delicado, grácil y bello, aunque todavía le quedaban reticencias de su transformación.

Entonces me incliné hacia Dean y Yukiko, aún con el rostro neutro sobre todo por el primero.

Me llamo Yuliya, y al igual que Yukiko, provengo del otro continente... Aunque desde hace poco, hemos empezado a aparecer en este también

ME levanté, y caí ehn la cuenta de que habíamos entrado en el tema de confianzas. Miré hacia otro lado, con el rostro algo ensombrecido por los árboles de los alrededores.

Si de confianza se tratara... Difícilmente me hubiera dirigido a ti, Dean... Yukiko es más... ¿Cómo decirlo? ¿Menos artificial... ? En cualquier caso, debo admitir que difícilmente confío en seres humanoides...

Entonces me quedé mirando fijamente a Yukiko por unos segundos al oirle decir eso.

Si veo algo así,que los humanos hagan daño a tan bello ser, se las tendrán que ver conmigo...
El que se atrevieran a algo así era de las cosas que me hacían hervir la sangre. No lo permitiría si en mi mano estaba el evitarlo.


ENtonces me giré hacia Dean, y me incliné de nuevo.

De todas formas, discúlpadme por haber dicho eso..

Vi como aquel dragon blanquecino se estaba transformando en, lo que era ahora... una mujer también bastante guapa... aun que era curioso eso de su pelo canoso. Quizas era rubio en exceso..
Ambas dijeron que yo era humano... Bueno, en parte no lo negaba, de echo tenía mucho más de humano que cualquiera de mi especie pero mis poderes eran de un licántropo, no de un humano corriente.

-No soy un humano. Soy un licántropo-respondé, aclarando la situación. Entonces miré a la curiosa mujer de pelo azul-Y tranquila... yo nunca haría daño al bosque... en gran medida, los bosques son nuestros hogares.

Hice una reverencia, las dríades eran unas de las pocas razas a las que yo respetaba con todo mi ser. Miré a Dean de arriba a abajo, si no fuese por que sentía su aura hubiese dicho que era un humano normal y corriente y al poco tiempo me lo confirmó-Vaya! veo que los licantropos pueblan estos lugares, hace no mucho me encontré con uno.- dije mirándome las manos.
Me sentía bastante débil todavía, malditos huesos débiles, entonces la piel se me aclaró hasta quedar tan pálida como siempre sin escamas de por medio, sin ningún rastro de lo que antes era.
-Disculpadme entonces mi trato, no hace mucho que escapé de unos cuantos humanos-me incliné ligeramente y luego volví a mi posición. Ese chico se me parecía a alguien pero no sabría decir a quien. Pronto me senté en el suelo con un gran suspiro, era demasiado extraña aquella situación después de todo.

Sonreí con plenitud al ver cómo se reverenciaba ante mi. Amaba a seres como ella, aunque solo si eran como ella de calmos. Había otros que no tanto...

Giré y ladeé la cabeza hacia Dean, extrañada con su respuesta. ¿Un licántropo?¿Qué es eso?

le dirigí una mirada neutra tras su respuesta. Si así era, me sentiría mucho mejor.

Me alegro de que así sea.... Quizás en un futuro colaboremos respecto a eso

Entonces me volví hacia Yukiko cuando habló, y vi cómo sus escamas desaparecían, dejando paso a su blanca piel, tan blanca como la nieve de los polos.

La chica parecía más cansada de lo normal. ¿Quienes intentaron cazarla lo hicieron hace poco? Entonces me senté a su lado, invitando con un gesto de la mano a Dean para que se reuniera con nosotros. Y miré hacia Yukiko, con mirada más tierna, completamente distinta a la que profería hacia los demás.

Yukiko... ¿De verdad te encuentras bien? Si te ha ocurrido algo, dilo... Puedo ayudarte, lo digo de todo corazón..

Vi como la piel de aquella dragona volvía a la normalidad.

-No somos muchos por estas zonas, a si que seguramente le conezca.-hice una pausa-y tranquila... en estas tierras yo tambien he presenciado muchas persecuciones... Entiendo el recelo ante los humanos

Yo tenía más parte d humano que otros licántropos puros, aun que si que era cierto que mi madre me abandonó practicamente... pero eso no era algo de lo que fuera a hablar, mucho menos con gente desconocida.

Me paré a observar a aquella dragona, no parecía encontrarse bien.
Quise acercarme a examinarla, des pues de todo, aun que no pudiera curar como Lucius al no tener poderes... si habia aprendido muchísimo de medicina.

-Perdona, pero... ¿que te ocurre?-no iba a ponerme a examinarla, seguramente lo tomaría como una amenaza, asique si me explicaba que la pasaba igual podía ayudar

Subí mi cabeza cuando sentí a la bella dríade sentarse a mi lado, realmente adoraba a aquellas criaturas nacidas de la mas pura naturaleza. Su cara mostraba preocupación al igual que la de aquel muchacho, realmente era demasiado evidente mi estado en estos momentos.
No me gustaba que las personas se preocupasen demasiado por mi, pero parecía que cuanto menos quería que se preocupasen mas atención me prestaban.
Suspiré rendida, estaba demasiado cansada para aquello-bien, vale-susurré pensando como empezar.
-soy de huesos débiles, nací asi no puedo volar durante mas de dos horas seguidas sin descanso y e recorrido millas para encontrar este continente, me e tirado semanas volando todo lo que podía.-dije con los ojos cerrados-Entonces llego y la gente me ataca y me persigue, basicamente no e tenido tiempo para que mi cuerpo se acstumbre ni a este ambiente ni mucho menos a esta hostilidad que hay entre todos.-miré extrañada a Dean-En linneris no somos asi, los humanos no son asi..-

Me mantuve en silencio mientras Dean hablaba, y me acomodé echándome ligeramente hacia atrás, apoyando las manos en el suelo, para ver cómo se acercaba Dean y preguntaba acerca del estado de Yukiko, como yo hice.

AL ver que suspiraba y dejaba entrever lo que sentía, miré con atención hacia Yukiko, volviéndome a quedarme recta, continuando mi profunda mirada hacia sus ojos azules, que atraían la mirada como si fuera un torbelino en el mar atrayendo a los pececillos.

Y a medida que ésta iba avanzando en lo que nos iba contando, mi mirada se entristecía.
Oh...Vaya, Yukiko...Debe ser terrible... PEro...

Aunque al final, mi melancolía se volvió enfado al recalcar la hostilidad de los humanos con ella.

Pero como encuentre a alguno haciéndote daño, se acordará de mí...


Entonces me volví hacia Dean, más tranquila que antes. No parecía mal muchacho, y me alegraba saber que así fuera.

Yo no tengo recelo a los humanos...Por ahora. NO me han hecho nada aún... Aunque sí otras criaturas...

Respondí levantándome del suelo, mirando hacia Yukiko con la mirada enternecida.

Si necesitas descansar, quizás quieras venir luego a uno de los árboles de donde vivimos. A lo mejor te costará al principio acostumbrarte a desscansar en alturas, pero espero que te sea agradable

Respondí acercando mi rostro levemente al suyo, sonriendo algo más de lo que solía

Miré a la dragona.

-Pero... más que cansancion, deberías sentir dolor. Los huesos no producen cansancio, el cansancio es puramente muscular, si tienes huesos fragiles y los fuerzas sentirías pinchazos por todo el cuerpo.-dije, examinandola con la mirada.-Quizás tambien tengas problemas musculares por esas metamorfosis. Yo te entiendo bien, cuando me transformo es una sensacion... muy muy desagradable, pero despues y antes estoy bien. No se...

Miré a aquel humano, al parecer tenía conocimientos médicos y no dudó en demostrarlos-bueno realmente me gusta decir cansancio, la gente se preocupa demasiado si les digo que estoy realmente dolorida por esto. No me gusta que se preocupen demasiado por mi estado-
Dejé de darle importancia, estaba demasiado nerviosa con ello. Entonces la hermosa dríade me invitó a ir con ella-No creo que deba... si que me gustaría algun día conocer aquel árbol del que tanto e oído hablar, pero tampoco querría interrumpir nada si molesto o algo así.-Dije algo cortada, no me imaginaba nada así.

-Si siento cansancio cuando me transformo, siento que mis músculos se tensan demasiado y luego se ensanchan y demás, aun así me gusta muchísimo sentir mi cuerpo de esa forma-apunté con cortesía.

Me quedé en silencio escuchando al humano licántropo que se hacía llamar Dean. Parecía que sabía bien acerca del tema de medicina. Mis conocimientos se basaban en el ensayo y error, la experiencia y la medicina natural.

Pero parecía que la forma física de Yukiko era más precaria de lo que pensábamos. Pobrecita... Me gustaría poder ayudarla

En cualquier caso, tendría la entrada abierta para cuando quisiera, aunque fuera a los árboles de alrededor del Árbol Corazón.

No interrumpirías nada. Así que cuando gustes, ven. Sin compromiso alguno... ¿De acuerdo?

Repuse con firmeza. No dejaría que se negara. Ahí estaba para cuando ella quisiera venir, se lo aseguraba.

Entonces comentó lo de sus músculos, y me senté de piernas cruzadas en el suelo mientras la escuchaba, con los ojos cerrados, meditando.


Hmm...ya veo...Quizás así como yo cuando tomo mi "otra" forma...Puede ser dolorosa, pero si mediante ello alcanzas un estado en el que te sientes bien contigo misma....No es problema alguno... ¿verdad?

asentí ante el comentario de la dragona aun que no me habia quedado muy clara la cosa aun.
Entonces comencé a ver que hablaban de irse a algun lugar, quedé duditativo.

-Yo... bueno, si molesto creo que será mejor que continue con mi paseo.

Su respuesta me sorprendio demasiado, bien sabía que los driades no invitaban a mucha gente a sus árboles y menos cerca de su arbol mas sagrado. Aun así la sonreí y agachando un poco la cabeza asentí, no quería prometer nada que no pudiese cumplir... Entonces Dean habló, me habia entusiasmado tanto con aquella mujer que me habia olvidado por completo de que el estaba ahí, me levanté enseguida disculpandome con las manos, pues no se me daba demasiado bien hacerlo con palabras
-No ibamos a ir ahora.. disculpa si te hicimos sentir desplazado, puedes quedarte si asi lo deseas-
Miré a otro lado, no me gustaba mucho disculparme, pero tenía que hacerlo.

Cuando vi que el humano se afligía pensando que él nos molestaba, me puse algo nerviosa, mirándole con los ojos pasando de él al vacío, al infinito que tenía detrás, agitando las manos nerviosita.

¡No, no!¡No molestas para nada!¡Ha sido un accidente!¡No quería hacerte sentirte aparte!


Repuse algo agitada, tras la disculpa de Yukiko, viendo cómo lo arreglaba. En situaciones sociales era alguien sin mucho conocimiento. Me costaba bastante relacionarme. Claro, era normal sabiendo lo que sé.

Bueno..quiero decir....quédate...Cuéntame algo más de ti, Dean...¿Cómo son estos lugares?¿A quiénes conoces?¿Y quién es tu dirigente?

Repuse sentándome de nuevo de piernas cruzadas frente a él, con las manos apoyadas en las rodillas. Realmente me interesaba saber más. Debía saber más

Vi las reacciones de las dos mujeres, y en el fondo me sentí mejor, pero también algo agitado por si estaban siendo, de alguna manera, obligadas a invitarme por cortesia. Contestaría a algunas de sus preguntas, siempre y cuando no fueran demasiado personales, y me iría para dejarlas tranquilas.

-Mmm... bueno... lo ultimo que querría es ser una molestia. De todas formas en no mucho tendré que marchar-dije, excusándome-Bueno... he viajado bastante por varios continentes y no veo demasiadas diferencias con este lugar. Si es cierto que las costumbres cambian, los paisajes y las lenguas, no obstante... siempre hay gente buena y... gente no tan buena. Pero para mi este lugar, concretamente los bosques, tienen algo que me ata sentimentalmente por mi niñez; Conocer.. bueno, realmente no conozco a tanta gente, me fui de muy niño y no hace demasiado que he vuelto, pero pera el poco tiempo que llevo aquí si que conozco a bastante gente, aun que alguna por un vano recuerdo de la infancia; y respecto a quien es mi dirigente: soy por herencia principe del reino licantropo renegado, pues mi padre es el rei. No obstante, mi graduación y poder aun no alcanzaron ese nivel. Pero si tuviera que acatar ordenes lo haría de mi padre.

hice una pausa, actualmente también acataría ordenes, por asi decirlo, de Katerina. Ya que, aun que no fuera dueña de mi rango, era dueña tanto de mis sentimientos, como incluso de mi vida... pues la daría por ella. Este último pensamiento me provocó un escalofrio. "Con que tan loco puede ser el amor" en cierto modo, aquello no me gustaba... pero era una verdad inmutable, en un momento de tensión, la irracionabilidad me gobernaría.

-Vosotras, sin embargo... ¿podeis hablarma más de vuestras razas y de vuestros continentes?-pregunté casi impaciente, aun que tratando de disimularlo. No podía negar mi emoción sobre las nuevas culturas que podría descubrir. Un amplio conocimiento aun desconocido para mi estaba ante mis ojos, no podía desaprovechar esa oportunidad, aunq ue tampoco quería ser grosero.

Ella estuvo de acuerdo conmigo, ninguna queríamos que Dean se sintiese desplazado, simplemente nuestra mente la mia por lo menos había volado por un momento a Linneris, nuestro hogar ahora muy lejano. Escuché a Dean con gran interes hasta llegar a la parte de que era el primogenito del rey de los licantropos, yo misma ya me habia dicho que se parecí a alguien y sin duda era a Andrew.
Sonreí-Ya sabía que me sonabas, un gran hombre tu padre-no pude evitar recordar el garrotazo que se habia llevado de la viejecita, no una sino varias veces.
Me quedé cayada unos instantes-Yo soy una uroba, humanos con sangre de dragon. Venimos de lejos, del otro continente Linneris.-Cayé, me era dificil hablar de ese lugar sin que se me hiciese un nudo en la garganta-Yo en concreto vengo del valle de la niebla, zona uroba, del palacio del colmillo cerca de los acantilados Vaeh Urobhak-Cuando lo dije todo me quedé callada unos instantes mirando su cara, seguramente no hubiese entendido ni una sola de las palabras que habia dicho.
-El valle de la niebla está en el centro de Linneris y es todo nuestro territorio, en el centro está el palacio del colmillo, donde el emperador y la emperatriz viven con sus mas altos rangos y familiares. Vaeh Urobhak está a unas pocas horas a vuelo, es donde los mas pequeños vuelan por primera vez-
Mi sonrisa se tornó nostalgica, recordando la primera vez que yo misma me habia convertido.

Me sorprendió saber que éste era el hijo del Rey licántropo. Pero lo dice con muchísima tranquilidad. Parece que no se preocupa por la gente que quiera quitarle la herencia al trono...

Quizás un tanto descuidado...Pero parece buen chico

O al menos eso juzgaba por lo que iba diciendo. Era bastante educado. Me empezaba a caer bien, de hecho, el primer hombre que me caía bien de todos los que había conocido por ahora.

Y además, se notaba que estaba ilusionado, y bastante, con que le contáramos acerca de nosotras. Yukiko empezó primero, así que atendí con calma a lo que iba diciendo.

Ladeé la cabeza en cuanto dijo que le sonaba. ¿Acaso se conocían?
Al parecer, conoce a su padre...


Y hablaba de su zona de residencia... Pero no me sonaba ni a mí siquiera. No sé si es que apenas exploré allí, o más bien, no tuve la oportunidad de explorar. Siempre había tenido miedo a ir muy lejos desde que ocurrió aquello.

Entonces me dirigí a Yukiko con sorpresa. Conocía el Valle de la Niebla, pero no sabía que allí vivían los Urobas.

¿Vivís en el Valle de la Niebla? Es un sitio precioso, pero no tenía ni idea de que vives allí. ¿Cómo es eso?


Me quedé un poco mirándola perpleja. Era algo que no me esperaba para nada. En cualquier caso, cuando me repuse, me dirigí hacia Dean, y le dediqué una sonrisa débil, la primera que le dedicara a un hombre jamás.

PUes verás, yo provengo del Bosque de Espinas, llamado así porque hay muchas zarzas entre otras cosas. Las Dríades somos parte de una raza un tanto solitaria, nos cuesta un poco comunicarnos con los demás...O por lo menos yo..

Iba bajando el tono, a la par que bajaba la mirada a la hierba, tras lo cual volví a mirar fijamente a Dean.

Más bien, yo no me comunico con los demás mucho, pero eso es otra historia. Donde vivimos es una zona boscosa espesa, donde apenas llega la luz del sol debido a tanto árbol y tan tupido que hay allí. Y somos un tanto pintorescas nosotras, la verdad

Por un momento casi me sorprendió saber que había conocido a mi padre, pero conociendole a él, no me extrañaba. Era un hombre amistoso y con demasiado afán de protagonismo como para no dejarse de presentar rapidamente ante los desconocidos.

Asentí, sonriendola calidamente en respuesta a su alago hacia mi padre.

la escuché con atención. Estaba a punto de preguntarla sobre aquella primera introducción pero cuando me la describió en mi mente aparecieron todas aquellas imágenes, y al menos allí se veía maravilloso. Se pudo distinguir un pequeño destello en mis ojos, llenos de interes y emoción algo controladas.

-Valla... ¿pero ese colmillo está echo de piedra? tiene que ser impresionante ver ese lugar rebosante de dragones de todas las edades planeando y agitando sus alas-dije con gran sinceridad y admiración.

Entonces miré a aquella otra mujer, que me dedicó una pequeña sonrisa, casi diría que forzada. Pero se la respondí de buena gana, se veía que no sonreía comunmente a todo el mundo.
La dediqué una calida sonrisa ante aquel debil comentario sobre sí misma, lo entendía muy bien. Si no hubiera sido por el bruto de mi padre yo ahora mismo apenas podría hablar con extraños.

-Tiene que ser un lugar muy acojedor, sin duda... y bonito. Imagino que tiene que ser extraordinario ver como esos pequeños rayos de sol se filtran entre la fondosidad de los arboles.

Deseaba que me contaran más, pero no sabía si preguntar

Miré a la pequeña dríade, o al menos pequeña en apariencia y sonreí-Claro que si, lo único que sobresale de toda esa espesa niebla es el gran colmillo el palacio y por alrededor estamos nosotros.-
Entonces escuché la pregunta del muchacho, realmente parecía que querían conocerlo mas a fondo entonces simplemente redacté orgullosa de mi pueblo y lugar de nacimiento.-El valle de la niebla es grande, ocupa todo el centro de Linneris y siempre está poblado de una espesa niebla que lo cubre entero, solo los que saben el camino encontraran nuestra morada. Ademas si miras desde lejos observarás sobresalir un pico grande y alto, el colmillo nuestro palacio totalmente excavado directamente del gran monolito de piedra que está echo, recortado con las garras de los dragones. Pero está rodeado de un grandioso bosque, lleno de vegetación y de animales-Eso me lo habían echo aprendérmelo miles de veces, pero yo nunca lo olvidaría, mis ojos brillaron al escuchar al muchacho-Cuando quieras te llevaré a conocerlo, los dragones son todos completamente diferentes de todos los tamaños, colores y con habilidades diferentes y espeluznantes en algunos casos.-

Entonces escuché a mi acompañante, nunca me había adentrado lo suficiente como para ver todo aquello que ella me contaba siempre salía corriendo pues las zarzas me tomaban siempre como enemiga.-Tiene que ser un lugar hermoso...-susurré con la mirada perdida, demasiado hermoso como para que algunas personas los descubriesen, pues muchos dragones no dudarían en quemarlo todo a su paso... como odiaba a esos dragones.