Intentos (yuliya)

Yukiko respondió. Un colmillo...Debía ser una construcción curiosa. Me preguntaba cómo se habría hecho.Parecía irradiar energía por esa sonrisa tan blanca que tenía. Me reconfortaba.

Al parecer Dean se veía sorprendido por lo que le contábamos. Y desde luego, tal y como contaba Yukiko, debía ser un lugar precioso. Aunque, después de conocer a cierto dragón, no estoy muy confiada con ellos, excepto con Yukiko particularmente.

Y asentí a Dean hacia lo que decía de ser un lugar bonito, callada.

Y sí, parecía que Yukiko también afirmaba lo mismo que Dean. Algún día tendría que llevarles allí. Pero tendría que cubrirme bien las espaldas. Debía asegurarme que nadie más que ellos venía.


La mirada perdida de Yukiko era algo que me había devuelto a la realidad. ¿Qué estaría pasando por su cabeza en estos momentos? No lo sabía, pero sí me gustaría saberlo.

Aun y con todo, desde que mencioné lo de la falta de comunicación, no paraba de rondarme por la cabeza lo que ocurrió tiempo atrás. Suspiré. Tenía ganas de contárselo a alguien, pues era una carga que llevaba siempre, pesándome en mi corazón.

Aah... Me gustaría ir a ver tu lugar de residencia alguna vez, Yukiko. Y Dean. ¿Cómo es tu reino?Debe de ser muy bonito dado que estáis ligados a los bosques como dices

Escuché con tención la descripción que mostraba Yukiko a mi imaginación, y allí almenos era grandioso. Me encantaba, sinceramente, me encantaba. Aquellos reptiles alados eran seres asombrosos, sin duda, y me sentia bien de conocer al menos a uno. Me gustaba que me contaran todo aquello pero solo servía para potenciar aun más mi insaciable curiosidad y ansia de conocimiento. Todo lo que había leido de los dragones es que eran seres desiadados, sin sentimientos, como cualquier otro reptil ya que no era fundamental pues no tenían con sus crias vínculos afectivos al no ser mamíferos, y la fecundación siempre solía ser como en el caso de los peces, sin contacto físico. Aun que ahora que lo pensaba... las dudas me empezaron a asaltar. "¿como será cuando tengan un hijo en forma humana? ¿Tendrán un niño normal, como los mamíferos, o por el contrario un huevo... como aquel mito en el que zeus, combertido en cisne, embaraza a una mujer y esta tiene un huevo?"

En verdad eran muchisimas las preguntas que tenía, y sería tan indiscreto preguntarlas todas. Por lo que traté de controlarme, aun que me costaba horrores.

Cuando me dijo aquello, mis ojos brillaron con una emoción atípica en mi, por lo que traté de controlarla, aun que no con muchos de los resultados esperados.

-¿En... enserio?-mi voz se entrecortó al principio de la emoción.

Escuché entonces el comentario de la dríade.

-La verdad... es que en comparación a lo que me habeis contado no es nada del otro mundo. Despues de tanta belleza narrada mis tierras no quedan más que como algo mundano. Aun que si quieres saber como es... bueno... todo el reino está rodeado por un bosque inmenso. Tiene una amplisima variedad vegetal, además de animal. Tras el bosque se encuentra un campo abierto, completamente despejado en cuyo centro está el castillo. Es un castillo rustico, de solidas piedras grises, bastante cuadriculado, de estilo románico. No obstante, a diferencia de otros castillos y modificando un poco ese predominio del mazizo tipico románico... tiene muchísimos balcones desde los cuales se puede ver perfectamente la periferia y el cielo. Tras el castillo sigue ese descampado que lo rodea entero, y de nuevo el bosque, que esta vez condude a un gran lago, resguardado por las montañas al horizonte, por donde siempre se esconde el sol. Desde allí, cuando el sol está ya lo suficientemente bajo, el calido tono que este emite se proyecta en las cristalinas aguas del lago, y baña todo el castillo combirtiendo esa fria roca gris en parte del paisaje, cubierto en su base por la sombra de los arboles.-hice una pequeña pausa, sonriendo para mi mismo-No es un lugar especial en sí, pero sobretodo lo que destaca es la vitalidad de la que está rodeado y de las sensaciones que nos provoca a todos los licántropos ya que solo con estar allí, sabemos que es nuestro hogar.

Sonreí orgullosa de mi tierra, sentía un gran respeto por todo lo que allí habitaba, tanto míos como renegados todos habíamos salido de la misma tierra y terminaríamos en la misma tierra.

-Claro que si! gustosa os puedo llevar cuando vosotros lo deseéis, una vez descubierto por donde pasar no tendréis problema alguno para volver- Entonces la dríade habló, la verdad es que siendo como eran no me extrañaría que viviesen en un bosque aislados de ojos curiosos y no me equivocaba.

El decía que comparado no era nada, pero al menos en mi imaginación era un lugar completamente hermoso, el lago al atardecer, la vegetación y los animales corriendo por doquier-Puedes pensar que no es nada comparado, pero... seguramente sea mucho mas maravilloso de lo que a ti te parece, cuentas algo que parece y estoy segura de que es hermoso.- sonreí con delicadeza cerrando los ojos, en verdad en mis pensamientos era algo hermoso.

Según parecía, Dean estaba muy emocionado contando acerca de su hogar. Y según lo que contaba, parecía más bonito de lo que propuso antes. Me encantan los bosques, los animales, los castillos de aspecto antiguo (pues eran auténticas preciosidades), y sobre todo, mucha natureleza.

Había quedado prendada de lo que decía, y sonreí algo bucólica por ello. Me lo andaba imaginando tanto, que pensaba que lo tenía al alcance de mi mano. Entonces Yukiko sonrió, y habló orgullosa, y con razón. Desde luego, debía de gustarle mucho su hogar.

Me parece bien, Yukiko, yo por mi parte iré encantada para allá, jeje..

Repuse sonriendo más bucólica y pizpireta que antes.

Me puse al lado de Yukiko durante unos segundos, y sonriendo, continué lo que ella decia

Secundo su opinión. Debe de ser un lugar digno de plasmar en un lienzo

Repuse volviendo a colocarme entre ellos dos, mirando a Dean con atención, sonriendo de nuevo con animosidad.

¿O acaso me equivoco, Dean?

Sonreí, perdiendo la mirada en un punto indefinido del suelo, recordando el lugar en el que había vivido tan buenos años. En seguida alcé la cabeza, sonriente.

-Aun que solo sea por el aprecio que le tengo, si es cierto. Supongo que os pasará igual-dije, sobre todo mirando a Yukiko ya que en su descripción olía puramente a orgullo por su tierra. Y con razón, creo que todos nos sentimos orgullosos por nuestras tierras.

Levanté la vista al cielo, había pasado bastante tiempo sin darnos cuenta. Seguía pensando que había interrumpido una reunión importante. Las miré de nuevo.

-Señoritas, ahora sí. Un placer haberos conocido y espero que sigan repitiendose nuestras conversaciones.-Hice una pequeña reverencia, como me era costumbre hacer-Nos vemos.