Visitando la otra parte del infierno [Eine Krone y Eliah ]

Sus pasos se dirigieron a la frontera del país oficial de los demonios al terreno de los renegados. Antes de pasar la frontera se quedo mirando el lugar, nunca se había aventurado a ese lado del infierno, pero quería ver los dos puntos de vista que había en el infierno.No quería juzgar una parte sin conocer la otra, y aunque, en ocasiones parecía una demonio algo irracional, utilizaba muchas veces la razón y su inteligencia para resolver y analizar muchos asuntos. Sus pasos comenzaron a pisar el terreno de los demonios renegados. Hacía mucho tiempo que no volvía al infierno y allí nadie la conocía, ni en un lado ni en el otro lado, por tanto no tendría ninguna dificultad para andar por ambos terrenos.

Ella aunque fuera una demonio del lado oficial, tenía curiosidad por ese lado que siempre veía desde lejos, pero no tenía otra cosa que hacer por ahora, por lo que decidió entrar al reino renegado. Ni siquiera sabía quien era el rey, tampoco sabía quien era su propio rey en el reino oficial, aunque quien gobernaba no la importaba mucho. Sus aura estaba muy reducida, tan reducida que no se sentía, o eso intentaba Eliah, que no notarán su presencia para que nadie la molestar en su paseo por el reino renegado.

Sus botas negras altas de tacón pisaban con fuerza el suelo infernal. Podía haberse convertido en demonio y atravesar el lugar con su forma, pero ahora mismo no la apetecía mostrarse en su forma demoniaca, era mejor tenerla guardada. Su túnica granate no muy larga ondeaba ante su andar ágil y rápido mientra su cabellera plateada rubiácea caía lisa por su espalda aunque a veces se movía ante su rápidos pasos. Los guantes de cuero bien ajustados en sus manos eran del mismo color que el corsé negro que dejaba a descubierto un prominente escote y parte de su vientre. En el cinturón que llevaba sujetando el pantalón rojo oscuro tirando a granate, estaba su espada oscura bien cerca de su cuerpo. Era una demonio Guerrera y eso se podía ver a bastantes km de distancia.

De pronto se paró subiéndose en un peñón observando el gran castillo donde debía de residir el rey demonio de aquella parte del infierno. Sonrió, pues se le imaginaba en su gran trono oscuro, gobernando o aburrido mientras solucionaba problemas de su reino, tenía reuniones o recibía diferentes peticiones por parte de otros demonios. Ella era una demonio común de lo único que se tenía que preocupar era de sobrevevivir y de vivir como a ella la apeteciera.