Jardín del castillo

Sujeté los pantalones y los miré desde todas las perspectivas posibles y no vi nada raro per supuse que tendría que hacerla caso. Emm date la vuelta. -dije sonriendo. Me giré y me quité los pantalones. Antes de ponerme los mágicos me giré para ver si me estaba mirando.

Me giré ladeando la cabeza.Como si quiera verle así de nuevo,sería egocéntrico...pensaba sonriente.

-Es bastante improbable que no te valgan,por algo son adaptables,señorito.-sonreí.

Al ver que no se giraba volví a lo mío poniendome los otros. Cuando casi había terminado se me ocurrió una cosa que tenía que haber pensado antes. ¿Y si reaccionan contra mí? -dije inocentemente, ya que mis nociones de magia eran casi nulas. Aún no me había puesto los pantalones del todo y los llevaba por las rodillas, algo muy raro para el que lo viese desde fuera. No quería terminar hasta que me respondiese ella.

¿Y si cada 50 movimientos explotan..?-dije irónicamente.-Tu me los pedistes,pontelos de una vez y averígualo.

Me hacia gracia que no confiara en mi,pero era normal al fin y al cabo.

La miré mal y me volví a girar para ponermelos del todo. Cuando hube terminado observé como se iban tornando de un color negro con dibujos de tribales grises rodeando toda la pierna derecha. La miré sorprendido de que hubiese funcionado.

Me giré poco después,y sonreí satisfecha.

-Antes de que me marche,recuerda algo muy importante; aun que sea muy sigilosa,no atacaré jamás por la espalda,no al menos sin motivo alguno, que sea un ser de oscuridad no me quita honor alguno.

Y bien,que te parecen?

¡Pues son estupendos! -dije y la abracé. La sensación era rara ya que el instinto me decía que me separase y huyese pero lo ingoré como muchas otras veces.
Tampoco es necesario que te vayas. -dije cuando me separé.

Abrí los ojos algo sorprendida.Era la primera vez que me abrazaban. No le correspondí,pero no importó porque se separó rápido.


Volví a poner la misma sonrisa tranquila de siempre.

-Bueno,parece que no explotaron-bromeé

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Aterricé silenciosamente en la entrada de el bosque licántropo.Hacía mucho tiempo que no iba allí.

Mi melena,ahora mucho mas larga que antes,llegaba hasta parte de mis muslos,y se movía junto a la suave brisa que en aquella noche se encontraba. Había cambiado mi vestimenta,ahora llevaba un uniforme negro y con algunas partes blancas,con una chaqueta semilarga de mangas anchas,abrochada en la mitad,y una falda corta negra,con costuras blancas en los laterales. Mi aspecto lucía muy saludable,y mi cara desprendía tranquilidad,aun que,lo mas importante de todo aquello,era que mi aura y ser habían vuelto a la neutralidad,sin tendencias a la luz,ni a la oscuridad.

Empecé a caminar en busca de Ian. Al fin podría encontrarme de nuevo con el.

(OFF: ala si deje la conversacion con neliel a medias!!)

Dormía plácidamente, soñando lo que muchas veces soñaba, estaba en un prado corriendo con toda la manada cuando de repente se cortó el sueño. Habían golpeado a la puerta. Me levanté con los ojos casi cerrados y andando lento y con cuidado hasta la puerta y abrí. Era uno de los criados. Hay una caída en el reino mi señor. -dijo haciendo una reverencia. Es muy poderosa. Los arqueros no han atacado aún, esperan órdenes. Lo primero que pensé fue que la reina Aurora se había acercado al reino, algo que me parecía raro. Me puse rápido una de mis mejores galas y bajé a recibir a la reina. Aún estaba bajando la larga escalinata cuando se me paró el corazón de golpe.

Cuando llegue al castillo esperé unos pocos minutos,hacía tiempo ya que los lobos me habían detectado.

Vi como Ian empezaba a bajar las escaleras con prisa, seguía tan despistado como siempre,por lo que no pude evitar sentirme feliz.

Esbocé una sonrisa muy amplia para el,y abriendo mis brazos,dije en voz alta para que me escuchara.

-He regresado,Ian-dije con voz dulce y gesto amigable, desprendiendo tranquilidad por cada poro.

Es obvio que has regresado, te estoy viendo. -pensé pero no lo dije porque rompería el momento y me reprendí a mi mismo por pensar aquello. Bajé las escaleras corriendo y sin decir ni una palabra la abracé aprovechando que había abierto los brazos. Me separé lentamente y la cogí la cara suavemente con mis manos y la besé intensamente, tras mucho tiempo sin verla.

Me esperaba esa reacción de el,me pareció precipitada y no precipitada a la vez.

-Estas bien?-dije tras el beso,sujetando su cara con cuidado con mis manos.

No he podido saber nada de ti hasta ahora-le dije con preocupación.

Las lágrimas se me amontonaban en las cuencas de los ojos pero las aguanté. No, no estoy bien, llevo mucho tiempo sin verte, no podría estar bien. -la sonreí y la volví a besar, esta vez más suavemente. Al separarme de ella, la cogí de la mano y la insté a andar, podríamos sentarnos en algún lado en vez de estar ahí de pie en medio.

Le correspondí al beso,y luego le seguí.

Espere a ver donde me llevaba para empezar a contarle todo lo ocurrido.

Con sus dedos enredados en los míos, caminé hacia un pequeño banco de madera cercano rodeado por completo de plantas salvo un hueco como una puerta por el que se le pasaba. El techo y las paredes estaban formados por plantas y arbustos y la luz se filtraba entre las hojas dotando al lugar de mucho romanticismo. Me había encargado yo mismo de crear esa espece de cúpula. Me senté en un extremo del pequeño banco a la espera de que ella se sentase a mi lado.

Sonreí cuando llegamos a aquel lugar. Me gustaba todo de el,y había sido un buen detalle por su parte.

Me senté junto a el,y me quedé mirando el cielo nocturno en silencio. En teoría debíamos hablar,pero quería pasar allí mucho tiempo,y el silencio también me resultaba agradable.

Me acerqué más a su lado y pasé un brazo por detrás suya rodeando sus hombros y hecho esto, la di un beso en la mejilla.
Te quiero. -la susurré en el odio. Quería decirlo, necesitaba decirlo, y no pude controlar mi lengua. Teníamos que hablar de tantas cosas... pero antes quería dejárselo claro, la quería muchísimo.

Tras escucharle,le cogí de la mano,y apoyé con suavidad mi cabeza sobre su hombro,algo enrojecida.

-Yo también te quiero,Ian-le susurré.

Mi corazón estaba acelerado,pero no sabía del todo la verdadera causa.

Si no fuese por su presencia no se que sería de mi. No sabes lo mal que lo he pasado sin poder verte -susurré, en ese momento no era necesario hablar normal. Sabía que se perdía un poco de romanticismo, pero quería saber que había ocurrido.

-Perdoname..,pero las cosas se complicaron en menos de un día..y bueno..-guardé un rato de silencio,recordarlo todo no era para nada agradable.

Es largo...,en todo este tiempo en el que no me habéis localizado,e estado encerrada en la prisión del limbo.-contesté con seriedad

La apreté un poco más hacia mi para que se sintiese segura.
Estuve en el limbo buscándote pero la reina no me quiso decir nada. -dije sonriendo, era lo lógico. Si quieres lo dejamos para otro momento.

-No,esta bien que lo sepas. Digamos que..uno de los ángeles caídos perdió la vida en mis manos. Obviamente no le asesine..pero fui yo quien termino acabando con su vida..te lo explicaré detalladamente.


Pasados unos minutos,terminé de contarle lo sucedido.

Escuché sin decir palabra todo su relato. La acerqué un poco más a mi suponiendo que el esfuerzo que hizo para contarlo debía de ser gande. Si de verdad el caído quería ese final, si dices que te lo agradeció, fuistes muy buena. - dicho esto la volví a dar un beso en la mejilla.

-Acabé con la vida de una persona..no me llames nunca mas buena por eso..-le supliqué.

Solo espero que ahora este bien