un solitario paseo (libre)

Me estiré un poco mas tuve que parar al notar el dolor de una de las heridas de la espalda. Estaba bastante a gusto allí, la niebla se disipaba dejando pasar entre ella los destellos de la luna.

Ella había solucionado mi problema de no saber que hablar, incluso había compartido una opinión en la que coincidíamos.

- En verdad es un lugar precioso, al igual que la noche. Me alegro de encontrar a alguien que también valore la naturaleza. En cuanto a ese sueño podría haber sido yo el que te ayudara a cumplirlo, pues yo viví en una ciudad oculta en los bosques mas ahora es algo difícil ayudarte con eso, en cualquier caso es un sueño que podéis alcanzar fácilmente.

Al fin el tema era verdaderamente interesante, no conocia nadie que apreciase la naturaleza. Y a el parecia encantarle. Le sonrei ampliamente y le mire con interes.

-en serio vivias en el bosque, tienes que contarme todo eso, me encantan las casa en medio del bosque, tiene que ser muy bonito estar alli

Parecía que habíamos encontrado un tema en el que ambos podríamos compartir opiniones que el otro probablemente comprendería y apreciaría.

- En verdad no era una casa como tal.- dije alzando la mano con la que sostenía uno de mis cristales - Mi ciudad se hallaba pegada a un acantilado en el cual había dos arboles que destacaban sobre el resto, cuyas raíces se entrelazaban de modo que no se permitiera ver la ciudad desde fuera. Aquellas raíces respondían al sonido de una armónica, que hacía que estas se movieran permitiendo el paso a los ciudadanos. - mi voz se llenaba de alegría e ilusión según iba relatándolo pues eran recuerdos que atesoraba enormemente - Mas aquel encanto exterior no era lo mas hermoso, tras aquellas raíces, se ocultaba una ciudad cuyos aldeanos vivían en pequeñas casa que habían esculpido en las raíces mas grandes y al final de toda aquella ciudad un acantilado blanquecino moldeado por el agua con una cascada, que a través de algunos surcos que servían de decoración llevaban agua a toda la ciudad.

Aquel relato me relajó muchísimo el recuerdo de mi hogar no cayó en el olvido, seguía junto a mi y no permitiría que nadie me lo arrebatara.

Le escuche bastante atenta y no me perdí ni un solo detalle del relato que me estaba contando. Parecía que todos aquellos recuerdos le estaban haciendo bien yo por mi parte sólo pude sonreírle y prestarle mas atención todavía.

-Vaya, si que es un sitio precioso, tenía que ser genial vivir en un lugar asi...creo que me das envidia y todo. El castillo de Luccie es muy cómodo y nunca me falta de nada pero...a veces me resulta un lugar solitario y frío.

Mi cuerpo se estremeció al oír el nombre de Luccie, hacía tiempo que no la veía y contando lo sucedido en la guerra probablemente me esperara un reencuentro bastante malo.

- Menuda la que me espera, al menos podría pasar algo para compensar la que me espera.

Su comentario acerca de lo que fue mi ciudad me alegró bastante, incluso consiguió hacerme sonreír al pensar que no era un único que disfrutaba de todo aquello.

- Mas bien era un sitio precioso. - dije haciendo una pequeña pausa - No creo que nadie esté en posición de envidiarme, puede que tu hogar a veces sea solitario y frío pero siempre podéis llevaros a alguien para haceros compañía, así podréis solucionar fácilmente ese problema.

Capte de nuevo sus pensamientos, al pobre le esperaría una buena...Luccie aún estaba mas molesta que yo con la actitud de los demonios frente a la guerra.

-Si, en verdad deberías preocuparte por lo que pueda hacerte Luccie cuando os encontreís de nuevo...ella es muy buena y perdona muchas cosas pero vuestra posición en la guerra dejo mucho que desear, la verdad es que te lo vas a tener que currar mucho.

Yo solía ser mas temperamental e impulsiva que Luccie pero no sabría como iba a reaccionar.

Cuando comenzó a hablar me levante y sujeté sus brazos contra el suelo, acercando mi cara, la cual estaba roja de vergüenza, a la suya de manera que no hubiera mucha distancia.

- Creía que no ibas a leerme mas la mente.

Dije con un tono enfadado, aunque se podía entender que era una broma, acto seguido saque la lengua y me senté a su lado.

- En verdad no me preocupa que me leas la mente pero al menos avísame para no tener pensamientos extraños. En cuanto a lo de Luccie se que me espera una buena reprimenda pero no tengo problema con ello pues es lo que me he ganado. Ya me las apañaré.

Acerco su cara a la mia, nuestros rostros estaban muy cerca. Pero me daba igual, no era la primera vez que estaba en una situacion asi. No me iba a acobardar. Note el rubor en sus mejillas.

Vaya, hasta los demonios se ruborizan

-Querido, te dije que no diria lo que pensabas, no que no siguiese leyendote la mente. Ademas no te preocupes, estoy curada de espantos. Y en cuanto a lo de Luccie, como dije antes no tienes de que preocuparte. Es demasiado buena, acabara perdonandote.

La miré mal como si fuera lista y se lo tuviera muy creído.

- No recuerdo que hayas dicho nada de eso, todo lo contrario has dicho que aunque buena debería tener cuidado de no liarla, aunque también has dicho que perdona muchas cosas. ESTO ES UN LÍO.

Una hoja de una árbol cercano llegó a mis manos, comencé a juguetear con ella dejando que el viento la deslizara entre mis manos.

- En cualquier caso prefiero no pensar en esas cosas, creo que hay mas cosas interesantes para hacer por el mundo, muchas cosas que quiero conocer y mucha gente con la que quiero disfrutar, quien sabe, quizá hasta formo una familia.

Mire sorpendida a Darsik,

-vos sois un demonio de lo mas peculiar. Amais la naturaleza, os preocupais de jovenes damas...incluso en vuestra mente queda ese sueño de encontrar a una buena mujer, convertirla en tu esposa y juntos poder formar una familia...nunca he conocido a un Demonio como tu

Era demasiado amable como para ser un Demonio.

- En verdad no sé muy bien como interpretar esas palabras pues, en parte parece que me apreciáis por como soy mas, por otra parte, parece que me excluis como demonio.

Si me paraba a pensarlo muchos demonios que conocía eran fríos y crueles, rasgo que al comparar con los de mi personalidad, no se asemejaban demasiado.

-En verdad no poseo ninguna de las cualidades que la gente considera propias de un demonio.

- ¿Estas seguro de eso?

Al oír aquella voz mi cuerpo se puso tenso la miré directa a los ojos y mi cuerpo solo buscaba una frase que me eliminara como sospechoso de aquella voz, pues ella también la habría oído, mas quizá lo interpretara como si fuera alguien oculto entre las sombras.

- ¿Has oído es voz?

Pregunté exaltado en un vago intento de que no descubriera lo que pasaba.

iba a contestarle de nuevo pero algo me detuvo, me metí en mas profundidad en su mente. Algo raro note...un pensamiento totalmente distinto al de Darsik pero que a la vez estaba metido en su propia mente...era todo muy confuso.
¿qué esta pasando aquí?

Algo raro estaba pasando en su mente, tenía que indgar mas note un punzante dolor en mi cabeza pero decidí continuar.

Ella ya se había dado cuenta ,su manera de mirarme era diferente, es confianza que tenía en mí parecía haber desaparecido en cuestión de segundos.

- ¿Ves? Nadie puede llegar a apreciarte estas condenado a sufrir.

Cerré los ojos y apreté los dientes, es voz no hacia mas que sumirme en las tinieblas de mi propia alma parecía que solo quería ver sangre allá donde fuera.

- Me dejarás matarla a ella.

- ¡Cállate! Ella ya ha sufrido bastante, no seré yo el que permita que le pongas un dedo encima.

Abrí los ojos de nuevo observando a Natasha la cual ahora parecía estar recibiendo dolor, al intentar leerme la mente. Me dí la vuelta para evitar verla, cerré los ojos con calma comencé a vaciar mi mente de todo pensamiento. No podía permitir que saliera aquí no sabía que podía pasar. En mi mente se oyeron los gritos de aquella personas que habían visto a aquel ser, mas finalmente pude vaciar mi mente.

- Quizá hoy te libres, pero no olvides... que soy parte... de ti...

Al terminar de callar aquella voz en mi interior miré a Natasha esperando cualquier tipo de reacción, estando alerta por si este incidente en verdad hubiera hecho que perdiera la confianza en mi.

Ya no me cabia la menor duda de que en su cabeza se esta librando una lucha interna para ver quien obtenia el control.
¿doble personalidad?, o algo mas complejo que eso?
No tenia la menor idea. Pero por el momento no queria dejar de leer.
El nuevo inquilino no parecia muy contento con mi presencia. Acerque una mano hacia mi espada, rozandola solamente.

-Darksik, ¿te encuentras bien?

Aun me hallaba de espaldas a ella sentado en el suelo con la cabeza girado para poder verla, mas vi algo que no querría haber visto. Vi como su mano se deslizaba por la empuñadura de su espada.

- Ves solo busca tu muerte, quizá tu sangre, quizá diversión.

Mi ojo izquierdo que era el que Natasha tenia a la vista, cambió de morado a un amarillo muy brillante.

- Se que no haría eso, si quisiera hacerlo ya lo habría hecho.

- ¿Acaso hay algo mejor que traicionar a la gente cuando mas confía en ti?

- Si, estoy bien descuida.

Me mordi el labio, la otra voz parecia mas lista de lo que parecia. No sabia que hacer pero ese inquilino me gustaba cada vez menos. Aleje mi mano de la empuñadura aun teniendo el presentimiento de que no era una buena idea.
El dolor de mi cabeza era cada vez mas punzante pero tenia que resistir al menos un poco mas.

- No seas tonta Natasha, ambos sabemos porque has cogido la espada, no la sueltes.

Me estaba pudiendo, mi ojo derecho paso también de morado a amarillo brillante, me estaba empezando a controlar, parecía tan absorta en escucharle que se olvidó de todo lo demas.

- Avísala si quieres, no cambiará nada, no eres mas que un desconocido para ella, acaso crees que dudará en matarte por haberla mostrado quien eres, eres patético.

- Se que no dudará, pero al menos no tendré que sufrir otra vez por matar a alguien a quien aprecio.

Me llevé la mano a la cara tapándome el ojo derecho intentando controlar a aquel ser que intentaba manipular mi cuerpo para causar mas dolor.

Las cosas se estaban complicando cada vez mas. Aquella otra personalidad se estaba apoderando del cuerpo y la mente de Darksik cada vez mas, no sabia que debia hacer...un paso en falso y se acabo para los dos.

Aleje completamente la mano de mi espada aunque no descartaba la idea de volverla a posar ahí. Le mire con decision y sin ningun apice de temor en mis ojos.

-Eh tu, seas quien seas, identificate inmediatamente.

Era una exigencia, pero no me daba ningun miedo. No me crie en un clan de mercernarios para acobardarme ahora.

Ya no sabía que hacer, mis ojos ya no me pertenecían, mis visión en esos momentos no era mas que la mas profunda de las tinieblas. Cada vez estaba mas nervioso, si no paraba esto pronto no lo pararía a tiempo.

- Al menos tienes un buen gusto por las mujeres, quizá pueda divertirme con ella. Lastima que aun no la oiga, en su rostro hay preocupación lastima que no puedas disfrutar de eso.

Que estaría pasando, aun podía mover mi cuerpo a voluntad, por lo que estaba algo mas tranquilo, pero por cuanto tiempo podría mantener el control.

Cada vez estaba perdiendo el control, su mente estaba enredandose cada vez mas y el dolor de mi cabeza aumentaba cada vez.
No me contesto a la pregunta, no sabia si podia oirme o no pero de lo que estaba segura es que cada vez estaba tomando mas el control sobre el cuerpo de Darksik.

Tenia que actuar rapido. Use mi agilidad y me coloque detras de Darksik, cogi su muñeca y se la lleve a la espada. Ahora estaba inmovilizado. Me acerque a su oido.

-No te muevas ni un centimetro-dije susurrandole al oido-sal del cuerpo de Darksik, ¡ahora mismo!

El mundo estaba desapareciendo, los sonidos se hicieron lejanos hasta que dejé de oírlos, ya no podía saber si hablaba o simplemente escuchaba mi voz en mis pensamientos.

- Quizá esto es lo que se siente al morir.

Siempre venía a mi ese pensamiento, cada vez que perdía el control de mi cuerpo, cada vez esa sensación era mas solitaria y traía consigo mas dolor. Mis pensamientos se nublaban y volvían oscuros mas algo logró distraerme de aquello, Natasha, ella estaba intentando inmovilizarme, ella sabía que perdía el control, no era el tipo de contacto que yo buscaba pero al menos despejó mi mente. Me dispuse a hablarla pero no podía mover mi labios ya había tomado el control.

- Niña tu sabes lo que dices, es como quisieras sacarle su propio cerebro, estamos unidos y no es algo que vaya a cambiar. Busca otro acompañante pues probablemente si sigues con él alguien lo acabará pagando. El esta condenado a ser despreciado y vivir en soled...

- Siempre intentaras destruir todo cuanto construyo ¿verdad? No veo no oigo tampoco puedo hablar, solo soy una voz en tu cabeza, mas se que ella no desea verme mal, si lo quisiera ya me habría matado, ella se ve en peligro y aun así solo me inmoviliza. Ella no creo que me abandone fácilmente ríndete ya de una vez, hoy no puedes ganar.

El dolor era cada vez mas intenso no podría resistirlo mucho mas, pero tampoco podía dejar de leer su mente y menos sabiendo que otra personalidad estaba intentando adueñarse de los actos de Darksik. Me maldije a mi misma por no tener mas poder y ser una simple princesa.
Cerré los ojos y pense que debería hacer en estos momentos.

Zarandeé a Darksik desesperada, tenía que reaccionar de una maldita vez antes de que fuese demasiado tarde.

-¡Vamos Darksik! tienes que tomar tu el control, tú eres mas fuerte que él.

Noté como ella me zarandeaba, estaba intentando despertarme, quizá si se habían adueñado de mi, mas no era algo que quisiera permitir o al menos no sin oponer resistencia.

Ella seguía a mis espaldas alcé mis brazos hacia atrás poniendo mis manos en su nuca, haciendo que se acercara de modo que su cabeza quedó por encima de mi hombro.

La besé suavemente en la mejilla pues, aunque no veía donde estaba exactamente su mejilla, podía mas o menos intuirlo.

- Esto es para agradecerte lo de esta noche, antes de que no pueda hacerlo.

Me besó con dulzura en la mejilla y me había puesto como un tomate ya no me importaba nada que él se diese cuenta de mi rubor ahora lo mas importante era intentar salvar a Darksik....ya había perdido a muchas personas a lo largo de mi vida y no me daba la gana que ahora perdiese a otra y encima delante de mis narices.

-Darksik porfavor dime algo, ¿estas bien? porfavor tienes que aguantar.

Este era el típico momento en el que yo cerraría los ojos para desconectar del mundo, terminando de calmarme, para que mi mente volviera a la tranquilidad que tanto apreciaba, mas ahora mis ojos eran como si no fueran míos, aun abiertos no vería mas que una profunda oscuridad.

Natasha aún estaba a mi lado, no sé porque se arriesgaba tanto, desde mi punto de vista no valía la pena arriesgarse a perder la vida. La acaricié la nuca pues era lo máximo que podía hacer para intentar que no le afectara esto.

- Tranquila Natasha...

- por esta vez gané yo, espero que la próxima vez tenga también la suerte de mi parte.

Terminé de decir riéndome, mientras mis ojos volvían a su color habitual devolviendome mi visión del mundo.