un solitario paseo (libre)

La sonrisa de mis labios desapareció al instante. ¿cuanto hacía que no me sacaban aquel tema? demasiado tiempo diría yo.

-Fue hace mucho tiempo- comencé a hablar- a veces parece que era ayer cuando todavía era una joven doncella de 16 años que trabajaba en aquella mansión- me esforcé en recordar todo aquello, pues desde que me convertí en vampiro recordar ese tipo de cosas me era muy difícil- mis padres murieron cuando yo aún era pequeña y mi tía se ocupó de mí. Las dos trabajábamos como doncellas en una gran mansión. Todo iba bien hasta que conocí a hijo de los dueños. Se llamaba Dasfinguer, era un joven muy apuesto y en seguida nos enamoramos. Todo iba bien hasta que sus padres se enteraron de nuestro romance. Yo solo era una simple doncella y no estaba bien visto... así que no nos quedo otra opción que fugarnos juntos.

Me cruce de brazos y mi mirada se volvió mas seria todavía.

-recuerdo perfectamente lo que sucedió aquella noche...por que fue mi última noche como humana- me aclaré la garganta- quedamos en un bosque cercano a la mansión, pero pasaron las horas y él no venía...ya lo daba todo por perdido y me iba a ir pero entonces algo me empujó muy fuerte contra el suelo. Y le vi a él, Dasfinguer, sus ojos eran rojos y tenía unos grandes colmillos. quise huir pero ya era demasiado tarde. Me clavo sus colmillos y me dejo medio muerta allí mismo. Luego despareció sin dejar rastro, nunca mas supe de él. Tuve que dejar mi vida atrás, mis sueños y sobretodo...no pude despedirme de mi tía.


recordar todo aquello me dolía.

Mi cara se tornó demasiado seria, esto ya no era un dolor común sino que ella estaba reviviendo uno de lo dolores mas fuertes que probablemente haya vivido a lo largo de toda su vida.

Me ayudé con el viento para provocarme tres cortes no muy profundos que cruzaran mi espalda, lo cual hizo que mi melena se moviera cosa que podría pensarse que era por una corriente de viento natural. Provocar dolor a los demás era algo que no me gusta y mucho menos algo que me perdonara, por eso aquel dolor que me provoqué no perturbó mi rostro pues no me permití el lujo de quejarme por aquello.

- Perdona, supongo que no es un recuerdo muy bueno para ti, si os sirve e algo podría ofreceros mi cariño, aunque no creo que compense aquello, haré lo posible para que lo olvide.

Dije mostrando una sonrisa que por detrás estaba llena de arrepentimiento.

El viento se levanto un poco mas fuerte de lo normal, demasiado casi parecía algo sobrenatural. Mire con curiosidad a Darksik, era un demonio pero no le había preguntado que elemento era...creo que era de viento pero no lo sabía con certeza.

-Que raro que el viento se haya levantado así de pronto ¿no?- dije curiosa- parece demasiado raro. Por cierto no te preocupes por lo que me has preguntado al fin y al cabo tú no sabías nada.

Ella había percibido que aquel viento no era muy normal, pero jamas diría lo que he hecho, esas acciones eran solo de mi incumbencia, así que puse cara sorpresa e incomprensión para que ella lo interpretara como algo natural que no tenía nada que ver conmigo.

- La naturaleza es así de imprevisible, no es nada de extrañar. - dije sonriendo - Si no me preocupara no sería yo mismo, me gusta ayudar a mis conocidos y mas si el motivo de su dolor tiene que ver conmigo. Lo siento si te incomoda.

Parecia un tipo muy amable y se estaba portando muy bien conmigo, tanto como suele hacerlo Ian. Me acerque hasta que estuve a pocos metros de el. Le dedique una leve sonrisa. Luego le abrace y me tope con una desagradable sorpresa. Mis manos se mancharon de sangre. Me altere un poco pues llevaba dias sin alimentarme.

-estas sangrando, ¿que te ha pasado?

La noche seguía su curso, continuaba divirtiéndome con aquella chica riéndonos todo lo que podíamos y sufriendo nuestros dolores juntos. Todo iba bien hasta que se me acercó y me sonrió, me sonrojé demasiado mas lo peor aun estaba por llegar pues ella al abrazarme se apoyó en las heridas de mi espalda, llenándose de sangre la manos.

- Digamos que es un pago por mi errores.

Respondí con una sonrisa en el rostro sin darle importancia a la situación.

No queria haber escuchado eso pero era cierto. Y algo me decia que yo tenia que ver en todo este asunto. Me mordi el labio sintiendome la persona mas miserable del mundo

-esas heridas que tienes en la espalda...¿Te las hiciste por lo que te he contado? Ya sabes...lo que te he contado hace un momento...

En verdad no quería darle la respuesta a aquella pregunta pero probablemente me leyera la mente para averiguar si era verdad lo que decía y en esa ocasión en mi mente, aunque intentara ocultarlo, podría ver perfectamente cual era la verdad de la situación.

- No es culpa tuya, fue cosa mía el preguntar y aunque no hubieras contestado probablemente hubiera acabado igual pues la reacción de tu cuerpo habría mostrado tu dolor. Cuando alguien sufre ya sea física o mentalmente por mi culpa, hago algo como esto, para no olvidarme de como se sintió aquella persona en ese momento en el que yo la fallé.

Agaché un poco la cabeza y me giré dándola la espalda, tras lo cual me quité la camiseta dejando al descubierto una espalda llena de pequeñas cicatrices.

- Cuanto mayor fue el dolor que sintió aquella persona mas cicatrices dejé en mi cuerpo, 5 de todas las cicatrices que poseo son de cuando di la noticia a los familiares de algunos amigos míos de que ellos habían dados su vida a cambio de la mía. En cuanto a las demás cicatrices hace tiempo que olvidé el motivo mas nunca olvidaré lo que representan.

Le mire con desaprobación, no me gustaba que la gente hiciese esas cosas. Ladee mi cabeza de un lado a otro.

-No tendrías que haber echo eso- dije un poco triste- mira como te has dejado la espalda. Dejame ver esa herida...no tiene muy buena pinta.

Me puse de rodillas en el suelo y le levanté un poco la camisa, en efecto aquella herida sangraba demasiado.

-Me lo temía- dije mirando su herida- esto tiene mala pinta.

Mi mirada estaba perdida en el horizonte, el dolor que sentía, seguía haciéndome querer gritar de dolor mas no era algo que me fuera a permitir, pues era parte de mi determinación.

- No deberías preocuparte por eso, me he hecho heridas peores. - dije girando la cabeza para intentar mirarla, ya que estaba de espaldas - De todos modos no hay nada para tratar la herida ahora mismo así que ¿que mas da?

Alcé mi vista al cielo al acabar aquella frase, en un intento exitoso de distraerme del dolor de mi espalda.

El olor de la sangre penetraba mas fuerte en mis fosas nasales. Tenía que ser fuerte, en cuanto me fuese de allí me iría a cazar, necesitaba sangre con urgencia, mis ojos esmeralda empezaban a volverse rubiés poco a poco.

-No podemos dejar esas heridas así, pueden ponerse mucho peor todavía. Algo podré hacer. Con tu permiso...

Arranque un trozo de la camisa de darksik y me fuí a un riachuelo que quedaba cerca. Moje la tela allí. Al instante volví hacia la piedra y pase lo que fue parte de su camisa por las heridas de Darksik.

-No soy muy experta en este tipo de cosas...aunque me hubiese gustado ser médico si no me hubiesen "matado"- dije intentando quitar hierro al asunto- de todas formas si te duele dimelo y paro.

La respiración de Natasha se estaba acelerando, me giré a ver que pasaba, sus ojos verdes se volvieron rojizos ojos que miraban la sangre con deseo. Volví a mirar al frente agachando la cabeza para reprimir el dolor.

- Esto... si no me equivoco necesitáis sangre para vivir ¿no? Y si estoy en lo cierto y tus ojos no mienten, la necesitas cuanto antes. Tal vez os neguéis pero desde mi punto de vista esa sangre ya la he perdido y no volverá a mi cuerpo, si tanto la necesitas es toda tuya.

¿quien leía ahora el pensamiento a quien?

No iba a permitir eso, tenía que guardar la compostura.

-¡No! de ningún modo voy a hacer tal cosa, bastante es que ya te hayas infligido estas terribles heridas por mi culpa como para que encima te tenga que absorber también la sangre. Puedo aguantar todavía un poco. No te preocupes.

- Natasha no seas tonta no se trata de que puedas aguantar o no se trata de que necesitas sangre y yo ya estoy sangrando, el motivo es lo de menos, aprovecha y coge lo que necesitas. Te lo estoy ofreciendo yo, no hace falta que te hagas la difícil, no me cabrearé y ademas así podré disfrutar mas de tu compañía.

Giré la cabeza de nuevo y la saqué la lengua para que viera que de verdad no me importaba hacer aquello, tras lo cual volví a mirar al frente, por si prefería que no mirara.

Me tome unos segundos para meditarlo mejor. Al fin me decidi.
Puse mis manos en su espalda y me incline un poco, mis colmillos ya estaban completamente fuera. Y lentamente empece a clavar mis colmillos en su herida. te voy a hacer daño, perdoname por favor
Empece a sacar sangre de el. El sabor era magnifico e increiblemente adictivo. Tuve que hacer un gran esfuerzo en parar.
La sangre se empezo a derramar por mis labios.

El dolor se hizo intenso en el momento en el que clavó sus colmillos en la herida, aquel dolor casi hizo que este se manifestara mas pude mantener la seriedad en mi rostro, no sin esfuerzo.

- Al final elegiste bien. - dije riéndome levemente - Mientras no te acostumbres a chuparme la sangre, aunque quizá podría acostumbrarme.

Me retire poco a poco de el intentando recuperar el ritmo normal de mi respiracion. Estaba demasiado agitada. Llevaba demasiado tiempo sin beber.
Me limpie un poco la sangre y me levante del suelo.

-tranquilo, no volvera a suceder

Me giré moviendo mi cuerpo lo menos posible, para que la herida se cerrara lo antes posible intentando evitar que se abriera aun mas.

- Eso dependerá de la situación.

- Se la ve aun muy seria no debería preocuparse por estas cosas, no es nada malo, solo son situaciones que no ocurren a menudo pero que no hay que evitarlas o sentirse avergonzado por vivirlas.

Saqué uno de mis cristales del bolsillo de mi pantalón dejándolo delante mía de manera que ambos pudiéramos disfrutar de la belleza que ofrecía.

Ahora que estaba mas relajada podia hablar con mas claridad.

-no tenia que haber dejado tantos dias sin que probase ni una gota de sangre. Perdona, seguramente te he abierto un poco mas tus heridas.

Me sente de nuevo junto a el y observe su piedra.

Seguía aun preocupándose por el estado de las heridas de mi espalda, cosa que no me agradaba demasiado, pues solo haría que siguiera habiendo tensión entre los dos.

- ¡¡AH!! ver si dejas de preocuparte por tonterías.

Dije alzando la voz en la primera palabra, llevándome la mano a la espalda para gastarle una broma, tras lo cual comencé a reirme.

- Deja de disculparte por esas tonterías estoy casi seguro que hay algún otro tema del que te gustaría hablar.

Por priemra vez en aquella noche sonrei con sinceridad. Parecida empeñado en que pensase en otra cosa, me despertaba mucha curiosidad.

Le mire a los ojos en busca de una respuesta que nunca me llego.

-dime, ¿a que viene ese empeño de hacerme sentir bien? Es bastante curioso

Aquella pregunta me sonó, extraña incluso, la miré con una cara algo preocupada, mas volví a sonreír rápidamente al ver su sonrisa, era cálida y alegre, una sonrisa contagiosa que lograba animarme.

- La verdad es que no tengo motivos para querer animaros. - dije haciendo una pausa - Mas cierto es que tampoco lo tengo para no hacerlo, mis motivos... digamos que de momento me has causado una buena impresión y que me gustaría que con el tiempo esto fuera una bonita amistad.

En mi rostro se dibujó una cálida sonrisa, mas se borró unos instantes antes de que comenzara a hablar de nuevo.

- Si me permites el comentario, tu pregunta daba a entender que no es que mucha gente os apreciara, no me gustaría que dijerais eso de nuevo pues estoy seguro que mucha gente os valora mas de lo que creéis.

Su pregunta me pillo desprevenida, no me habia parado a pensar en ello o en si era muy querida por otras personas. Tampoco me preocupaba, no eran cosas que me quitasen el sueño. Me encogi de hombros.

LLevaba demasiado tiempo encerrada en el castillo que no me había dado cuenta que había perdido muchos contactos a lo largo de los años pero...sorprendentemente tampoco me quitaba el sueño aquello.

-La verdad si soy querida o no entre la gente no es algo en lo que piense....

Menuda historia que tenía esta muchacha, resultaba algo extraño encontrar a alguien que no se preocupara por si le quieren o no pues la gente acaba necesitando ese cariño que recibe de los demás. Tal vez estaba interpretándola mal o quizá aun no había superado la perdida de la persona que amaba, en cualquier caso era algo que no me gustaba demasiado.

Me recliné y me tumbé boca arriba para pensar. La verdad no sabia muy bien que decir o hacer, ella parecía pasárselo bien que era lo que me importaba. Acabé cerrando los ojos aun tumbado en busca de algún tema de conversación, mas mi mente aun se dirigía a aquella última frase que había salido en nuestra conversación.

Me alejé de él y me tumbe en la poca hierba que había en el lugar, se estaba bastante comoda allí, la niebla se estaba disipando poco a poco y cerre los ojos dejandome llevar por los sentmientos.


-Se esta muy a gusto en este lugar, la naturlaza siempre me gusto. Cuando era joven soñaba con tener una casa en mitad del bosque