Sin dirección [Libre]

Como siempre, no sabia donde ir, quería ir a una ciudad a ver si podía comer algo decente después de varios años vagando por estas tierras cazando mi propia comida entre problemas, aventuras y mas problemas.

Antes de llegar a este lugar le pregunte a un grupo de nómadas donde quedaba la ciudad, cada uno le dijeron una dirección especifica, así que muy confiado seguí sus especificaciones y ahora quede varado en una selva, perdido sin saber donde ir, molesto y estrezado, con mi chaqueta amarrada en mi cintura y mi franela enrollado en mi cabello, pasando entre arbustos y plantas totalmente extraños.

-Hazle caso a esos nómadas, que ellos te ayudaran... ¡Si claro!- Con un tono molesto, pasando las plantas con brusquedad.

Después de tanta quejadera y plantas dañadas y algunas quemadas llega a un hermoso lago con una cascada, al verlo me entra un alivio al cuerpo y sin dudarlo me voy corriendo a beber agua. -!Dulce agua~!- Encantado por el agua dulce, en eso dejo mi ropa en una piedra quedándome en ropa interior, entrando al lago, flotando en el, muy relajado.

Nadaba como siempre en uno de aquellos hermosos lagos de las selvas, siempre deshabitados, sin ninguna preocupación pues si quiera tenía que respirar bajo él agua.
Algunas veces ya me había bañado en ese lago, nadaba con algunos de los peces más extraños de todo él continente y sobre todo me dejaba caer como inherte hacia la profundidad del lago mientras miraba como la luz luchaba por mantenerse en él agua, con sus ondulaciones sus peces y él humano que estaba nadando ahora mismo... Espera... "humano!" pensé sorprendida, ningún humano se adentraba en la selva nunca.
Empecé a nadar hacia la superficie hasta estar a 3 metros de distancia de el, pero justo en frente para que me viese y entonces fue cuando descubrí que efectivamente no era un humano, pues su aura tenía él mismo tono que la de Kaede.e Suspiré tranquila con menos tensión -me has asustado!-dije nadando hacia la orilla para sentarme y escurrirme un poco él pelo.

De bajo de la cascada del lago, con los ojos cerrados como si estuviera concentrado en una meditación, y la verdad era así, estaba recordando mi paso y mi antiguo demonio interior que se desato en ese tiempo la ira y venganza.

Cuando noto que una chica sale del agua a 3 metros lejos de mi, abro mis ojos y en ello se notaban un color rojo carmesí, mirándola, se notaba que tenia un aura extraña, pero sabia que no era ni una demonio ni un ángel, sin bajar la guardia pienso

-¿Quien es ella? Tiene un aura algo... Rara...

-¿Quien eres?- me dirijo a ella en un tono serio, aun si bajar la guardia.

Realmente me impresionó ese comportamiento, esa seriedad tan ruda, si hubiese querido hacerle daño le hubiese hundido, total no necesitaba respirar. Decidí comportarme amablemente, que hubiese tenido una noche de perros no significaba que tenía que pagarlo con alguien a quien ni siquiera conocía.-Mi nombre es Lucía Wingates, una vampiresa a su servicio-
Agaché la cabeza en forma de reverencia mientras que seguía con mi tarea de eliminar cada gota de agua de mi pelo, seguia con esa mirada extraña en la cara, asi que simplemente snreí de medio lado-¿Ocurre algo?-

Al parecer se notaba amigable, así que decidí bajar un poco la guardia llevando mi mano hacia mi nuca, sobando ello, mis ojos vuelven a la normalidad, me acerco a ella hasta queda al menos un poco cerca extendiendo mi mano hacia a ella.

-Mucho gusto, mi nombre es Hunter Darknight...- Deje mi pequeña presentación hasta ahí ya que no quería que supieras mas de mi, me acerco un poco a su rostro mirándola a los ojos. -¿Así que eres una vampiro? Que extraña aura tienes para ser una raza agresiva.- Supiro -¿Y que te trae por estos lugares?

Se acercó a mi y paré de hacer lo que estaba haciendo, me sentía incomoda si se acercaba tanto a mi persona.-E... encantada- Entonces terminó por acercar la cara mirándome fijamente, comencé a no estar tan segura de querer estar en ese mismo sitio, me sentía asombrosamente pequeña si me miraba de esa forma, por no hablar de que su nivel sobrepasaba el mio.
Sin quererlo y de la intimidación que ese chico me transmitía, mis ojos se fueron volviendo verdosos hasta que pronto fueron de aquel color esmeralda de mi madre.
-si soy un vampiro... ¿tanto te extraña?-pregunté, quizás no hubiese visto muchos. Entonces dijo lo de agresivo y fruncí el ceño-Lo de agresivo lo dirás tu, mi familia tiene mucho prestigio y si no juzgaras antes de conocer sabrías que no son para nada agresivos, tampoco yo.-Me había enfurruscado un poco, tanto que aquella intimidación ya no la sentía ni por asomo-Ademas, eso es depende de como se mire ¿sabes? para mi la luz es agresiva y los licantropos. Sin embargo tengo amigos ángeles y licantropos-refunfuñé.
Cuando me habló de este lugar miré extrañada el agua-Venía a nadar, llevo desde la noche pasada aquí metida, ademas estas muy cerca del dominio de los vampiros, lo que me extraña es que hayas llegado aquí sin haberte encontrado a ninguno.

Noto su ceño fruncido, al parecer la hice molestar con mi comentario hacia su raza o más bien a su familia. -Vale, lo siento... Solo que las historias de vampiros que me han contados solo son agresivo de sed de sangre.- Al recordar las historias de miedo de mi madre, me rio levemente, en eso me entra un poco de nostalgia, mirando el agua.

La miro de nuevo escuchando su comentario por la zona, recordando los nómadas anteriormente y me recorrido hasta aquí. -Bueno, la verdad es que me perdí, quería ir a la ciudad a co...- De repente mi estomago ruge y es por el hambre que tengo, no había comido bien en dos días ya que lo que cazaba era puras aves y peces pequeños. Apenado por la situación, poso mi mano en mi barriga, bajando un poco la mirada. -L-lo siento...- Con un leve sonrojo, por la pena.

Me relajé e incluso reí ante su comentario-Los neonatos son los unicos que no saben controlarse ante la sangre, ahora mismo podrías hacerte un gran corte, que no sentiria la minima gana de bebermela-dije con una media sonrisa mostrando con gracia uno de mis colmillos.
Entonces comenzó a explicarse hasta que un sonido proveniente de sus tripas hizo acto de presencia, al principio no supe que era, nunca habia estado viva asi que no tenía ese recuerdo en mi cabeza. Pero pude atar cavos pronto al llevarse la mano al estomago y disculparse-¿tienes hambre?-pregunté alzando una ceja.
-Si es así podemos ir a cazar algo, se donde hay buenos osos y jabalíes, no creo que los licantropos se enfaden por una presa menos- reí

-Si tengo mucha hambre- Respondo con una leve risa.

Al escuchar sobre los jabalíes, me entraron ánimos de cazar ya que su carne era unos de mis comidas favoritas, con una leve sonrisa pongo mi mano encima de su hombro, posando a tu lado, mirándole de reojo. -Bueno, en el día de hoy seras mi guía- Camino hasta mi ropa dándote la espalda mostrándose la gran cicatriz que ahí tenia y cuando poco a poco llego hacia donde hasta la orilla y la tierra empieza a elevarse al igual que mi cuerpo se notan mis otras cicatriz pero no se notaban mucho. Unos mas que otras.

Me dirigí hacia mi pantalón, tomándolo y revisando los bolsillos como si estuviera buscando algo, y en eso en el bolsillo trasero saco un zippo con la palabra "hope" grabada en ella, lo abro y le doy rosca encendiendo la mecha y en instantes mi cuerpo de enciende en fuego que tan solo duro 1 segundo, evaporando el agua así secando mi cuerpo y mi ropa interior que tenia puesta.

Me pesó la mano en el hombre y en cuanto le miré sorprendida me dijo que sería su guía, la verdad me habia quedado estupefacta, al menos podría haberlo pedido adecuadamente. Suspiré sin mucho animo-Esta bien seré tu guía-dije con cansancio.

Me quité la camiseta todavía empapada dejando ver mi tatuaje y la exprimí todo lo que pude, para quitarle el exceso de agua y no enfriarme, pues hasta los vampiros podíamos sentir frío. Cuando volví a mirarle vi la cantidad de cicatrices, aun que no parecían mucho comparado a lo que mi madre tenía a causa de aquel mineral tan peligroso. Entonces sacó algo, estaba lejos y no conseguía averiguar que era lo que tenía pero de pronto estalló en llamas, me levanté como si me hubiesen dado una descarga eléctrica y salí corriendo hacia él, quedandome delante suya-Pe.. pero que a pasado?! ¿Estas bien?-pregunté realmente preocupada.

Estaba seco pero un poco caliente, pero eso no importaba ya que en menos de un minutos ya tenía mi cuerpo seco, la mire que estaba preocupada por mí. Por que esta tan... Preocupada? me pregunte a mi mismo en mi mente.

-Pues claro... estoy bien...- Recordando lo que hice hace momento y pensé si es por eso es que estaba preocupada y le respondí -Si es porque me incendie, tranquila, es un truco que aprendí- Digo mientras que me pongo mi ropa, mirándola de reojo.

Ya estando listo agarro mi espada que estaba clavada en el suelo, enfundándola por detrás de mi espalda y miro a Lucia de reojo nuevamente.

Cuando me dijo eso realmente quedé estupefacta y me quedé en el sitio, sujetando fuertemente la camiseta "y se escusa... se escusa así tan ancho" pensé algo molesta, no me gustaba aquello. Me puse la camiseta poniendo la mano en mi espada me acerqué a el-Vamos pues, no está muy lejos, ¿podrás seguirme el paso?-pregunté seriamente antes de moverme ni un ápice. Mis ojos se volvieron verdes como esmeraldas y flexioné las piernas, empezando a correr hacia el horizonte.
Esquivaba los arboles con soltura mirando siempre por que Hunter me siguiese el paso, salté por un pequeño barranquito, de apenas un par de metros de alto y me escurrí por la pared, mirando hacia delante, pronto escuché al jabalí y paré de golpe. Olía a sangre, y se escuchaban su respiración entrecortada.

-Pues claro que pu...- Ella corrió antes que terminara de responderla, al parecer estaba algo molesta, pero no le di mucha importancia, suspire y corrí velozmente, no era mi velocidad máxima pero, al menos podía alcanzar a Lucia.

Me detuve al lado de ella al segundo que ella se detuvo, mirándola y luego miro al jabalí. -¿Que piensas a hacer?- La miro de reojo, esperando su respuesta.

Puse mi dedo índice en la comisura de mis labios-Si hablas mucho te oirá-susurré todo lo bajito que podía para que el lo oyese. El jabalí seguía pastando tranquilo entonces miré a mi alrededor varias opciones pasaron por mi cabeza en esos momentos, saltar, embestir... pero de todas ellas solo una me pareció correcta.

Saqué mi espada con bordeados del reino de mi madre en negro y conté moviendo la boca pero sin voz. Pronto mi cuerpo desapareció en murciélagos de humo negro revoloteando hacia los lados y aunque aquel jabalí se dio cuenta de mi movimiento fue tarde para el, reaparecí encima suya con la espada apuntando hacia abajo y le ensarté en ella.
No me gustaba matar animales, pero si tenía que hacerlo prefería hacerlo rápido para ellos y sin el consiguiente sufrimiento-Bon apetit-dije limpiando la parte no afilada de mi espada con la lengua.

Me mantengo en silencio cuando ella me dice que guardara silencio, aunque algo sorprendido por la actitud que tomo, seria y con experiencia en campo, la verdad me agrado, pero cuando su cuerpo desapareció entre murciélago, lo odie, bueno mas bien fue mas como un susto ya que no me gustaban muchos los murciélago.

Mantuve la calma para que no notara mi temor hacia los murciélagos. Observando como mata el jabalí, fue muy astuta de su parte esa estrategia, aunque me sonroje un poco cuando lamió la sangre del jabalí que goteaba de su espada.

Me acerque lentamente y con una sonrisa le digo. -Buen trabajo, eres toda una buena cazadora.- Mirando el jabalí muerto y desangrado. -Si quieres me dejas a mi la parte de cocinar.- La miro nuevamente esperando su respuesta.

Se acercó después de que lo hubiese matado, alagando mi forma de matar, la verdad no era de lo que mas me entusiasmaba-Siendo un vampiro lo principal es saber cazar, los animales no son muy listos y son fáciles de pillar, sin embargo los humanos son otra cosa diferente-Guardé mi espada mirando al jabalí muerto.
-Am.. casi si cocina tu, yo nunca lo e echo ni necesitado-Me agaché de cunclillas mientras observaba que seguía cayendo sangre de el, saqué una botella y recogí todo lo que pude, cerrándolo con el tapón al terminar y guardándolo en la mochila al lado de mi espada, era pequeña pero siempre era mejor prevenir que curar-Esto me lo quedo yo si no te importa y... ¿me enseñarías a cocinar?-sabia que le pillaría por sorpresa, sabia que yo no tenía porque aprenderlo, pero me había venido a la mente Dean... Quería prepararle un gran plato pues el todavía seguía vivo.

¿Cocinar?... Pensé luego de que Lucia me propuso que le enseñara a cocinar, de verdad tenía ese "algo" que me impedía enseñar a las personas, es uno de mis pequeños defecto, pero no podía negarme, así que acepte con una leve sonrisa. -Vale... Te enseñare- Miro alrededor. -Primero deberíamos conseguir algo de leña y algunas rocas... Pero déjame eso a mí.

Camino solo unos metros agarrando varias piedras que había alrededor, con mi espada abrí un pequeño hueco no tan profundo y a los bordes colocando las rocas, luego busco unas ramas colocándolos dentro del hueco que había escavado, saco mi zippo, lo enciendo y una pequeña bola de fuego va hacia las ramas y estas se prende en fuego.

-La fogata esta lista.- Diciendo con mucha confianza y veo el jabalí. -Bueno tenemos que ir a lavar la sangre y quitarle la piel- dije levantándolo con muchas fuerza y poniéndolo en mi hombro, el jabalí es muy pesado. -Acompáñame- La miro de reojo mientras me dirigía hacia el lago que estábamos antes a un par de metros de distancia, una distancia muy corta.

Esperé impaciente en cuanto aceptó a enseñarme a cocinar, la verdad es que estaba nerviosa. Observé como cogía algunas piedras y ramas repartidas por el lugar las juntó de una manera especifica y con su zippo y su magia incendió la fogata. No me acerqué mucho al fuego, no me gustaba y dolía demasiado entrar en contacto con el.

Gravé aquella actuación en mi memoria, para no dañarme la próxima vez que hiciese un fuego de esa indole. Entonces me levanté para acompañarle a hacer lo que me había dicho, era algo demasiado nuevo para mi asi que casi todo me sonaba a chino. os acercamos al lago en el que estabamos antes y me arrodillé ante el agua-Hay.. que limpiarlo y quitarle la sangre... ¿como se hace?

Coloco al jabalí a la orilla del lago moviendo un poco mis hombros para relajarlos, en verdad pesaba mucho. Observe a la chica y me pongo en cuclillas al frente del jabalí. -Sabes cómo usar una espada ¿Verdad?- Miro el jabalí. -Primero, hay que cortarle la cabeza y luego quitar toda su piel, sacar sus intestinos y luego lavar la sangre...- Sonaba un poco grotesco, pero es así -Muchos animales tienen muchas bacterias, así que hay que tener cuidado y más de este tipo de animal.- La observo nuevamente.

Asentí levemente como respuesta cuando me dijo que si sabía utilizar la espada y me explicó lo que podía hacer. Me resultaba realmente violento incluso para alguien como yo, yo nunca descuartizaba a mis victimas, sin embargo era algo que devía hacer tarde o temprano, suponía.
Alcé con nerviosismo la espada y de un golpe preciso descabecé al animal, aparté la cabeza de mi algo asqueada, no me imaginaba que fuese así. Me senté y agarré al animal de la piel, con suaves cortes le quité la piel, no hacia falta tener mucha experiencia como para saber como hacerlo-No.. te preocupes, tenga demasiadas bacterias o no, a mi no me van a afectar no te preocupes-sonreí.
Cuando le hube quitado toda la piel se veía mucho menos asqueroso ya que sería como cualquier otra cosa mas. Miré a Hunter esperando mas instrucciones-A..ahora que?-miré mis manos completamente manchadas de sangre, algunas gotas habian salpicado manchando levemente tambien mi cara y mi ropa, pero poco me importaba, ya me daría un baño despues.

Notaba que estaba nerviosa y decidí en ayudarla de ahí en adelante, más bien iba a hacer la mayor parte del trabajo sucio mientras que le indicaba como hacerlo. Miro que está llena de sangre y tome sus manos llevándola a la orilla del lago. -Lo digo porque si le quieres cocinar a alguien, no se enferme... ¿No crees?- Le sonrió con algo de amabilidad. -Lávate... Déjame hacer todo lo demás.- Voy hacia el jabalí empuñando mi espada. -Como te dije... Ahora hay que quitarle todo sus intestino y la carne comestible, picarla en trozos.- Hago todo lo que digo, manchando mi ropa con sangre.

Después de un rato termino dejando los órganos a un lado y la carne comestible al otro. -Bueno, ayúdame a lavar la sangre de la carne mientras que yo busco más leña para el fuego.- me levanto y camino adentrándome a la selva. -Espérame en la fogata- Fueron mis últimas palabras antes de desaparecer de tu vista por la vegetación.

Me quedé parada algo avergonzada por no haberme dado cuenta antes, era cierto que yo no enfermaría pero los demás eran una cosa completamente distinta. Cogió al javalí para hacer ese trabajo el, ciertamente era lo mas asqueroso que habia visto en mucho tiempo y mi sed de sangre de pronto después de ver todo aquello desapareció completamente. Volví a guardar todos los pasos en mi cabeza por mucho asco que me diese.

Me apresuré a coger el trozo de carne ensangrentada, pues ya no tenía sentido denominarle como otra cosa, y observé como desaparecía entre los arboles. Me acerqué al agua y empezé a lavarlo todo lo bien que podía, intentando quitar el resto visible de la sangre ya que el olor no se desprendería hasta las horas pasadas.
Por mi mente pasó Dean de nuevo-Cuando aprenda a hacer esto bien le haré el plato a Dean... aun que primero tendré que saber si le gusta el jabalí... hombre el es un licantropo asi que supongo que le gustará...-pensé en alto.
Una vez lavado me dirigí hasta la fogata y me senté en la piedra a esperar que apareciese Hunter sin dejar caer la carne por si se ensuciaba.

Después de un rato de tanto recoger leña para la fogata, vuelvo por detrás de ella, observándola. -Hm?- Me acerco a ella asomándome por encima de su hombro derecho. -Hiciste un buen trabajo al limpiar esa carne, te felicito.- Dije con una sonrisa en mi rostro mientras que iba a colocar la leña al fuego dejando algunas ramas fuerte por afuera y húmedas.

Te quite la carne de tus manos, y con las ramas fuerte traspaso la carne con algo de dificultad para que no se rompieran. Las ramas son muy largas, la cual era buena para ponerlas en el fuego y que sobresaliera un poco para no quemarse al momento de sacar la carne. Coloque todos los pedazos de carne en la fogata, solo teníamos que esperar a que estuviese listo.

-Lucia...- La observo, sentándome una roca al frente de la fogata y de ella. -¿Por qué me pediste que te enseñara a cocinar?- Pregunte con curiosidad.

Tan sumida estaba en mis pensamientos que no le oí llegar y el susto que me llevé no era precisamente pequeño hasta casi la carne se va al suelo. Entonces la cogió y la pinchó en un par de palos poniéndola al fuego.
Asentí ya un poco mas feliz, si era así era bastante sencillo y podría hacerlo tantas veces como quisiese y seguramente a el le gustase.
Entonces surgió la pregunta que tanto me temía, mi cara enrojeció completamente y la giré-bu.. bueno yo estoy muerta pero mucha gente no lo esta, quiero decir y si me apunto a clases de cocina en la ciudad? o intento hacer alguna cosa? o.. o..-era patético poner algun tipo de escusa para eso, así que cogí mucho aire y lo solté deprisa-Es por... un chico, el está vivo y me gustaría poder hacer algo.. asi por el-no quise mirar su cara, de seguro se estaba riendo de mi.

-Ah! Tu novio- Dije sonriendo y suelto una pequeña sonrisa, era tierno que ella quisiera cocinar para alguien especial. Me agrado haberla ayudado a cocinar.

-Y... Como se llama tu novio?- Pregunte algo curioso sin quitar mi sonrisa de mis labios.