El descanso en el camino

-Parece que nos parecemos mas de lo que creía-dije mirando a Sebástian mientras le acariciaba el pelaje sonriente.

OFF: Sebastian es sin tilde, que es como un mayordomo de un lord inglés xDD

ON:
Aquel último comentario me hizo gracia.

- No sé cómo serás tú, pero si te pareces a mí crudo lo llevas, jajaja. Tengo más enemigos que estrellas tiene el cielo, jajaja.

Después me senté en una roca que había al lado del camino mientras observaba como Sebastian ronroneaba por las caricias de la bruja.

- Bueno, creo que ya te he entretenido suficiente Neliel. Supongo que tendrás prisa, y como me has caído bien te dejaré pasar - dije mientras bostezaba de aburrimiento.

-Te lo tienes bastante creído,no te parece?-comenté con una sonrisa picara.

Ante aquella respuesta me encogí de hombros.

- Creído o no es lo que hay. William no miente, simplemente expresa la realidad con sus palabras y actos.

Aquella mañana era especialmente soleada, lo que a los seres de oscuridad no terminaba de agradar. En verdad prefería un ambiente más tétrico para sentirme cómodo, así que propuse ir a un lugar mejor acondicionado.

- Lo cierto es que no se que hacía aquí - dije cambiando de tema -. Me dirigía a la selva de la perdición en busca de algo interesente, pero me detuve al sentir tu presencia, quizá eras alguien interesante.

Volví a encogerme de hombros.

- ¿A dónde te diriges Neliel?

-Lo que buscaba puede esperar..supongo-dije incorporándome,sonriente.


-Cerca de este lugar hay unas cuevas,allí no hay tanto sol,te parece si seguimos esta conversación allí?o..quieres intentar matarme ahora?-dije con una sonrisa tranquila.

La miré con cara de circunstancias.

- ¿Matarte? No, no tengo por qué matarte. De momento no me has hecho nada y por lo poco que hemos hablado no me disgustas.

Comencé a andar hacia nuestro destino, y con una lúgubre voz concluí.

- A no ser que me des un motivo para odiarte...

-Ahora mismo no siento tanto aburrimiento,pero es bueno saberlo,supongo-dije caminando a su lado.


Llegamos a la entrada de las cuevas,y pasamos sin ningún problema o sorpresa.

Al entrar en las cuevas mi aura cambió completamente. Pasó de estar oprimida por la luz del sol de las afueras a sentirse cómoda y como en casa en la oscuridad de una caverna. Al fin y al cabo, aquel era el estado natural de los seres oscuros, pese a que fueran humanos.

Sebastian parecía también sentirse cómodo y se acurrucó encima de una piedra plana de considerable tamaño que allí se encontraba.

- Sin duda se está aquí mucho mejor - dije tomando un pequeña bocanada de aire -. Quizá me quede aquí hasta que llegue la noche. Es en la oscuridad cuando mejor se realiza la cacería...

-De eso,supongo que sabrás tu mas que yo-comenté sentándome sobre otra roca.

Bueno,por hablar de algo..tienes preferencias a la hora de cazar criaturas oscuras?-pregunté sin que la sonrisa desapareciera.

- Yo cazo cualquier cosa que se me presente - respondí encogiéndome de hombros -. Lo normal es que cace seres de luz, dado que mi aura es completamente oscura, pero por supuesto no tengo reparos en matar seres de las tinieblas... jajaja.

-No hace mucho que conocí a otra líder de cazadores. Supongo que sabrás a quien me refiero..,no parecía tan sádica como tu,pero ya sabes lo que dicen..las apariencias engañan-dije dejando eso último con un tono de misterio.

La miré entre divertido y tenebroso.

- ¿Quién te ha dicho que yo soy un sádico? Jajaja... No deberías juzgar a las personas sin conocerlas señorita...

-Entonces,supongo que tendrás tiempo de enseñarme que me equivoco-dije sonriente,mientras me cruzaba de brazos.

La miré de reojo y después me senté tranquilamente en una piedra y me crucé de piernas. Me quité las gafas de sol (OFF: Si, Will lleva gafas de sol xD), pues dentro de la cueva ya no me hacían falta.

- Yo no tengo que demostrar nada a nadie, pequeña bruja. Soy un cazador, no confío en nada más que mi instinto para cazar y en mi fiel amigo Sebastian.

De pronto unos extraños ruidos se oyeron desde el fondo de la cueva, como si alguna criatura descomunal se hubiera despertado de su letargo.

A que viene ese discurso ahora?-dije mirando hacia el interior de la cueva con tranquilidad.

Solté una breve risotada sarcástica.

- Simplemente observa.

Del interior de la cueva apareció una criatura horrenda, que emitía un aura pestilente, cargada de oscuridad. Sin embargo, su poder no era gran cosa. De unos 4 metros de alto, con grandes colmillos y garras afiladas, y un aliento espantosamente maloliente, la criatura se lanzó a por mí, que era el que estaba más cerca.

Al parecer debimos despertarla de su sueño. Ese pudo ser el motivo por el que nos atacó.

Sin inmutarme un momento desenvainé mi espada y esquivé grácilmente su zarpazo. De hecho, clavé mi espada violentamente en su palma, dejándola anclada al suelo. Acto seguido corrí rápidamente por su brazo hasta llegar a su cabeza mientras el monstruo gemía de dolor. Saqué la pequeña daga que llevaba siempre encima y la clavé en uno de sus ojos.

De un salto volví al suelo y retiré mi espada. Con ambas armas en mis manos esperé pacientemente a que realizara algún movimiento.

-Ves?no eras para nada sádico,al fin y al cabo,yo siempre le clavo dagas en los ojos a mis rivales-comenté irónicamente,sentada aún de brazos cruzados y con asombrosa tranquilidad.

Solté una risotada amarga. El monstruo estaba gimiendo de dolor y se llevaba las zarpas a la cara. Furioso arremetió contra mí, pero con tal tino que se tropezó consigo mismo y calló de boca al suelo. A cualquier otro quizá le hubiera dado lastima, pero yo me acerqué sin cambiar un ápice mi rostro e inserté mi arma en su nuca, dejando completamente a la criatura muerta.

A continuación sacudí la espada para limpiar los restos de sangre y me dirigí a Neliel.

- Ahora sí puedes decir que soy un sádico - comenté encogiéndome de hombros -. Sin embargo esta criatura no me supone ningún esfuerzo, y por tanto ninguna diversión.

-Vaya,acabas de dejarte un poco en ridículo considerando tu pequeño discurso de antes,señor no sádico.

Me levanté de la roca mirando un poco a la criatura.

-Es esa tu forma de actuar siempre?-pregunté sin mirarle.

Obvié su pregunta y me adentré en el interior de la cueva.

- Me gustaría ver que hay dentro de esta cueva. ¿Te quieres venir?

Le seguí rápidamente.

-Por cierto..debería suponer que si,pero, sabes todo sobre las piedras mágicas?-comenté mientras caminaba hacia el interior.

Caminaba tranquilamente junto con Sebastian cuando escuché la pregunta.

- Sé que algo no está bien. Sé que hay unas piedras que sostienen el equilibrio del mundo y que se están rompiendo, pero no sé nada más. Creo que ya hay suficientes mentes pensando en como solucionar este rompecabezas. En ese aspecto, yo soy inútil, solo sirvo para matar.

-En la guerra todos son necesarios,tantos los reyes o líderes como tu, como los peones como yo.
Aun que,confiar en que la guerra no llegará no es muy aconsejable-comenté mas bien para mi misma.

-No pareces mal tipo para ser quien eres-comenté sonriendo picaramente.

De nuevo volvieron a escucharse ruidos procedentes del interior de la cueva.

- En la guerra muere gente, es lo único que puedo decir de ella - respondí escuetamente.

Nuevos ruidos se oyeron, por lo que seguramente el monstruo que había matado anteriormente no era el único, y seguramente no era el más poderoso. Sin embargo continué andando tranquilamente por la cueva. Poco a poco fui aumentando mi aura para amoldarla a un nivel que consideraba cómodo para poder reaccionar a tiempo ante cualquier ataque furtivo.

Después respondí a Neliel.

- Oh, que no soy un mal tipo como parezco, jajaja. Realmente la gente tiene una visión muy mala de mí, que le voy a hacer - dije encogiéndome de hombros.

-Lo cierto es que no ayudas nada a que la gente piense de otra manera-dije riéndome un poco.