Un paseo por el Limbo

El limbo era un precioso lugar perderse en sus múltiples parajes. Estaba cansado de volar siempre por Iggdrasil, y dado que tenía vía libre para andar por el reino de los caídos siempre y cuando no fuera una molestia, decidí hacerlo.

Me senté en un tocón que había en uno de los numerosos bosques que había en el lugar. Estos bosques eran grises y apagados, por lo que no terminaban de disgustarme.

Iba paseando por el bosque de los ángeles caídos, aun siendo renegada, con el aura reducida y yendo entre los árboles para pasar desapercibida, porque me gustaban más aquellos bosques...

De repente, noté un aura desconocida, y que no era de un ángel caído, sino de un demonio, sabiendo que era de éstos por cuando conocí a Wataru, y no tenía un poder bajo, precisamente, me escondí detrás de un árbol, pero no le veía bien, así que fui a otro más cercano a él, pero sonó el crujido de una rama.

¡¡¡Mierda!!!-pensé y me apresuré a esconderme detrás de otro árbol.

Una ángel caído se había estado acercando hacia mí sigilosamente. Tenía su aura reducida, pero no tenía el poder suficiente como para ocultarse de mí. En cierto modo me resultaba indiferente. Era evidente que por allí habría ángeles caídos, y que posiblemente se sintieran atraídos por la curiosidad de sentir un demonio por allí.

De pronto oí como había pisado una rama y había soltado un improperio. Me reí tenuemente. Resultaba hasta gracioso. Pese a ello, tampoco le presté atención. En reino aliado, no iba a presentar una actitud hostil, y mucho menos iba a armar un escándalo por ello.

Pensé que el sabía que estaba ahí, aunque no se hubiera inmutado, porque tenía mucha más energía que yo, se notaba fácilmente, así que pensé que no serviría de nada esconderse y me acerqué a él para presentarme.

-Ho-hola-dije pensando que era muy raro ver a alguien como él por aquí-¿Cómo te llamas...? Y... ¿Qué haces por aquí?-pregunté un poco nerviosa.

Giré la cabeza levemente lo justo para observar el rostro de aquella mujer. Parecía algo asustada, así que le presté la atención justa.

- Eso mismo podría preguntar yo, pero no lo hago, ¿no crees? - respondí con un tono neutro

Eché la cabeza hacia atrás de asombro por esas palabras tan frías.

-¿Sabe que soy renegada...? Naaaah-pensé

-¿No me quieres responder...?-pregunté un poco extrañada-Bueno, estás en tu derecho... Pero yo me llamo Elizabeth, por si te interesa.-dije sin que me importara mucho lo que pensara de mí.

Pese a aparentar ignorar por completo a aquella ángel caído la había escuchado. Sin girarme para verla la respondí con el mismo tono neutro.

- Encantado, mi nombre es Aspicious.

-Igualmente, señor Aspicious-dije inclinándome levemente, aunque ni siquiera se molestara en mirarme.-¿Te gustan estos bosques? Yo vengo aquí a relajarme, aunque no debo hacerlo...-dije tranquilamente.

Sabía que me había ido de la lengua un poco, pero no me importaba demasiado, de hecho en ese momento aunque intentara ponerse a luchar conmigo me dejaría rebanar por su espada, no me apetecía luchar, estaba demasiado nerviosa. Me intenté relajar mirando las hojas de los árboles.

Comencé a reírme suave y alegremente.

- Estos bosques contienen el alma de los caídos, gris y desdichada. Sois criaturas muy peculiares, por eso me gusta venir aquí.

Después giré el cuerpo completo para mirarla fijamente a los ojos. Esos ojos tan profundos, que contenían la sabiduría del mundo, estaban mirando a la pobre muchacha, que parecía bastante nerviosa.

- ¿Y cuál es el tuyo para visitar estos bosques?

Me había relajado un poco, bajé la mirada hasta mirarle a la cara, puesto que se había girado, y sonreí dirigiendo la mirada hacia arriba otra vez.

A mí... solamente me gusta venir aquí para desconectar del mundo y relajarme a solas... aunque la compañía se agradece.-respondí sonriendo, y moviendo el viento con una cantidad pequeña de energía para observar las hojas moverse.

Estaba medio hipnotizada mirando las hojas, y completamente relajada ya.

-¿Conoces a algún ángel caído renegado?-pregunté con los ojos inmóviles.

Observé cómo se movían las hojas por la acción del viento. Me sonreí a mi mismo, otra mujer caída que controlaba el viento, y ya eran 4 con esta. Irremediablemente me hizo gracia, pero eso no lo mostré en mi rostro o aura.

- Conozco bastantes ángeles caídos, pero ninguno de ellos es renegado - respondí adoptando un tono un tanto más amistoso.

-Qué pena....-dije cerrando los ojos con la cabeza mirando hacia arriba.

(Ahora formo parte de ti)-la oí en mi cabeza y abrí los ojos sobresaltada, pero los volví a cerrar.
(Ya lo sé, por favor ahora no intervengas)-pensé.

-¿Quieres dar un paseo?-pregunté sonriendo-¿O prefieres seguir hablando aquí sentados?

Miré al cielo del limbo. El paisaje del bosque era magnífico, pero el cielo... El cielo no poseía estrellas, era el limbo al fin y al cabo, se encontraba en otra dimensión diferente de Iggdrasil. Aquello me daba mucha pena.

- He venido aquí para estar en este bosque, pero quizá otro lugar sería más adecuado, lejos de este lugar - respondí algo entristecido.

En cierta medida allí habitaba una persona a la que por el momento sería mejor no ver, por lo que no vi como mala idea el viajar hasta Iggdrasil.

Le miré directamente a los ojos y asentí sonriendo.

-Está bien.-dije dando un giro.

Ya me había animado, pero parecía que él se había entristecido mucho, no sabía por qué motivo. ¿Qué le podía pasar? Todo lo que había ahí no podía desagradarle, era un demonio.

¡Te sigo!-dije sonriéndole.

Me levanté del tocón y me acerqué a ella. Puse una mano en su hombro y pronto desaparecimos de allí.

OFF: Nos vamos aquí: https://creatureswars.forosactivos.net/t1716-un-paseo-por-el-bosque#33917